Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
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LAS ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS PARA EL DESARROLLO DE LA
PSICOMOTRICIDAD FINA EN LOS NIÑOS DEL PRIMER AÑO DE EDUCACIÓN
BÁSICA.
METHODOLOGICAL STRATEGIES FOR THE DEVELOPMENT OF FINE MOTOR
SKILLS IN CHILDREN IN THE FIRST YEAR OF BASIC EDUCATION.
Autor: Maribel Lupe Suarez Lozano.
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-7351-1827
Articulo recibido: 4 de Diciembre del 2021
Articulo revisado: 7 de Enero del 2021
Articulo aprobado: 23 de Enero del 2021
Licenciada en Ciencias de la Educación Mención Educación Básica egresada de la Universidad Estatal de Milagro (Ecuador).
Resumen
Este trabajo investigativo tiene como finalidad
promover la utilización de estrategias
metodológicas para el desarrollo psicomotriz,
para ello es necesario conocer como el docente
analiza e interioriza estas técnicas y estrategias
para luego aplicarlas de manera consciente en
el desarrollo del proceso de enseñanza
aprendizaje. Determinando como las
estrategias metodológicas influyen en el
desarrollo de la psicomotricidad fina en los
niños y niñas del primer año de educación
básica de la escuela particular Padre Marcos
Benetazzo de la ciudad de Babahoyo en el
periodo lectivo 2020 2021.
Palabras claves: Estrategias metodológicas,
Psicomotricidad fina.
Abstract
This research work aims to promote the use of
methodological strategies for psychomotor
development, for this it is necessary to know
how the teacher analyzes and internalizes these
techniques and strategies and then apply them
consciously in the development of the
teaching-learning process. Determining how
methodological strategies influence the
development of fine motor skills in boys and
girls in the first year of basic education at the
Padre Marcos Benetazzo private school in the
city of Babahoyo in the 2020 - 2021 school
period.
Keywords: Methodological strategies, Fine
motor skills.
Sumário
Este trabalho de pesquisa visa promover o uso
de estratégias metodológicas para o
desenvolvimento psicomotor, para isso é
necessário conhecer como o professor analisa e
internaliza essas técnicas e estratégias para
depois aplicá-las conscientemente no
desenvolvimento do processo ensino-
aprendizagem. Determinar como as estratégias
metodológicas influenciam o desenvolvimento
da motricidade fina em meninos e meninas no
primeiro ano do ensino fundamental na escola
particular Padre Marcos Benetazzo na cidade de
Babahoyo no período letivo 2020-2021.
Palavras-chave: Estratégias metodológicas,
Habilidades motoras finas.
Introducción
Entre los objetivos del currículo de párvulos
está el de fortalecer el desarrollo integral de
niños y niñas y de facilitarles técnicas y
estrategias para mejorar el proceso de
enseñanza aprendizaje incluyendo el desarrollo
de las capacidades física finas y gruesas.
Esta investigación pretende determinar la
incidencia que tiene el uso de estrategias
metodológicas para el desarrollo de la
psicomotricidad de niños y niñas, generando
propuestas para ser aplicadas en los procesos de
enseñanza aprendizaje a nivel preescolar y
escolar si fuera posible.
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Desarrollo
Desarrollo psicomotor del niño entre los dos y
los seis años.
En este apartado se determinará las diversas
conductas motrices que adquiere el niño entre
los dos y los seis años. Entre estas edades el
campo de acción del adulto aumenta en
proporción a la edad cronológica del niño.
Expondré en que consiste dicho desarrollo
motor y como influyen los juegos y el deporte
en él. Una vez que el niño ya anda sin dificultad,
su marcha es correcta. Sin embargo, es posible
perfeccionarla gracias a una serie de actividades
que el niño debe realizar:
Equilibrio:
El equilibrio es la capacidad de mantener el
centro de gravedad dentro de la base de
sustentación del cuerpo. Descubrir todas las
posibilidades de equilibrio, buscar los límites de
este, explorar los factores que le aumentan o
disminuyen, es tan importante como mantener
correctamente una situación de equilibrio. El
maestro debe conocer aquellas tareas que
pongan en juego los factores de equilibrio. Las
caídas, las paradas bruscas, las disminuciones
de la base de sustentación, aumentar la altura,
etc., suponen para el niño situaciones
problemáticas en las que el equilibrio es el
elemento más importante. No hay que olvidar
que en esta edad mantener el equilibrio es una
habilidad difícil de dominar y que requiere, por
parte del niño, un gran esfuerzo nervioso y de
concentración.
Dominio del gesto y del tono muscular para
mantenerse
Aprendizaje de la caída
Sentido del grupo en la elaboración de un
proyecto conjunto
Respeto a las realizaciones de los
compañeros
A continuación, se explicarán algunos de los
ejercicios que el maestro puede proponer al
alumno para dominar la técnica del equilibrio
Utilizando su propio cuerpo: el niño puede
equilibrarse en el suelo con cinco apoyos
(cabeza, manos y pies; nalgas, manos y pies),
con cuatro apoyos (dos pies y dos manos; dos
pies, una mano y la cabeza; dos manos, un pie
y la cabeza), con dos apoyos (dos pies; una
mano y un pie), con tres apoyos (dos manos y
un pie; la cabeza y dos pies; una mano y dos
pies; la cabeza, una mano y un pie), con un
solo apoyo (un pie)
Sobre un objeto: el niño puede equilibrarse
sobre un objeto sin desplazamiento o con
desplazamiento. Para el primero el maestro
habrá de introducir diversos objetos (cajas,
sillas, taburetes...) y para el segundo deberá
introducir gran material (bancos, taburetes).
Por supuesto, el material se escoge en función
de la acción a realizar.
Sin desplazamiento: mantener el equilibrio
sobre objetos estables (sillas, cajas...) y sobre
objetos inestables (balones, balones
medicinales.
Con desplazamiento: desplazarse sobre
distintos objetos de formas diferentes
(taburetes, bancos, barras...), desplazarse
realizando a la vez otra acción, y desplazarse
cerrando los ojos en algunos momentos.
Transportando o manteniendo un objeto: de la
misma forma, el niño puede hacerlo sin
desplazamiento o con desplazamiento. El
maestro deberá proporcionar a cada alumno
material de pequeñas dimensiones (aros,
picas, cajas)
Sin desplazamiento: mantener en equilibrio un
objeto pequeño sobre la cabeza o sobre otras
partes del cuerpo
Con desplazamiento: desplazarse
manteniendo la pica en equilibrio o
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desplazarse transportando otros objetos sobre
el vientre o la espalda.
Colocando en equilibrio diversos objetos: en
este caso, el niño puede practicar el equilibrio
tanto individualmente como colectivamente.
El maestro debe dispersar por el espacio la
mayor cantidad posible de material.
Individualmente: colocar en equilibrio objetos
de un mismo color, forma, material, tamaño.
En grupo: realizar una construcción sobre la
que el niño se pueda subir, más alta que él, o
con más objetos. También desmontar la
construcción sin que se caiga.
Carrera:
Es en esta edad cuando el niño puede comenzar
a realizar “la carrera”, pues a pesar de andar de
forma apresurada en años anteriores, no se
podía considerar carrera, ya que el niño no tenía
la capacidad de levantar ambos pies del suelo al
mismo tiempo. Para que adquiera dicha
capacidad, el niño ha de poseer la fuerza
necesaria en el tren inferior, y una vez que la
posee, es capaz de realizar desplazamientos
Desplazarse constituye el conjunto de acciones
posibles del niño; acciones corrientes de saltar,
trepar, correr o aquellas más específicas como
patinar, deslizarse... con las cuales puede
relacionarse con otros niños. Los
desplazamientos le permiten un mayor
conocimiento del objeto y del medio, objeto y
medio inducen a respuestas motrices ricas y
variadas.
Aplicado a la didáctica, el maestro puede hacer
que sus alumnos practiquen los
desplazamientos utilizando diversas partes del
cuerpo, preferentemente andando, corriendo,
saltando, reptando, en cuadrupedia, rodando,
etc; y pueden hacerlo en el gimnasio, en la pista
de atletismo, en el patio, en el bosque, en el
parque. El niño se puede desplazar pido o
lento, adelante o atrás, y lateralmente;
individual, por parejas o en grupo, y ayudado
por diversos objetos. Los objetivos del maestro
son los siguientes:
Seguir un ritmo, una cadencia
Seguir un recorrido
Desplazarse con un objeto
Franquear obstáculos
Esquivando cosas o personas
Ejemplo de algunos de los ejercicios que el
maestro puede proponer al alumno para
dominar los desplazamientos.
Individualmente:
Sin material: El niño corre hacia delante y hacia
atrás, en línea recta, en círculo, con cambios de
dirección, con diferentes amplitudes de zancada
y con diferentes tipos de apoyo (sobre las puntas
y los talones).
Con material fijo: Carrera en ziz-zag, seguir
líneas trazadas en el suelo, andar por encima de
un banco (de frente, de espaldas, de lado), saltar
por encima de un banco (apoyando un pie, con
la ayuda de manos), deslizándose por encima
del banco (sobre el vientre, la espalda o las
rodillas), pasar por debajo del banco, pasar
corriendo por aros poniendo un pie dentro de
cada aro, saltar por encima de cada aro, hacer
un recorrido con los aros y pasar corriendo o
saltando, pasar por encima de un elástico
corriendo o por debajo de ésta arrastrándose o
en cuadrúpeda.
Con material móvil: El niño corre al lado o
detrás de un balón que rueda, correr para
recoger una pelota que han lanzado, correr con
la pelota en las manos, hacer rodar un aro y
correr siguiéndolo o adelantándolo, llevar una
tablilla encima de la cabeza
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En grupo:
Sin material: Los niños corren detrás, al lado o
delante de otro compañero
Con material fijo: Los niños pasan por encima
de un banco o saltan por encima de cajas
cogidos de la mano
El modelo de clase más práctico y más eficaz
para los alumnos, será evidentemente uno que
combine todos o casi todos los ejercicios
expuestos anteriormente. Para ello el maestro
elaborará un recorrido con diferentes materiales
que los alumnos deberán realizar después.
Trepa:
Con un año de edad aproximadamente, el niño
intenta trepar por un objeto de la misma forma
que repta por el suelo, levantando una pierna y
la otra a continuación, ayudándose siempre con
las manos. Más tarde el niño desarrollará fuerza
en las piernas, coordinación y equilibrio
suficientes para trepar por el objeto sin ayuda,
lo que ocurre sobre los tres años de edad
aproximadamente, aunque hasta los cuatro no
sabrá descender del objeto que anteriormente ha
“escalado”.
Los ejercicios a continuación ayudarán al
alumno a desarrollar más ampliamente esa
capacidad de trepar, y realizando estos
ejercicios reiterativamente, el niño sabrá salvar
obstáculos trepándolos tal y como si de un
adulto se tratase. Estas actividades precisan de
un acuerda suspendida desde el techo, y unas
colchonetas colocadas debajo de estas cuerdas.
Como modo de exploración y descubrimiento:
Los niños.
Suben por las cuerdas de trepar.
Suben por las cuerdas y se dejan caer en las
colchonetas.
Utilizan la cuerda a modo de liana.
Quedan suspendidos de la cuerda y el resto
le empujen balanceándole.
En carrera, saltan a coger la cuerda y quedan
suspendidos en ella.
La actividad en cuestión: El niño.
Parado en el suelo, utilizando la cuerda como
liana, se desplaza del suelo a la colchoneta.
Lo mismo, pero con carrera.
El niño se sube en la cuerda y otro le empuja
Con dos colchonetas, balanceándose en la
cuerda va de una a otra.
Lanzamientos, golpeos, recogidas y
recepciones:
El golpeo con el pie o patada es una acción que
necesita principalmente coordinación óculo-
pédica, fuerza suficiente para elevar la pierna y
golpear, y equilibrio para mantenerse sobre una
pierna mientras golpea con la otra. A los dos
años el niño ya puede realizar esta acción, pero
para llegar a hacerlo correctamente deben pasar
unos años más. Hasta los seis años
aproximadamente, debemos educar al niño con
ciertos ejercicios para lograr que sea capaz de
golpear un objeto con precisión.
El niño ya comienza a practicar el lanzamiento
cuando a su corta edad suelta los objetos o los
tira. Sin embargo, esto no puede considerase
lanzamiento, pues no se constituye de los
distintos mecanismos que intervienen en el
lanzamiento. Ya a los seis meses, el niño puede
lanzar un objeto velozmente, y a los doce puede
orientarlo sin precisión al lanzarlo,
interviniendo únicamente los brazos. Para que
el niño aprenda y desarrolle la acción del
lanzamiento en sí, utilizando brazos, piernas y
tronco, debemos someterle a la realización de
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varios ejercicios, de los cuales algunos
expondré a continuación.
Por otra parte, a la edad de tres años, el niño no
está preparado para realizar movimientos como
la recepción o recogida, pues sus brazos y sus
manos no se flexionan lo necesario para realizar
estas actividades. A los cuatro años el niño
comienza a abrir y cerrar las manos con el fin
de recoger un objeto, y a los cinco ya mantiene
los brazos relajados junto al cuerpo, y los
extiende para recibir un objeto. El niño tiene
capacidad de atrapar objetos estáticos, pero la
recepción de un objeto en movimiento requiere
el desarrollo del tiempo de reacción (el tiempo
que transcurre desde que el niño percibe un
estímulo hasta que reaccione a él) y del tiempo
de ejecución (el tiempo total que consume el
niño en la realización de la acción). Los
ejercicios que expondré a continuación,
ayudarán al niño a desarrollar dichas variables.
La casi infinita variedad de posibilidades
motrices que cada una de estas tareas
proporcionan por solas o combinadas,
permite al niño situarle ante un mundo de
exploración cada vez más complejo. Es
recomendable que al abordar esta área el
maestro permita al niño disponer del tiempo
necesario para satisfacer sus necesidades de
exploración y creación que, en general, debe ser
superior al de las actividades de las otras áreas.
Al mismo tiempo, el manejo casi constante de
pelotas, balones o globos, suscita y ofrece al
niño muchas posibilidades de relación
intergrupal que el maestro debe aprovechar para
promover todo tipo de tareas en pequeños a
grandes grupos.
Aplicado a la didáctica, el maestro puede hacer
que sus alumnos practiquen los
desplazamientos utilizando diversas partes del
cuerpo, y pueden hacerlo en el gimnasio,
aprovechando las paredes, en el patio... El niño
puede realizar la acción lejos o cerca, fuerte o
flojo, a un lado de, delante y detrás de, hacia un
objeto o compañero, con desplazamiento, sin
desplazamiento, rodando...; individual, por
parejas o en grupo, y ayudado por diversos
objetos. Los objetivos del maestro son los
siguientes:
Obtener un afinamiento motor a nivel de
la acción.
Diversificación de respuestas.
Complejidad de respuestas: encadenar
varias tareas.
Mejora de la respuesta motriz en una
situación dada.
Desarrollo de la capacidad de creación
del niño.
A continuación, algunos de los ejercicios que el
maestro puede proponer al alumno para
dominar los lanzamientos, golpeos, recogidas y
recepciones.
Botando un balón:
El maestro dejará los balones distribuidos por la
sala, uno por niño. El niño podrá botar el balón
en el sitio (delante, alrededor, variando la altura,
en posición de sentado, de rodillas, al mismo
tiempo que el compañero) o botarlo con
desplazamiento (andando, corriendo más o
menos deprisa...). También el maestro podrá
incluir varios aros o bancos. Con un aro en el
suelo, el niño podrá botar el balón alrededor del
aro o dentro de él, en el exterior desde el interior
del aro, en cada aro... Podrá, subido en un
banco, botar el balón en el suelo o sobre el
mismo banco, caminar por un lado del banco
botando por el otro.
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Utilizando un globo:
Únicamente con el globo, el niño podrá
golpearlo hacia arriba, pasarlo de una mano a la
otra, golpearlo con la cabeza y cogerlo con las
manos, intercambiar el globo con el
compañero... Con ayuda de la pared, el niño
podrá hacer rebotar el globo sin que se caiga,
utilizando cada vez una mano distinta,
enviándolo lo más lejos posible... Con la ayuda
de un bastón o pica, el niño podrá golpear el
globo sucesivamente o manteniéndolo en el
aire, por parejas golpear alternativamente dos
globos... Eliminando los globos, golpear con las
picas en el suelo creando un ritmo.
Salto:
Es en la edad de año y medio cuando se
comienzan a ver los inicios del salto en el niño:
comienza a superar obstáculos bajos. A los dos
años y medio el niño quiere pasar de una
posición alta a otra más baja, dejando caer un
pie detrás de otro y permaneciendo muy poco
tiempo en el aire. A los dos años el niño ya se
impulsa con los dos pies y con recepción de las
dos piernas. Para que el niño sea capaz de
realizar todo tipo de saltos con las dos piernas,
con una, con recepción de ambas, o de una sola,
es conveniente que también en este aspecto
realicen ejercicios indicados para desarrollar su
capacidad de salto.
Aplicado a la didáctica, la acción de saltar
provoca respuestas motrices diversas y
diferentes. En cuanto a los saltos, conviene
especialmente:
Evitar la monotonía de las repeticiones
que engendrarán la fatiga y el desinterés.
Buscar la simplicidad técnica y de
lenguaje.
No olvidar que el juego es el factor más
importante en la motivación del niño.
Saber que el niño tiene una tendencia
innata a imitar. La imitación permite la
adquisición indispensable de automatismo.
El maestro puede hacer que sus alumnos
practiquen los saltos utilizando diversas partes
del cuerpo, y pueden hacerlo en el gimnasio, al
aire libre, en el patio. El niño puede saltar la
altura, en longitud, encadenando saltos, frontal,
lateral, atrás, con giros, cayendo desde una
altura, subiendo a una altura.; individualmente,
por parejas o en grupo, y ayudado por diversos
objetos. Los objetivos del maestro son los
siguientes:
Dominio del salto (más alto, más rápido,
más lejos)
Variar las posibilidades del salto (con un
pie, dos pies, pies juntos, separados.
Encadenar los saltos.
Imitar a los compañeros.
Modificar los saltos en función del
medio.
A continuación, algunos de los ejercicios que el
maestro puede proponer al alumno para
dominar los saltos.
Sin material:
Individualmente: El niño salta sobre el propio
terreno con un pie, a pies juntos, con los pies
separados, alto o bajo... y combinando estos
elementos. Puede además saltar con
desplazamiento: hacia delante, hacia atrás,
lateral, con medio giro.
En grupo: El niño podrá saltar sin desplazarse al
mismo tiempo que los otros, uno después de
otro.
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Con material:
Individualmente: El maestro distribuirá aros por
la superficie del gimnasio. Cada niño con su aro
salta dentro y fuera, adelante y atrás, de lado,
corriendo... Con varios aros saltará a pata coja,
con apoyos diferentes, a pies juntos... El
maestro también podrá situar bancos
distribuidos por el gimnasio y darles una
cuerda. El ejercicio consiste en que el niño salta
por encima del primer banco que encuentra:
subiendo con los dos pies al banco, con un pie,
o con la ayuda de las manos. Otra vez en el
suelo, cada niño mantiene su curda y salta hacia
delante y hacia atrás. También podrá utilizarse
un balón. El niño podrá desplazarse saltando
con el balón entre las rodillas.
En grupo: Unos sostienen la cuerda y los otros
saltan, u organizan un recorrido de obstáculos.
Los juegos
Como se ha indicado anteriormente, el
desarrollo motor en los niños de 0-6 años debe
realizarse a través de ejercicios propuestos por
el maestro en la escuela. Pero, además, se ha de
saber que estos ejercicios han de ser propuestos
en forma de juegos, con el fin de que la
motivación y el interés del alumno no decaigan.
Para finalizar mi trabajo expondré varios juegos
que el maestro puede elaborar para su clase:
Psicomotricidad
La psicomotricidad es la integración de las
funciones motrices y psíquicas. Es el nudo que
une el movimiento y el psiquismo hasta
confundirlos. La Psicomotricidad es una
disciplina que se dedica al estudio del
movimiento corporal, no únicamente como
expresión de descarga sino en una concepción
mucho más amplia. Trata, por ejemplo, la
influencia de éste en la construcción de la
personalidad y cómo incide sobre lo afectivo, lo
intelectual, lo emocional. En ella se considera al
niño como una unidad biopsicosocial en la que
todos los aspectos de su vida están integrados
interactuando entre sí. La meta del desarrollo
psicomotor es el control del propio cuerpo hasta
ser capaces de sacar del todas las acciones y
expresiones posibles. La psicomotricidad es el
proceso continuo a lo largo del cual el niño
adquieren progresivamente las habilidades que
le permitirán una plena interacción con su
entorno.
Este proceso es:
Secuencial: las distintas capacidades se
adquieren siguiendo un orden de terminado
y cada una ayuda a que se alcance lo
siguiente.
Progresivo: va aumentando la complejidad
de las funciones que se adquieren.
Coordinado: interactúan distintas áreas para
alcanzar una determinada habilidad.
Importancia de la Psicomotricidad
En los primeros años de vida, la
psicomotricidad juega un papel muy
importante, porque influye valiosamente en el
desarrollo intelectual, afectivo y social del niño
favoreciendo la relación con su entorno y
tomando en cuenta las diferencias individuales,
necesidades e intereses de los niños y las niñas.
A nivel motor, le permitirá al niño dominar su
movimiento corporal. A nivel cognitivo,
permite la mejora de la memoria, la atención y
concentración y la creatividad del niño. A nivel
social y afectivo, permitirá a los niños conocer
y afrontar sus miedos y relacionarse con los
demás.
Áreas de la Psicomotricidad
Las áreas de la Psicomotricidad son:
Esquema Corporal
Lateralidad;
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Equilibrio;
Estructura espacial;
Tiempo-ritmo;
Motricidad: motricidad gruesa;
motricidad fina.
Esquema Corporal: Es el conocimiento y la
relación mental que la persona tiene de su
propio cuerpo. El desarrollo de esta área
permite que los niños se identifiquen con su
propio cuerpo, que se expresen a través de él,
que lo utilicen como medio de contacto,
sirviendo como base para el desarrollo de otras
áreas y el aprendizaje de nociones como
adelante-atrás, adentro-afuera, arriba-abajo ya
que están referidas a su propio cuerpo.
Lateralidad: Es el predominio funcional de un
lado del cuerpo, determinado por la supremacía
de un hemisferio cerebral. Mediante esta área,
el niño estará desarrollando las nociones de
derecha e izquierda tomando como referencia
su propio cuerpo y fortalecerá la ubicación
como base para el proceso de lectoescritura. Es
importante que el niño defina su lateralidad de
manera espontánea y nunca forzada.
Equilibrio: Es considerado como la capacidad
de mantener la estabilidad mientras se realizan
diversas actividades motrices. Esta área se
desarrolla a través de una ordenada relación
entre el esquema corporal y el mundo exterior.
Estructuración espacial: Esta área comprende
la capacidad que tiene el niño para mantener la
constante localización del propio cuerpo, tanto
en función de la posición de los objetos en el
espacio como para colocar esos objetos en
función de su propia posición, comprende
también la habilidad para organizar y disponer
los elementos en el espacio, en el tiempo o en
ambos a la vez. Las dificultades en esta área se
pueden expresar a través de la escritura o la
confusión entre letras.
Tiempo y Ritmo: Las nociones de tiempo y de
ritmo se elaboran a través de movimientos que
implican cierto orden temporal, se pueden
desarrollar nociones temporales como: rápido,
lento; orientación temporal como: antes-
después y la estructuración temporal que se
relaciona mucho con el espacio, es decir la
conciencia de los movimientos, ejemplo: cruzar
un espacio al ritmo de una pandereta, según lo
indique el sonido.
Motricidad: Está referida al control que el niño
es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. La
motricidad se divide en gruesa y fina;
Motricidad gruesa: Está referida a la
coordinación de movimientos amplios,
como: rodar, saltar, caminar, correr, bailar,
etc.
Motricidad fina: Implica movimientos de
mayor precisión que son requeridos
especialmente en tareas donde se utilizan
de manera simultánea el ojo, mano, dedos
como, por ejemplo: rasgar, cortar, pintar,
colorear, enhebrar, escribir, etc.)
Etapas de la Psicomotricidad
La focalización se demuestra también en los
problemas que tienen los niños para
comprender las relaciones entre las partes y el
todo. Por ejemplo, cuando se les muestra un
grupo de cuentas de madera, cuatro rojas y ocho
azules, casi todos los niños en la etapa pre
operacional pueden responder en forma correcta
a la pregunta ¿Hay más cuentas rojas o más
cuentas azules?”. Pero son incapaces de hacerlo
cuando se les pregunta “¿Hay más cuentas
azules o cuentas de madera?” ¿Cuál es la
razón?, esto se debe a que el niño se concentra
en la dimensión de color, o de tamaño.
(Woolfolk, 1999) y también se divide en las
siguientes etapas que son:
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Etapa de lenguaje
Etapa de sensorio motor
Socio emocional
Etapa prenatal
Etapa de lactancia
Etapa de adolescente
Etapa de primera infancia
Segunda infancia
Etapa de la niñes
Lenguaje: Se da incremento significativo en el
vocabulario durante esta etapa, lo más evidente
se da en la complejidad; con mayor número de
relaciones semánticas complejas y un mayor
aprendizaje del lenguaje pragmático cotidiano.
El niño tiende a aprender en primera instancia
reglas antes que las excepciones de las reglas
(Yo me lavo los dientes). Se incrementa su
capacidad cognitiva y lingüística que permite la
utilización de un amplio rango de estrategias de
análisis formal que no han alcanzado dicho
nivel de desarrollo.
Sensorio- motor: En esta etapa los niños ya se
ubican en preescolar y es aquí donde se da un
asombroso desarrollo de sus capacidades
motoras (va desde el proceso de correr hasta el
inicio de le escritura); de hecho, al final de esta
fase del desarrollo han adquirido las
herramientas necesarias para las actividades
motoras del adulto. Con el tiempo se dará un
refinamiento de dichas herramientas que podrán
ser modificadas a lo largo de la vida y que serán
influenciadas por la práctica.
Socio- emocional: Al tiempo en que se
desarrolla el pensamiento simbólico el juego
tienen un papel primordial. La calidad del juego
podrá ser una variable crítica que incluye
estrategias de resolución de problemas en forma
adecuada y que las investigaciones han revelado
que tiene que ver con la calidad del vínculo
parental y por consecuencia del desarrollo de
relaciones apropiadas. Es una etapa de avances
fundamentales en la modulación y expresión de
sentimientos que aterriza en un desarrollo social
último. Por lo tanto, el recurso de la negación
ante los problemas cotidianos puede hacer la
diferencia en los períodos subsecuentes.
Etapa Prenatal: El ser humano se halla en un
medio acuático y mantiene una vida parásita.
Las grandes transformaciones tienen lugar en
este período, ya que se da un gran cambio al
desarrollarse.
Lactancia, de 0 a 12 años: Los tres primeros
meses, son el momento de más pasividad, el
bebé pasa mucho tiempo dormido, aunque se
van dando cambios que serán básicos para su
desarrollo posterior. En estos primeros meses
no hay control de la cabeza, tumbado boca abajo
sólo la levanta para cambiarla de lado. Gracias
al reflejo de presión palmar, coge fuertemente
cualquier objeto, que se le da en las manos y su
postura casi siempre es en flexión. En el
segundo trimestre, consigue el control cefálico
cuando le sentamos, el reflejo de presión va
desapareciendo dando lugar a la prensión
voluntaria encontrándose las manos más
abiertas. Las posiciones más utilizadas por él
serán tumbado y sentado en una hamaca, pero
necesita ayuda. Su mayor triunfo desde los 6 a
los 9 meses es la posibilidad de conseguir la
posición de sentado /a sin apoyo y con
equilibrio, posee un tono muscular normal;
tumbado boca arriba es capaz de girar sobre
mismo quedando boca abajo para poder pasar a
la posición de cuatro patas; todavía no gatean,
pero sí muchos se arrastran. Su prensión es más
efectiva, suelta y coge a modo de juego
repetitivo. Señala, aplaude, da golpes, manipula
objetos con las dos manos. Le gusta la música,
y si le estimulamos convenientemente puede ser
capaz de moverse y bailar. Su esquema corporal
está ya desarrollado, tiene una buena
coordinación ojo-mano, le permite coger con
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intencionalidad, perfecciona la pinza pulgar-
índice con el hecho de coger objetos pequeños;
poseerá la capacidad de sujetar un lápiz
haciendo garabatos sin control ni movimiento ni
del espacio en que los realiza. Intentará manejar
sólo la cuchara, querrá beber en vaso, aunque
que quizá no pueda hacerlo solo.
Adolescente etapa de los 12 a los 14 meses:
Etapa egocéntrica por antonomasia; el cuerpo es
el punto de referencia para asimilar el mundo
que le rodea. Hace suyos todos los objetos a su
alcance, los inspecciona y chupa
introduciéndose éstos en la boca. Disfruta
manipulando y esta acción constituye una
actividad en misma. Sus manos son más
hábiles, tiene buen manejo de sus dedos al igual
que una buena coordinación óculo-manual.
Comienza el aprendizaje de las destrezas
psicomotrices consiguiendo la bipedestación,
posición. Al final de la etapa el infante será
capaz de reaccionar con movimientos
compensatorios cuando pierde el equilibrio y
ejercitará la marcha en todas sus variantes:
caminará hacia atrás, jugará a la pelota, subirá
escaleras a gatas y luego con ayuda, etc. Su
prensión será más fina y precisa, disfruta
dibujando, en general los juegos motrices con
cubos, encajes, construcciones..., atraerán su
atención de la misma manera que todos los
movimientos que impliquen la totalidad del
cuerpo como subir, bajar, trepar, correr... le
proporcionarán gran placer comenzando a ser
ésta una buena forma de conocer y descubrir el
espacio y su entorno. Al finalizar esta etapa
comenzará el control de esfínteres.
Primera infancia, de 2 a 4 años: Comienza el
control de las posturas tumbado, de pie, sentado
y a gatas es apropiado: empieza a conseguir
habilidad estando en cuclillas y no pierde el
equilibrio durante la marcha. Sube y baja
escaleras alternando los dos pies, trepa a sillas y
butacas, anda de puntillas y coordina
movimientos adecuados para andar en triciclo.
Salta con los dos pies y cerca de los tres años
puede hacerlo con uno sólo mostrando buen
equilibrio. Logra una buena manipulación, usa
tijeras, ensarta en cordeles, utiliza mejor la
punta de los dedos, comienza a mostrar
predominancia lateral en algunas acciones,
aunque algunos no definen su lateralidad hasta
los 6-7 años. La marcha segura y las destrezas
que consigue le conceden más independencia y
autonomía, aunque después de realizarlas
buscará de inmediato el apoyo de un adulto, al
cual imita en todo momento. Establece más
relaciones sociales con sus padres y es capaz de
esperar turno para jugar o realizar cualquier otra
actividad de su interés. Al final del tercer año
empieza a conseguir el control de esfínteres
durante la noche.
Segunda infancia, de 4 a 6 años: El crecimiento
será casi constante hasta los siete años, la
estructura ósea seguirá madurando, por lo cual
habrá que atender de manera importante la
nutrición, influirá en el crecimiento óseo,
grosor, forma y número de huesos del cuerpo,
además del desarrollo dental. La característica a
resaltar es el aumento de las habilidades en la
ejecución de todas las destrezas psicomotrices.
El sentido del equilibrio bien desarrollado le
permite sentirse más confiado de sus
posibilidades motrices. Se animará a realizar
proezas y acrobacias sin tener en cuenta los
peligros; lo cual tiene un lado negativo, pues
puede sufrir un pequeño accidente que puede
atemorizar tanto a los padres como al niño /a,
coartando su actividad. No deberíamos permitir
que esto sucediera, los accidentes son
situaciones fortuitas que a veces, tomando
precauciones, podemos evitar. Mas destrezas
son: lanzar la pelota con una trayectoria
definida, son mucho más complejas requiriendo
equilibrio dinámico y direccionalidad, acciones
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encadenadas que implican habilidades de las
que el niño carece a esta edad. Con algunas
actividades el niño disfruta, actividades como
moldear, construir, recortar, dibujar, aunque no
existe perfección en los movimientos de sus
manos y a dar trazos que el desea dar. Por lo
tanto, nos damos cuenta de lo importante que es
el movimiento en y su evolución en el
desarrollo infantil. Es por eso por lo que la
Psicomotricidad debe de estar incluida en el
ámbito educativo, una educación que se realiza
dentro del marco escolar, trabajando con grupos
en un ambiente enriquecido por elementos que
le estimulen a desarrollarse gracias a la
actividad motriz y al juego.
La Psicomotricidad es una técnica o disciplina
que busca aumentar el desarrollo global del niño
(sensomotriz, afectivo y cognitivo) y su relación
con los demás a través de la actividad corporal.
Su objetivo es favorecer la adaptación de la
persona a su medio a partir de su propia
identidad, que tiene fundamento y se manifiesta
gracias que las relaciones que aprende a
establecer con el tiempo, el espacio, los objetos.
La clase de Psicomotricidad no es una clase de
gimnasia donde lo principal es evaluar las
capacidades físicas para la consecución de
tareas concretas, saltar a la pata coja, hacer el
pino, dar volteretas. La mejor manera de
aprender es mediante la actuación y la
experimentación del propio cuerpo. El marco
escolar adecuado para que esto se pueda dar,
garantiza este aprendizaje.
Los objetivos y los contenidos que nos ayudan
a aprender se trabajan en la sala de
Psicomotricidad, y aquí responden
perfectamente a los que las programaciones
escolares plantean en Educación Infantil. Los
contenidos y los objetivos son:
Propiciar que el niño conozca su cuerpo de
forma global y parcial, experimentando sus
posibilidades de percepción, movimiento,
disfrutando y manifestándose con él.
Desarrollar experiencias que favorezcan las
relaciones sociales, las relaciones con los
objetos, la capacidad de orientarse en el
espacio y organizar el tiempo.
Proponer experiencias que posibiliten la
interacción con los demás niños y con el
medio.
Trabajar específicamente la motricidad fina
con el fin de obtener un buen manejo grafo
motriz, que facilite la adquisición del
comienzo de la escritura.
El Psicomotricista juega un papel fundamental
en todos los procesos arriba citados, a partir de
ahí y con una actitud de apertura y escucha,
establecer las estrategias y recursos que hagan
que el infante pueda evolucionar y solucionar
los problemas que se le presenten. Su formación
hade ser personal vivenciada, para que,
respetando las individualidades, pueda ser
capaz de observar y evaluar a través de los
parámetros psicomotores. Su objetivo último es
ayudar al niño a que interiorice los mecanismos
adecuados de actuación, conocimiento de
mismo y del mundo que está a su alrededor.
Niñez, de los 6 a los 12 años: Este es un periodo
que algunos denominan infancia, hasta los 9
años, y la 3ª infancia o niñez tardía, hasta los 12
años, justo antes de la pubertad y adolescencia.
En esta etapa el niño forma parte de la
comunidad escolar, ya ha ingresado en la
escuela y es uno más de sus miembros. Posee un
cierto autocontrol que ira desarrollando y una
mayor sensibilidad para aplicarlo en sus
relaciones sociales. Está transformándose para
vivir en un grupo fuera del ámbito familiar y se
enfrenta con tareas físicas cada vez más
complejas. Resulta muy importante por tanto el
conocimiento de sus condiciones físicas y su
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idoneidad para dichas actividades. Es muy
importante realizar un cuidadoso examen de
todo el organismo del niño para conocer su
agudeza visual y a auditiva, así como su
constitución ósea, muscular, articular, conocer
si es diestro o zurdo y sus hábitos de limpieza y
cuidado e higiene personal.
En este periodo se van apreciar unos
importantes cambios fisiológicos y de
configuración. Las extremidades se alargan y
robustecen. La cabeza disminuye en
proporción. Adquiere mayor importancia el
recubrimiento muscular de la espalda, así como
el cuello que se hace más largo y fuerte.
Por lo general las niñas empiezan y terminan
esta etapa de cambio antes que los niños. Esto
se manifiesta sobre todo en el cambio de dientes
y en la osificación de la muñeca. Pero los niños
se manifiestan en conjunto más excitados desde
el punto de vista motor, o sea., por su fuerte
impulso de movimiento. Comienza el periodo
de la segunda dentición. También aumenta la
amplitud de los hombros y la caja torácica
pierde su forma cilíndrica. Al comenzar a
desarrollarse las partes media e inferior de la
cara, la frente tiende a ensancharse. Su actividad
social hace que se relacione con numerosos
coetáneos suyos y se produzcan las relaciones
grupales que le llevaran al juego y la
competencia, comienza a realizar deportes de
cooperación con los de su mismo sexo. Al final
de la etapa aparecerán las rivalidades, así como
los juegos y modas por temporadas que los
llevarán a desarrollar su mayor actividad física.
Es una etapa en la que debemos aprovecharnos
de su gran capacidad física para desarrollar las
habilidades propias de cada individuo.
Psicomotricidad:
El término de psicomotricidad integra las
interacciones cognitivas, emocionales,
simbólicas y sensorio motrices en la capacidad
de ser y de expresarse en un contexto
psicosocial. La psicomotricidad así definida
desempeña un papel fundamental en el
desarrollo armónico de la personalidad. De
manera general puede ser entendida como una
técnica cuya organización de actividades
permite a la persona conocer de manera
concreta su ser y su entorno inmediato para
actuar de manera adaptada.
El objetivo de la psicomotricidad es el
desarrollo de las posibilidades motrices,
expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que
lleva a centrar su actividad e investigación sobre
el movimiento y el acto. Partiendo de esta
concepción se desarrollan distintas formas de
intervención psicomotriz que encuentran su
aplicación, cualquiera que sea la edad, en los
ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y
terapéutico. Estas prácticas psicomotrices han
de conducir a la formación, a la titulación y al
perfeccionamiento profesional.
Según Gabriela Núñez y Fernández Vidal
(1994): "La psicomotricidad es la técnica o
conjunto de técnicas que tienden a influir en el
acto intencional o significativo, para
estimularlo o modificarlo, utilizando como
mediadores la actividad corporal y su expresión
simbólica. El objetivo, por consiguiente, de la
psicomotricidad es aumentar la capacidad de
interacción del sujeto con el entorno".
Para Muniáin (1997):
"La psicomotricidad es una disciplina
educativa/reeducativa/terapéutica,
concebida como diálogo, que considera
al ser humano como una unidad
psicosomática y que actúa sobre su
totalidad por medio del cuerpo y del
movimiento, en el ámbito de una
relación cálida y descentrada, mediante
métodos activos de mediación
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principalmente corporal, con el fin de
contribuir a su desarrollo integral".
Para conocer de manera más específica el
significado de la psicomotricidad, resulta
necesario conocer que es el esquema corporal.
Este puede entenderse como una organización
de todas las sensaciones relativas al propio
cuerpo, en relación con los datos del mundo
exterior, consiste en una representación del
propio cuerpo, de sus segmentos, de sus límites
y posibilidades de acción.
El esquema corporal constituye pues, un patrón
al cual se refieren las percepciones de posición
y colocación (información espacial del propio
cuerpo) y las intenciones motrices (realización
del gesto) poniéndolas en correspondencia. La
conciencia del cuerpo nos permite elaborar
voluntariamente el gesto antes de su ejecución,
pudiendo controlar y corregir los movimientos.
Es importante destacar que el esquema corporal
se enriquece con nuestras experiencias, y que
incluye el conocimiento y conciencia que uno
tiene de sí mismo, es decir:
Nuestros límites en el espacio (morfología).
Nuestras posibilidades motrices (rapidez,
agilidad, etc.).
Nuestras posibilidades de expresión a través
del cuerpo (actitudes, mímica, etc.).
Las percepciones de las diferentes partes de
nuestro cuerpo.
El conocimiento verbal de los diferentes
elementos corporales.
Las posibilidades de representación que
tenemos de nuestro cuerpo (desde el punto de
vista mental o desde el punto de vista
gráfico).
Los elementos fundamentales y necesarios para
una correcta elaboración del esquema corporal
son: la actividad tónica, el equilibrio y
conciencia corporal.
Actividad Tónica:
"La actividad tónica consiste en un estado
permanente de ligera contracción en el cual se
encuentran los músculos estriados. La finalidad
de esta situación es la de servir de telón de fondo
a las actividades motrices y posturales"
(Stamback, 1.979).
Para la realización de cualquier movimiento o
acción corporal, es preciso la participación de
los músculos del cuerpo, hace falta que unos se
activen o aumenten su tensión y otros se inhiban
o relajen su tensión. La ejecución de un acto
motor voluntario, es imposible si no se tiene
control sobre la tensión de los músculos que
intervienen en los movimientos.
La actividad tónica es necesaria para realizar
cualquier movimiento y está regulada por el
sistema nervioso. Se necesita un aprendizaje
para adaptar los movimientos voluntarios al
objetivo que se pretende. Sin esta adaptación no
podríamos actuar sobre el mundo exterior y el
desarrollo psíquico se vería seriamente
afectado, debido a que, en gran medida,
depende de nuestra actividad sobre el entorno y
la manipulación de los objetos como punto de
partida para la aparición de procesos superiores.
La actividad tónica proporciona sensaciones
que inciden fundamentalmente en la
construcción del esquema corporal. La
conciencia de nuestro cuerpo y de su control
depende de un correcto funcionamiento y
dominio de la tonicidad.
La actividad tónica está estrechamente unida
con los procesos de atención, de tal manera que
existe una estrecha interrelación entre la
actividad tónica muscular y la actividad tónica
cerebral. Por tanto, al intervenir sobre el control
de la tonicidad intervenimos también sobre el
control de los procesos de atención,
imprescindibles para cualquier aprendizaje.
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Asimismo, a través de la formación reticular, y
dada la relación entre ésta y los sistemas de
reactividad emocional, la tonicidad muscular
está muy relacionada con el campo de las
emociones y de la personalidad, con la forma
característica de reaccionar del individuo.
Existe una regulación recíproca en el campo
tónico-emocional y afectivo-situacional. Por
ello, las tensiones psíquicas se expresan siempre
en tensiones musculares. Para la
psicomotricidad resulta interesante la
posibilidad de hacer reversible la equivalencia y
poder trabajar con la tensión/relajación
muscular para provocar aumento/disminución
de la tensión emocional de las personas.
Para desarrollar el control de la tonicidad se
pueden realizar actividades que tiendan a
proporcionar al niño o a la niña el máximo de
sensaciones posibles de su propio cuerpo, en
diversas posiciones (de pie, sentado, reptando, a
gatas), en actitudes estáticas o dinámicas
(desplazamientos) y con diversos grados de
dificultad que le exijan adoptar diversos niveles
de tensión muscular.
Se debe tener en cuenta que el desarrollo del
control tónico está íntimamente ligado al
desarrollo del control postural, por lo que
ambos aspectos se deben trabajar
paralelamente.
Equilibrio:
Referirse al equilibrio del ser humano remite a
la concepción global de las relaciones ser-
mundo. El "equilibrio-postural-humano" es el
resultado de distintas integraciones sensorio-
perceptivo-motrices que (al menos en una
buena medida) conducen al aprendizaje en
general y al aprendizaje propio de la especie
humana en particular, y que, a su vez, puede
convertirse, si existen fallos, en obstáculo más
o menos importante, más o menos significativo,
para esos logros.
El sentido del equilibrio o capacidad de orientar
correctamente el cuerpo en el espacio, se
consigue a través de una ordenada relación entre
el esquema corporal y el mundo exterior. El
equilibrio es un estado por el cual una persona,
puede mantener una actividad o un gesto,
quedar inmóvil o lanzar su cuerpo en el espacio,
utilizando la gravedad o resistiéndola. El
equilibrio requiere de la integración de dos
estructuras complejas:
El propio cuerpo y su relación espacial.
Estructura espacial y temporal, que facilita
el acceso al mundo de los objetos y las
relaciones.
Características orgánicas del equilibrio:
La musculatura y los órganos sensorio
motores son los agentes más destacados en el
mantenimiento del equilibrio.
El equilibrio estático proyecta el centro
de gravedad dentro del área delimitada por los
contornos externos de los pies.
El equilibrio dinámico, es el estado
mediante el que la persona se mueve y durante
este movimiento modifica constantemente su
polígono de sustentación.
El equilibrio está vinculado directamente con
los siguientes sistemas:
El sistema laberíntico.
El sistema de sensaciones placenteras.
El sistema kinestésico.
Las sensaciones visuales.
Los esquemas de actitud.
Los reflejos de equilibración.
Los trastornos del equilibrio afectan la
construcción del esquema corporal, dificultad
en la estructura espacial y temporal. Además,
provoca inseguridad, ansiedad, imprecisión,
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escasa atención y en algunos casos, inhibición.
En el momento en que el equilibrio se altera,
una de las manifestaciones más evidentes que
surgen es el vértigo. El vértigo se define como
una sensación falsa de giro o desplazamiento de
la persona o de los objetos, en otras ocasiones
lo que aparece es una sensación de andar sobre
una colchoneta o sobre algodones, que es lo que
se conoce como mareo.
Para estimular el desarrollo del equilibrio de
manera adecuada se debe:
Evitar situaciones que generen ansiedad
e inseguridad por parte del niño/a.
Educar a partir de una progresión lenta.
Trabajar el hábito a la altura y la caída.
Disminuir la ayuda o la contención
paulatinamente.
Introducir juegos, movimientos rítmicos
que favorezcan el balanceo.
Posicionarse, cada vez más rápido, en
un primer momento con ayuda y luego sin
ayuda.
Supresión de los ojos en cortos períodos
de tiempo. Juegos con ojos cerrados.
Conciencia Corporal:
La conciencia corporal es el medio fundamental
para cambiar y modificar las respuestas
emocionales y motoras. Aunque se debe tener
en cuenta que se entra en un proceso de
retroalimentación, puesto que el movimiento
consciente ayuda a incrementar a su vez la
conciencia corporal y la relajación. Los
fundamentos de la conciencia corporal, del
descubrimiento y la toma de conciencia de
son:
Conocimiento del propio cuerpo global y
segmentario.
Elementos principales de cada una de las
partes su cuerpo en mismo y en el otro.
Movilidad-inmovilidad.
Cambios posturales. (Tumbado, de pie, de
rodillas, sentado)
Desplazamientos, saltos, giros. (De unas
posturas a otras.)
Agilidad y coordinación global.
Noción y movilización del eje corporal.
Equilibrio estático y dinámico.
Lateralidad.
Respiración.
Identificación y autonomía.
Control de la motricidad fina.
Movimiento de las manos y los dedos.
Coordinación óculo manual.
Expresión y creatividad.
Desarrollo expresivo de sentidos y
sensaciones.
Conclusiones
Para llegar a tener un desarrollo óptimo de la
conciencia corporal se deben de tener en cuenta
los siguientes aspectos: Tomar conciencia del
cuerpo como elemento expresivo y vivenciado.
Conocer, desarrollar y experimentar los
elementos de la expresión: espacio, tiempo y
movimiento y todas sus combinaciones.
Conocer, desarrollar y favorecer la
comunicación intrapersonal, interpersonal,
intragrupo e intergrupal. Trabajo en grupo.
Vivenciar situaciones que favorezcan el
autoconocimiento, la percepción,
sensibilización, desinhibición, un clima de
libertad y creatividad.
De manera general se puede decir que con un
adecuado desarrollo de estos tres importantes
elementos de la psicomotricidad no sólo se
logrará un buen control del cuerpo, sino que
también brindará la oportunidad de desarrollar
diversos aspectos en el ser humano, tales como
las emociones, el aprendizaje, sentimientos,
miedos, etc. Todos los elementos desarrollados
en forma progresiva y sana conseguirán crear
individuos exitosos tanto interna como
externamente.
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