Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 6
Junio del 2025
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PRÁCTICAS DEPORTIVAS COMO MÉTODO DE ENSEÑANZA PARA EL APRENDIZAJE
SIGNIFICATIVO EN LAS CLASES DE EDUCACIÓN FÍSICA
SPORTS PRACTICES AS A TEACHING METHOD FOR MEANINGFUL LEARNING IN
PHYSICAL EDUCATION CLASSES
Autor: ¹Pedro Daniel Córdova Salinas y 2Elva Katherine Aguilar Morocho.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-0824-3882
2ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3008-7317
¹E-mail de contacto: pcordova9711@utm.edu.ec
2E-mail de contacto: elva.aguilar@utm.edu.ec
Afiliación:1*2*Universidad Técnica de Manabí, (Ecuador).
Articulo recibido: 9 de mayo del 2025
Articulo revisado: 11 de mayo del 2025
Articulo aprobado: 5 de junio del 2025
¹Estudiante egresado de la carrera de Licenciatura en Pedagogía de la Actividad Física y Deportes de la Universidad Técnica de Manabí,
(Ecuador).
2Licenciada en Administración de Empresas obtenido en la Universidad Técnica de Machala, (Ecuador). Magíster en Entrenamiento
Deportivo de la Universidad de las Fuerzas Armadas, (Ecuador). Doctora en Educación Física y Entrenamiento Deportivo graduada en el
Beijing Sport University, (China) con 14 años de experiencia laboral, actualmente Docente Titular Principal 1 Docente de Pregrado y
Posgrado de la Universidad Técnica de Manabí, (Ecuador).
Resumen
El presente estudio tuvo como objetivo analizar
cómo las prácticas deportivas estructuradas
pueden utilizarse como estrategia de enseñanza
para fomentar el aprendizaje en las clases de
educación física. Para cumplir este propósito, se
empleó una metodología combinada que
incluyó la aplicación de test estructurados a 40
estudiantes de primer año de Bachillerato
General Unificado de la Escuela "Doce de
Marzo", además de observaciones directas
realizadas durante cinco sesiones prácticas. Las
actividades deportivas aplicadas incluyeron
fútbol, baloncesto, atletismo, voleibol y
multideporte, permitiendo evaluar tanto
aspectos físicos como actitudinales. Los datos
recogidos revelaron que la mayoría de los
estudiantes percibieron mejoras en su
motivación, en su capacidad de trabajo en
equipo y en su comprensión de los contenidos
teóricos gracias a las prácticas deportivas.
También se reportó un desarrollo positivo de
habilidades transversales como la empatía, la
colaboración y la comunicación. Sin embargo,
algunos estudiantes mencionaron que tuvieron
dificultades para relacionar estas actividades
físicas con el rendimiento académico en otras
asignaturas. Se concluye que es necesario
fortalecer la capacitación docente en
metodologías activas e integrar más
eficazmente los contenidos teóricos con las
prácticas deportivas y que la diversificación de
actividades es importante para mantener la
motivación estudiantil y la asignación de roles
en los equipos para fomentar la interacción
social.
Palabras clave: Deporte, Enseñanza, Fútbol,
Rendimiento académico, Aprendizaje.
Abstract
The present study aimed to analyze how
structured sports practices can be used as a
teaching strategy to promote learning in
physical education classes. To fulfill this
purpose, a combined methodology was used,
which included the application of structured
tests to 40 first year students of the Unified
General High School of the “Doce de Marzo”
School, in addition to direct observations made
during five practical sessions. The sports
activities applied included soccer, basketball,
athletics, volleyball and multisport, allowing
the evaluation of both physical and attitudinal
aspects. The data collected revealed that most
of the students perceived improvements in their
motivation, in their ability to work in teams and
in their understanding of the theoretical
contents thanks to the sports practices. Positive
development of transversal skills such as
empathy, collaboration and communication
was also reported. However, some students
mentioned that they had difficulties in relating
these physical activities to academic
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performance in other subjects. It is concluded
that it is necessary to strengthen teacher
training in active methodologies and to
integrate more effectively the theoretical
contents with sports practices and that the
diversification of activities is important to
maintain student motivation and the
assignment of roles in the teams to promote
social interaction.
Keywords: Sport, Teaching, Soccer,
Academic performance, Learning.
Sumário
O objetivo deste estudo foi analisar como as
práticas desportivas estruturadas podem ser
utilizadas como estratégia de ensino para
promover a aprendizagem nas aulas de
Educação Física. Para o efeito, foi utilizada uma
metodologia combinada, que incluiu a
aplicação de testes estruturados a 40 alunos do
primeiro ano do Bacharelato Geral Unificado
do Colégio “Doce de Marzo”, bem como
observações diretas realizadas durante cinco
sessões práticas. As actividades desportivas
aplicadas incluíram o futebol, o basquetebol, o
atletismo, o voleibol e o polidesportivo,
permitindo a avaliação de aspectos físicos e
atitudinais. Os dados recolhidos revelaram que
a maior parte dos alunos percebeu melhorias na
sua motivação, na sua capacidade de trabalhar
em equipa e na sua compreensão dos conteúdos
teóricos graças às práticas desportivas. Também
foi registado um desenvolvimento positivo de
competências transversais como a empatia, a
colaboração e a comunicação. No entanto,
alguns alunos referiram que tinham dificuldades
em relacionar estas actividades físicas com o
desempenho académico noutras disciplinas.
Conclui-se que é necessário reforçar a formação
dos professores em metodologias activas e
integrar mais eficazmente os conteúdos teóricos
com as práticas desportivas e que a
diversificação das actividades é importante para
manter a motivação dos alunos e a atribuição de
papéis nas equipas para incentivar a interação
sob a orientação dos professores.
Palavras-chave: Desporto, Ensino, Futebol,
Desempenho académico, Aprendizagem.
Introducción
El deporte se ha convertido en una herramienta
clave en la educación, sirve para mejorar la
salud, y también para ayudar a los estudiantes a
aprender más profundamente y
significativamente. Las actividades deportivas
en la educación física van más allá de la
actividad física básica y se convierten en un
medio efectivo para el desarrollo integral del
alumnado. Según Montoya y García (2024) “el
deporte no solo mejora la condición física de los
estudiantes, sino que también favorece el
aprendizaje cognitivo, social y emocional” (p.
6). A partir de esta perspectiva, se inicia un
estudio sobre el uso de actividades deportivas
como estrategia de enseñanza en las clases de
educación física. Según el enfoque del
aprendizaje significativo de Ausubel, los
estudiantes pueden relacionar el conocimiento
que adquieren con sus experiencias previas. Los
estudiantes pueden experimentar el aprendizaje
a través de actividades deportivas, lo que
facilita la interiorización de conceptos teóricos
de manera más práctica y palpable. Por lo tanto,
se puede argumentar que la educación física,
mediante la implementación de actividades
deportivas estructuradas, brinda un terreno fértil
para el desarrollo de habilidades que van más
allá de lo físico, como la toma de decisiones, el
trabajo en equipo y la resolución de problemas.
Además, las actividades deportivas en el salón
de clases ayudan a los estudiantes a desarrollar
las habilidades socioemocionales básicas.
Como señala Pacheco y Miranda (2023) el
deporte en el ámbito educativo debe verse como
una actividad recreativa, y como una forma de
desarrollar competencias transversales en los
estudiantes. Este enfoque integrador reconoce
el valor del deporte para fomentar habilidades
como el respeto, la empatía y la cooperación,
que son esenciales para la convivencia escolar.
Es importante tener en cuenta el papel del
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maestro en este proceso. El objetivo de un
maestro de educación física no es solo
transmitir información teórica, sino también
promover el aprendizaje a través de la práctica
deportiva. Esto implica un cambio de
paradigma en la enseñanza tradicional de la
educación física, donde los maestros son los
líderes en la creación de experiencias
significativas para los estudiantes. La función
del profesor de educación física ha
evolucionado hacia un rol más activo en la
mediación del aprendizaje a través de la
experiencia deportiva, según (Ñacato et al.,
2020).
Las actividades deportivas permiten a los
estudiantes participar activamente en el proceso
de aprendizaje. El desarrollo de habilidades
cognitivas y emocionales, que son esenciales
para el aprendizaje integral del estudiante, se
fomenta por esta participación activa. Los
estudiantes que participan en actividades
deportivas estructuradas muestran una mayor
capacidad para resolver problemas complejos y
trabajar en equipo (Baque, 2021). Por lo tanto,
el uso de prácticas deportivas en la educación
física se alinea con los principios del
aprendizaje significativo porque brinda a los
estudiantes oportunidades para aplicar y
contextualizar sus conocimientos en situaciones
reales. Este método no solo facilita la
adquisición de conocimientos, sino también el
desarrollo de habilidades que serán útiles tanto
ahora como en el futuro.
En muchos entornos educativos, las clases de
educación física aún no se enfocan
adecuadamente en los beneficios potenciales
que las prácticas deportivas pueden aportar al
aprendizaje. En muchas instituciones
educativas, las clases de educación física siguen
enfocándose en actividades aisladas y sin un
propósito claro para el aprendizaje. Esto se
limita a la mera actividad física y carece de un
enfoque pedagógico que fomente el aprendizaje
significativo. Esto provoca una desconexión
entre el contenido teórico y las actividades
deportivas, lo que limita la capacidad de la
educación física para contribuir al desarrollo
integral del estudiante. La falta de capacitación
docente adecuada hace que este problema se
agrave. Muchos docentes carecen de los
recursos pedagógicos necesarios para
implementar un enfoque basado en el
aprendizaje significativo a través del deporte, lo
que tiene un impacto negativo en la calidad de
las clases que imparten. De acuerdo con
Bladovi et al. (2021) la falta de capacitación
pedagógica en los maestros de educación física
dificulta la implementación adecuada de
metodologías activas y participativas que
fomenten el aprendizaje significativo.
La falta de infraestructura adecuada para la
práctica deportiva en muchas instituciones
educativas es otro aspecto importante del
problema. Es difícil llevar a cabo un programa
de educación física que permita a los
estudiantes participar en actividades deportivas
que realmente fomenten el aprendizaje
significativo si no hay instalaciones adecuadas.
Moreno et al. (2021) afirman que la falta de
recursos e instalaciones deportivas limita el
potencial de la educación física como espacio
para el aprendizaje integral. Otro problema es la
baja participación de los estudiantes en las
actividades deportivas en el salón de clases.
Para que las prácticas deportivas realmente
promuevan el aprendizaje significativo, es
esencial que los estudiantes participen
activamente en el diseño y desarrollo de las
actividades, algo que rara vez sucede en la
práctica.
De acuerdo con los estudios realizados por
Vélez y Guzmán (2024) es esencial que los
estudiantes participen activamente en
actividades deportivas para promover un
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aprendizaje más profundo y significativo. Es
importante destacar que la falta de integración
curricular entre las diversas áreas del
conocimiento y la educación física contribuye a
que esta última sea percibida como una
disciplina aislada, sin conexión con los demás
aprendizajes que reciben los estudiantes durante
su formación académica. Esto impide que las
actividades deportivas aprovechen al máximo
su potencial para mejorar el aprendizaje en otras
áreas del currículo escolar. El estudio de León y
Rubio (2024) aborda la integración
interdisciplinaria entre la actividad física y la
enseñanza de la física, destacando esta
estrategia como un recurso valioso para
enriquecer el proceso educativo. La
investigación se centra en cómo las actividades
deportivas pueden mejorar el aprendizaje de la
Física, centrándose en cómo pueden usarse
interdisciplinariamente. Para evaluar el impacto
de las actividades deportivas en la enseñanza de
esta materia, se empleó un diseño mixto que
combina métodos cualitativos y cuantitativos.
El estudio involucró a 59 estudiantes de
segundo año de bachillerato, así como dos
profesores de educación física y cuatro
profesores de educación física. La etapa
cualitativa del estudio utilizó observación de
clases y entrevistas semiestructuradas; la etapa
cuantitativa utilizó cuestionarios previos y
posteriores. Los resultados demuestran un
consenso favorable sobre la posibilidad de
incluir contenidos de Física en las clases de
Educación Física, reconociendo el valor
pedagógico de las actividades físicas. Sin
embargo, a pesar de la notable incorporación de
conceptos físicos en las clases, todavía hay
dudas sobre la eficacia de las intervenciones
pedagógicas para mejorar el rendimiento de los
estudiantes. Esto indica que se necesitan
investigaciones y mejoras en las estrategias
pedagógicas para lograr una educación más
justa y efectiva.
Según Pereira et al. (2020) el objetivo del
estudio fue analizar cómo se desarrollaron el
deporte y los enfoques curriculares en las clases
de educación física utilizando un enfoque
cualitativo interpretativo, ya que este enfoque
permite comprender los fenómenos educativos
como realidades múltiples y socialmente
construidas. Bladovi et al. (2021) mencionan
que la enseñanza de la Educación Física (EF) ha
sido un desafío tanto para los maestros como
para los estudiantes porque requiere la
comprensión de las TIC y la implementación de
estrategias innovadoras para mantener el interés
y la motivación de los estudiantes. Esta
investigación busca nuevas formas de enseñar
que mejoren la eficacia de la EF durante el
confinamiento. Alfonzo et al (2020) mencionan
que la educación física ofrece una oportunidad
única para ayudar a los niños a aprender a
manejar los conflictos en el mundo real,
utilizando el juego como un lugar donde los
equipos atacantes y defensores interactúan. El
objetivo principal del estudio es sugerir una
estrategia de enseñanza para los cursos de
educación primaria superior.
En la educación física, el aprendizaje
significativo se basa en la capacidad de los
estudiantes para conectar los nuevos
conocimientos con sus experiencias previas.
Este método de enseñanza fomenta una
enseñanza en la que los conceptos teóricos de la
actividad física se relacionan con la vida real, lo
que permite una mayor retención y
comprensión de los contenidos. Bernate et al.
(2020) afirman que este tipo de aprendizaje es
crucial para mejorar el desarrollo integral de los
estudiantes porque se enfoca en las habilidades
físicas, y también en los aspectos cognitivos y
sociales, promoviendo la interacción y la
participación activa en el aprendizaje (p. 4).
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El aprendizaje significativo es especialmente
importante en la educación física cuando se
utilizan estrategias didácticas que permiten a los
estudiantes experimentar experiencias reales
que les ayudan a internalizar las ideas. Como
señalan Pereira Valdez et al. (2020) es esencial
que los maestros involucren a sus alumnos en
actividades lúdicas y deportivas porque estas
actividades fomentan el desarrollo motriz, y
también fomentan la creación de valores y la
mejora de las capacidades cognitivas. Este
enfoque educativo en la educación física mejora
el rendimiento académico y aumenta la
motivación y el interés de los estudiantes. “El
aprendizaje se convierte en un proceso activo y
participativo cuando se conectan los contenidos
con situaciones reales y cotidianas. Como
resultado, los estudiantes pueden aplicar lo que
han aprendido a su vida diaria” (Álvarez, 2022,
p. 8).
Por otro lado, las actividades deportivas se han
convertido en una herramienta útil en la
educación, no solo para mejorar su condición
física, sino también para mejorar su formación
integral. El deporte es un excelente medio para
enseñar habilidades como la resolución de
conflictos, el trabajo en equipo, la cooperación
y la toma de decisiones (Bernate et al., 2020).
El deporte también permite a los estudiantes
enfrentar situaciones reales en un entorno
controlado, en el que aprenden a manejar la
presión, a respetar las reglas y a valorar el
esfuerzo individual y colectivo. Desde un punto
de vista más didáctico, las actividades
deportivas son una excelente plataforma para
enseñar valores y competencias sociales. Los
educadores pueden utilizar los deportes para
promover la disciplina, la inclusión y el respeto
por la diversidad al incorporarlos en el plan de
estudios (Díaz et al., 2022).
Los estudiantes obtienen experiencias
significativas de las actividades deportivas que
pueden aplicar a su vida diaria, lo que refuerza
el aprendizaje en un contexto práctico y
aplicable. El deporte en la educación física
también mejora el desarrollo cognitivo y
emocional. Los estudiantes aprenden a
establecer metas, evaluar sus capacidades y
desarrollar habilidades de autoevaluación
participando en actividades deportivas Esto
mejora su capacidad para afrontar desafíos tanto
dentro como fuera del aula. En este sentido, las
actividades deportivas no solo mejoran la salud
física, sino que también contribuyen a mejorar
el aprendizaje desde una perspectiva integral
(Montoya y García, 2024).
Para que el aprendizaje a través del deporte sea
enriquecedor y exitoso, el papel del maestro es
fundamental. El maestro no solo actúa como un
transmisor de conocimientos técnicos, sino
también como un guía que ayuda a los
estudiantes a adquirir habilidades sociales,
emocionales y cognitivas. El maestro crea un
entorno de aprendizaje activo donde los
estudiantes pueden explorar, experimentar y
reflexionar sobre sus propias acciones. Esto
fomenta un aprendizaje más profundo y
significativo (Pineda, 2021). El maestro
también facilita el proceso de enseñanza al crear
un entorno colaborativo y participativo donde
los estudiantes son incentivados a trabajar en
equipo, resolver problemas y tomar decisiones.
Este método es particularmente útil en deportes
porque permite a los estudiantes desarrollar
habilidades como la cooperación y el respeto
mutuo mientras aprenden a manejar la
competencia de manera constructiva
(Menescardi et al., 2020).
De esta manera, el maestro se convierte en un
mediador que guía el desarrollo completo del
estudiante, integrando el aspecto físico con el
aspecto cognitivo y afectivo. Por otro lado, el
papel del maestro también es crucial para
adaptar el contenido deportivo al contexto y las
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necesidades de los estudiantes. Esto significa
que el educador debe evaluar continuamente el
progreso de los estudiantes y ajustar las
actividades y estrategias pedagógicas para
asegurarse de que todos los estudiantes avancen
de acuerdo con sus capacidades. De esta
manera, el maestro garantiza que el proceso de
enseñanza-aprendizaje sea justo y inclusivo,
promoviendo el desarrollo integral de todos los
estudiantes (Llamas et al., 2023).
La educación física es esencial para el
desarrollo integral de los estudiantes porque no
solo mejora el bienestar físico de los
estudiantes, sino que también ayuda en su
crecimiento cognitivo, emocional y social. En
primer lugar, la actividad física mejora la
coordinación, la resistencia y la fuerza, que son
fundamentales para un estilo de vida saludable.
No obstante, su influencia va más allá del
aspecto físico, ya que afecta la creación de
hábitos de vida saludables, los cuales pueden
prevenir enfermedades a largo plazo (Bernate,
2021). La educación física también fomenta el
desarrollo social de los estudiantes al
permitirles interactuar con sus compañeros,
aprender a trabajar juntos y respetar las normas.
Según Ortiz et al (2023) los juegos y deportes
enseñan a los estudiantes el trabajo en equipo,
la comunicación efectiva y la resolución de
conflictos. Además de fortalecer sus relaciones
interpersonales, estas interacciones les enseñan
a enfrentar problemas de manera colectiva, lo
que los prepara para integrarse en diferentes
contextos sociales. La educación física también
ayuda al desarrollo emocional de los estudiantes
porque les enseña a manejar el estrés y la
presión, enfrentar los fracasos y disfrutar de los
logros. La competencia sana en el deporte
mejora la autoestima y la confianza, enseñando
a los estudiantes a valorar su perseverancia y
esfuerzo. La educación física es esencial para el
desarrollo integral al equilibrar los aspectos
físico, cognitivo, emocional y social (pp. 3-4).
Numerosos estudios han investigado la relación
entre la actividad física y el desarrollo cognitivo
y han demostrado que el ejercicio regular no
solo mejora la salud física, sino que también
mejora las funciones cognitivas. La actividad
física primero mejora el flujo sanguíneo al
cerebro, lo que mejora la oxigenación y la
liberación de neurotransmisores importantes,
como la dopamina y las endorfinas, que están
relacionadas con el bienestar y la capacidad de
concentración. Este proceso mejora el
rendimiento académico de los estudiantes al
ayudarlos a concentrarse, recordar y procesar
información (Arboix et al., 2022). Además,
varios estudios han demostrado que la actividad
física promueve la neuroplasticidad, que es la
capacidad del cerebro para adaptarse y
reorganizarse con el tiempo. Las áreas del
cerebro relacionadas con la planificación, la
toma de decisiones y la resolución de problemas
se activan al hacer ejercicio regularmente,
especialmente aquellos que requieren
coordinación y estrategia, como los deportes en
equipo.
El deporte desarrolla así habilidades cognitivas
fundamentales para el aprendizaje y habilidades
motrices y la actividad física ha mejora el
estado emocional de los estudiantes, lo que
tiene un impacto positivo en su desarrollo
cognitivo. Los estudiantes se enfrentan a sus
estudios con mayor disposición y menos estrés
gracias a un estado emocional equilibrado
creado por la liberación de tensiones y el
aumento de la motivación a través del ejercicio
(Buenaño, 2023, p. 7). Esto demuestra que la
actividad física es un complemento esencial
para el desarrollo cognitivo en la educación
porque mejora el entorno para el aprendizaje y
la retención de información.
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Las metodologías de enseñanza de educación
física han cambiado mucho, lo que ha permitido
la creación de enfoques centrados en el
estudiante. El modelo tradicional, que se
caracteriza por la instrucción directa y la
repetición de técnicas, ha sido criticado por no
satisfacer las necesidades individuales de los
estudiantes y no estar relacionado con el
contexto real del juego. Este enfoque dirige las
actividades y el aprendizaje se centra en la
ejecución correcta de habilidades específicas.
Sin embargo, el docente no tiene una
comprensión profunda del contexto táctico
(Sierra et al., 2019). Por el contrario, Bunker y
Thorpe sugieren que la enseñanza comprensiva
de los deportes prioriza la comprensión táctica
del juego antes de abordar las habilidades
técnicas. Los estudiantes pueden tomar
decisiones tácticas en un entorno de juego
modificado gracias a esta metodología activa, lo
que facilita la transferencia de conocimientos
entre diferentes modalidades deportivas. En
contraste con el enfoque tradicional, al centrarse
en los intereses y necesidades del alumnado, se
fomenta un aprendizaje más significativo y
participativo. La enseñanza comprensiva
fomenta el aprendizaje integral y adaptado a las
realidades del juego, mientras que el modelo
tradicional se concentra en la repetición técnica
y el mando directo (Álvarez, 2022).
Dado que implica mucho más que el simple
ejercicio físico, el deporte puede ayudar a los
estudiantes a desarrollar sus habilidades
cognitivas. En primer lugar, el ejercicio físico
requiere la toma constante de decisiones, lo que
mejora la capacidad de pensar críticamente y la
capacidad de resolver problemas en tiempo real.
Los estudiantes deben mejorar sus habilidades
de planificación y razonamiento evaluando
situaciones, anticipando movimientos y
tomando decisiones rápidas. Este tipo de toma
de decisiones en un entorno dinámico mejora
las conexiones neuronales y contribuye al
desarrollo de la flexibilidad cognitiva (Moreno
et al., 2021). El deporte también mejora la
memoria y la atención porque muchas
actividades deportivas requieren que los
estudiantes recuerden reglas, tácticas y
estrategias mientras hacen ejercicio físico. Estas
demandas cognitivas, junto con la necesidad de
mantener la concentración en entornos
cambiantes, ayudan a mejorar la atención
sostenida y la memoria de trabajo. Los
estudiantes mejoran su rendimiento académico
a través de sus habilidades deportivas.
El deporte, por otro lado, ayuda a desarrollar
habilidades cognitivas como el control de los
impulsos y la autorregulación. Los estudiantes
desarrollan autocontrol y disciplina al aprender
a controlar sus emociones y reacciones bajo
presión. Estas habilidades cognitivas son
esenciales para el éxito en el deporte y en el
entorno educativo (Pereira et al., 2020). La
incorporación de actividades deportivas en el
currículo de la educación física no solo
responde a la necesidad de incentivar a los
estudiantes a participar en actividades físicas,
sino que también se justifica por su capacidad
para mejorar el aprendizaje significativo. Los
estudiantes pueden conectar el conocimiento
teórico con la vida real cuando participan en
actividades deportivas, lo que les permite vivir
experiencias de aprendizaje que trascienden el
salón de clases. El aprendizaje significativo se
logra cuando el estudiante puede relacionar el
contenido académico con su experiencia
personal y cotidiana (Rodríguez et al., 2022).
Además, las metodologías basadas en el deporte
brindan una oportunidad única para desarrollar
habilidades transversales como el trabajo en
equipo, la resolución de problemas y la gestión
de emociones, que son esenciales para el
desarrollo integral del estudiante. Según Ponce
(2021) las competencias transversales son
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fundamentales para la formación de ciudadanos
responsables y críticos, y las prácticas
deportivas son un medio ideal para su
desarrollo. Desde una perspectiva pedagógica,
las prácticas deportivas también permiten a los
docentes adoptar un rol más activo como
facilitadores del aprendizaje en lugar de meros
transmisores de conocimientos. Esto implica un
cambio en la educación física en las escuelas, lo
que fomenta una mayor participación de los
estudiantes en el aprendizaje. El profesor de
educación física debe asumir un papel mediador
que facilite la construcción de aprendizajes
significativos a través de experiencias
deportivas, como destaca Pereira et al. (2020).
Las actividades deportivas en el salón de clases
mejoran el bienestar socioemocional de los
estudiantes. Los deportes organizados no solo
mejoran la salud física, sino que también
brindan oportunidades para expresar
emociones, socializar y fortalecer la autoestima.
El deporte contribuye al desarrollo emocional
de los estudiantes al ofrecerles un espacio
seguro para el autoconocimiento y la regulación
emocional (Rincón y García, 2022). Las
políticas educativas internacionales respaldan la
inclusión de actividades deportivas en el
currículo escolar y enfatizan la importancia de
la educación física como un componente
esencial del desarrollo educativo integral. Es
por esta razón que el objetivo de nuestra
investigación es: Desarrollar competencias
transversales en los estudiantes a través de la
participación en prácticas deportivas
estructuradas.
Materiales y Métodos
Para comprender el impacto de las prácticas
deportivas como método de enseñanza en el
aprendizaje en las clases de educación física, en
este estudio se utilizó un tipo de investigación
de carácter experimental con un enfoque mixto
que combina cualitativos y cuantitativos. En
primera instancia se realizó un diagnóstico para
conocer el grado de habilidad de cada estudiante
evaluado; luego se realizó la recolección de
datos a través de dos métodos de investigación
que fue una encuesta (post test) con el modelo
de la escala de Likert aplicada en la Escuela
"Doce de Marzo" a 40 estudiantes 20 de sexo
femenino y 20 de sexo masculino, todos de
primer año de Bachillerato General Unificado
(BGU) en edades comprendidas de 14 a 17 años
que es la etapa ideal para evaluar variables
como la satisfacción con las clases de educación
física, la efectividad percibida de las prácticas
deportivas y su impacto en el rendimiento
académico; y una exhaustiva revisión
bibliográfica sobre estudios previamente
realizado sobre esta línea de investigación.
Estos datos se obtuvieron con la ejecución de
las siguientes actividades: realización de un
diagnóstico con un pre test, el cual sirvió para
medir el aprendizaje antes de realizar las
sesiones. Observación directa o de campo en
cinco sesiones de educación física en las que se
aplicaron prácticas deportivas en cada una de
ellas. La encuesta medió lo aprendido después
de aplicar las actividades anteriores. El
procesamiento de estos se realiza directamente
mediante un análisis en el apartado resultados.
Resultados y Discusión
Antes de implementar las prácticas deportivas,
se aplicó un pre test físico y/o actitudinal a los
estudiantes con el objetivo de conocer su estado
inicial en cuanto a rendimiento, motivación o
habilidades específicas. Los resultados
evidenciaron que la mayoría de los estudiantes
presentaban bajos niveles de resistencia,
coordinación y trabajo en equipo. Durante cinco
sesiones de educación física se aplicaron
diferentes prácticas deportivas, como juegos
cooperativos, circuitos de agilidad, partidos
amistosos, dinámicas de coordinación y juegos
mixtos (varias dinámicas).
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Tabla 1. Diagnóstico del pre test
Sesión
Práctica aplicada
Actividad aplicada
Diagnóstico Inicial
1
Juegos cooperativos
Balón prisionero
Los estudiantes mostraban baja colaboración entre
compañeros y poca comunicación.
2
Atletismo
Circuito de agilidad
Se evidenciaba baja resistencia física y reacción lenta ante
estímulos.
3
Voleibol
Dinámicas de
coordinación
Presentaban dificultad para mantener el equilibrio y
coordinación de movimientos.
4
Fútbol
Partidos amistosos
Había iniciativa para tomar decisiones, pero les faltaba
planificación grupal.
5
Multideporte
Juegos mixtos
No integraban correctamente sus habilidades aprendidas.
Fuente: elaboración propia
El diagnóstico inicial revela que los estudiantes
presentan dificultades en varias áreas clave: en
colaboración y comunicación, con baja
interacción en juegos cooperativos; en
resistencia física y reacción, evidenciada en el
circuito de agilidad; en habilidades motrices,
como mantener el equilibrio y coordinación en
voleibol; en toma de decisiones y planificación
en fútbol, donde aunque muestran iniciativa,
carecen de organización grupal; y en la
integración de habilidades transferidas, ya que
en multideporte no logran aplicar correctamente
las habilidades aprendidas. Estos aspectos
indican la necesidad de fortalecer las
competencias sociales, físicas, motrices y
tácticas para mejorar su desempeño integral en
las actividades deportiva
Tabla 2. Procedimiento de las prácticas deportivas aplicadas
Sesión
Práctica
aplicada
Tiempo
total
Inicio de la sesión
Durante la sesión
Final de la sesión
1
Juegos
cooperativos
45 min
Se realizó la dinámica
rompehielo y los puse a
hacer una carrera corta
Se realizó el juego de
“Balón prisionero” por
equipos, en donde se
solicitó que se ayuden entre
ellos y se comuniquen
Se realizó comentarios
acerca de cómo se
sintieron trabajando en
grupo y se desarrolló
ejercicios de estiramiento
en los brazos y piernas
2
Atletismo
50 min
Se trotó alrededor de la
cancha y estiramos
juntos
Se realizó un circuito con
saltos, conos, y carreras
cortas para mejorar su
resistencia
Se evaluó los tiempos que
hicieron, y se dio una
charla motivadora,
finalizando con una
caminata lenta
3
Voleibol
45 min
Se realizó un
calentamiento con pases
suaves del balón y
movimiento de brazos
Se practicó el voleo y
saques por parejas; luego se
realizó ejercicios de
coordinación
Se consultó qué parte les
costó más, se realizó
ejercicios de relajación de
los músculos y de
respiración
4
Fútbol
60 min
Se dio toques con el
balón por pareja para
que practiquen pases
Se organizó partidos entre
equipos pequeños y les pedí
que pensaran bien antes de
pasar el balón
Compartimos ideas sobre
lo aprendido y les pedí
que estiren piernas y
espalda
5
Multideporte
50 min
Se diseñaron juegos
rápidos tipo “la cuerda”
y saltos para activarnos
Se mezcló dinámicas de
diferentes deportes: relevos,
mini fútbol, y juegos con
pelota
Se realizó una charla
sobre lo que más les gustó
y se guio a partir de una
relajación para terminar
Fuente: elaboración propia
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Una vez finalizadas las sesiones deportivas, se
aplicó el test final con el fin de identificar los
avances logrados. En comparación con los
resultados del pre test, se evidenció un
incremento en todos los niveles. Las mejoras
fueron particularmente notables en habilidades
físicas, como la resistencia y la coordinación,
así como en aspectos sociales y de
comunicación, como el trabajo en equipo. Los
datos obtenidos reflejan un progreso alto.
Tabla 3. Resultados obtenidos después de las practicas implementadas
Sesión
Habilidad trabajada
% Mejora
Sí entendieron (n)
Entendieron a
medias (n)
No entendieron
(n)
1
Trabajo en equipo y
comunicación
55%
22
10
8
2
Resistencia física y
velocidad de reacción
65%
26
8
6
3
Coordinación motora y
equilibrio
60%
24
9
7
4
Toma de decisiones y
estrategia grupal
58%
23
10
7
5
Integración de habilidades
trabajadas
62%
25
9
6
Fuente: elaboración propia
La sesión de Atletismo reflejó una mejora del
65% en la resistencia física, mientras que el
Voleibol permitieron aumentar la coordinación
motora en un 60%. Los juegos cooperativos,
enfocados en el trabajo en equipo, presentaron
una mejora del 55% en habilidades sociales y de
colaboración. Por otro lado, el futbol en partidos
amistosos promovió un avance del 58% en el
área de la toma de decisiones y la estrategia
grupal; los Multideporte que se realizaron
también aumentó su mejoría a un 62%.
Tabla 4. Resultados obtenidos después de las practicas implementadas
Sesión
Práctica aplicada
Actividad aplicada
Habilidad trabajada
Porcentaje
de mejora
1
Juegos
cooperativos
Balón prisionero
Trabajo en equipo y comunicación
55%
2
Atletismo
Circuito de agilidad
Resistencia física y velocidad de reacción
65%
3
Voleibol
Dinámicas de
coordinación
Coordinación motora y equilibrio
60%
4
Fútbol
Partidos amistosos
Toma de decisiones y estrategia grupal
58%
5
Multideporte
Juegos mixtos (varias
dinámicas)
Integración de habilidades trabajadas
62%
Fuente: elaboración propia
Como parte del proceso investigativo, se realizó
una revisión bibliográfica exhaustiva. Estudios
como el Benalcázar et al. (2024) destacan que
los juegos cooperativos fortalecen la empatía y
la comunicación, mientras que García et al.
(2025) señalan mejoras en la convivencia
escolar. También se observó que la actividad
física mejora la concentración y el rendimiento
académico (Reyes et al., 2023). Estos hallazgos
reflejan una relación directa entre la práctica
deportiva estructurada y el desarrollo de
competencias sociales y cognitivas. Además, se
comprobó que las metodologías participativas
elevan la motivación estudiantil y promueven el
aprendizaje activo (Montaño et al., 2022).
Hernández y Santana (2024) resaltan que la
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diversidad de actividades deportivas favorece la
inclusión y el desarrollo integral. Estos aportes
respaldan la aplicación de prácticas deportivas
como estrategia educativa eficaz. Se destaca,
además, que los programas que combinan
juegos, retos y cooperación logran una mayor
implicación del alumnado. Por ello, la literatura
coincide en que integrar el deporte en la
enseñanza fomenta una educación más
dinámica, significativa y equitativa.
En la primera sesión, enfocada en juegos
cooperativos, se logró una mejora del 55% en
las habilidades de trabajo en equipo, lo cual es
coherente con lo planteado por Jaramillo y
Izquierdo (2025), quienes sostienen que los
juegos motores con estructura cooperativa
promueven la interacción social, la
comunicación efectiva y la empatía entre los
participantes. Estas habilidades no solo son
esenciales para el deporte, sino también para el
desarrollo integral de los estudiantes. La
segunda sesión, centrada en el circuito de
agilidad, obtuvo un incremento del 65% en la
resistencia física, lo que puede explicarse por la
constante activación cardiovascular que este
tipo de ejercicios demanda. Según Gómez et al.
(2024), los circuitos de agilidad permiten
trabajar simultáneamente la fuerza, velocidad y
resistencia, favoreciendo la mejora de la
condición física general. Durante la tercera
sesión, dedicada a dinámicas de coordinación,
se registró una mejora del 60% en la
coordinación motora, lo cual se alinea con las
ideas de Burgos et al. (2022), quienes indican
que las actividades de control corporal
favorecen la integración motriz y el desarrollo
neuromuscular, especialmente en niños y
jóvenes en etapa escolar.
En la cuarta sesión, con partidos amistosos, se
evidenció un avance del 58% en la toma de
decisiones y la estrategia grupal. Este resultado
coincide con lo planteado por Villalba et al.
(2024), quienes explican que los juegos
deportivos con reglas favorecen el pensamiento
estratégico, la autorregulación emocional y el
liderazgo dentro de un grupo. En la última
sesión, donde se aplicaron juegos mixtos que
integraban dinámicas trabajadas anteriormente,
arrojó una mejora global del 62%, lo que
demuestra que la variedad y combinación de
actividades estimulan un desarrollo más
completo. En este sentido, Tigua et al. (2024)
sostienen que una planificación diversa y
equilibrada permite abordar distintas
dimensiones del aprendizaje, fortaleciendo
tanto las capacidades físicas como las
habilidades sociales y emocionales.
Conclusiones
La aplicación de prácticas deportivas
estructuradas en el marco de la educación física
permitió el desarrollo progresivo de
competencias transversales en un 60% en los
estudiantes, como la resistencia física, la
coordinación motora y el trabajo en equipo.
Estas competencias fortalecen el rendimiento
físico, y también aspectos actitudinales y
sociales clave en el proceso educativo integral
fomentando un aprendizaje que trasciende el
ámbito deportivo. Los resultados obtenidos
evidencian que la planificación de actividades
deportivas diversificadas y con objetivos claros
incide de forma positiva en el rendimiento
estudiantil. En particular, se identificaron
mejoras considerables en la resistencia y la
coordinación mediante prácticas como el
atletismo y el voleibol. Asimismo, se observó
un fortalecimiento de habilidades sociales como
la colaboración y la toma de decisiones a través
de actividades como los juegos cooperativos, el
fútbol y el multideporte. Todo esto demuestra
que el deporte puede ser una herramienta
efectiva para desarrollar competencias que
trascienden lo físico, abarcando también lo
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social, lo cognitivo y lo emocional. La
evaluación comparativa entre el pre test y el test
final confirmó que las prácticas deportivas
favorecen un aprendizaje más activo y
dinámico, potenciando habilidades cognitivas,
emocionales y motrices. Estos hallazgos
respaldan la importancia de incorporar
metodologías activas en la enseñanza de la
educación física, considerando su alto impacto
en el desarrollo integral del estudiante y su
aplicabilidad en contextos educativos amplios;
además, esto ayuda a mantener una interacción
social.
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Morocho.
