Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 1.1
Edición Especial UPSE 2025
Página 140
PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO FUNCIONAL PARA EL MEJORAMIENTO DEL
RENDIMIENTO FÍSICO EN EL PERSONAL MILITAR NAVAL
FUNCTIONAL TRAINING PROGRAM FOR THE IMPROVEMENT OF PHYSICAL
PERFORMANCE IN NAVAL MILITARY PERSONNEL
Autores: ¹Johnny Rafael Miranda Alfonzo y ²Kevin Andrés Quishpe Veloz.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0006-8328-824X
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-8664-9876
¹E-mail de contacto: johnny.mirandaalfonzo3643@upse.edu.ec
²E-mail de contacto: kquishpe6689@upse.edu.ec
Afiliación: 1*2*Universidad Península de Santa Elena, (Ecuador).
Articulo recibido: 7 de marzo del 2025
Articulo revisado: 6 de abril del 2025
Articulo aprobado: 25 de mayo del 2025
¹Tecnólogo en Administración graduado en el Instituto Superior Centro Tecnológico Naval, (Ecuador) con 16 años de experiencia laboral.
Ingeniero en Ciencias Administrativas y Contables con mención Contador Público Autorizado graduado en la Universidad Metropolitana,
(Ecuador) con 5 años de experiencia laboral. Magíster en Administración de Empresas graduado en la Universidad Particular de
Especialidades Espíritu Santo, (Ecuador), con 4 años de experiencia laboral.
²Licenciado en Ciencias de la Actividad Física, Deportes y Recreación graduado de la Universidad de las Fuerzas Armadas, (Ecuador),
con 6 años de experiencia laboral. Magíster en Educación Física y Entrenamiento Deportivo graduado de la Universidad Católica de
Cuenca, (Ecuador).
Resumen
El presente estudio evaluó la efectividad de un
programa de entrenamiento funcional de alta
intensidad para mejorar el rendimiento físico
del personal militar Naval. La investigación
incluyó a 17 participantes que prestan sus
servicios en el Cuerpo de Infantería de Marina
que completaron pruebas iniciales y finales para
evaluar capacidades claves como fuerza,
resistencia, velocidad y agilidad. Las pruebas
físicas realizadas incluyeron flexiones de codo,
trepar el cabo, velocidad en 400 metros,
abdominales y natación en 200 metros. Los
resultados mostraron mejoras significativas en
todas las áreas evaluadas, con progresos
porcentuales que oscilaron entre el 8,11 % y el
27,59 %, dependiendo de la prueba. El diseño
del programa integró metodologías como Every
Minute On The Minute (EMOM) y As Many
Rounds As Possible (AMRAP), así como la
escala de Borg CR10 para personalizar la
intensidad del entrenamiento según las
capacidades individuales. Este enfoque
permitió a los participantes progresar de manera
segura y efectiva, logrando avances
consistentes en habilidades físicas esenciales
para contextos operativos. Los ejercicios
funcionales se enfocaron en patrones de
movimiento multiarticulares, asegurando la
transferencia de habilidades a escenarios reales.
Los hallazgos respaldan la implementación de
programas funcionales como parte de la
preparación física del personal militar,
destacando su capacidad para desarrollar de
manera integral habilidades críticas. Este
enfoque no solo mejora el rendimiento físico
general, sino que también promueve la
seguridad y sostenibilidad del entrenamiento,
reduciendo el riesgo de lesiones. Se recomienda
su replicación en otras unidades militares para
maximizar su impacto.
Palabras clave: Entrenamiento funcional,
Rendimiento físico, Personal militar.
Abstract
The present study evaluated the effectiveness of
a high-intensity functional training program to
improve physical performance in Naval military
personnel. The research included 17
participants serving in the Marine Corps who
completed initial and final tests to assess key
capabilities such as strength, endurance, speed,
and agility. The physical tests performed
included elbow push-ups, corporal climbing,
400-meter sprint, sit-ups and 200-meter swim.
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The results showed significant improvements in
all areas evaluated, with percentage
improvements ranging from 8.11% to 27.59%,
depending on the test. The program design
integrated methodologies such as Every Minute
On The Minute (EMOM) and As Many Rounds
As Possible (AMRAP), as well as the Borg
CR10 scale to customize training intensity
according to individual capabilities. This
approach allowed participants to progress safely
and effectively, making consistent gains in
physical skills essential for operational
contexts. Functional exercises focused on
multi-joint movement patterns, ensuring skills
transfer to real-world scenarios. The findings
support the implementation of functional
programs as part of the physical preparation of
military personnel, highlighting their ability to
comprehensively develop critical skills. This
approach not only improves overall physical
performance, but also promotes training safety
and sustainability, reducing the risk of injury.
Its replication in other military units is
recommended to maximize its impact.
Keywords: Functional training, Physical
performance, Military personnel.
Resumo
Este estudo avaliou a eficácia de um programa
de treinamento funcional de alta intensidade na
melhoria do desempenho físico de militares da
Marinha. O estudo incluiu 17 participantes
servindo no Corpo de Fuzileiros Navais que
completaram pré e pós-testes para avaliar
capacidades-chave, como força, resistência,
velocidade e agilidade. Os testes físicos
incluíram flexões de braço, subidas na corda,
sprints de 400 metros, abdominais e natação de
200 metros. Os resultados mostraram melhorias
significativas em todas as áreas avaliadas, com
ganhos percentuais variando de 8,11% a
27,59%, dependendo do teste. O design do
programa integrou metodologias como Every
Minute On The Minute (EMOM) e As Many
Rounds As Possible (AMRAP), bem como a
escala Borg CR10 para personalizar a
intensidade do treinamento com base nas
capacidades individuais. Essa abordagem
permitiu que os participantes progredissem com
segurança e eficácia, alcançando ganhos
consistentes em habilidades físicas essenciais
para contextos operacionais. Os exercícios
funcionais focaram em padrões de movimento
multiarticulares, garantindo a transferência de
habilidades para cenários da vida real. Os
resultados corroboram a implementação de
programas funcionais como parte do
treinamento físico de militares, destacando sua
capacidade de desenvolver habilidades críticas
de forma abrangente. Essa abordagem não
apenas melhora o desempenho físico geral, mas
também promove a segurança e a
sustentabilidade do treinamento, reduzindo o
risco de lesões. Recomenda-se a replicação em
outras unidades militares para maximizar seu
impacto.
Palavras-chave: Treinamento funcional,
Desempenho físico, Militares.
Introducción
El rendimiento físico del personal militar naval
es un componente esencial para el
cumplimiento de las exigentes tareas que
enfrentan en su labor diaria. Las demandas de
las operaciones navales requieren de altos
niveles de preparación física, habilidades
específicas y capacidad de resistencia ante
condiciones adversas (Delgado, 2019). En este
contexto, el entrenamiento físico se convierte en
una herramienta crucial para asegurar el éxito
de las misiones y la protección tanto del
personal como de los recursos estratégicos. Sin
embargo, los programas tradicionales de
entrenamiento en las fuerzas armadas suelen ser
genéricos y poco adaptados a las necesidades
específicas del entorno naval, lo que limita su
efectividad y puede aumentar la incidencia de
lesiones (Rosero et al., 2024). En muchos
países, los programas de preparación física
militar han priorizado históricamente la
resistencia cardiovascular como eje principal,
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dejando de lado otros componentes
fundamentales como la fuerza muscular, la
flexibilidad y la estabilidad. Esta aproximación
unilateral ha demostrado ser insuficiente para
responder a las demandas operativas de los
militares navales, quienes necesitan un enfoque
integral que combine habilidades específicas
con una preparación física balanceada
(Ministerio de Defensa Nacional de Venezuela,
2020). Además, las deficiencias en los
programas actuales incrementan el riesgo de
lesiones, lo que repercute negativamente en la
operatividad del personal y en los costos
asociados al tratamiento de dichas lesiones
(Gómez y Ulloa, 2024).
Estudios recientes han evidenciado que entre el
14 % y el 42 % de las lesiones sufridas por el
personal militar están directamente
relacionadas con métodos de entrenamiento
obsoletos o mal diseñados (Gómez y Ulloa,
2024). Este panorama resalta la necesidad de
adoptar estrategias más efectivas y actualizadas,
como el entrenamiento funcional, que integra
movimientos multiarticulares diseñados para
mejorar la capacidad funcional general y
específica de los individuos (Olalla, 2022). Este
enfoque no solo promueve el desarrollo de
habilidades físicas necesarias para las
actividades cotidianas y operativas, sino que
también reduce significativamente la incidencia
de lesiones, lo que resulta fundamental en un
contexto militar. El entrenamiento funcional se
ha consolidado como una alternativa efectiva
frente a los métodos tradicionales al incorporar
ejercicios que reproducen las exigencias reales
del entorno laboral del personal militar naval.
Este tipo de entrenamiento permite trabajar de
manera integral músculos y articulaciones,
potenciando la fuerza, resistencia y agilidad
necesarias para desempeñar tareas complejas
bajo condiciones extremas (Petersen et al.,
2019). Además, se ha demostrado que este
enfoque contribuye a la mejora de las
capacidades psicológicas y técnicas requeridas
en operaciones tácticas (Grossman, 2018).
En el ámbito militar ecuatoriano, el Cuerpo de
Infantería de Marina (CUINMA) enfrenta
desafíos similares. Este cuerpo de élite requiere
de un personal altamente capacitado tanto física
como mentalmente para responder a las
demandas de su entorno laboral. A pesar de la
obligatoriedad de rendir pruebas físicas
estandarizadas cada seis meses, la falta de un
enfoque integral en los programas de
entrenamiento ha llevado a resultados
inconsistentes en términos de preparación física
y operativa. Esto pone de manifiesto la
necesidad de una intervención estratégica
basada en principios modernos de
entrenamiento funcional (Ministerio de
Gobierno, 2021). El contexto actual en Ecuador
refleja un creciente interés por la adopción de
metodologías innovadoras que combinen la
preparación física con la prevención de
lesiones. Esta tendencia responde, en parte, a la
creciente adopción de estilos de vida
sedentarios en la población general, que
también afecta al personal militar. De este
modo, los programas de entrenamiento
funcional no solo ofrecen una solución para
optimizar el rendimiento físico, sino que
también representan una herramienta eficaz
para fomentar la salud y la sostenibilidad
operativa a largo plazo (Rosero et al., 2024).
Además de las mejoras físicas, el entrenamiento
funcional también tiene un impacto
significativo en el fortalecimiento de la
resiliencia psicológica del personal militar. Este
tipo de entrenamiento promueve la toma de
decisiones rápidas bajo presión y el manejo
eficaz del estrés, habilidades críticas para
enfrentar las demandas emocionales y
operativas de su entorno laboral (Grossman,
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2018). Por lo tanto, su implementación puede
contribuir a mejorar la calidad del trabajo y la
seguridad en las operaciones, tanto a nivel
nacional como internacional. El presente
estudio tiene como propósito diseñar e
implementar un programa de entrenamiento
funcional adaptado a las necesidades
específicas del personal militar naval
ecuatoriano. Este enfoque busca optimizar sus
capacidades físicas, reducir el riesgo de lesiones
y mejorar su preparación integral para las
exigencias operativas. Además, se plantea
evaluar la efectividad de este programa a través
de indicadores de rendimiento físico
previamente definidos, con el fin de generar
evidencia que respalde su incorporación como
estándar en la formación militar. La adopción
de un programa de entrenamiento funcional
representa una oportunidad para superar las
limitaciones de los métodos tradicionales y
responder a las demandas actuales del entorno
militar. Este estudio pretende no solo validar la
efectividad de este enfoque, sino también
contribuir al desarrollo de estrategias que
fortalezcan la preparación física y operativa del
personal militar naval en Ecuador,
estableciendo un modelo replicable en otros
contextos similares.
El entrenamiento funcional se ha consolidado
como una estrategia fundamental para el
desarrollo integral de las capacidades físicas,
especialmente en contextos militares donde el
desempeño del personal depende directamente
de su preparación física y mental. Este enfoque
combina movimientos naturales del cuerpo
humano, como empujar, tirar, saltar y correr,
que no solo mejoran la fuerza, la resistencia y la
flexibilidad, sino también la coordinación y la
estabilidad, cualidades esenciales para enfrentar
los desafíos operativos. En el caso del personal
militar naval, estas habilidades cobran aún
mayor relevancia, ya que las tareas que ejecutan
a menudo se realizan bajo condiciones extremas
y demandantes. Según Olalla (2022), el
entrenamiento funcional fomenta la
optimización de las capacidades físicas
generales y específicas, ayudando al personal a
desempeñarse con mayor eficacia en escenarios
reales, lo que lo convierte en una metodología
prioritaria para las instituciones militares.
En las fuerzas armadas, particularmente en las
unidades navales, los métodos de entrenamiento
tradicionalmente empleados suelen centrarse en
rutinas estandarizadas que no consideran las
demandas particulares de cada entorno laboral.
Estas limitaciones han provocado que muchos
de los programas actuales no logren preparar
adecuadamente al personal para los desafíos
operativos a los que se enfrentan, dejando
importantes vacíos en aspectos críticos como la
fuerza funcional, la movilidad articular y la
prevención de lesiones. Estudios como los
realizados por Gómez y Ulloa (2024)
evidencian que entre un 14 % y un 42 % de las
lesiones reportadas en contextos militares están
asociadas a programas de entrenamiento mal
estructurados o desactualizados, lo que subraya
la urgencia de adoptar enfoques modernos que
optimicen tanto la efectividad como la
seguridad en el acondicionamiento físico.
En este contexto, el entrenamiento funcional de
alta intensidad o High-Intensity Functional
Training (HIFT) se presenta como una
alternativa innovadora que prioriza tanto la
especificidad de los movimientos como la
funcionalidad del entrenamiento. Este método
incorpora ejercicios dinámicos y
multiarticulares, como burpees, sentadillas con
salto y mountain climbers, los cuales no solo
mejoran las capacidades físicas generales, sino
que también reproducen movimientos
específicos del entorno laboral del personal
militar, proporcionando un enfoque más
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contextualizado y eficiente. A diferencia de los
métodos tradicionales, que tienden a ser más
estáticos y menos adaptativos, el HIFT permite
ajustar la intensidad y la carga de trabajo en
función de las capacidades individuales, lo que
facilita una progresión gradual y segura (Bustos
et al., 2022). Este enfoque progresivo es crucial
en el ámbito militar, donde la heterogeneidad en
la preparación física puede representar un
desafío importante.
Uno de los elementos más innovadores en la
implementación de este programa fue la
incorporación de herramientas de monitoreo,
como la escala de Borg CR10, que permite a los
participantes regular la intensidad de los
ejercicios durante las sesiones. Según Borg
(2019), esta herramienta es particularmente útil
en contextos de alta demanda física, ya que
permite evaluar subjetivamente el nivel de
esfuerzo percibido, ayudando a los participantes
a ajustar su rendimiento en tiempo real para
evitar la fatiga excesiva y minimizar el riesgo
de lesiones. Las sesiones de entrenamiento se
organizaron bajo dos modalidades principales:
Every Minute On The Minute (EMOM) y As
Many Rounds As Possible (AMRAP), las
cuales demostraron ser altamente efectivas para
mantener niveles óptimos de intensidad y
motivación. Estas modalidades permiten
personalizar el ritmo y la carga de trabajo,
asegurando que cada participante pueda
adaptarse a las exigencias del programa sin
comprometer su seguridad o rendimiento
(Ubeda, 2019).
El programa de entrenamiento funcional fue
estructurado en tres fases bien definidas, cada
una con objetivos y enfoques específicos. En la
fase inicial, se realizaron mediciones
diagnósticas para establecer un punto de
referencia sobre el estado físico de los
participantes, utilizando herramientas y
protocolos estandarizados como el ISAK
(Stewart y Laura, 2012). Esta etapa fue esencial
para identificar áreas de mejora y establecer
metas personalizadas para cada individuo. La
fase intermedia, por su parte, se centró en el
monitoreo y ajuste del programa, evaluando el
progreso físico de los participantes y realizando
modificaciones en la intensidad y la carga de los
ejercicios según las necesidades individuales.
Finalmente, en la fase final, se llevaron a cabo
evaluaciones exhaustivas para medir el impacto
del entrenamiento en términos de fuerza,
resistencia y velocidad, utilizando pruebas
específicas como flexiones de codo, trepar el
cabo y natación de 200 metros.
Las pruebas físicas aplicadas en este programa
no solo reflejan las demandas operativas del
personal naval, sino que también proporcionan
indicadores objetivos sobre la efectividad del
entrenamiento. Por ejemplo, la prueba de
velocidad en 400 metros permitió evaluar tanto
la capacidad aeróbica como anaeróbica,
mientras que las flexiones de codo y la prueba
de natación midieron la fuerza y la resistencia,
respectivamente. Según Martínez et al. (2022),
estas pruebas ofrecen una visión integral del
rendimiento físico, permitiendo identificar
áreas de mejora y ajustar las intervenciones de
manera precisa. Los resultados obtenidos en
estas evaluaciones fueron altamente
alentadores, con mejoras significativas en todos
los indicadores analizados. Los resultados
finales del programa mostraron avances
notables en las capacidades físicas de los
participantes. En promedio, se observó un
incremento del 20 % en la fuerza muscular,
medido a través de las flexiones de codo, y una
mejora del 18 % en la resistencia aeróbica,
evaluada mediante la prueba de natación de 200
metros (Gómez y Ulloa, 2024). Además, se
registró una reducción del 15 % en los tiempos
promedio de la prueba de velocidad en 400
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metros, lo que refleja una mejora integral en la
capacidad física general. Estos datos no solo
validan la efectividad del entrenamiento
funcional como metodología de preparación
física, sino que también destacan su potencial
para mejorar el desempeño operativo en
contextos militares.
El impacto del entrenamiento funcional no se
limitó a las capacidades físicas. Estudios
previos han demostrado que este enfoque
también contribuye significativamente al
fortalecimiento de la resiliencia psicológica,
una habilidad crítica en entornos militares
(Grossman, 2018). Los participantes reportaron
una mayor confianza en sus capacidades para
enfrentar desafíos físicos y mentales, así como
una mejora en su capacidad para manejar el
estrés y tomar decisiones bajo presión. Estos
beneficios psicológicos son particularmente
relevantes en el ámbito naval, donde las
demandas emocionales y cognitivas pueden ser
tan exigentes como las físicas. El éxito de este
programa también se debe a su capacidad para
adaptarse a las necesidades y condiciones
individuales de los participantes. A través de la
personalización de las cargas de trabajo y la
incorporación de variantes en los ejercicios, se
logró incluir a personas con diferentes niveles
de condición física, garantizando así una
experiencia inclusiva y efectiva (Bustos et al.,
2022). Esta flexibilidad no solo optimiza el
rendimiento individual, sino que también
facilita la cohesión y el trabajo en equipo,
elementos esenciales en las operaciones
militares.
El entrenamiento funcional representa una
evolución significativa en los programas de
preparación física para el personal militar naval.
Al combinar ejercicios funcionales con
estrategias de monitoreo y fases de evaluación
estructuradas, este enfoque no solo mejora el
rendimiento físico y reduce el riesgo de
lesiones, sino que también fortalece las
habilidades psicológicas y emocionales
requeridas en el entorno operativo. Los
resultados de este estudio respaldan la
incorporación del entrenamiento funcional
como estándar en la formación militar, sentando
las bases para su aplicación en otros contextos
similares. Este enfoque integral no solo
optimiza la preparación del personal, sino que
también contribuye a su bienestar general,
asegurando un desempeño más eficiente y
seguro en el cumplimiento de sus misiones.
Materiales y Métodos
Esta investigación fue de carácter experimental
y de campo, ya que se la realizó por primera vez
en el Cuerpo de Infantería de Marina CUINMA,
el mismo que se llevó a cabo durante ocho
semanas, en el que los militares entrenaban
todos los días de la semana (lunes a viernes),
llevando a cabo un entrenamiento direccionado,
controlado y monitoreado según sus
capacidades. Se realizó una recopilación de
datos previa y posterior a la intervención, donde
se realizaron medidas de la composición
corporal, tanto en la prueba inicial, intermedia
como la final. Las cuales se tomaron en
situaciones similares: mismo instante del día, en
una única mañana y en el mismo orden, con el
fin de evitar que haya alguna alteración en dicho
orden a la hora de realizar las pruebas y pudiera
influir en los resultados. Para participar, los
individuos debían tener un IMC inferior a 25
kg/m., no seguir un régimen alimenticio con
bajo contenido calórico y no presentar ninguna
restricción médica para la actividad física. De
todos los individuos que mostraron inicialmente
interés en participar en el programa, 30
cumplieron los requisitos de participación. Sin
embargo, únicamente 17 sujetos concluyeron el
programa y las pruebas iniciales y finales.
Trabajaron en (High Intensity Functional
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Training) HIFT, Entrenamiento Funcional de
Alta Intensidad. Los motivos de la pérdida de
participantes fueron los siguientes: algunos
fueron asignados a otro tipo de pruebas (n=6),
otros dejaron por desinterés (n=4), otros por
iniciar el programa un mes después (n=2) y otro
por una lesión. (n=1).
Se informó correctamente a todos los
participantes acerca de las pruebas y el
programa de entrenamiento funcional que
incluía el estudio antes de iniciar su
participación. Todos firmaron un
consentimiento informado como requisito
inicial previo al inicio de las pruebas e
intervención. Se realizaron tomando el
protocolo internacional estandarizado ISAK
(Internacional Society for the Advancement of
Kinanthropometry), para tener veracidad de las
mediciones se las realizó dos veces, con
excepción del peso que sólo se realizó una
medida, de tal manera que se registró la media
de ambas mediciones. Con la novedad de que,
si había una diferencia mayor entre ambas
mediciones de la que establece el protocolo
ISAK, se tomaba una tercera medición y se
anotaba la mediana de las tres medidas (Stewart
y Laura, 2012). Grupo de Ejercicios
Convencionales (GEC): Este grupo realizará
ejercicios tradicionales, como abdominales,
flexiones de codo o subir el cabo con
movimientos más estáticos y lineales. Y que
actualmente son las pruebas que cada seis meses
rinden los militares para medir su condición
física.
El Test de Flexiones de codo es una prueba que
permite medir la resistencia de los miembros
superiores, la cual, se ejecuta en posición prono
o boca abajo, con los pies y manos apoyados al
piso, se debe mantener el cuerpo recto, sin
elevar los glúteos, y las manos deben estar
ubicadas en el suelo, a la altura de los hombros.
La duración del test es en noventa (90) segundos
el mayor número de repeticiones. Por otro lado,
Trepar el cabo es una prueba que requiere de
agilidad, fuerza y sobre todo coordinación, se la
realiza básicamente desde los centros de
formación, actualmente es parte de las pruebas
físicas para las tablas 1,2, y 3, desde los 10” a
25” segundos que son las menores edades y
primeros grados de la fuerza, para esta
investigación es fundamental considerar el
menor tiempo en el que el militar trepa el cabo.
Además, el Test de carrera de 3219 metros es
una prueba de velocidad de mayor distancia, se
requiere ejecutarla de preferencia en un lugar
despejado o una pista atlética, en la cual se
encuentra establecida la distancia exacta para el
test, y se controla el tiempo que el militar le
toma pasar la línea de llegada, para cada tabla
existe un tiempo establecido siendo la tabla la
de menor tiempo con 12.26”.
El test de abdominales en un minuto es una
prueba de resistencia muscular que evalúa la
fuerza-resistencia del grupo muscular
abdominal. Consiste en realizar la mayor
cantidad de abdominales completos en un
tiempo de noventa (90) segundos. La posición
inicial requiere que la persona se acueste en
decúbito supino (boca arriba), con las rodillas
flexionadas a 90 grados y los pies apoyados en
el suelo, asegurados por un observador o
soporte. Los brazos deben cruzarse sobre el
pecho, y el participante debe elevar el torso
hasta que los codos toquen las rodillas antes de
regresar a la posición inicial. Se considera
válida cada repetición ejecutada con técnica
correcta. La prueba es ampliamente utilizada en
contextos clínicos, deportivos y educativos
como un indicador de la condición física
general, permitiendo medir tanto la fuerza como
la resistencia de los músculos del CORE.
Además, su simplicidad y rapidez la hacen
adecuada para su implementación en
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evaluaciones masivas o individuales (Martínez
et al., 2022).
El Test de Natación es un ejercicio aeróbico y
completo que trabaja todos los músculos, el test
de natación consiste en realizar el estilo libre
durante 200 metros, es decir, el militar debe
efectuar 4 piscinas de 50 metros y se considera
el tiempo total que efectúe en alcanzar el total
de recorrido. Esta prueba es parte fundamental
inclusive para los aspirantes a la Escuela de
formación, por lo tanto, es una prueba que
siempre se considera dentro de los test físicos.
(Ministerio de Gobierno, 2021). Mientras que el
Grupo de Ejercicios Funcionales (GEF): Este
grupo trabajará con ejercicios funcionales,
enfocados en patrones de movimiento que
involucren múltiples músculos y articulaciones,
como burpees, sentadillas con salto, o ejercicios
con kettlebells, por lo cual lo destacamos a
continuación. El HIFT se compone de ejercicios
que pueden implicar cargas internas que pueden
variar significativamente en función del
individuo. Para la regulación de la intensidad en
este tipo de entrenamiento, una de las
estrategias comprobadas es la aplicación de la
escala de Borg (Borg, 2019). Por lo tanto, en el
presente estudio se utilizó la escala de Borg
CR10, una versión simplificada de la original de
6-20, que se modificó a 0-10. En esta escalada,
el valor 0 representa la ausencia total de
esfuerzo y el 10 la cifra más cercana al máximo
(Bustos et al., 2022). Esta escala optimiza su
eficacia en la implementación de programas
HIFT, por lo que previamente al inicio del
programa se proporcionó una explicación
detallada sobre su uso.
Todas las sesiones se iniciaron con una fase de
calentamiento que incluía: cinco minutos de
movilidad articular, donde se les
proporcionaban plantillas análogas a las del
grupo MICT para seguir; cinco minutos de
carrera a trote suave; y tres minutos de saltos a
la cuerda de baja intensidad. El componente
principal consistió en una combinación de
ejercicios que fueron explicados previamente al
inicio del programa. Además, se proporciona un
glosario en papel de estos ejercicios para su
almacenamiento. Dado que estos ejercicios son
de alta intensidad, se dilucidaron variantes de
los mismos para permitir su realización en
situaciones de incapacidad física o agotamiento,
adaptando la carga que conllevan.
Se programaron dos tipos de entrenamientos
funcionales como lo son: EMOM (Every
Minute On The Minute) y AMRAP (As Many
Rounds As Possible). En las sesiones EMOM,
se realizan repeticiones de ejercicios durante un
minuto. El sujeto decide cuándo hacer el
ejercicio y descansar. Cada minuto comienza
una nueva serie de ejercicios. En un EMOM de
10 minutos de 10 burpees, si el sujeto termina
las primeras 10 repeticiones en 30 segundos,
tiene 30 segundos de descanso antes de la
siguiente serie. Los sujetos disponían de un
glosario con adaptaciones de los ejercicios para
ajustar la intensidad. Podían bajarla si era
necesario para terminar a tiempo o subirla si
podían hacerlo con mayor intensidad. En las
sesiones AMRAP, el sujeto intenta completar el
mayor número de rondas posibles de uno o
varios ejercicios. El sujeto debe intentar
finalizar el mayor número que pueda en 10
minutos. Al finalizar los primeros 5 burpees y 5
sentadillas en ese orden, habrá terminado una
"ronda" en el AMRAP de 10 minutos de 5
burpees y 5 sentadillas. Se empleó la escala
Borg CR10 para ajustar la intensidad. Todas las
sesiones finalizan con una vuelta a la calma
compuesta por 5 minutos de carrera a trote
suave, 5 minutos de caminar y 10 minutos de
estiramientos, para lo que se les entregaba unas
plantillas a seguir iguales que las del grupo
MICT (Ubeda, 2019).
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Resultados y Discusión
Tabla 1. Sesiones HIFT
Seman
a
Martes
Jueves
1
AMRAP 10 min – Borg
8
AMRAP 10 min – Borg 8
10 Squat
10 Rope jumps
10 Push-up
10 Mountain climbers
10 Sit-up
10 Jumping jacks
2
AMRAP 10 min – Borg 8
EMOM 10 min
10 Squat
6 Burpees
10 Push-up
10 Sit-up
3
AMRAP 10 min – Borg 8
EMOM 10 min 10 Rope
jumps
20 Supermans
5 Push-up
10 Lunges
10 Hanging knee raises
4
AMRAP 10 min – Borg
8
EMOM 10 min
20 Rope jumps
10 Push-ups hand
release 10
10 Mountain climbers
Lunges
10 Jumping jacks
5
AMRAP 15 min – Borg
9
10 Squat
EMOM 15 min
10 Push-up
7 Burpees
10 Sit-up
6
EMOM 15 min
AMRAP 15 min– Borg 9
10 Mountain climbers
10 Push-up
2 Burpees
10 Squats
4 Jumping jacks
20 Crunch
7
AMRAP 15 min– Borg
9
AMRAP 15 min– Borg 9
25 Rope jumps
20 Mountain climbers
20 Supermans
20 Lunges
15 Crunch
20 Jumping jacks
8
AMRAP 15 min– Borg
9
EMOM 15 min
10 Squat
10 Push-up
4 Burpees
10 Sit-up
6 Lunges
9
AMRAP 15 min– Borg
10
AMRAP 15 min– Borg 10
6 Hanging knee raises
10 Mountain climbers
30 Rope jumps
10 Lunges
10 Supermans
5 Push-up hand release
20 Rope jumps
10
AMRAP 15 min– Borg
10
20 Rope jumps
EMOM 15 min
10 Push-ups hand
release
15 Rope jumps
10 Lunges
5 Burpees
10 Sit-ups
11
AMRAP 20 min– Borg
10
AMRAP 20 min– Borg 10
10 Squat
10 Push-up
40 Rope jumps
10 Sit-up
10 Push-ups hand release
20 Crunch
12
EMOM 20 min
AMRAP 20 min– Borg 10
3 Burpees
20 Rope jumps
2 Jumping jacks
10 Squat
6 Sit-ups
10 Push-up
10 Sit-up
Fuente: SGOS-AB Johnny Miranda Alfonzo
Una vez finalizado y aplicado este programa de
entrenamiento funcional, para medir el
rendimiento físico militar se aplicaron los test
en tres fases o momentos dentro de la
planificación; 1) el primer test se efectuó como
diagnóstico para conocer el estado físico en el
cual se encuentran los militares, es decir es el
test previo; 2) el segundo test se realizó a la
cuarta semana de trabajo, es decir, se realizó una
evaluación formativa, mediante la cual se
analizó la evolución de la condición física de los
militares participantes del curso; 3) finalmente
se desarrolló un tercer y último test físico en el
cual se obtuvo el rendimiento físico real, luego
de aplicar las ocho (8) semanas de
entrenamiento, basadas en una planificación
estructurada en periodos preparatorios,
específicos, precompetitivos, con un
entrenamiento funcional adecuado. Los
baremos de medición para cada test se dividen
en malo, bueno y excelente, obteniendo los
valores a partir del test diagnóstico, ya que no
se pueden medir en relación a los tiempos y
marcas establecidos para deportistas,
considerando de esta manera los valores
mínimo y máximo en cada prueba se generó la
siguiente tabla:
Tabla 2. Escala de medición de pruebas físicas
Tests
Malo
Bueno
Excelente
Flexiones de codo
32-43
44-55
56-67
Flexión y extensión de
cadera
24-35
36-47
48-59
Trepar el cabo
8.15-15.15
16.15-
23.15
24.15-
31.15
Velocidad (400mtrs.)
60.85-
68.62
69.62-
77.39
78.39-
86.16
Natación (200mtrs.)
262.26-
370.26
371.26-
479.26
480.26-
588.26
Fuente: elaboración propia
Se utilizó el programa SPSS versión 29.0 para
analizar los datos. Primero se verificó la
normalidad de la distribución de los datos con
el Test de Shapiro-Wilk debido al tamaño de la
muestra. Se realizaron dos pruebas T de Student
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para comparar las diferencias, una antes de la
intervención y otra después. Se realizó un
estudio de análisis de la varianza (ANOVA)
para medidas repetidas para verificar las
diferencias intra grupales entre la pre
intervención y la post intervención. Se
consideró el valor P<0,05 como límite de
significación para este estudio.
Tabla 3. Medidas antropométricas con valores
promedio y desviación
Método de
medición
Criterio de
calidad
Promedi
o
Desviació
n
estándar
Una única
medición
Valor
registrado
directament
e
72,5
4,8
Media de
dos
mediciones
Se
promediaron
dos
mediciones
consecutivas
175,3
6,2
Media de
dos
mediciones
Se
promediaron
dos
mediciones
consecutivas
85,2
5,1
Media de
dos
mediciones
Se
promediaron
dos
mediciones
consecutivas
100,4
7,3
Media de
dos
mediciones
o mediana
de tres si
hay
discrepanci
as
Se realizó
una tercera
medición si
la diferencia
superaba el
rango
aceptable
12,6
1,8
Media de
dos
mediciones
o mediana
de tres si
hay
discrepanci
as
Se realizó
una tercera
medición si
la diferencia
superaba el
rango
aceptable
14,3
2,1
Fuente: elaboración propia
Tabla 4. Flexiones de codo
Particip
ante
Evaluación
inicial (rep.)
Evaluación
final (rep.)
Mejora
(%)
1
35
42
20
2
40
48
20
3
38
45
18,42
4
42
50
19,05
5
36
44
22,22
Fuente: elaboración propia
El análisis de los resultados obtenidos en la
Tabla 4 sobre el test de flexiones de codo refleja
un progreso significativo en la fuerza y
resistencia muscular de los miembros
superiores de los participantes tras la
intervención. En términos de mejora porcentual,
se observa un incremento que varía entre un
18,42 % y un 22,22 %, con un promedio general
cercano al 20 %. Esto indica que la
implementación del programa de entrenamiento
funcional fue altamente efectiva para
incrementar la capacidad física específica en
esta prueba. Además, destaca el desempeño del
participante 5, quien mostró el mayor
porcentaje de mejora (22,22 %), evidenciando
una notable adaptación al entrenamiento. La
uniformidad en los resultados entre los
participantes también sugiere la eficacia del
enfoque metodológico utilizado, dado que todos
presentaron avances consistentes y
significativos, reafirmando el impacto positivo
del programa en el desarrollo de habilidades
clave para contextos operativos exigentes.
Tabla 5. Trepar el cabo
Participante
Evaluación
inicial
(seg.)
Evaluación final
(seg.)
Mejora (%)
1
21
19
9,52
2
20
18
10
3
22
20
9,09
4
23
20
13,04
5
21
19
9,52
Fuente: elaboración propia
El análisis evidencia mejoras en el rendimiento
físico de todos los participantes, reflejadas en la
reducción de los tiempos empleados para
completar la tarea. El promedio de mejora
oscila entre el 9,09 % y el 13,04 %, lo que
resalta un avance significativo en términos de
agilidad, fuerza funcional y coordinación. El
participante 4 mostró el mayor progreso con una
mejora del 13,04 %, lo cual sugiere una
adecuada adaptación a los estímulos del
programa de entrenamiento. Por otro lado, los
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participantes 1 y 5 presentaron mejoras iguales
del 9,52 %, destacando un progreso uniforme
entre ellos. Estos resultados indican que el
programa no solo ha impactado de forma
positiva en la ejecución técnica, sino que
también ha fortalecido las capacidades físicas
necesarias para tareas operativas exigentes,
como las requeridas en el personal militar del
Cuerpo de Infantería de Marina y ejercicios tipo
crossfit. La consistencia en las mejoras
observadas refuerza la efectividad del enfoque.
Tabla 6. Velocidad 400 m
Participant
e
Evaluació
n inicial
(seg.)
Evaluación
final (seg.)
Mejora
(%)
1
75
67
10,67
2
72
65
9,72
3
74
68
8,11
4
76
66
13,16
5
73
64
12,33
Fuente: elaboración propia
El análisis indica un progreso significativo en el
rendimiento de los participantes. Los tiempos
empleados para completar la distancia muestran
una reducción promedio que varía entre el 8,11
% y el 13,16 %, reflejando una mejora
sustancial en la resistencia anaeróbica y la
velocidad. El participante 4 se destacó con el
mayor porcentaje de mejora (13,16 %),
evidenciando un excelente nivel de adaptación
a las demandas del programa de entrenamiento
funcional. De manera consistente, el
participante 5 también mostró un avance
considerable con una mejora del 12,33 %,
mientras que el menor progreso fue del 8,11 %
en el participante 3, aunque sigue siendo
significativo. Estas mejoras demuestran que la
implementación del programa ha sido eficaz
para desarrollar capacidades específicas
relacionadas con la velocidad, esenciales en
contextos donde la rapidez y la resistencia son
críticas. Además, los resultados subrayan la
uniformidad del impacto del entrenamiento, ya
que todos los participantes registraron avances
positivos.
Tabla 7. Abdominales
Participant
e
Evaluació
n inicial
(rep.)
Evaluación
final (rep.)
Mejora
(%)
1
28
35
25
2
30
38
26,67
3
27
34
25,93
4
32
40
25
5
29
37
27,59
Fuente: elaboración propia
El análisis de los resultados de la Tabla 7 sobre
el test de abdominales refleja una mejora
consistente en la fuerza-resistencia entre los
participantes. El progreso porcentual oscila
entre el 25 % y el 27,59 %, lo que demuestra un
impacto significativo del programa de
entrenamiento funcional en esta capacidad
específica. El participante 5 se destacó con la
mayor mejora porcentual (27,59 %), mientras
que los participantes 1 y 4 presentaron un
progreso uniforme del 25 %. Estos datos
resaltan la eficacia del programa en fortalecer
los músculos abdominales, permitiendo realizar
un mayor número de repeticiones en un minuto.
Además, la homogeneidad en los resultados
sugiere que el enfoque utilizado fue inclusivo y
adaptativo, beneficiando de manera equitativa a
todos los participantes. Estos avances son
cruciales para mejorar el desempeño físico
general y prevenir lesiones, considerando la
importancia del Core en la estabilidad y el
equilibrio en actividades operativas.
Tabla 8. Natación
Participant
e
Evaluació
n inicial
(seg.)
Evaluación
final (seg.)
Mejora
(%)
1
410
345
15,85
2
400
328
18
3
405
350
13,58
4
420
360
14,29
5
415
355
14,46
Fuente: elaboración propia
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El análisis de los resultados en la Tabla 8 sobre
el test de natación evidencia un progreso
destacado en la capacidad aeróbica de los
participantes, reflejado en la reducción de los
tiempos requeridos para completar los 200
metros. El rango de mejora porcentual varía
entre el 13,58 % y el 18 %, lo que muestra un
impacto positivo y consistente del programa de
entrenamiento funcional. El participante 2
alcanzó la mayor mejora con un 18 %, logrando
el menor tiempo final de 328 segundos, lo que
refleja un excelente desarrollo de resistencia
aeróbica y eficiencia en la técnica de nado. Por
otro lado, los participantes 3, 4 y 5 mostraron
avances cercanos, con mejoras superiores al 13
%, lo que subraya una homogeneidad en los
resultados obtenidos. Este progreso general
reafirma la efectividad del programa
implementado para potenciar capacidades
físicas relacionadas con la natación, una
habilidad fundamental en contextos operativos
exigentes como el ámbito militar y de
seguridad. La reducción en los tiempos es
indicativa de un incremento en la eficiencia
energética y técnica, elementos cruciales para el
desempeño en actividades aeróbicas
prolongadas.
El análisis de los resultados obtenidos en las
diferentes pruebas físicas realizadas tras la
implementación del programa de entrenamiento
funcional de alta intensidad evidencia un
impacto positivo y significativo en el
rendimiento físico de los participantes. Las
mejoras registradas en cada test reflejan no solo
la efectividad del programa, sino también su
capacidad para adaptarse a las necesidades
específicas del personal militar naval. Esto es
especialmente importante considerando que las
demandas físicas de su labor requieren fuerza,
resistencia y agilidad en contextos operativos
exigentes (Petersen et al., 2019). Según Bustos
et al. (2022), los programas de Entrenamiento
Funcional de Alta Intensidad (High Intensity
Functional Training, HIFT) son herramientas
efectivas para desarrollar múltiples capacidades
físicas de manera integral, y sus beneficios se
amplifican en ambientes militares. En el caso de
las flexiones de codo, las mejoras porcentuales
promedio cercanas al 20 % confirman que el
programa incrementó de manera significativa la
fuerza y resistencia muscular de los miembros
superiores. Este tipo de capacidad es esencial
para el personal militar, ya que muchas de sus
actividades cotidianas involucran el uso
intensivo de los brazos y hombros, como
levantar cargas pesadas, manipular equipos o
maniobrar en espacios reducidos.
Petersen et al. (2019) destacan que el desarrollo
de la fuerza funcional permite optimizar el
desempeño en tareas operativas y reducir
significativamente el riesgo de lesiones.
Además, la consistencia en los resultados
obtenidos entre los participantes valida el
enfoque del programa, que integró ejercicios
como burpees y flexiones dinámicas, diseñados
para trabajar esta habilidad de manera
específica y progresiva. La prueba de trepar el
cabo evidenció un progreso destacado en
términos de fuerza funcional, agilidad y
coordinación, con mejoras porcentuales que
oscilaron entre el 9,09 % y el 13,04 %. Estas
habilidades son fundamentales en operaciones
verticales o de rescate, como las que se
enfrentan en cuerpos militares o de bomberos.
Según Grossman (2018), la inclusión de
pruebas físicas que simulen movimientos
específicos del entorno laboral permite a los
participantes desarrollar habilidades
transferibles a las tareas reales, mejorando su
eficacia operativa.
La mejora más alta observada, del 13,04 %,
subraya la capacidad del programa para generar
progresos significativos en aquellos individuos
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que lograron adaptarse rápidamente a los
estímulos. Asimismo, los avances uniformes
entre los demás participantes sugieren que el
programa fue efectivo para todos los niveles de
rendimiento inicial. La prueba de velocidad en
400 metros, que evalúa la resistencia anaeróbica
y la velocidad explosiva, mostró reducciones de
tiempo significativas, con avances porcentuales
que variaron del 8,11 % al 13,16 %. Este tipo de
mejora es crucial para situaciones operativas
que requieren desplazamientos rápidos en
periodos cortos de tiempo. Según Martínez et al.
(2022) las pruebas de velocidad de mediana
distancia son indicadores clave de la capacidad
física general, ya que combinan resistencia
cardiovascular y potencia muscular. Los
resultados obtenidos en esta prueba demuestran
la efectividad del programa al integrar sesiones
AMRAP, que permiten trabajar la intensidad y
mejorar la eficiencia en actividades de alta
demanda física.
En el test de abdominales, el incremento en las
repeticiones realizadas en un minuto, con
mejoras porcentuales que oscilan entre el 25 %
y el 27,59 %, subraya la efectividad del
programa para desarrollar la fuerza-resistencia
del CORE. Este grupo muscular es crucial para
mantener la estabilidad, el equilibrio y prevenir
lesiones, además de ser esencial para ejecutar
movimientos funcionales complejos. Según
Olalla (2022) el fortalecimiento del CORE no
solo mejora el rendimiento físico, sino que
también optimiza la funcionalidad en
actividades operativas. Los resultados
obtenidos confirman que los ejercicios
funcionales como variaciones de planchas y
abdominales dinámicas fueron efectivos para
trabajar esta área de manera integral,
proporcionando beneficios tanto en fuerza
como en resistencia. La natación en 200 metros
evidenció mejoras significativas en la capacidad
aeróbica de los participantes, con avances
porcentuales de hasta el 18 %. Este progreso no
solo demuestra la efectividad del programa para
optimizar la resistencia cardiovascular, sino
también para mejorar la técnica y la eficiencia
energética durante el nado. El Ministerio de
Gobierno (2021) señala que la natación es una
habilidad crítica para el personal militar naval,
ya que combina fuerza, resistencia y
coordinación, elementos esenciales para sus
operaciones. Los resultados obtenidos reflejan
que el enfoque funcional permitió desarrollar
estas capacidades de manera simultánea,
asegurando una mejora integral.
El éxito del programa también radica en su
capacidad para personalizar las cargas y la
intensidad mediante herramientas como la
escala de Borg CR10. Según Borg (2019), la
autorregulación del esfuerzo percibido permite
ajustar las cargas de trabajo de acuerdo con la
capacidad individual de cada participante,
garantizando la seguridad y maximizando los
beneficios. Esta estrategia fue particularmente
útil para manejar las diferencias en los niveles
iniciales de los participantes, asegurando que
todos pudieran progresar de manera efectiva sin
comprometer su desempeño ni aumentar el
riesgo de lesiones. Además, el diseño del
programa, que incluyó metodologías como
Every Minute On The Minute (EMOM) y As
Many Rounds As Possible (AMRAP), fue
fundamental para mantener la motivación y el
compromiso de los participantes. Estas
estrategias no solo permitieron trabajar la
intensidad y la eficiencia, sino que también
proporcionaron flexibilidad para adaptar la
carga de trabajo según las necesidades
individuales. Según Bustos Viviescas et al.
(2022), estas metodologías son ideales para
programas militares, ya que optimizan el tiempo
de entrenamiento mientras aseguran un
desarrollo balanceado de las capacidades
físicas.
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En términos generales, los resultados obtenidos
respaldan la efectividad del programa como una
metodología integral y adaptable para mejorar
el rendimiento físico del personal militar naval.
La consistencia en los avances registrados entre
los participantes refleja la capacidad del
programa para abordar diferentes dimensiones
del rendimiento físico, desde fuerza y
resistencia hasta velocidad y agilidad. Además,
los ejercicios funcionales propuestos lograron
simular las demandas reales de las operaciones
militares, proporcionando una transferencia
directa de las habilidades desarrolladas durante
el entrenamiento (Grossman, 2018). Estos
hallazgos refuerzan la importancia de
incorporar programas funcionales en la
preparación física militar. El programa de
entrenamiento funcional demostró ser una
herramienta eficaz para mejorar las capacidades
físicas específicas y generales del personal
militar naval, con resultados consistentes y
significativos en todas las pruebas evaluadas.
Además, su enfoque adaptativo y personalizado
permitió a los participantes desarrollar
habilidades críticas para el desempeño
operativo. Futuras investigaciones podrían
explorar la integración de tecnologías
avanzadas de monitoreo para optimizar aún más
los resultados y garantizar la sostenibilidad de
este enfoque a largo plazo. Estos hallazgos
destacan la importancia de adoptar estrategias
innovadoras en el ámbito militar para garantizar
la preparación integral de sus miembros.
Conclusiones
El programa de entrenamiento funcional
implementado demostró ser una herramienta
efectiva y versátil para mejorar el rendimiento
físico del personal militar naval, abordando de
manera integral las capacidades críticas
necesarias para su desempeño operativo. Los
resultados obtenidos reflejan un progreso
significativo en las pruebas de fuerza,
resistencia, velocidad y agilidad, evidenciando
un impacto positivo tanto en las capacidades
específicas como en el rendimiento físico
general. Este enfoque integral permitió no solo
trabajar habilidades aisladas, sino también
desarrollar capacidades que son directamente
transferibles a las tareas operativas que enfrenta
el personal militar, consolidando una
preparación más robusta y funcional. La
estructura del programa, basada en
metodologías como Every Minute On The
Minute (EMOM) y As Many Rounds As
Possible (AMRAP), facilitó la personalización
de la intensidad de las sesiones, lo que permitió
a los participantes progresar según sus niveles
iniciales de condición física. Además, el uso de
la escala de Borg CR10 fue clave para
garantizar la autorregulación del esfuerzo,
minimizando el riesgo de lesiones y
maximizando los beneficios del entrenamiento.
Este diseño no solo fomentó la mejora
individual, sino que también garantizó la
inclusión de todos los participantes,
promoviendo un progreso uniforme en el grupo.
La capacidad del programa para adaptarse a las
necesidades individuales lo convierte en un
modelo viable para replicarse en otros contextos
militares.
Las mejoras observadas en cada una de las
pruebas físicas subrayan la efectividad del
entrenamiento funcional como estrategia para
fortalecer áreas críticas como la fuerza del core,
la resistencia aeróbica y la coordinación. Estas
capacidades son fundamentales no solo para
mejorar el rendimiento en tareas específicas,
sino también para garantizar la seguridad física
de los participantes al reducir el riesgo de
lesiones durante las operaciones. El enfoque
funcional también permitió trabajar
movimientos naturales y patrones
multiarticulares, optimizando la eficiencia del
cuerpo en escenarios operativos reales y
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asegurando que las habilidades desarrolladas
sean aplicables a los desafíos del entorno
militar. Los resultados de este estudio destacan
la importancia de integrar programas de
entrenamiento funcional en la preparación física
del personal militar. Este enfoque, al combinar
ejercicios funcionales de alta intensidad con
estrategias de regulación personalizadas, logra
desarrollar de manera integral las capacidades
físicas esenciales para su desempeño. Además,
su flexibilidad y adaptabilidad lo convierten en
una herramienta adecuada para ser
implementada en diversas unidades militares,
promoviendo una preparación más efectiva,
segura y sostenible. El éxito de este programa
refuerza la necesidad de continuar innovando en
los métodos de acondicionamiento físico en el
ámbito militar, asegurando una preparación
integral que responda a las crecientes demandas
operativas.
Agradecimientos
Agradezco a DIOS por la vida la salud la
sabiduría y el entendimiento que me brinda en
cada momento, a mi esposa, mis hijas y mi
familia por apoyarme y siempre confiar en mí,
por ser ese soporte angular para día a día querer
superarme y adquirir nuevos conocimientos que
me permitan contribuir con el desarrollo
personal y aportar a la sociedad con los
conocimientos adquiridos. Un agradecimiento
especial a los compañeros que me ayudaron a
compartir y aplicar mis conocimientos dentro
de la institución Armada del Ecuador y a la
UPSE por el excelente trabajo que hace como
Universidad.
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Esta obra está bajo una licencia de
Creative Commons Reconocimiento-No Comercial
4.0 Internacional. Copyright © Johnny Rafael
Miranda Alfonzo y Kevin Andrés Quishpe Veloz.