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Sumário
O presente artigo tem como objetivo conhecer
as perspectivas dos docentes sobre a
reintegração da disciplina de Educação Cívica
na grade curricular equatoriana no período
letivo de 2024 - 2025, como uma estratégia para
promover os valores cívicos entre os estudantes.
Esta pesquisa tem uma abordagem qualitativa,
de desenho não experimental – transversal. Para
a obtenção de dados, foi aplicada uma pesquisa
online aos professores que lecionam a disciplina
de Educação Cívica em 6 instituições
educacionais de Latacunga, sendo 3 públicas e
3 particulares. A técnica utilizada para a análise
dos dados foi o teste t de Student, por meio do
qual foi realizada uma análise comparativa
entre as respostas obtidas das instituições
públicas e privadas.
Os resultados obtidos nesta pesquisa indicam
que a reintegração da disciplina de Educação
Cívica é uma estratégia educativa para
promover a participação, a honestidade, a
integridade e a responsabilidade nos estudantes.
Além disso, promove valores cívicos e éticos
que fortalecem sua moral como cidadãos. Com
base nos resultados obtidos, conclui-se que o
papel dos docentes é fundamental no processo
de formação de estudantes com um
compromisso cidadão mais consciente, sendo
necessário criar espaços de participação que
fortaleçam os valores cívicos. Também é
essencial compreender que essa mudança deve
ser contínua e presente ao longo do tempo, com
um compromisso permanente por parte dos
professores e dos alunos.
Palavras-chave: Educação cívica,
Perspectiva docente, Participação,
Cidadania, Democracia, Moral e ética.
Introducción
El Ministerio de Educación ha implementado
cambios en la malla curricular ecuatoriana,
siendo así, que se propuso la reintegración de la
cívica para nuevo periodo académico 2024 –
2025. Para ello, es esencial entender que es la
cívica y la enseñanza de la cívica desde del
análisis de la ciudadanía como característica
propia del ser humano, el cual, representa un
compromiso continuo con el país a través del
ejercicio de los derechos, los deberes, la ética y
la moral como ecuatorianos. Aristóteles es el
primer filósofo de la historia en a abordar el
concepto de la ciudadanía, partiendo del análisis
del Estado y la sociedad. Mencionado así que,
los extranjeros, las mujeres y los esclavos, no
eran considerados ciudadanos en aquella época,
asimismo los jóvenes que no alcanzaban la edad
necesaria para la inscripción cívica eran
considerados ciudadanos incompletos y los
ancianos, ciudadanos jubilados, es decir, el
reconocimiento de su ciudadanía era nulo ante
el Estado (Aristóteles, 2016; Aragón, 2012;
Acevedo y Uribe, 2025). Por lo que, para
Aristóteles (2016): el mérito de la autoridad y el
de la sumisión son muy diversos, bien que el
buen ciudadano deba reunir en sí la ciencia y la
fuerza de la obediencia y del mando,
consistiendo su virtud precisamente en conocer
estas dos fases opuestas del poder que se ejerce
sobre los seres libres (p. 60).
Un ciudadano debe poder liderar y liderarse
desde su propia libertad, reconociendo su
ciudadanía como un punto de equilibrio en la
sociedad, en la que debe poder entender y
manejar su rol para obedecer y dar órdenes.
Siendo así, que “el ciudadano subsiste siendo
libre en el acto mismo que obedece, las virtudes
del ciudadano” (Aristóteles, 2016, p. 60). En
suma, para Aristóteles (2016) “no todos son
ciudadanos, sino que este título pertenece sólo
al hombre político, que es o puede ser dueño de
ocuparse, personal, o colectivamente, de los
intereses comunes” (p. 61). Si bien la
ciudadanía es una característica individual de
los seres humanos, el ejercicio de esta se enfoca
en el bien común basado en el reconociendo de
su capacidad de obediencia y de liderazgo.
Asimismo, Alcaraz (2023) enuncia que: la
ciudadanía es un conjunto de prerrogativas que
incluyen los derechos civiles, que son los