Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 6.1
Julio del 2025
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REPASANDO LA NOMENCLATURA DEL BÍCEPS BRAQUIAL: PROPUESTA DE
CAMBIO DE CABEZA LARGA Y CORTA A CABEZA MEDIAL Y LATERAL DESDE UN
ENFOQUE PEDAGÓGICO Y BIOMECÁNICO
REVIEWING THE NOMENCLATURE OF THE BICEPS BRACHII: PROPOSAL TO
CHANGE FROM LONG AND SHORT HEAD TO MEDIAL AND LATERAL HEAD FROM
A PEDAGOGICAL AND BIOMECHANICAL PERSPECTIVE
Autores: ¹Carlos Andrés García Orozco, ²Carlos Antonio Villacis de la Cruz, ³Irene Alejandra
Apolo Fajardo y 4Winston Arnold Morán Párraga.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-3638-9093
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-3309-2039
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-3000-4343
4ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-5641-126X
¹E-mail de contacto: drcarlosandresgarcia@gmail.com
²E-mail de contacto: cavd25x2@gmail.com
³E-mail de contacto: ireneapolo00@gmail.com
4E-mail de contacto: wamop103@gmail.com
Afiliación: 1*2*3*4*Investigador independiente, (Ecuador).
Artículo recibido: 12 de mayo del 2025
Artículo revisado: 11 de junio del 2025
Artículo aprobado: 8 de julio del 2025
¹Médico graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Máster en Docencia Universitaria e Innovación por la Universidad Europea
de Madrid, (España). Máster en Gerencia Hospitalaria e Innovación por la Universidad a Distancia de Madrid, (España).
²Médico graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador).
³Médico graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador).
4Técnico Superior en Enfermería, graduado en el Instituto Tecnológico Superior Bolivariano de Tecnología, (Ecuador).
Resumen
La nomenclatura anatómica no es solo una
cuestión semántica, sino una herramienta clave
en la enseñanza, el razonamiento clínico y la
comunicación interdisciplinaria. En el presente
artículo se propone una revisión crítica de la
denominación tradicional de las porciones del
músculo bíceps braquial; cabeza "larga" y
"corta", para plantear su reemplazo por los
términos "cabeza medial" y "cabeza lateral",
con base en tres ejes complementarios: la
precisión topográfica, la claridad pedagógica y
la irrelevancia funcional de la longitud de
origen desde el punto de vista biomecánico.
Desde un enfoque pedagógico, se argumenta
que la denominación actual induce a confusión
en estudiantes de ciencias de la salud, quienes
tienden a asociar "largo" y "corto" con la
longitud real de las fibras musculares o la
magnitud del recorrido articular, lo cual no se
ajusta a la realidad anatómica ni funcional. En
cambio, las denominaciones "medial" y
"lateral" se corresponden con la disposición
espacial observable in vivo y en imágenes
diagnósticas, y se alinean con los principios de
la terminología anatómica. Desde el punto de
vista biomecánico, se revisa la literatura actual
sobre activación muscular, momento de fuerza
y función sinérgica del bíceps en distintos
planos de movimiento, concluyendo que la
posición del hombro y el codo influye más
sobre la mecánica del músculo que la longitud
de sus orígenes. No existen diferencias
funcionales significativas atribuibles a la
longitud de la cabeza larga respecto a la corta
en tareas como la flexión de codo o la
supinación del antebrazo.
Palabras clave: Nomenclatura, Bíceps
braquial, Enfoque pedagógico, Enfoque
Biomecánico.
Abstract
Anatomical nomenclature is not only a
semantic issue, but a key tool in teaching,
clinical reasoning, and interdisciplinary
communication. This article proposes a critical
review of the traditional designations of the
biceps brachii muscle portions, the "long" and
"short" heads, to propose their replacement
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with the terms "medial head" and "lateral
head," based on three complementary axes:
topographic accuracy, pedagogical clarity, and
the functional irrelevance of the length of
origin from a biomechanical perspective. From
a pedagogical perspective, it is argued that the
current designation causes confusion among
health science students, who tend to associate
"long" and "short" with the actual length of the
muscle fibers or the extent of joint movement,
which does not correspond to anatomical or
functional reality. In contrast, the designations
"medial" and "lateral" correspond to the spatial
arrangement observed in vivo and in diagnostic
images and are aligned with the principles of
anatomical terminology. From a biomechanical
perspective, the current literature on muscle
activation, moment of force, and synergistic
function of the biceps in different planes of
motion is reviewed, concluding that the
position of the shoulder and elbow influences
muscle mechanics more than the length of their
origins. There are no significant functional
differences attributable to the length of the long
versus short head in tasks such as elbow flexion
or forearm supination.
Keywords: Nomenclature, Biceps brachii,
Pedagogical approach, Biomechanical
approach.
Sumário
A nomenclatura anatômica não é apenas uma
questão semântica, mas uma ferramenta
fundamental no ensino, no raciocínio clínico e
na comunicação interdisciplinar. Este artigo
propõe uma revisão crítica das designações
tradicionais das porções do músculo bíceps
braquial cabeças "longa" e "curta" para
propor sua substituição pelos termos "cabeça
medial" e "cabeça lateral", com base em três
eixos complementares: precisão topográfica,
clareza pedagógica e a irrelevância funcional
do comprimento de origem sob uma
perspectiva biomecânica. Do ponto de vista
pedagógico, argumenta-se que a designação
atual causa confusão entre estudantes de
ciências da saúde, que tendem a associar
"longo" e "curto" ao comprimento real das
fibras musculares ou à extensão do movimento
articular, o que não corresponde à realidade
anatômica ou funcional. Em contrapartida, as
designações "medial" e "lateral" correspondem
ao arranjo espacial observado in vivo e em
imagens diagnósticas e estão alinhadas aos
princípios da terminologia anatômica. Do
ponto de vista biomecânico, a literatura atual
sobre ativação muscular, momento de força e
função sinérgica do bíceps em diferentes
planos de movimento é revisada, concluindo-se
que a posição do ombro e do cotovelo
influencia a mecânica muscular mais do que o
comprimento de suas origens. Não há
diferenças funcionais significativas atribuíveis
ao comprimento da cabeça longa versus curta
em tarefas como flexão do cotovelo ou
supinação do antebraço.
Palavras-chave: Nomenclatura, Bíceps
braquial, Abordagem pedagógica,
Abordagem biomecânica.
Introducción
El bíceps braquial, tradicionalmente descrito
como un músculo de dos cabezas, una “larga” y
otra “corta, situada en la región anterior del
brazo, con inserciones que lo conectan tanto al
complejo escapulohumeral como al radio.
Desde una perspectiva anatómica, la cabeza
larga se origina en el tubérculo supraglenoideo
de la escápula y transcurre intraarticularmente
en la cápsula glenohumeral antes de descender
por el surco intertubercular del húmero; la
cabeza corta, por su parte, nace en el proceso
coracoides. Ambas convergen distalmente en
un tendón común que se inserta en la
tuberosidad radial, con una expansión
aponeurótica en la fascia del antebrazo
(aponeurosis bicipital). En cirugía ortopédica y
traumatológica, el conocimiento preciso de su
trayecto es esencial en reparaciones del
manguito rotador, tenodesis y tenotomías. En el
ámbito deportivo, el bíceps desempeña un papel
fundamental en la flexión del codo y la
supinación del antebrazo, siendo además
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relevante en ciertos movimientos de tracción
como dominadas, curls y remos.
Sin embargo, el sistema de nomenclatura actual
genera confusiones en estudiantes de medicina,
fisioterapia y carreras afines. Paradójicamente,
in situ, la cabeza denominada “larga” suele
percibirse más corta, pues permanece
parcialmente oculta bajo los fascículos
anteriores del músculo deltoides mientras que la
cabeza “corta” gana prominencia visual y
dimensional en disecciones, imágenes de
resonancia y observación clínica. Esta
incongruencia entre nombre y percepción
espacial entorpece el aprendizaje inicial y puede
interferir con una adecuada integración clínica.
Desde el punto de vista terminológico, la
denominación basada en la “longitud” del
origen ha sido acríticamente perpetuada, a pesar
de que otras estructuras musculares
comparables se nombran siguiendo principios
de orientación anatómica más intuitivos. Por
ejemplo, las cabezas del cuádriceps femoral
(vasto medial, lateral e intermedio) o del tríceps
braquial (cabeza larga, lateral y medial) reflejan
con mayor precisión su disposición espacial o
relación topográfica, aunque curiosamente en
este último caso también se mantiene el término
“larga” pese a una distribución más axial que
longitudinal. Aún más ilustrativo es el caso de
los gastrocnemios, cuyas cabezas también
tienen longitudes distintas, pero se denominan
medial y lateral, priorizando la ubicación sobre
la extensión de origen.
Desde un enfoque biomecánico, la literatura
reciente coincide en que la longitud de la
porción proximal del bíceps braquial tiene
escasa relevancia funcional en cuanto a
generación de torque o patrones de activación
electromiográfica durante movimientos de
flexión o supinación. La posición del hombro
influye en el grado de activación de cada
cabeza, pero no existe evidencia concluyente
que relacione la longitud del tendón con una
ventaja significativa en términos de palanca o
eficiencia biomecánica. En este contexto,
proponemos una reconceptualización de la
nomenclatura del bíceps braquial, sustituyendo
los términos “cabeza larga” y “cabeza corta”
por “cabeza lateral” y “cabeza medial”,
respectivamente. Esta propuesta se alinea con
las recomendaciones de precisión, univocidad y
claridad descriptiva de la terminología
anatómica y tiene como objetivo favorecer el
aprendizaje, la comprensión espacial y la
integración clínica del conocimiento
anatómico.
Materiales y Métodos
Con el objetivo de proponer una modificación
fundamentada en la nomenclatura del músculo
bíceps braquial, se emplearon los siguientes
cuatro criterios de análisis terminológico, en
concordancia con los lineamientos establecidos
por la Federative International Programme for
Anatomical Terminology (FIPAT, 2019). En
relación al valor descriptivo, las medidas
anatómicas obtenidas de estudios de disección
cadavérica y análisis por imágenes (MRI y
ultrasonido) han revelado que la longitud total
visible de la cabeza larga del bíceps braquial
puede ser menor que la de la cabeza corta
cuando se considera su trayecto desde el surco
bicipital hasta la unión musculotendinosa
(Reeves et al., 2004; Eames et al., 2007).
Además, debido a su trayecto intraarticular y a
su cobertura por el deltoides, la cabeza larga se
encuentra parcialmente oculta en la inspección
in situ, mientras que la cabeza corta gana
prominencia visual. Esto contradice
directamente el valor descriptivo del término
“larga”, que no representa de forma precisa ni
su longitud funcional ni su visibilidad
anatómica. Se evaluó si los términos "larga" y
"corta" reflejan de manera objetiva y observable
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las características anatómicas reales del
músculo: su origen, trayecto, visibilidad en
disección, relación con estructuras adyacentes y
función biomecánica. Se contrastaron con los
términos propuestos "medial" y "lateral", cuya
justificación se basa en la posición espacial
inequívoca de ambas cabezas en preparaciones
anatómicas e imágenes clínicas. Desde la
perspectiva del valor unívoco se analizó el
grado de ambigüedad semántica de los términos
actuales. La palabra “larga” puede ser
interpretada por estudiantes como mayor
longitud de fibras, mayor palanca funcional o
mayor recorrido articular, lo cual no
necesariamente se corresponde con la anatomía
real. El nuevo sistema propuesto fue evaluado
en su capacidad para evitar interpretaciones
erróneas y facilitar la identificación espacial
inmediata.
De acuerdo al valor pedagógico, se consideró la
capacidad de la nomenclatura para ser
comprendida, memorizada y aplicada
correctamente por estudiantes de medicina y
carreras de ciencias de la salud. Se incluyeron
observaciones docentes en actividades prácticas
de laboratorio, experiencias didácticas y
revisión de literatura sobre obstáculos en la
enseñanza anatómica (Vélez, 2016; Vásquez y
del Sol, 2015). En relación a la coherencia con
otros términos anatómicos, se examinó la
consistencia de los términos utilizados en el
bíceps braquial con respecto a otros músculos
multicefálicos del cuerpo humano, buscando
identificar si existen patrones universales de
denominación basados en orientación espacial,
número de inserciones, o trayectoria funcional.
Para asegurar una propuesta terminológica
coherente con la morfología muscular general,
se realizó una comparación entre el bíceps
braquial y los siguientes músculos de múltiples
cabezas: Tríceps braquial; compuesto por una
cabeza larga, lateral y medial. La denominación
se basa parcialmente en la orientación espacial,
aunque el término “larga” también se mantiene
aquí por tradición. Aun así, en el tríceps la
cabeza larga tiene un trayecto claramente más
extenso y cruza dos articulaciones, lo cual
justifica en parte la denominación. Cuádriceps
femoral: denominado por sus componentes;
vasto medial, intermedio y lateral, y el recto
femoral. La denominación se basa
exclusivamente en orientación espacial y
topográfica, sin apelar a longitud o forma. Es un
modelo claro de terminología funcional y
morfológica precisa. Gastrocnemios: presentan
una cabeza medial y una lateral. A pesar de que
la cabeza medial tiene una inserción más alta (y
por tanto un origen más largo), la nomenclatura
es puramente topográfica, no basada en la
longitud. Esto valida el uso de términos
espaciales por encima de los longitudinales.
Bíceps femoral: este músculo conserva la
denominación tradicional de cabeza larga” y
“cabeza corta”. La cabeza larga cruza tanto la
articulación coxofemoral como la de la rodilla,
mientras que la corta solo actúa a nivel de la
rodilla. Aunque se podría pensar que la
denominación aquí está más justificada que en
el bíceps braquial, se revisó si esta distinción
tiene implicaciones funcionales diferenciadas
en el entrenamiento o reclutamiento muscular.
Estudios electromiográficos realizados por
Kellis et al. (2012); Higashihara et al. (2014)
han demostrado que es posible modular
parcialmente la activación entre ambas cabezas
del bíceps femoral dependiendo del tipo de
ejercicio. Por ejemplo:
El curl femoral sentado tiende a activar
ambas cabezas, aunque con ligera mayor
activación en la cabeza larga debido a su
mayor estiramiento pasivo.
El curl femoral tumbado activa también
ambas cabezas, pero de forma más
equilibrada.
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El deadlift o peso muerto enfatiza
fuertemente la cabeza larga debido a la
extensión simultánea de cadera y rodilla,
donde esta actúa como biarticular.
No obstante, incluso en estos casos, la
activación selectiva no es absoluta, y existe una
alta sinergia funcional entre ambas porciones.
La separación en el entrenamiento sigue siendo
una estrategia parcial y no una diferenciación
funcional marcada como ocurre, por ejemplo,
con el vasto medial vs lateral en el cuádriceps.
Además, se realizó una revisión narrativa de la
literatura académica en bases de datos
especializadas (PubMed, ScienceDirect, Scielo,
Embase) para identificar evidencia anatómica y
biomecánica que justifique o contradiga la
utilidad funcional, pedagógica o descriptiva de
la actual denominación "cabeza larga" y
"cabeza corta" del músculo bíceps braquial. Los
criterios de inclusión fueron:
Artículos en inglés o español, publicados
entre 2000 y 2024.
Estudios de anatomía comparada,
disecciones cadavéricas, RM funcional,
EMG y biomecánica muscular.
Revisiones de terminología anatómica
reconocida por FIPAT.
Se identificaron estudios que demostraron una
escasa relevancia biomecánica de la longitud
del tendón de origen en la función del bíceps
(Lieber & Fridén, 2000; Brown et al., 2007;
Wakahara et al., 2013), así como artículos que
analizaron la falta de especificidad funcional
entre las cabezas durante tareas motoras típicas
(Ter Haar Romeny et al., 1984; Watanabe et al.,
2012). Esta evidencia contradice la suposición
implícita en la nomenclatura tradicional de que
la cabeza “larga” tiene una función diferenciada
o superior. Asimismo, se recopilaron datos
anatómicos que revelan la posición topográfica
claramente medial de la cabeza corta y lateral
de la cabeza larga, lo cual respalda el uso de
criterios espaciales en su denominación (Eames
et al., 2007; Reeves et al., 2004).
Adicionalmente, se consultó la segunda edición
oficial de la Terminologia Anatomica (FIPAT,
2019), en la cual el músculo se denomina
oficialmente “Musculus biceps brachii”, con
subdivisiones caput longum y caput breve. No
existe una explicación justificativa en dicha
fuente sobre el motivo de tal denominación ni
evidencia morfológica que respalde la elección
del adjetivo “longum”. La FIPAT establece que
los términos anatómicos deben ser:
Descriptivos, en función de forma, posición
o función;
Unívocos, evitando ambigüedades;
Universales, para ser aplicables en distintos
contextos clínicos y educativos;
Neutrales, libres de sesgos e
interpretaciones erróneas.
El análisis comparativo demostró que los
términos “longum” y “breve” no cumplen
plenamente estos criterios, pues:
No reflejan la disposición espacial
observable en el cuerpo humano
(descriptividad).
Generan confusión semántica entre
longitud visual y longitud funcional
(univocidad).
No siguen el patrón aplicado en otros
músculos multicefálicos como el
gastrocnemio, cuádriceps o deltoides
(coherencia).
En este sentido, la propuesta de cambio a “caput
mediale” y “caput laterale” se alinea mejor con
los principios actuales de la nomenclatura
anatómica internacional.
Resultados y Discusión
La precisión en la terminología anatómica es
fundamental para la enseñanza, la investigación
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y la práctica clínica. La nomenclatura debe
reflejar la realidad morfológica, funcional y
topográfica de las estructuras, evitando
ambigüedades que puedan entorpecer el
aprendizaje o la comunicación
interdisciplinaria. En este contexto, la
denominación tradicional de las “cabezas larga
y corta” del músculo bíceps braquial requiere un
análisis crítico que contemple criterios
normativos, funcionales y pedagógicos.
Historia y criterios de la terminología
anatómica
La terminología anatómica, publicada por la
Federative International Programme for
Anatomical Terminology (FIPAT) y sus
predecesores desde la nómina anatómica
(1895), establece que los nombres anatómicos
deben ser unívocos, descriptivos,
morfológicamente precisos y universalmente
comprensibles (FIPAT, 2019). El objetivo es
eliminar términos ambiguos, eponímicos o
basados en observaciones subjetivas. Diversos
estudios (Duque et al., 2022; Vásquez & del
Sol, 2015) han subrayado la necesidad de
actualizar términos que no cumplen estos
criterios. Ejemplo de ello es el caso del "hueso
sacro", cuya denominación ha sido cuestionada
por su falta de valor descriptivo y su origen
religioso, proponiéndose en su lugar el término
“vértebra magna” por su carácter
morfológicamente exacto. Aplicando esta
misma lógica, términos como “cabeza larga” o
“corta”, que no representan adecuadamente la
disposición ni función real, también pueden ser
reevaluados.
Nomenclatura en músculos multicefálicos
La denominación de músculos con múltiples
cabezas generalmente responde a su disposición
topográfica o a su función, no a la longitud de
su origen. Ejemplos clásicos incluyen:
Tríceps braquial: cabeza larga, lateral y
medial. Aquí, la cabeza “larga” se justifica
por su trayecto cruzando la articulación
glenohumeral, aunque no sea visualmente
la más extensa.
Cuádriceps femoral: vasto medial,
intermedio, lateral y recto femoral. Se
prioriza la orientación espacial, no la
longitud.
Gastrocnemios: cabezas medial y lateral,
pese a tener diferentes longitudes y ángulos
de inserción.
La propuesta de adoptar los términos
cabeza medial y cabeza lateral para el
bíceps braquial sigue esta misma lógica
anatómica y descriptiva, y se alinea con la
taxonomía de músculos multicefálicos
utilizada en la literatura moderna.
Disposición espacial evidente del bíceps
braquial
In vivo y en preparados anatómicos, la cabeza
“corta” del bíceps (originada en la apófisis
coracoides) se sitúa medialmente y es la más
visible superficialmente. En contraste, la cabeza
“larga”, a pesar de su nombre, se encuentra
lateral y profundamente oculta por el deltoides
anterior y el pectoral mayor, lo que genera una
percepción contraria a la nomenclatura
convencional. Este desacople entre el nombre y
la localización visible contribuye a errores en la
identificación, especialmente en estudiantes de
ciencias de la salud durante sus primeras
aproximaciones a la disección, modelos
anatómicos o imágenes de RM.
Activación muscular y electromiografía del
bíceps braquial
Estudios de electromiografía (EMG) de alta
resolución han demostrado que ambas cabezas
del bíceps braquial participan de forma
sinérgica en la flexión del codo y la supinación
del antebrazo (Ter et al., 1984; Watanabe et al.,
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2012). Sin embargo, no existe una selectividad
funcional estricta entre ambas, y las diferencias
de activación son mínimas en contextos
biomecánicamente similares. Wakahara et al.
(2013), mediante resonancia magnética
funcional, observaron que las diferencias de
activación intramuscular entre ambas cabezas
no son estadísticamente significativas en
condiciones normales de entrenamiento,
incluso cuando se manipulan variables como la
carga o la velocidad del movimiento.
Longitud de origen vs. función durante el
ejercicio
Desde la biomecánica, la longitud de origen del
tendón no determina de manera relevante la
eficiencia del músculo en acciones funcionales.
La ventaja mecánica depende más de la longitud
del momento, el ángulo articular y el punto de
inserción distal que de la longitud de la porción
proximal (Lieber y Fridén, 2000). De hecho, en
contextos de entrenamiento de fuerza, se ha
evidenciado que las modificaciones en la
posición del hombro (como flexión o extensión)
alteran mínimamente la participación
diferencial de las cabezas del bíceps (Brown et
al., 2007). En consecuencia, usar la longitud del
origen como criterio para la nomenclatura
carece de fundamento biomecánico sólido.
Influencia de la posición del hombro
Aunque clásicamente se ha enseñado que la
cabeza larga del bíceps se activa más con el
hombro en extensión (por estiramiento pasivo),
múltiples estudios han mostrado que esta
influencia es limitada y no genera una
activación selectiva constante (Kawakami et al.,
2000; Staudenmann et al., 2014). La EMG
demuestra una coactivación de ambas cabezas
en la mayoría de rangos funcionales del brazo,
salvo en posiciones muy específicas que no se
reproducen en gestos deportivos comunes.
La terminología anatómica no es un detalle
menor ni una simple convención histórica. Por
el contrario, constituye el lenguaje estructural
del conocimiento médico, cuya precisión
impacta de forma directa en la enseñanza, la
práctica clínica y la investigación. A la luz de
esta premisa, los hallazgos expuestos en este
artículo respaldan de forma sólida la necesidad
de revisar críticamente la denominación
tradicional de las cabezas del músculo bíceps
braquial. La evidencia morfológica y de
disposición topográfica, basada en estudios
anatómicos por disección, resonancia
magnética y ecografía (Eames et al., 2007;
Reeves et al., 2004), demuestra que la llamada
“cabeza larga” se encuentra en una posición
lateral y profunda, parcialmente cubierta por el
deltoides, y que su longitud visual e incluso
funcional no es significativamente mayor que la
de la “cabeza corta”. De hecho, in situ, la cabeza
corta; medial y superficial, suele ser más
prominente y fácilmente identificable, lo que
genera una discrepancia entre lo que se observa
y lo que se nombra.
Desde el punto de vista funcional, estudios
electromiográficos y biomecánicos han
mostrado que no existe una activación
diferencial significativa entre ambas cabezas
del bíceps en la mayoría de gestos motores,
salvo en posiciones articulares muy específicas
(Brown et al., 2007; Watanabe et al., 2012).
Incluso cuando se manipula la posición del
hombro, la activación selectiva de la cabeza
larga es modesta y no constante (Kawakami et
al., 2000; Staudenmann et al., 2014). Este
hallazgo refuerza la idea de que el criterio de
longitud de origen no tiene una correlación
funcional robusta, por lo tanto, no justifica una
denominación basada en ese parámetro. En
cuanto a la terminología comparada, resulta
llamativo que otros músculos multicefálicos
similares; como el cuádriceps, los
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gastrocnemios o incluso el bíceps femoral,
utilizan denominaciones orientadas al espacio
(medial, lateral, intermedio) o a la disposición
funcional (cruce articular), más que a la
longitud del origen. Aunque el bíceps femoral
conserva las denominaciones “larga” y “corta”,
estudios recientes han mostrado que la
diferenciación funcional entre ambas cabezas es
más marcada que en el bíceps braquial
(Higashihara et al., 2014; Kellis et al., 2012), lo
que podría justificar, al menos parcialmente, su
nomenclatura actual.
Una de las justificaciones más fuertes para esta
propuesta es de orden educativo. En la
experiencia docente y revisión bibliográfica
sobre enseñanza anatómica, se ha observado
que la terminología actual tiende a generar
confusión perceptiva, especialmente en los
primeros niveles de formación. La cabeza
“corta”, al encontrarse más visible y medial,
suele ser identificada intuitivamente como la
más “larga”, lo que contradice la lógica de la
denominación. Utilizar los términos “cabeza
medial” y “cabeza lateral” facilitaría el
reconocimiento anatómico inmediato, al igual
que ocurre con músculos como los
gastrocnemios o los vastos del cuádriceps, cuya
topografía es coherente con su denominación.
Además, esta modificación se alinea con la
enseñanza anatómica moderna, que prioriza
modelos tridimensionales, razonamiento
espacial y comprensión topográfica por encima
de la memorización tradicional. Entre las
posibles objeciones se encuentra la resistencia
académica o institucional al cambio
terminológico, especialmente cuando se trata de
estructuras ampliamente conocidas y
referenciadas en la literatura científica y clínica.
La adopción de nuevas denominaciones podría
generar inicialmente una falta de uniformidad
entre textos, atlas, artículos científicos y
enseñanza clínica. Otra limitación es la ausencia
de estudios cuantitativos que midan
directamente el impacto pedagógico del cambio
propuesto en la comprensión o retención
anatómica. Aunque el razonamiento
pedagógico es coherente, sería deseable que
futuras investigaciones incluyan evaluaciones
comparativas en cohortes de estudiantes para
medir su efecto real en el aprendizaje.
Finalmente, cualquier propuesta de cambio
debe ser presentada ante los comités
internacionales de nomenclatura anatómica, que
valoran tanto la justificación morfológica como
el consenso interdisciplinar. En ese sentido, esta
publicación busca ser un primer paso para abrir
la discusión académica e institucional sobre la
pertinencia de actualizar la terminología del
bíceps braquial conforme a los criterios de
precisión, claridad y coherencia.
Conclusiones
La presente revisión plantea una necesidad
terminológica legítima y urgente: reevaluar la
denominación tradicional de las cabezas del
músculo bíceps braquial, actualmente
conocidas como “larga” y “corta”. A partir de
un análisis anatómico, topográfico,
biomecánico y pedagógico, se ha demostrado
que estos términos carecen de valor descriptivo
real, inducen a errores interpretativos en la
enseñanza y no reflejan diferencias funcionales
significativas que justifiquen su uso. La
evidencia sugiere que la longitud del origen
proximal de ambas cabezas no guarda una
relación directa con su visibilidad, activación
selectiva o participación diferenciada en el
movimiento. Por el contrario, su disposición
espacial; medial y lateral, es constante,
fácilmente verificable in situ y coherente con
los principios establecidos por la Terminologia
Anatomica y la FIPAT. Adoptar una
nomenclatura basada en la orientación espacial,
como “cabeza medial” y “cabeza lateral”,
permitiría mayor claridad, coherencia con otros
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músculos multicefálicos y una mejora directa en
los procesos de enseñanza-aprendizaje,
especialmente en las etapas iniciales de
formación anatómica. Este es un texto para
reconocimientos a las personas y entidades que
han colaborado en la investigación. Si su trabajo
ha sido financiado por algún organismo o
institución, mencione el nombre y el número de
la financiación.
Referencias Bibliográficas
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García Orozco, Carlos Antonio Villacis de la Cruz,
Irene Alejandra Apolo Fajardo y Winston Arnold
Morán Párraga.