Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 6.1
Edición Especial II 2025
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EL AMBIENTE ACUÁTICO COMO MEDIO PARA MEJORAR LA INDEPENDENCIA DE
JÓVENES CON DISCAPACIDAD VISUAL
THE AQUATIC ENVIRONMENT AS A MEANS TO IMPROVE THE INDEPENDENCE OF
YOUNG PEOPLE WITH VISUAL IMPAIRMENTS
Autores: ¹Anyelo Euclides Pisco Soledispa y ²Elva Katherine Aguilar Morocho.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0004-2380-3903
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3008-7317
¹E-mail de contacto: apisco3105@utm.edu.ec
²E-mail de contacto: elva.aguilar@utm.edu.ec
Afiliación: 1*2*Universidad Técnica de Manabí, (Ecuador).
Artículo recibido: 19 de Julio del 2025
Artículo revisado: 20 de Julio del 2025
Artículo aprobado: 30 de Julio del 2025
¹Estudiante de Licenciatura de la Actividad Física y Deporte de la Universidad Técnica de Manabí, (Ecuador).
²Doctora en Educación Física y Entrenamiento Deportivo de la Beijing University, 北京体育大学, (China). Magister en Entrenamiento
Deportivo de la Universidad de las Fuerzas Armadas, (Ecuador). Licenciada en Administración de Empresa de la Universidad Técnica de
Machala, (Ecuador) con 15 años de experiencia en investigación, actualmente docente de pregrado en la Universidad Técnica de Mana
y Docente de Posgrado de la Universidad Estatal Península de Santa Elena, (Ecuador).
Resumen
El presente estudio tuvo como objetivo analizar
el papel del ambiente acuático como un medio
efectivo para fortalecer la independencia de
adolescentes con discapacidad visual. La
investigación se desarrolló bajo un enfoque
cualitativo con alcance descriptivo,
permitiendo explorar las experiencias y
cambios funcionales de seis adolescentes entre
13 y 16 años, participantes del programa
“Nadar con autonomía”. Este programa
consistió en sesiones acuáticas adaptadas y
progresivas, estructuradas con base en
metodologías como la acuaterapia, el modelo
Halliwick y la educación física adaptada. Las
actividades abordaron dimensiones clave como
el autocuidado, la movilidad, la comunicación
y la interacción social. Para el diagnóstico
inicial y final se utilizó la Escala de
Independencia Funcional, cuyos resultados
evidenciaron, tras la intervención, mejoras
significativas en los niveles de autonomía de
los participantes. Las áreas con mayor avance
fueron la movilidad, la resolución de problemas
y la interacción social. Estas mejoras se
atribuyen a las propiedades físicas del agua,
que facilitan el movimiento seguro, estimulan
los sentidos y promueven la autoconfianza.Los
hallazgos refuerzan la necesidad de
implementar programas acuáticos como
estrategia pedagógica y terapéutica en
contextos inclusivos. Se concluye que el
ambiente acuático representa una herramienta
eficaz para potenciar la independencia
funcional, emocional y social de adolescentes
con discapacidad visual, contribuyendo así a su
calidad de vida e integración activa en la
comunidad.
Palabras clave: Discapacidad visual,
Independencia funcional, Actividades
acuáticas, Inclusión educativa, Terapia
acuática.
Abstract
This study aimed to analyze the role of the
aquatic environment as an effective means of
strengthening the independence of adolescents
with visual impairments. The research was
conducted using a qualitative approach with a
descriptive scope, allowing for the exploration
of the experiences and functional changes of
six adolescents between 13 and 16 years old,
participants in the "Swimming with
Autonomy" program. This program consisted
of adapted and progressive aquatic sessions,
structured based on methodologies such as
aquatherapy, the Halliwick model, and adapted
physical education. The activities addressed
key areas such as self-care, mobility,
communication, and social interaction. The
Functional Independence Scale was used for
both the initial and final assessments, and the
results showed significant improvements in the
participants' levels of autonomy after the
intervention. The areas with the greatest
progress were mobility, problem-solving, and
social interaction. These improvements are
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attributed to the physical properties of water,
which facilitate safe movement, stimulate the
senses, and promote self-confidence. The
findings reinforce the need to implement
aquatic programs as a pedagogical and
therapeutic strategy in inclusive settings. It is
concluded that the aquatic environment
represents an effective tool for enhancing the
functional, emotional, and social independence
of adolescents with visual impairments, thus
contributing to their quality of life and active
integration into the community.
Keywords: Visual impairment, Functional
independence, Aquatic activities,
Educational inclusion, Aquatic therapy.
Sumário
O presente estudo teve como objetivo analisar o
papel do ambiente aquático como meio eficaz
para o fortalecimento da independência de
adolescentes com deficiência visual. A pesquisa
foi conduzida utilizando uma abordagem
qualitativa com escopo descritivo, permitindo a
exploração das experiências e mudanças
funcionais de seis adolescentes entre 13 e 16
anos, participantes do programa "Nadando com
Autonomia". Este programa consistiu em
sessões aquáticas adaptadas e progressivas,
estruturadas com base em metodologias como
aquaterapia, o modelo Halliwick e educação
física adaptada. As atividades abordaram
aspectos-chave como autocuidado, mobilidade,
comunicação e interação social. An Escala de
Independência Funcional foi utilizada para as
avaliações inicial e final. Os resultados
mostraram melhorias significativas nos níveis
de autonomia dos participantes após a
intervenção. As áreas com maior progresso
foram mobilidade, resolução de problemas e
interação social. Essas melhorias são atribuídas
às propriedades físicas da água, que facilitam a
movimentação segura, estimulam os sentidos e
promovem a autoconfiança. Os achados
reforçam a necessidade de implementar
programas aquáticos como estratégia
pedagógica e terapêutica em ambientes
inclusivos. Conclui-se que o ambiente aquático
representa uma ferramenta eficaz para o
aumento da independência funcional,
emocional e social de adolescentes com
deficiência visual, contribuindo para sua
qualidade de vida e integração ativa na
comunidade.
Palavras-chave: Deficiência visual,
Independência funcional, Atividades
aquáticas, Inclusão educacional, Terapia
aquática.
Introducción
El desarrollo de la independencia es un aspecto
esencial en la vida de cualquier individuo y
adquiere una relevancia particular en jóvenes
con discapacidad visual. La independencia no
solo implica la capacidad de realizar actividades
cotidianas de manera autónoma, sino también el
fortalecimiento de la autoestima, la interacción
con el entorno y la participación activa en la
sociedad. Para estos jóvenes, alcanzar un
adecuado nivel de independencia es
fundamental para su integración en los ámbitos
educativo, laboral y social. No obstante, la
realidad dista mucho de este ideal. En la
mayoría de entornos, los jóvenes con
discapacidad visual enfrentan múltiples
barreras que limitan su autonomía, las cuales no
solo son de carácter físico, sino también social
y psicológico. Estas restricciones pueden
provocar situaciones de dependencia y
aislamiento, afectando negativamente su
calidad de vida y limitando sus oportunidades
de desarrollo. Si estas dificultades no se
abordan de manera efectiva, los jóvenes pueden
experimentar una disminución en su autoestima
y en su capacidad para desenvolverse de manera
autónoma en un mundo cada vez más exigente.
Diferentes estudios han destacado el impacto
positivo que el ambiente acuático puede tener
en el desarrollo de la independencia en personas
con discapacidad. Por ejemplo, Cantallops y
Morey (2012) señalan que la actividad acuática
planificada de manera sistemática contribuye
significativamente a la mejora de la autonomía
y la movilidad en este colectivo. La flotabilidad
y la libertad de movimiento que brinda el agua
facilitan la percepción espacial y el control
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postural, aspectos fundamentales para fortalecer
la autonomía de los jóvenes con discapacidad
visual. Asimismo, el Concepto Halliwick,
desarrollado por Lambeck et al. (2001),
propone un programa enfocado en la enseñanza
de la natación y la independencia en el agua,
destacando el control rotacional y el equilibrio
como elementos esenciales del proceso. Por otra
parte, la acuaterapia se ha consolidado como
una técnica de rehabilitación que aprovecha las
propiedades del medio acuático para mejorar la
movilidad y la calidad de vida de los
participantes, mostrando beneficios notables en
la promoción de la independencia funcional
(Koury, 2000).
Por lo mencionado anteriormente, la
implementación de programas de actividades
acuáticas adaptadas representa una alternativa
viable para fomentar la autonomía en jóvenes
con discapacidad visual, proporcionándoles
herramientas para mejorar su movilidad y
favorecer su integración social. En este contexto,
el objetivo de la presente investigación es
analizar el papel del ambiente acuático como un
medio efectivo para fortalecer la independencia
de estos jóvenes. A través de un programa
estructurado de actividades acuáticas, se busca
evaluar el impacto de estas intervenciones en las
dimensiones funcionales, sociales y
emocionales de la independencia personal. La
independencia personal abarca la capacidad de
realizar actividades cotidianas sin depender de
terceros, así como la habilidad para tomar
decisiones y enfrentar nuevos desafíos de
manera autónoma. Según Cantallops y Morey
(2012), esta independencia se estructura en tres
dimensiones principales:
Funcional: Capacidad para desempeñar
tareas básicas y complejas de la vida diaria.
Social: Habilidad para interactuar y
participar activamente en la comunidad.
Emocional: Autoconfianza y control sobre
las propias decisiones.
Estos aspectos son especialmente relevantes en
jóvenes con discapacidad visual, quienes
enfrentan retos adicionales para alcanzar un
nivel de independencia satisfactorio (Caballero
y Aguilar 2019), las principales dificultades
incluyen:
Orientación y movilidad: Limitaciones para
desplazarse de manera segura en espacios
desconocidos o complejos.
Participación social: Riesgo de aislamiento
debido a barreras actitudinales y falta de
adaptaciones.
Autonomía funcional: Dependencia en
actividades cotidianas como vestirse,
alimentarse o realizar tareas básicas.
El ambiente acuático ha sido identificado como
un recurso eficaz para la rehabilitación y el
desarrollo de habilidades en personas con
discapacidad. Según García Prados (2014), el
agua proporciona un entorno con características
únicas que benefician a los jóvenes con
discapacidad visual:
Flotabilidad y resistencia reducida: Facilitan el
movimiento y minimizan el impacto articular,
permitiendo mayor libertad de desplazamiento.
Entorno seguro: Reduce el riesgo de caídas y
accidentes, promoviendo la confianza personal.
Estimulación multisensorial: Mejora la
percepción del entorno a través del tacto, la
presión hidrostática y los cambios de
temperatura.
La inclusión de programas acuáticos en la
formación de personas con discapacidad visual
no solo contribuye a la movilidad, sino que
también mejora habilidades cognitivas y
emocionales. Estudios como el de Caballero y
Aguilar (2019) han demostrado que la natación
y las actividades en agua fomentan el desarrollo
de la motricidad gruesa, la autoconfianza y
reducción del estrés (García, 2014) y la
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socialización y trabajo en equipo (García, 2014).
Para que las actividades acuáticas sean efectivas
en la mejora de la independencia de jóvenes con
discapacidad visual, es necesario aplicar
estrategias de enseñanza adaptadas. Según
Caballero y Aguilar (2019), una metodología
eficaz debería incluir: Control postural y
equilibrio, orientación y percepción espacial,
autonomía progresiva. Otras estrategias
incluyen el uso de dispositivos de flotación
adaptados, refuerzo verbal y trabajo en
pequeños grupos para fomentar la confianza en
el medio acuático. Diferentes estudios han
demostrado que la actividad acuática tiene un
impacto positivo en la independencia de
personas con discapacidad visual y otras
condiciones que afectan la movilidad y la
percepción espacial. Un programa desarrollado
por Catallops (2005) en un centro de educación
especial mostró que el medio acuático es un
recurso efectivo para mejorar la calidad de vida
de personas con discapacidad motriz. Se
evidenció que la flotabilidad y la resistencia
reducida del agua permitían a los participantes
mejorar su control postural y su confianza en los
desplazamientos dentro del agua, habilidades
que posteriormente podían transferirse a su
movilidad en tierra.
Años más tarde, otro análisis llevado a cabo por
García y González (2012) sobre la inclusión
social de personas con discapacidad física a
través de la natación de alto rendimiento destaca
que la práctica de actividades acuáticas no solo
contribuye al desarrollo de la independencia,
sino que también tiene un impacto en la
integración social y la calidad de vida de los
participantes. En este contexto, se subraya que
los beneficios no solo se limitan a la movilidad,
sino que también abarcan la dimensión
emocional y psicológica de la independencia
personal. Asimismo, en un estudio sobre
estrategias metodológicas para la enseñanza de
la natación a personas con discapacidad visual,
Caballero y Aguilar (2019) encontraron que la
implementación de programas estructurados
favorece la independencia funcional y el
desarrollo de habilidades motoras esenciales.
En su investigación, los participantes lograron
mejorar su orientación espacial y movilidad, lo
que repercutió en una mayor autonomía en su
vida diaria. Un estudio realizado por Navarro et
al. (2021) evidenció que la intervención
transdisciplinar en el medio acuático mejora
habilidades como la comunicación, la
socialización, la funcionalidad y la adaptación
al medio en niños con discapacidad intelectual.
Esto se debe a que la presión hidrostática y la
viscosidad del agua permiten una mayor
libertad de movimiento, facilitando el
aprendizaje y la adquisición de habilidades
necesarias para la vida cotidiana. Si bien los
beneficios de la actividad acuática en la
independencia de personas con discapacidad
visual están bien documentados, existen
desafíos en su implementación:
Infraestructura accesible: Falta de piscinas
adaptadas con guías táctiles y rampas de acceso
(Caballero y Aguilar, 2019),
Formación de instructores: Escasez de
profesionales capacitados en la enseñanza de
natación para personas con discapacidad visual
(García, 2014).
Acceso económico: Limitaciones financieras
que impiden la participación en programas
especializados (Caballero y Aguilar, 2019).
Este programa está orientado al fortalecimiento
de la independencia funcional, social y
emocional de adolescentes con discapacidad
visual, mediante el uso pedagógico y
terapéutico del medio acuático. Las actividades
se crearon como respuesta a las necesidades
detectadas en el diagnóstico inicial, que
evidenció una dependencia parcial en
dimensiones clave como la movilidad, la
comunicación y la resolución de problemas
cotidianos. Las actividades se estructuran bajo
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una metodología activa y centrada en el
participante, combinando principios de la
educación física adaptada, el modelo Halliwick
y la acuaterapia. La duración del programa será
de 7 semanas con sesiones semanales de 1 hora
en una piscina de 15 metros de largo y 7 de
ancho, con una profundidad progresiva que va
desde 1,30 metro a 1,80 metros, garantizando la
seguridad acuática de los participantes. A
continuación, se muestran las actividades a
implementar durante el programa: El programa
de actividades acuáticas para personas con
discapacidad visual includiversas técnicas y
ejercicios diseñados para promover diferentes
aspectos de la autonomía y las habilidades
relacionadas con la movilidad en el medio
acuático. Una de las primeras actividades fue la
flotación guiada, cuyo objetivo principal es
fomentar la confianza en el medio acuático y
mejorar el control postural. Durante esta fase, el
instructor guía al participante para que perciba
su flotabilidad, permitiéndole experimentar una
sensación de estabilidad en el agua sin temor.
La duración de esta actividad fue de
aproximadamente 10 minutos, y su evaluación
se realizó observando el nivel de comodidad y
estabilidad del participante en el agua.
Posteriormente, se desarrolló el ejercicio de
desplazamiento, cuyo fin es potenciar la
movilidad independiente dentro del medio
acuático. En esta actividad, el participante inicia
con la asistencia del educador acuático, pero a
medida que progresa, realiza desplazamientos
independientes utilizando una cuerda guía, con
una duración también de 10 minutos. La
evaluación en este caso se centró en el progreso
para desplazarse sin ayuda, midiendo tanto la
distancia recorrida como el tiempo invertido en
la tarea. Otro aspecto importante fue la
orientación espacial acuática, que busca
mejorar la percepción del entorno mediante
estímulos sensoriales. Para ello, se colocaron
puntos de referencia táctiles y auditivos en el
agua, permitiendo a los participantes
identificarlos y orientarse en el espacio acuático.
Esta actividad se llevó a cabo durante 15
minutos y la evaluación se realizó considerando
la capacidad del participante para seguir
estímulos auditivos y táctiles en el agua,
mejorando así su percepción espacial. En
paralelo, se implementaron ejercicios de
coordinación motriz destinados a potenciar la
coordinación y el equilibrio en el medio
acuático. Durante 20 minutos, los participantes
realizaron ejercicios que involucraban la
coordinación entre extremidades superiores e
inferiores, facilitando así movimientos más
fluidos y eficientes en el agua. La evaluación de
este componente se enfocó en analizar la
coordinación y la fluidez de los movimientos
durante la realización de los ejercicios.
Además, se promovieron juegos de integración
acuática como una estrategia para fortalecer la
interacción social y el trabajo en equipo. Estos
juegos, adaptados específicamente para
personas con discapacidad visual, tenían una
duración de 30 minutos y estaban diseñados
para estimular la participación activa,
fomentando la confianza en el grupo y
promoviendo habilidades sociales esenciales.
La evaluación se basó en la participación activa
en los juegos y en la mejora observada en la
interacción social entre los participantes.
Finalmente, se abordó la autonomía en la
entrada y salida del agua, un aspecto
fundamental para potenciar la independencia
física del usuario. En esta actividad, los
participantes aprendieron distintas formas
seguras de entrar y salir del agua, ajustadas a su
nivel de independencia, a lo largo de 30 minutos.
La evaluación se centró en la capacidad de
realizar estas acciones con menor necesidad de
asistencia, promoviendo así la autogestión. Una
vez concluidas todas las actividades del
programa, se utilizó la Escala de Medición de
Independencia Funcional (FIM), basada en el
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trabajo de Zeltzer (2011), con el propósito de
evaluar de manera integral el impacto de las
intervenciones acuáticas en el nivel de
autonomía de los participantes. La FIM permite
medir el grado de independencia en actividades
diarias tanto en niños como en adultos y evalúa
cinco áreas fundamentales: autocuidado,
control de esfínteres, movilidad, comunicación
y habilidades sociales. En el contexto del
programa de natación, esta escala sirvió para
valorar aspectos relacionados con la entrada y
salida del agua, la natación en distancias cortas
o largas, los giros y cambios de dirección, así
como la utilización de diferentes estilos de
natación. La aplicación de la FIM permitió
obtener una visión holística sobre la evolución
en la autonomía funcional de cada participante,
considerando no solo la mejora en la movilidad,
sino también en habilidades de comunicación y
sociales, que son esenciales para una
integración plena y efectiva en su entorno
cotidiano.
La escala FIM (Escala de Medición de
Independencia Funcional) adaptada para la
natación evalúa de manera integral distintas
áreas funcionales del adolescente,
concentrándose en aspectos clave que
determinan su nivel de autonomía en el medio
acuático. Entre los componentes principales se
encuentra el autocuidado, que abarca aspectos
como la entrada y salida del agua, en los cuales
se evalúa si el adolescente puede ingresar y salir
por mismo o requiere ayuda, y si puede
vestirse y desvestirse, incluyendo la colocación
y retirada del traje de baño y accesorios de
natación. Además, en este componente se
valora el aseo personal, específicamente si el
adolescente puede secarse y limpiarse después
de nadar. En cuanto al control de esfínteres, se
determina si puede regular la necesidad de
orinar y defecar antes y después de nadar, lo
cual es esencial para su autonomía en el medio
acuático. El componente de movilidad en la
escala abarca la capacidad del adolescente para
nadar distancias cortas y largas en diferentes
estilos, si puede realizar giros y cambios de
dirección de forma independiente, y si puede
flotar en distintas posiciones, con o sin ayudas.
Estas habilidades reflejan tanto su control motor
como su percepción espacial en el agua. En el
aspecto de comunicación, se evalúa si puede
comprender las instrucciones del instructor,
permitiendo una interacción efectiva y segura,
así como si puede expresar sus necesidades y
sentimientos durante la clase, facilitando una
comunicación adecuada en el entorno acuático.
Por último, en las habilidades sociales, se
determina si el adolescente puede interactuar
con otros niños durante la sesión, promoviendo
la integración social y la colaboración dentro
del grupo.
Para medir el nivel de logro en cada uno de estos
aspectos, la escala cuenta con siete
puntuaciones, cada una acompañada de una
descripción que permite una valoración objetiva:
1) Asistencia total, para quienes requieren
ayuda en más del 75% de la actividad; 2)
Asistencia máxima, para quienes realizan entre
el 25% y el 50%; 3) Asistencia moderada, del
50% al 75%; 4) Asistencia nima, cuando
realizan más del 75% pero con apoyo limitado;
5) Supervisión o configuración, en la que el
adolescente necesita supervisión o ayuda para
preparar el entorno o los materiales; 6)
Independencia modificada, cuando puede hacer
la actividad de forma independiente con algunas
adaptaciones o ayuda parcial; y 7)
Independencia completa, en la cual realiza la
actividad sin ayuda o modificaciones.
Las ventajas de aplicar la FIM adaptada a la
natación son numerosas. En primer lugar,
permite una medición objetiva del progreso del
adolescente, facilitando identificar claramente
las áreas en las que se requiere más apoyo o
intervención, lo cual contribuye a una
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planificación más eficaz y personalizada.
Además, la escala proporciona una herramienta
para detectar dificultades específicas en la
adquisición de habilidades acuáticas,
optimizando así la orientación de las estrategias
educativas. También favorece el seguimiento
continuo del avance a lo largo del tiempo,
permitiendo ajustar las intervenciones según las
necesidades emergentes. En conjunto, estas
ventajas facilitan una evaluación precisa y
centrada en los logros reales del adolescente,
potenciando la efectividad del proceso de
enseñanza y promoviendo una mayor
autonomía en el medio acuático.
Tabla 1. Scala de licker para evaluar el FMI
Escala de Licker del FMI
Asistencia total
1
Asistencia máxima
2
Asistencia moderada
3
Asistencia mínima
4
Supervisión
5
Independencia modificada
6
Independencia completa
7
Fuente: elaboración propia
Materiales y Métodos
Esta investigación se enmarcó dentro del
paradigma cuantitativo, dado que su objetivo
principal es explorar y comprender las
experiencias de los participantes en un contexto
natural. Este enfoque permitió obtener una
visión holística de la realidad vivida por los
adolescentes con discapacidad visual que
forman parte de la investigación, enfatizando
sus percepciones, emociones y cambios en su
nivel de independencia a lo largo del estudio. El
estudio adoptó un alcance descriptivo, ya que
busca caracterizar detalladamente los efectos de
la participación en actividades acuáticas sobre
la independencia de los adolescentes. A través
de la observación directa, la aplicación de
instrumentos de evaluación como el FMI, se
proporcionó un retrato detallado de los cambios
experimentados por los sujetos de estudio. La
población elegida para esta investigación
corresponde a adolescentes que poseen
discapacidad visual, que residen en la ciudad de
Portoviejo, quienes forman parte de la
Asociación de ciegos de Manay la Fundación
Oswaldo Loor. Se contó con la participación 6
adolescentes de 13 a 16 años que forman parte
de la Fundación Oswaldo Loor. Los criterios de
inclusión que se aplicaron para conformar la
muestra fueron: Tener un diagnóstico
confirmado de discapacidad visual total;
Participantes activos en los programas de
movilidad que promueve la fundación Oswaldo
Loor; Contar con el consentimiento informado
de sus tutores legales. Respecto al diagnóstico
de esta investigación se implemen Escala de
Medición de Independencia Funcional
(Functional Independence Measure, FIM), que
es una herramienta diseñada para medir qué tan
independientes son los adolescentes en
actividades diarias. Este test evaluó
dimensiones como: Autocuidado (1); Control
de esfínteres (2); Movilidad (3); Comunicación
(4); habilidades sociales (5). La mismas que
fueron adaptadas para nuestra población de
estudio.
Resultados y Discusión
Tabla 2. Resultados del Pretest
Diagnóstico de evaluación inicial en el Programa de Intervención
Áreas de evaluación
Valoración FMI
A2
A4
A6
Autocuidado
Puede el adolescente entrar y salir del agua
3
3
2
Puede el adolescente vestirse y desvestirse
5
5
5
Puede el adolescente realizarse el aseo personal
5
5
5
Control de esfínteres
Puede el adolescente controlar la necesidad de orinar
4
3
4
Movilidad
Puede el adolescente nadar distancias cortas y largas
1
1
1
Puede el adolescente realizar giros y cambios de dirección
1
1
1
Puede el adolescente flotar
2
1
1
Comunicación
Puede el adolescente comprender las instrucciones del profesor
5
4
4
Puede el adolescente expresar sus necesidades y sentimientos
6
6
6
Habilidades sociales
Puede el adolescente interactuar con otros niños
7
7
7
Fuente: elaboración propia
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La Tabla 2 muestra los resultados de la
evaluación inicial de los participantes en el
programa de intervención, utilizando la Escala
de Independencia Funcional (FIM) para medir
diversas áreas de la independencia de los
adolescentes con discapacidad visual. A
continuación, se analiza cada una de las áreas
evaluadas y su evolución en términos de
puntuación FMI:
En relación al autocuidado, se puede observar
que, según el indicador entrada y salida del agua,
la puntuación de esta área varía entre 1 y 3, lo
que indica que, en su mayoría, los participantes
requerían asistencia significativa para entrar y
salir del agua en la evaluación inicial. Este
resultado refleja las dificultades iniciales para
realizar tareas que implican movilidad en un
entorno acuático, lo cual es común en personas
con discapacidad visual, quienes dependen de
ayudas para orientarse y realizar movimientos
con seguridad. En relación a Vestirse y
desvestirse: Todos los participantes presentaron
una puntuación de 5, lo que indica que podían
realizar estas actividades de manera
independiente. Esto sugiere que los jóvenes ya
poseían un nivel adecuado de autonomía para
tareas relacionadas con el autocuidado en tierra
firme, como vestirse y desvestirse, que no
dependen directamente de la intervención
acuática. En cuanto al aseo personal, similar a
la categoría de vestirse y desvestirse, todos los
participantes tuvieron una puntuación de 5, lo
que indica independencia total en las
actividades de aseo personal, mostrando que
este aspecto no se veía afectado por la
discapacidad visual y era realizado sin
necesidad de asistencia.
Por otro lado, en cuanto al control de esfínteres,
los participantes presentaron puntuaciones entre
3 y 4 en cuanto al control de esfínteres. Esto
sugiere que los adolescentes no tenían un
control completo sobre esta área en la
evaluación inicial, requiriendo asistencia
parcial o moderada. Aunque no es un área
directamente vinculada a la intervención
acuática, es un aspecto relevante dentro de la
independencia general de los adolescentes.
Mientras, que, en cuanto a la movilidad, la
categoría de nadar distancias cortas y largas:
Todos los participantes recibieron una
puntuación de 1, lo que indica que ninguno de
los adolescentes tenía la capacidad para nadar
distancias sin asistencia en la evaluación inicial.
Este resultado resalta la necesidad de una
intervención intensiva en este aspecto, dado que
la movilidad en el agua es un desafío para las
personas con discapacidad visual. Realizar
giros y cambios de dirección: Similar a la
habilidad para nadar, todos los participantes
obtuvieron una puntuación de 1 en esta área, lo
que implica que la falta de habilidades motoras
y de orientación en el agua requería asistencia
completa. La movilidad en el agua es un desafío
particularmente complejo para los jóvenes con
discapacidad visual, ya que dependen de la
percepción ctil y auditiva para orientarse.
Flotación: Las puntuaciones para flotación
variaron entre 1 y 2, indicando que algunos
participantes tenían cierta capacidad para flotar,
pero la mayoría requería asistencia significativa.
Este aspecto es crucial en el proceso de
adaptación al medio acuático y representa una
habilidad básica que se debe desarrollar para
fomentar la independencia en el agua.
En relación a la Comunicación, en la categoría
comprensión de las instrucciones del profesor:
La mayoría de los participantes recibió
puntuaciones de 4 y 5 en esta área, lo que indica
que, en general, los adolescentes podían
comprender las instrucciones del profesor,
aunque con diferentes niveles de apoyo. Esto
sugiere que la discapacidad visual no afectó
gravemente la comprensión de las indicaciones
orales, aunque algunos participantes pudieron
necesitar más tiempo o explicación. Expresión
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de necesidades y sentimientos: Todos los
participantes recibieron la puntuación más alta
(6), lo que sugiere que no hubo dificultades
significativas en la expresión de necesidades y
sentimientos durante las clases de natación. Esta
área podría verse influida por el entorno
inclusivo y adaptado del programa, donde los
adolescentes se sienten más cómodos para
comunicarse. Finalmente, en cuanto a las
habilidades sociales, las puntuaciones de esta
área oscilaron entre 5 y 7, lo que indica que la
mayoría de los adolescentes ya mostraban una
capacidad moderada a alta para interactuar con
otros niños. Sin embargo, algunos participantes
podrían haber necesitado más apoyo para
integrarse plenamente en el contexto social del
programa. El hecho de que las puntuaciones no
sean completamente altas en todos los casos
refleja la presencia de barreras sociales y de
comunicación que pueden ser propias de la
discapacidad visual.
Tabla 3. Resultados del Postest
Evaluación Final en el Programa de Intervención
Áreas de evaluación
Valoración FMI
A1
A2
A3
A4
A5
A6
Autocuidado
Puede el adolescente entrar y salir del agua
6
5
4
5
5
4
Puede el adolescente vestirse y desvestirse
6
7
7
7
7
7
Puede el adolescente realizarse el aseo personal
6
7
7
7
7
7
Control de esfínteres
Puede el adolescente controlar la necesidad de orinar
5
7
7
6
6
7
Movilidad
Puede el adolescente nadar distancias cortas y largas
5
7
7
7
7
7
Puede el adolescente realizar giros y cambios de dirección
4
6
7
6
7
7
Puede el adolescente flotar
6
7
7
7
7
7
Comunicación
Puede el adolescente comprender las instrucciones del profesor
6
7
7
7
7
7
Puede el adolescente expresar sus necesidades y sentimientos
7
7
7
7
7
7
Habilidades sociales
Puede el adolescente interactuar con otros niños
6
7
7
7
7
7
Fuente: elaboración propia
La Tabla 3 presenta los resultados del postest en
el programa de intervención para adolescentes
con discapacidad visual, en la cual se analizaron
los resultados por áreas.
Autocuidado: Se observa una mejora
general en la capacidad de los adolescentes
para entrar y salir del agua, así como para
vestirse y realizar el aseo personal. Las
puntuaciones aumentaron
significativamente en todos los casos,
destacando que las actividades acuáticas
favorecieron la autonomía en estas áreas,
donde inicialmente algunos adolescentes
requerían asistencia total.
Control de esfínteres: En la evaluación
final, las puntuaciones mejoraron
significativamente. Los adolescentes
mostraron un rango de puntuaciones entre
5 y 7. Esto indica que la mayoría de los
participantes alcanzaron niveles de
independencia mucho más altos en cuanto
al control de esfínteres, requiriendo
asistencia mínima o nula.
Movilidad: Las mejoras son notorias en la
capacidad para nadar distancias y realizar
giros y cambios de dirección, con
puntuaciones que pasaron de niveles bajos
a casi la independencia total en la mayoría
de los participantes. Esto indica que la
interacción con el medio acuático favoreció
no solo la movilidad, sino también la
confianza en las habilidades motrices.
Comunicación: En esta dimensión, los
resultados son consistentes, con todos los
adolescentes alcanzando el nivel más alto
de independencia en la expresión y
comprensión de las instrucciones, lo cual
sugiere que las actividades grupales y la
interacción social dentro del programa
acuático potenciaron las habilidades
comunicativas.
Habilidades sociales: También se observó
un progreso notable en la interacción
social, con puntuaciones cercanas a la
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independencia total en todos los
participantes. Este aspecto es clave para el
desarrollo social y la integración de los
jóvenes, lo cual se ve favorecido por las
dinámicas de grupo implementadas en el
programa.
Como se puede observar los datos reflejan una
mejora significativa en las áreas clave de la
independencia funcional, lo que resalta el
impacto positivo del programa de actividades
acuáticas en la autonomía de los adolescentes
con discapacidad visual. Los resultados
obtenidos en este estudio son consistentes con
la literatura existente sobre los beneficios de la
actividad acuática en la mejora de la
independencia de personas con discapacidad
visual. Diversos estudios han demostrado que el
medio acuático, debido a sus propiedades como
la flotabilidad y la resistencia, facilita el
movimiento seguro y mejora el control postural,
aspectos fundamentales para el desarrollo de la
autonomía (Cantallops y Morey, 2012; Koury,
2000). En particular, el modelo Halliwick,
utilizado en el programa de intervención, ha
demostrado ser efectivo en el desarrollo de
habilidades acuáticas y en la mejora de la
confianza de los participantes (Lambeck y
otros, 2001). Este enfoque, al centrarse en la
independencia en el agua, permite a los jóvenes
con discapacidad visual superar barreras físicas
y psicológicas, promoviendo su bienestar
general.
Por otro lado, las mejoras observadas en las
habilidades sociales y la comunicación están en
línea con otros estudios que afirman que la
interacción en grupos y la participación en
actividades acuáticas adaptadas refuerzan la
integración social (García, 2014). Los
resultados del postest indican que las dinámicas
grupales y los juegos cooperativos
implementados en el programa no solo
favorecieron la movilidad, sino que también
incrementaron la interacción y el trabajo en
equipo, elementos esenciales para la inclusión
social de estos jóvenes. No obstante, es
importante señalar que existen limitaciones en
la implementación de este tipo de programas,
como la necesidad de infraestructuras
adecuadas y la capacitación de instructores
especializados. Como mencionan (Cantallops y
Morey, 2012), la falta de instalaciones
accesibles y de profesionales capacitados podría
limitar la expansión de estos programas a un
público más amplio. Por lo tanto, es crucial que
las políticas públicas y las instituciones
educativas fomenten la creación de espacios
accesibles y la formación continua de los
profesionales en este campo.
Conclusiones
Los resultados obtenidos demuestran que la
intervención acuática, a través de actividades
adaptadas, han sido eficaces en mejorar
significativamente la autonomía de los
adolescentes en áreas clave como movilidad,
autocuidado, comunicación y habilidades
sociales. Se evidenció que el ambiente acuático,
a través del programa "Nadar con autonomía",
es una herramienta eficaz para mejorar la
independencia funcional, emocional y social de
adolescentes con discapacidad visual. Los
resultados obtenidos en la evaluación final
muestran mejoras significativas en áreas clave
como movilidad, autocuidado, comunicación y
habilidades sociales. Esto refuerza la hipótesis
de que la actividad acuática, mediante un
enfoque adaptado y progresivo, es una
estrategia pedagógica y terapéutica valiosa en la
formación de jóvenes con discapacidad visual.
Además, el estudio subraya la importancia de
crear programas inclusivos que promuevan la
autonomía y la integración social de este grupo.
Sin embargo, la implementación de tales
programas requiere superar barreras como la
falta de infraestructura accesible y la
capacitación de los instructores. Finalmente, se
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recomienda continuar con investigaciones
adicionales que amplíen la muestra y exploren
el impacto a largo plazo de estas intervenciones
en el bienestar general y la inclusión social de
las personas con discapacidad visual.
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