Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 6.1
Edición Especial II 2025
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LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA EN LA MODALIDAD SEMIPRESENCIAL: RETOS Y
OPORTUNIDADES
PEDAGOGICAL MEDIATION IN THE BLENDED LEARNING MODALITY:
CHALLENGES AND OPPORTUNITIES
Autores: ¹Grace Alexandra Contreras Cruz, ²Kely Xiomara Benítez Contreras y ³Kevin Eduardo
Benítez Contreras.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-3060-1662
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-7062-376X
3
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-9196-6618
¹E-mail de contacto: gcontrerasc2@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: kxbc_@hotmail.com
3
E-mail de contacto: ing.kevinbenitez@hotmail.com
Afiliación: ¹*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador). ²*
3*
Investigador independiente, (Ecuador).
Artículo recibido: 11 de Agosto del 2025
Artículo revisado: 15 de Agosto del 2025
Artículo aprobado: 24 de Agosto del 2025
¹Ingeniera Comercial graduada de la Universidad Técnica de Babahoyo, (Ecuador). Magíster en Docencia y Currículo de la Universidad
Técnica de Babahoyo, (Ecuador). Doctora en Educación graduada en la Universidad César Vallejo, (Perú).
²Ingeniera Comercial graduada de la Universidad Técnica de Babahoyo, (Ecuador). Maestra en Administración de Negocios MBA
graduada de la Universidad César Vallejo, (Ecuador).
³Ingeniero Comercial graduado de la Universidad Técnica de Babahoyo, (Ecuador).
Resumen
La mediación pedagógica en la modalidad
semipresencial se ha convertido en un eje
fundamental para la transformación educativa
en contextos marcados por la incorporación de
tecnologías y la necesidad de modalidades
flexibles. Este estudio realiza una revisión
sistemática de 52 artículos científicos
publicados entre 2018 y 2024, con el objetivo
de identificar los principales retos y
oportunidades asociados a la mediación
docente en entornos bridos. A través del
protocolo PRISMA y un análisis temático, se
determinaron cinco categorías clave:
formación docente, diseño didáctico,
interacción pedagógica, uso de tecnologías y
evaluación. Los hallazgos revelan que la
mayoría de los docentes presentan carencias en
competencias digitales y didácticas, lo que
afecta la calidad de la mediación y dificulta la
articulación entre los espacios presenciales y
virtuales. Asimismo, se identifica un uso
limitado de las TIC como herramientas
cognitivas y un predominio de prácticas
evaluativas tradicionales. Sin embargo,
también se evidencian oportunidades
relevantes, como el desarrollo de la autonomía
del estudiante, la personalización del
aprendizaje y la innovación curricular. Se
concluye que la mediación pedagógica en
entornos semipresenciales debe ser fortalecida
mediante formación docente continua,
planificación didáctica integrada y políticas
institucionales que promuevan la cultura de
innovación. Esta revisión aporta una mirada
crítica y actualizada sobre el papel del docente
mediador en la educación híbrida y su
incidencia en la calidad del aprendizaje.
Palabras clave: Mediación pedagógica,
Modalidad semipresencial, Educación
híbrida.
Abstract
Pedagogical mediation in blended learning has
become a fundamental pillar for educational
transformation in contexts marked by the
incorporation of technologies and the need for
flexible modalities. This study conducts a
systematic review of 52 scientific articles
published between 2018 and 2024, with the aim
of identifying the main challenges and
opportunities associated with teacher
mediation in hybrid environments. Using the
PRISMA protocol and thematic analysis, five
key categories were identified: teacher training,
didactic design, pedagogical interaction, use of
technologies, and assessment. The findings
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reveal that most teachers lack digital and
didactic skills, which affects the quality of
mediation and hinders the articulation between
face-to-face and virtual spaces. Likewise,
limited use of ICTs as cognitive tools and a
predominance of traditional assessment
practices are identified. However, relevant
opportunities are also evident, such as the
development of student autonomy,
personalized learning, and curricular
innovation. It is concluded that pedagogical
mediation in blended learning environments
must be strengthened through ongoing teacher
training, integrated didactic planning, and
institutional policies that promote a culture of
innovation. This review provides a critical and
updated perspective on the role of the teacher
mediator in blended learning and its impact on
the quality of learning.
Keywords: Pedagogical mediation, Blended
learning, Hybrid education.
Sumário
A mediação pedagógica no ensino híbrido
tornou-se um pilar fundamental para a
transformação educacional em contextos
marcados pela incorporação de tecnologias e
pela necessidade de modalidades flexíveis.
Este estudo realiza uma revisão sistemática de
52 artigos científicos publicados entre 2018 e
2024, com o objetivo de identificar os
principais desafios e oportunidades associados
à mediação docente em ambientes híbridos.
Utilizando o protocolo PRISMA e a análise
temática, foram identificadas cinco categorias-
chave: formação docente, design didático,
interação pedagógica, uso de tecnologias e
avaliação. Os achados revelam que a maioria
dos professores carece de habilidades digitais e
didáticas, o que afeta a qualidade da mediação
e dificulta a articulação entre os espaços
presenciais e virtuais. Da mesma forma,
identifica-se o uso limitado das TICs como
ferramentas cognitivas e a predominância de
práticas tradicionais de avaliação. No entanto,
também são evidentes oportunidades
relevantes, como o desenvolvimento da
autonomia do aluno, a aprendizagem
personalizada e a inovação curricular. Conclui-
se que a mediação pedagógica em ambientes de
ensino híbrido deve ser fortalecida por meio da
formação continuada de professores, do
planejamento didático integrado e de políticas
institucionais que promovam uma cultura de
inovação. Esta revisão fornece uma perspectiva
crítica e atualizada sobre o papel do professor
mediador na aprendizagem combinada e seu
impacto na qualidade da aprendizagem.
Palavras-chave: Mediação pedagógica,
Aprendizagem combinada, Educação
híbrida.
Introducción
La educación del siglo XXI se ha caracterizado
por una transformación profunda en sus
enfoques, estructuras y dinámicas de
interacción, impulsada principalmente por los
avances tecnológicos y los cambios
socioculturales. Esta transformación se aceleró
exponencialmente a raíz de la pandemia de
COVID-19, que obligó a los sistemas
educativos de todos los niveles a replantearse
sus modelos de enseñanza y adoptar
modalidades más flexibles y resilientes. En este
escenario, la modalidad semipresencial o
híbrida ha adquirido un protagonismo creciente,
presentándose como una alternativa pedagógica
que articula las fortalezas del aprendizaje
presencial con las oportunidades del entorno
digital. Sin embargo, esta modalidad no puede
entenderse como una simple combinación de
espacios físicos y virtuales, sino como una
experiencia formativa que exige nuevas lógicas
pedagógicas, enfoques metodológicos flexibles
y una sólida mediación educativa. La presencia
del docente, aunque parcial, sigue siendo
crucial, y su rol se expande hacia la
planificación estratégica, el diseño
instruccional y la facilitación activa del
aprendizaje en diferentes contextos y formatos
(Cabero y Llorente, 2020).
La mediación pedagógica, en este contexto,
constituye un eje central para garantizar la
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efectividad del proceso educativo
semipresencial. Se entiende como la acción
deliberada del docente que, mediante
estrategias didácticas, tecnologías y
herramientas comunicativas, facilita la
construcción significativa del conocimiento, la
participación activa del estudiante y la
articulación entre teoría y práctica. Esta
mediación va más allá de la simple transferencia
de contenidos y se concibe como un proceso
complejo, en el que intervienen factores
cognitivos, afectivos, sociales y tecnológicos.
Según Coll y Monereo (2018), la mediación es
el mecanismo por el cual se genera un puente
entre el contenido académico y la realidad del
estudiante, permitiendo que el aprendizaje sea
significativo, contextualizado y funcional. En la
modalidad semipresencial, esta tarea se
complica por la discontinuidad espacial y
temporal que caracteriza las experiencias de
aprendizaje, lo cual exige un mayor esfuerzo en
la planificación didáctica y en la gestión de los
recursos educativos digitales.
No obstante, diversos estudios han señalado que
uno de los principales desafíos de la mediación
pedagógica en entornos semipresenciales es la
escasa preparación del docente para
desempeñar su rol mediador de manera efectiva.
Muchos profesores carecen de una formación
específica en metodologías activas, diseño de
experiencias híbridas y uso pedagógico de
herramientas tecnológicas, lo que limita su
capacidad para generar entornos de aprendizaje
estimulantes e inclusivos. Ramírez-Montoya,
Mendoza-Durán y Hernández-Mendoza (2022)
indican que, aunque se ha avanzado en la
alfabetización digital del profesorado, aún
persisten importantes vacíos en la integración
pedagógica de las TIC, especialmente en cuanto
a la planificación por competencias, la
evaluación auténtica y la facilitación del
aprendizaje autónomo. Esta situación
representa un obstáculo para el desarrollo pleno
del modelo híbrido, ya que el éxito de la
modalidad no depende únicamente de las
plataformas o herramientas utilizadas, sino de la
intencionalidad pedagógica con la que se
aplican.
Además de la formación docente, otro de los
problemas más recurrentes en la
implementación de la mediación pedagógica
semipresencial es la desconexión entre los
espacios presenciales y virtuales. En muchas
instituciones, la modalidad híbrida se ha
reducido a una división mecánica del tiempo y
los contenidos, sin una verdadera articulación
didáctica. Esto genera experiencias de
aprendizaje fragmentadas, en las que los
estudiantes no logran identificar la coherencia
entre las actividades realizadas en el aula y
aquellas desarrolladas en línea. Salinas-Ibáñez,
de Benito y Hernández (2022) señalan que esta
fragmentación afecta la motivación y la
participación estudiantil, debilitando la
continuidad pedagógica y reduciendo el
potencial transformador del modelo
semipresencial. Para contrarrestar esta
tendencia, es fundamental que los docentes
asuman un enfoque integrador, que les permita
diseñar secuencias didácticas que conecten los
distintos momentos, espacios y formatos del
proceso educativo.
A pesar de estos desafíos, la modalidad
semipresencial también ofrece un conjunto
importante de oportunidades pedagógicas que
deben ser aprovechadas para transformar la
educación de forma positiva. Una de estas
oportunidades es la posibilidad de diversificar
los canales de enseñanza, permitiendo adaptar
los contenidos y metodologías a los distintos
estilos de aprendizaje, ritmos individuales y
contextos socioculturales. Asimismo, el uso de
entornos virtuales de aprendizaje puede
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favorecer la participación activa del estudiante,
la autorregulación del aprendizaje y el
desarrollo de competencias digitales y
metacognitivas. Según Tobón (2020), cuando la
mediación pedagógica es planificada de manera
intencional y centrada en el estudiante, se
facilita la construcción de aprendizajes
significativos, la resolución de problemas reales
y la apropiación crítica del conocimiento. En
este sentido, la mediación en contextos híbridos
puede convertirse en una herramienta poderosa
para promover una educación más equitativa,
inclusiva y transformadora.
En este proceso, el rol del docente se redefine
profundamente. Ya no se limita a ser un
transmisor de saberes, sino que se convierte en
un diseñador de experiencias, un facilitador del
pensamiento crítico y un acompañante activo
del proceso de aprendizaje. Para cumplir con
este rol, el docente debe poseer no solo
habilidades tecnológicas, sino también
competencias pedagógicas, comunicativas y
éticas que le permitan adaptarse a contextos
cambiantes y responder a las necesidades de los
estudiantes. Gros y García (2016) afirman que
la mediación efectiva en entornos híbridos
requiere de una reflexión constante sobre la
práctica docente, así como de una actitud
abierta al aprendizaje continuo, la innovación
educativa y la mejora institucional. Esto
implica, entre otras cosas, replantear el
currículo, integrar recursos digitales con
propósito pedagógico y generar comunidades
de aprendizaje colaborativo entre docentes y
estudiantes. En consecuencia, resulta
imprescindible realizar una revisión sistemática
de la literatura científica reciente que permita
identificar de manera rigurosa cuáles son los
principales retos y oportunidades de la
mediación pedagógica en la modalidad
semipresencial. Esta revisión tiene como
finalidad generar un marco comprensivo que
oriente a las instituciones educativas,
formadores de docentes y responsables de
políticas educativas en la mejora de los procesos
de enseñanza-aprendizaje híbridos. La
construcción de una educación verdaderamente
flexible, centrada en el estudiante y orientada al
desarrollo de competencias, depende en gran
medida de la calidad de la mediación
pedagógica. Por tanto, comprender sus
implicaciones, limitaciones y potencialidades
es una tarea urgente para avanzar hacia modelos
educativos más pertinentes, inclusivos y
resilientes en el escenario pospandémico.
La mediación pedagógica es un concepto que ha
evolucionado significativamente en las últimas
décadas, en paralelo a las transformaciones que
ha experimentado la educación con la
incorporación de tecnologías digitales y nuevos
enfoques pedagógicos. Desde una perspectiva
constructivista, esta mediación se refiere a las
acciones intencionadas que el docente lleva a
cabo para facilitar el proceso de construcción
del conocimiento en el estudiante, actuando
como un puente entre el sujeto que aprende y
los contenidos curriculares (Coll y Monereo,
2018). En el contexto actual, dicha mediación
implica no solo la selección de estrategias
didácticas efectivas, sino también la creación de
ambientes de aprendizaje activos, colaborativos
y tecnológicamente enriquecidos. La mediación
no es, por tanto, una cnica aislada, sino una
práctica pedagógica profundamente situada que
demanda sensibilidad al contexto,
conocimiento disciplinar y dominio de recursos
tecnológicos, especialmente en modalidades
como la semipresencial, donde el docente debe
operar entre la presencialidad y la virtualidad.
La modalidad semipresencial, también
denominada híbrida, se configura como un
enfoque pedagógico que combina sesiones
presenciales con actividades desarrolladas a
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través de entornos virtuales. Esta combinación,
cuando está bien estructurada, permite
aprovechar los beneficios de ambos formatos: el
acompañamiento directo y la interacción
personal del aula tradicional, y la flexibilidad,
personalización y acceso ampliado que ofrece la
tecnología (Salinas et al., 2022). Sin embargo,
esta modalidad no puede funcionar de manera
efectiva sin una mediación pedagógica
planificada, reflexiva y coherente, que articule
adecuadamente los espacios de enseñanza, los
recursos empleados y los objetivos de
aprendizaje. De acuerdo con Ramírez y García
(2022), una mediación efectiva en la educación
híbrida debe tener como eje central el desarrollo
de competencias, considerando las necesidades
de los estudiantes y la dinámica sociotécnica del
entorno educativo.
Uno de los aspectos más relevantes en el estudio
de la mediación pedagógica semipresencial es
la transformación del rol docente. Lejos del
modelo tradicional centrado en la transmisión
de conocimientos, el docente en entornos
híbridos asume funciones de diseñador de
experiencias, facilitador del aprendizaje,
orientador del pensamiento crítico y gestor de la
interacción entre los estudiantes y los recursos
(Gros y García, 2016). Esta redefinición del rol
implica una ampliación de sus
responsabilidades y una demanda creciente de
nuevas competencias profesionales, entre ellas
el dominio de plataformas educativas, la
implementación de metodologías activas y la
capacidad de adaptar sus estrategias a
escenarios en constante cambio. Por lo tanto, la
mediación pedagógica se convierte en una
práctica integral que exige tantos conocimientos
técnicos como habilidades comunicativas,
organizativas y éticas. Otro elemento
fundamental para comprender la mediación en
contextos híbridos es el diseño instruccional.
Una mediación efectiva parte de una
planificación didáctica rigurosa, en la que se
definen con claridad los objetivos de
aprendizaje, las actividades a realizar en cada
modalidad, los recursos que se utilizarán y los
criterios de evaluación. Según Cabero y
Llorente (2020), la articulación entre los
momentos presenciales y virtuales debe ser
coherente y complementaria, de modo que se
favorezca la continuidad formativa y se evite la
fragmentación del aprendizaje. Además, el
diseño debe considerar la integración de
recursos multimodales como videos,
infografías, simuladores, foros, etc. Que
promuevan el aprendizaje autónomo, la
reflexión crítica y la participación colaborativa.
En la misma línea, el uso de las tecnologías
digitales como mediadoras del aprendizaje debe
responder a propósitos pedagógicos claros,
evitando su aplicación meramente instrumental.
Las TIC pueden facilitar múltiples formas de
representación del conocimiento, ampliar los
canales de interacción y promover estrategias
de evaluación auténtica, pero su impacto
educativo dependerá de la forma en que se
integren en el proceso didáctico (Valverde et al.,
2021). No se trata de incorporar tecnología por
misma, sino de utilizarla como mediadora
para construir experiencias significativas,
inclusivas y alineadas con las competencias del
siglo XXI. En este sentido, la mediación
pedagógica también implica una reflexión
crítica sobre el papel de la tecnología en el aula,
sus limitaciones y su potencial emancipador. La
formación docente, en consecuencia, se vuelve
un pilar clave para el fortalecimiento de la
mediación pedagógica semipresencial.
Diversos estudios han señalado que muchos
docentes no cuentan con una preparación
suficiente para diseñar y gestionar procesos
híbridos, lo que afecta negativamente la calidad
del aprendizaje (Ramírez et al., 2022). Esto se
debe, en parte, a que la mayoría de los
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programas de formación docente continúan
centrados en modelos tradicionales, con escaso
énfasis en el uso pedagógico de las TIC y en el
diseño de propuestas flexibles, activas y
centradas en el estudiante. Para superar esta
brecha, se requiere una política educativa que
promueva el desarrollo profesional continuo, la
innovación didáctica y la creación de
comunidades de aprendizaje entre docentes.
A su vez, la mediación pedagógica en entornos
semipresenciales debe responder a los
principios del enfoque por competencias, que
propone una enseñanza orientada al saber hacer
en contextos reales, la integración de saberes, y
la evaluación de desempeños complejos. En
este marco, el docente mediador debe generar
situaciones de aprendizaje que vinculen los
contenidos con la realidad de los estudiantes,
promuevan la resolución de problemas, la
colaboración y la autorregulación (Tobón,
2020). Este tipo de mediación se aleja de la
enseñanza tradicional fragmentada y se orienta
hacia un aprendizaje significativo, funcional y
transferible. Así, el modelo híbrido se convierte
en una oportunidad para rediseñar las prácticas
pedagógicas desde una perspectiva integradora,
flexible y centrada en el desarrollo humano.
Por otro lado, la mediación pedagógica en la
modalidad híbrida no solo tiene implicaciones
didácticas, sino también sociales y afectivas.
Los estudiantes que participan en este tipo de
entornos requieren acompañamiento
emocional, orientación académica y espacios de
diálogo permanente que les permitan sentirse
parte activa del proceso educativo,
especialmente en contextos de vulnerabilidad.
Según García-Peñalvo, Corell y Abella-García
(2021), la interacción humana, aunque mediada
tecnológicamente, sigue siendo indispensable
para el desarrollo de vínculos, la motivación
intrínseca y la formación de una identidad
académica sólida. En este sentido, la mediación
implica también cuidar la dimensión emocional
del aprendizaje, construir confianza y fomentar
un sentido de pertenencia en los estudiantes,
incluso en la virtualidad. La mediación
pedagógica semipresencial se presenta como
una vía necesaria para la transformación
educativa en un mundo cada vez más
interconectado, cambiante y desafiante. Para
que esta transformación sea efectiva, es
necesario articular la innovación tecnológica
con una visión pedagógica crítica, inclusiva y
contextualizada. La revisión de la literatura
evidencia que, si bien existen importantes
obstáculos para el desarrollo de una mediación
eficaz como la escasa formación docente, la
resistencia al cambio y la desigualdad digital
también existen oportunidades valiosas para
reinventar la educación desde la flexibilidad, la
colaboración y el aprendizaje centrado en el
estudiante. Por tanto, comprender la mediación
pedagógica en la modalidad semipresencial no
solo es una necesidad académica, sino una
responsabilidad social frente a los desafíos
contemporáneos de la educación.
Materiales y Métodos
El presente estudio adopta un enfoque
metodológico de tipo cualitativo basado en el
diseño de revisión sistemática de literatura
científica, con el objetivo de identificar,
sintetizar y analizar de forma rigurosa los
principales hallazgos relacionados con la
mediación pedagógica en la modalidad
semipresencial. Se empleó como base el
protocolo PRISMA (Preferred Reporting Items
for Systematic Reviews and Meta-Analyses) en
su versión 2020, que garantiza la transparencia,
reproducibilidad y exhaustividad en los
procesos de selección, análisis y presentación
de la información científica (Page et al., 2021).
Este tipo de estudio es pertinente en
investigaciones educativas donde se requiere un
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análisis profundo del estado del conocimiento
en torno a un fenómeno emergente, como lo es
el rol de la mediación pedagógica en contextos
híbridos. La revisión sistemática permite no
solo mapear tendencias y hallazgos comunes,
sino también identificar vacíos de investigación
y oportunidades para el desarrollo teórico y
práctico de nuevas propuestas pedagógicas.
La recolección de información se llevó a cabo
mediante búsquedas electrónicas exhaustivas en
bases de datos académicas reconocidas por su
validez y cobertura en el ámbito de las ciencias
de la educación. Se incluyeron Google
Académico, Scopus, Redalyc, Scielo y ERIC,
priorizando artículos publicados entre los años
2018 y 2024, con el fin de asegurar la
actualización y relevancia del contenido. Los
descriptores utilizados fueron: “mediación
pedagógica”, modalidad semipresencial”,
“educación híbrida”, enseñanza-aprendizaje
con TIC”, “formación docente en entornos
mixtos”, y “estrategias didácticas”. Se aplicaron
operadores booleanos (AND, OR) para ampliar
y combinar criterios de búsqueda. Los criterios
de inclusión fueron: (1) artículos empíricos o de
revisión sistemática relacionados con el tema de
estudio; (2) estudios escritos en español o
inglés; (3) publicaciones con revisión por pares;
y (4) disponibilidad de acceso completo al
texto. Se excluyeron documentos que no
abordaran específicamente el contexto
semipresencial, aquellos de carácter opinativo
sin soporte metodológico y estudios con
deficiencias en el rigor académico.
Una vez recopilada la literatura, se procedió a
su evaluación crítica mediante una matriz de
análisis construida ad hoc, donde se registraron
elementos clave como autor, año, país de
estudio, tipo de investigación, objetivo, enfoque
metodológico, hallazgos principales y aportes a
la mediación pedagógica. Se seleccionaron 52
artículos que cumplieron con los criterios
establecidos. El análisis de contenido se realizó
siguiendo un enfoque temático, lo cual permitió
agrupar los hallazgos en categorías emergentes
tales como: formación docente, diseño
didáctico, estrategias de mediación, interacción
pedagógica, recursos tecnológicos, evaluación
y aprendizajes logrados. Esta clasificación
facilitó una interpretación sistemática de los
datos, orientada a establecer patrones,
contrastes y contribuciones teóricas en relación
con los retos y oportunidades de la mediación
en contextos híbridos. La codificación temática
fue realizada por tres revisores expertos en el
área de didáctica, tecnología educativa y
formación docente, con el fin de garantizar la
validez intersubjetiva de los resultados.
Para fortalecer la fiabilidad del proceso de
revisión, se aplicó un procedimiento de
validación metodológica que consistió en una
triangulación entre la literatura seleccionada,
los criterios teóricos establecidos en el marco
conceptual, y la revisión de expertos
académicos vinculados a grupos de
investigación en innovación educativa y
entornos digitales. Este proceso permitió
reducir sesgos de interpretación y asegurar que
las conclusiones extraídas se fundamentaran en
un análisis riguroso, representativo y coherente
con los objetivos del estudio. Además, se
elaboró un diagrama PRISMA que detalla de
forma gráfica las etapas de identificación,
selección, elegibilidad e inclusión de los
estudios considerados, cumpliendo así con los
estándares internacionales para revisiones
sistemáticas. En definitiva, la metodología
adoptada ofrece garantías suficientes de
fiabilidad, transparencia y relevancia,
constituyendo un aporte significativo al cuerpo
de conocimiento sobre la mediación pedagógica
en la modalidad semipresencial.
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Resultados y Discusión
Los hallazgos de esta revisión sistemática
permiten afirmar que la mediación pedagógica
en la modalidad semipresencial representa un
fenómeno complejo y multifactorial,
determinado por variables institucionales,
tecnológicas, pedagógicas y humanas. A lo
largo de los 52 artículos seleccionados se
identificó una constante en relación con la
necesidad de reconceptualizar los roles
tradicionales en la educación para adaptarlos a
un nuevo paradigma híbrido que demanda
flexibilidad, creatividad y formación
permanente. En este sentido, la mediación en
entornos semipresenciales requiere una
transformación profunda del rol docente, el
rediseño de las estrategias didácticas y la
integración consciente de las tecnologías en el
proceso formativo. Esta visión fue compartida
por autores como Ramírez y García (2022),
quienes sostienen que el tránsito hacia modelos
educativos híbridos exige no solo un cambio
metodológico, sino una reestructuración
cultural de la enseñanza centrada en la
interacción humana y la construcción
colaborativa del conocimiento. El análisis
permite constatar que las prácticas tradicionales
resultan insuficientes ante la diversidad de
escenarios, ritmos y necesidades que plantea la
semipresencialidad.
Uno de los aspectos más reiterados en los
estudios revisados es la debilidad en la
formación docente para afrontar los retos de la
mediación pedagógica en entornos híbridos. Un
81 % de los estudios analizados coincide en que
los docentes presentan vacíos significativos
tanto en habilidades didácticas como en
competencias digitales, lo que compromete su
capacidad para diseñar experiencias de
aprendizaje integradas entre la presencialidad y
la virtualidad. Esta carencia se manifiesta en el
uso limitado de recursos tecnológicos, en el
desconocimiento de metodologías activas y en
la inseguridad para adaptar su práctica a
escenarios dinámicos. Como señalan Valverde
et al. (2021), aunque se ha avanzado en la
incorporación de TIC en la educación superior,
aún predomina una concepción instrumental de
su uso, sin una reflexión pedagógica crítica que
oriente su aplicación. En consecuencia, la
mediación pedagógica carece de
intencionalidad y profundidad cuando el
docente no ha sido formado para operar con
solvencia en un entorno híbrido y digitalizado.
Otro hallazgo relevante se relaciona con el
diseño didáctico de los procesos formativos en
modalidad semipresencial, el cual aparece en el
73 % de los artículos revisados. Una
preocupación central es la escasa articulación
entre los momentos presenciales y virtuales, que
genera experiencias fragmentadas y
desestructuradas para los estudiantes. Cabero y
Llorente (2020) sostienen que una mediación
pedagógica efectiva debe partir de un diseño
instruccional coherente que integre objetivos,
metodologías, recursos y evaluación en una
secuencia pedagógica lógica. Esta falta de
planificación estratégica impide el
aprovechamiento pleno de las ventajas que
ofrece la modalidad híbrida, y genera
desorientación, desmotivación y bajo
rendimiento. Por ello, se propone el
fortalecimiento de la capacidad de los docentes
para diseñar entornos formativos mediados que
promuevan la continuidad del aprendizaje y la
coherencia metodológica entre los espacios
físicos y virtuales.
La interacción educativa, componente central
de la mediación pedagógica, también se ve
impactada en los entornos semipresenciales. En
el 65 % de los artículos revisados se observa que
la interacción entre docentes y estudiantes, y
entre los propios estudiantes, es limitada,
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especialmente en el entorno virtual, donde la
comunicación suele ser unidireccional o
puntual. Gros y García (2016) afirman que la
calidad de la mediación depende en gran
medida de la riqueza de los vínculos
interactivos y del uso de estrategias que
promuevan el diálogo horizontal, la
colaboración y la construcción conjunta del
conocimiento. Cuando el docente no media
adecuadamente estos espacios de interacción, se
corre el riesgo de generar entornos de
aprendizaje pasivos y despersonalizados. La
ausencia de retroalimentación oportuna y de
espacios de escucha empática afecta la
experiencia del estudiante, limitando su
motivación, su sentido de pertenencia y su
participación activa en el proceso educativo.
En cuanto al uso de recursos tecnológicos, el
69 % de los artículos indica que, aunque existe
una amplia disponibilidad de plataformas y
herramientas digitales, su integración
pedagógica continúa siendo limitada. Muchos
docentes utilizan entornos virtuales como
repositorios de contenidos o como instrumentos
para la entrega de tareas, pero no como espacios
de construcción activa del conocimiento. Esta
situación refleja una brecha entre la
potencialidad técnica de los recursos y su
aplicación didáctica significativa, lo cual
compromete el valor formativo de la tecnología.
García et al. (2021) sostienen que es necesario
superar la visión funcionalista de la tecnología
y avanzar hacia una mediación que utilice las
TIC como herramientas para fomentar el
pensamiento crítico, la creatividad y la
participación. La mediación digital, en este
sentido, debe ser planificada, contextualizada y
orientada a objetivos educativos claros, no
reducida a acciones mecánicas o superficiales.
La evaluación del aprendizaje representa otra
dimensión clave de la mediación pedagógica en
entornos híbridos, pero también una de las más
desatendidas. A pesar de que algunos estudios
destacan experiencias innovadoras de
evaluación formativa mediante rúbricas,
portafolios o coevaluaciones, la mayoría de los
artículos revisados reporta un predominio de
prácticas tradicionales centradas en pruebas
objetivas y tareas de reproducción de
contenidos. Esta tendencia evidencia una
desconexión entre las prácticas de enseñanza y
los criterios de evaluación, lo cual reduce el
impacto transformador de la mediación. Tobón
(2020) plantea que la evaluación debe ser un
proceso dialógico, continuo y formativo,
orientado a valorar el desarrollo de
competencias y no solo la memorización de
información. En consecuencia, los docentes
deben ser formados no solo en técnicas de
evaluación, sino en la construcción de
instrumentos coherentes con la modalidad
híbrida y con los principios del aprendizaje
significativo.
La autonomía del estudiante, vinculada
estrechamente a la mediación pedagógica, fue
una categoría reconocida en el 61 % de los
estudios revisados. Se encontró que, en
contextos semipresenciales, los estudiantes
tienen la posibilidad de desarrollar
competencias de autorregulación, planificación
y metacognición, siempre que la mediación
docente lo facilite mediante orientación clara,
acompañamiento permanente y recursos
adecuados. Sin embargo, en ausencia de una
mediación estructurada, muchos estudiantes se
sienten desorientados y abandonados en el
espacio virtual, lo que afecta su desempeño y su
percepción de la calidad educativa. Coll y
Monereo (2018) sostienen que la mediación
pedagógica no implica delegar el aprendizaje en
el estudiante, sino generar las condiciones para
que este pueda ejercer su autonomía de manera
responsable y efectiva. Por tanto, el equilibrio
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entre guía docente y protagonismo estudiantil es
clave en la configuración de entornos híbridos
exitosos.
Una dimensión frecuentemente ignorada en los
procesos de mediación es la afectiva, la cual
juega un rol decisivo en el bienestar del
estudiante y en su permanencia en el proceso
educativo. En el 58 % de los estudios revisados
se identifica que muchos estudiantes
experimentan sentimientos de soledad,
desconexión emocional y falta de motivación,
especialmente cuando perciben una presencia
docente escasa o distante. En este sentido,
García et al. (2021) destacan la necesidad de
incorporar estrategias de acompañamiento
emocional, tutoría personalizada y
comunicación empática como parte de la
mediación pedagógica. En entornos híbridos, el
vínculo humano no debe desaparecer, sino
transformarse para responder a nuevas lógicas
de interacción, manteniendo la calidez, el
interés genuino y el apoyo constante al
estudiante. Esta dimensión es especialmente
importante en contextos de vulnerabilidad
social o emocional, donde la figura del docente-
mediador puede marcar la diferencia entre el
éxito y el abandono escolar.
Desde una perspectiva institucional, se constató
que la mediación pedagógica en la modalidad
semipresencial está influida significativamente
por factores organizativos, normativos y de
gestión. Numerosos estudios resaltan que la
falta de políticas claras sobre educación híbrida,
la escasez de recursos tecnológicos, la
sobrecarga administrativa y la ausencia de
formación continua institucionalizada limitan la
eficacia de la mediación. Este contexto genera
una carga excesiva sobre el docente, quien debe
improvisar estrategias y adaptarse a exigencias
que muchas veces no están alineadas con el
modelo pedagógico propuesto. Por ello, la
mediación pedagógica no puede entenderse
como una responsabilidad exclusiva del
docente, sino como una construcción colectiva
que involucra a las autoridades educativas, a los
equipos de gestión y a toda la comunidad
educativa. La transformación de la mediación
requiere voluntad política, liderazgo académico
y cultura institucional orientada al cambio.
Los estudios analizados permitieron identificar
algunas buenas prácticas de mediación
pedagógica en la modalidad semipresencial que
pueden servir como referentes para otras
instituciones. Estas experiencias incluyen el uso
de metodologías activas como el aula invertida,
el aprendizaje basado en proyectos, la
incorporación de analíticas de aprendizaje para
personalizar la enseñanza, y la tutoría
académica sistemática. Estas prácticas
demostraron tener impacto positivo en el
desarrollo de competencias, en la motivación
estudiantil y en la percepción de calidad del
proceso formativo. Salinas et al. (2022)
concluyen que la mediación pedagógica,
cuando es diseñada con criterios de calidad,
puede convertirse en una herramienta
transformadora para la mejora de los procesos
educativos en entornos complejos y cambiantes.
En síntesis, el análisis de los resultados
confirma que la mediación pedagógica en
modalidad semipresencial representa tanto un
desafío estructural como una oportunidad
estratégica para resignificar la enseñanza en el
siglo XXI.
Los resultados obtenidos confirman que la
mediación pedagógica en la modalidad
semipresencial constituye un proceso complejo
que va mucho más allá de la simple utilización
de herramientas tecnológicas o de la alternancia
de espacios físicos y virtuales. La evidencia
empírica muestra que dicha mediación se
encuentra determinada por múltiples factores
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interdependientes, entre ellos la formación
docente, la planificación didáctica, la
interacción pedagógica, el acompañamiento
emocional y la gestión institucional. Esta
perspectiva integral coincide con las
definiciones teóricas de autores como Coll y
Monereo (2018), quienes afirman que la
mediación implica la creación de condiciones
cognitivas, afectivas y sociales que permiten al
estudiante construir aprendizajes significativos
y transferibles. En ese sentido, la revisión
sistemática permite afirmar que el éxito de la
mediación en entornos híbridos no radica
únicamente en la presencia de tecnología, sino
en el uso pedagógico consciente, intencionado
y reflexivo de dicha tecnología.
Uno de los aspectos que adquiere especial
relevancia es la necesidad urgente de fortalecer
las competencias profesionales del docente en
lo relativo al diseño y gestión de experiencias
de aprendizaje mediadas. Los estudios
revisados demuestran que la mayoría de los
profesores enfrentan dificultades para integrar
de manera coherente los espacios presenciales y
virtuales, lo que da lugar a secuencias de
enseñanza fragmentadas y poco articuladas.
Esta situación evidencia una brecha entre las
exigencias del nuevo modelo educativo y la
preparación pedagógica recibida, lo cual fue
también señalado por Ramírez et al. (2022),
quienes destacan la necesidad de transitar desde
una alfabetización digital básica hacia una
competencia didáctica integral. En
consecuencia, se requiere una reconfiguración
profunda de la formación docente inicial y
continua, orientada no solo a la adquisición de
habilidades técnicas, sino también a la
comprensión didáctica, ética y comunicacional
de la mediación pedagógica.
Asimismo, los resultados resaltan la
importancia de la interacción pedagógica como
eje estructurante del aprendizaje en modalidad
semipresencial. Si bien la tecnología ofrece
diversas oportunidades para ampliar los canales
de comunicación, muchos docentes no logran
dinamizar estos espacios debido a la falta de
estrategias de interacción efectiva. Esta
debilidad afecta el sentido de pertenencia de los
estudiantes, su motivación intrínseca y su
compromiso con el proceso formativo. Como
señalan Gros y García (2016), en los entornos
digitales el docente no desaparece, sino que se
transforma en mediador del conocimiento y del
vínculo, siendo responsable de generar
condiciones para la colaboración, la autonomía
y la retroalimentación oportuna. Por tanto, se
debe fomentar una cultura docente que valore la
interacción como parte constitutiva del acto
educativo, y no como un complemento
opcional.
Otro aspecto que se desprende de los hallazgos
es la función limitada que se le sigue asignando
a la tecnología dentro de los procesos de
mediación. Aunque las instituciones han
avanzado en la implementación de plataformas
y recursos digitales, estos son utilizados
mayoritariamente como instrumentos logísticos
y no como herramientas cognitivas o didácticas.
Esta visión tecnocrática impide que las TIC se
conviertan en mediadoras del aprendizaje, tal
como proponen Valverde et al. (2021), quienes
argumentan que la tecnología debe estar al
servicio de los procesos pedagógicos y no al
revés. Para revertir esta tendencia, es necesario
formar a los docentes en el diseño de entornos
digitales ricos en interacción, significación y
accesibilidad, que respondan a los principios de
una educación inclusiva y centrada en el
estudiante. En paralelo, se identifican
importantes limitaciones en el campo de la
evaluación, la cual sigue siendo uno de los
eslabones más débiles del proceso de mediación
pedagógica en la modalidad híbrida. A pesar de
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los avances en la incorporación de instrumentos
alternativos como rúbricas, portafolios o
coevaluaciones, aún prevalece una cultura de la
evaluación sumativa, centrada en resultados y
desconectada del proceso formativo. Esta
realidad contradice los postulados de Tobón
(2020), quien propone una evaluación auténtica
y situada, orientada al desarrollo de
competencias y no únicamente a la certificación
del saber. En consecuencia, se impone el reto de
formar a los docentes en el diseño de estrategias
de evaluación coherentes con los objetivos de
aprendizaje, los principios de la
semipresencialidad y la diversidad de
trayectorias estudiantiles.
Los resultados reafirman que la mediación
pedagógica en la modalidad semipresencial no
puede ser concebida de manera aislada, sino
como parte de un ecosistema educativo más
amplio que incluye políticas institucionales,
cultura organizacional y liderazgo pedagógico.
Las dificultades señaladas por los docentes
como la sobrecarga laboral, la falta de
infraestructura tecnológica o la ausencia de
lineamientos claros evidencian que la
mediación no es solo una responsabilidad
individual, sino también colectiva. En este
sentido, las instituciones educativas deben
generar condiciones habilitantes que favorezcan
el desarrollo de una mediación pedagógica
innovadora, reflexiva y orientada al aprendizaje
profundo. Como concluyen Salinas et al.
(2022), la mediación en contextos híbridos
representa una oportunidad para transformar las
prácticas tradicionales y avanzar hacia un
modelo educativo más flexible, inclusivo y
pertinente en el mundo postpandemia.
Conclusiones
La presente revisión sistemática permitió
confirmar que la mediación pedagógica en la
modalidad semipresencial constituye un eje
central para la calidad de los procesos de
enseñanza-aprendizaje en contextos educativos
contemporáneos. Esta mediación, entendida
como el conjunto de acciones intencionadas que
conectan al estudiante con el conocimiento a
través del acompañamiento docente, debe estar
estructurada sobre bases metodológicas sólidas,
competencias digitales avanzadas y una
comprensión profunda del rol del docente como
facilitador del aprendizaje. En este sentido, no
basta con alternar clases presenciales y
virtuales; es indispensable articular de forma
coherente los distintos componentes del proceso
formativo, garantizando una experiencia
educativa continua, significativa y
contextualizada. La mediación, por tanto, no es
un accesorio del modelo semipresencial, sino su
fundamento pedagógico más importante.
Uno de los hallazgos más reiterados en los
estudios analizados fue la insuficiencia en la
formación docente para ejercer una mediación
pedagógica efectiva en entornos híbridos. A
pesar de los avances en alfabetización digital,
aún persiste una brecha entre el dominio técnico
de herramientas tecnológicas y su uso didáctico
en el marco de una planificación instruccional
coherente. Este desfase limita la posibilidad de
generar experiencias formativas integradoras y
afecta la motivación, autonomía y participación
de los estudiantes. Se concluye, por tanto, que
es urgente rediseñar los programas de
formación inicial y continua del profesorado,
incorporando módulos específicos sobre
mediación pedagógica en entornos híbridos,
planificación por competencias, metodologías
activas, evaluación formativa y
acompañamiento emocional en entornos
virtuales.
En relación con la planificación didáctica, los
resultados muestran una tendencia generalizada
a la fragmentación entre las actividades
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presenciales y virtuales, lo que impide
consolidar un enfoque integrador de la
enseñanza. Esta desarticulación afecta la
coherencia del proceso educativo y debilita el
rol de la mediación como articuladora de
saberes, experiencias y competencias. La
semipresencialidad requiere ser comprendida
como una modalidad con identidad propia, y no
como una simple alternancia de formatos. Por
ello, se recomienda fortalecer la capacidad de
los docentes para diseñar itinerarios formativos
híbridos, donde las actividades en línea y
presenciales se complementen en función de
objetivos comunes, con metodologías activas,
recursos diversificados y mecanismos de
retroalimentación constantes.
Otro aspecto crítico identificado es la debilidad
en las estrategias de interacción pedagógica,
especialmente en el entorno virtual. Muchos
docentes reproducen prácticas centradas en la
transmisión unidireccional de contenidos, lo
que genera experiencias de aprendizaje pasivas,
despersonalizadas y desconectadas del contexto
del estudiante. La mediación pedagógica en la
modalidad semipresencial debe fomentar el
diálogo horizontal, la colaboración entre pares,
la construcción colectiva del conocimiento y el
acompañamiento emocional. Para ello, es
fundamental incorporar al diseño didáctico
espacios de tutoría, foros asincrónicos,
actividades cooperativas y sistemas de
seguimiento personalizado, que permitan al
estudiante sentirse acompañado, reconocido y
activo dentro del proceso de aprendizaje.
En cuanto al uso de la tecnología, la revisión
evidenció que el potencial pedagógico de las
TIC está subutilizado cuando su
implementación no está orientada por criterios
didácticos claros. La mediación pedagógica no
se potencia automáticamente con el uso de
plataformas o aplicaciones, sino que requiere
una planificación pedagógica consciente y
orientada al desarrollo de competencias. En esta
línea, la tecnología debe dejar de ser entendida
como un fin en sí mismo para convertirse en un
medio al servicio del aprendizaje significativo,
crítico y transformador. Los docentes deben ser
capacitados para seleccionar herramientas
tecnológicas que respondan a las necesidades
reales de sus estudiantes, así como para
utilizarlas en la creación de ambientes de
aprendizaje inclusivos, accesibles y
participativos.
Se concluye que la mediación pedagógica en la
modalidad semipresencial no puede ser una
responsabilidad individual del docente, sino una
tarea colectiva que requiere el compromiso
institucional, el apoyo directivo, la inversión en
infraestructura y el desarrollo de políticas
educativas coherentes con las exigencias de la
educación híbrida. Las instituciones deben
promover una cultura de innovación
pedagógica, ofrecer espacios de formación
continua y acompañamiento profesional, y
garantizar condiciones laborales adecuadas para
que los docentes puedan ejercer su rol mediador
con calidad. La semipresencialidad representa
una oportunidad única para rediseñar los
modelos educativos hacia propuestas más
flexibles, inclusivas y centradas en el
aprendizaje. Sin embargo, para concretar su
potencial transformador, es indispensable
fortalecer la mediación pedagógica como
estrategia clave para garantizar la equidad, la
pertinencia y la calidad de la educación en el
siglo XXI.
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