Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 9.2
Edición Especial III 2025
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FORTALECER LA INTELIGENCIA EMOCIONAL MEDIANTE LA APLICACIÓN DE
ESTRATEGIAS PEDAGÓGICAS INNOVADORAS PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO
ACADÉMICO DE LOS ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN BÁSICA
STRENGTHENING EMOTIONAL INTELLIGENCE THROUGH THE APPLICATION OF
INNOVATIVE PEDAGOGICAL STRATEGIES TO IMPROVE THE ACADEMIC
PERFORMANCE OF BASIC EDUCATION STUDENTS
Autores: ¹Mayra Nataly Pallasco Alomoto, ²Mayra Alexandra Tamami Tualombo,
3
Blanca
Janeth Simbaña Pillajo,
4
Jacqueline Cárdenas Cadena y
5
Luisana Beatriz Pallasco
Alomoto.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-7270-0934
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-8509-2081
3
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0001-8464-0886
4
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-3481-2759
5
ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-8613-3842
¹E-mail de contacto: mayra.pallasco@educacion.gob.ec
²E-mail de contacto: alexandratamami01@gmail.com
3
E-mail de contacto: simbaapillajoblancajaneth@yahoo.com
4
E-mail de contacto: jacqueline.cardenasc@educaciongob.ec
5
E-mail de contacto: luisabe1986@hotmail.com
Afiliación:
1*4*
Ministerio de Educación, (Ecuador).
2*3*5*
Investigador independiente, (Ecuador).
Artículo recibido: 11 de Agosto del 2025
Artículo revisado: 15 de Agosto del 2025
Artículo aprobado: 1 de Septiembre del 2025
¹Licenciada en Ciencias de la Educación mención Educación sica de la Universidad Central del Ecuador, (Ecuador). Magíster en
Educación mención en Educación Física y Deporte graduada en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, (Ecuador).
²Licenciada en Ciencias de La Educación mención Profesora Parvularia de la Universidad Central del Ecuador, (Ecuador). Magíster en
Educación Inicial de la Universidad Central del Ecuador, (Ecuador).
3
Licenciada en Ciencias de la Educación mención Inglés graduada en la Universidad Central del Ecuador, (Ecuador). Magíster en
Educación mención Lingüística y Literatura graduada de la Universidad Central del Ecuador, (Ecuador).
4
Licenciada en Psicorrehabilitacn y Educación Especial graduada en la Universidad Nacional de Loja, (Ecuador). Magíster en Educación
Especial mención en Educación de las Personas con Discapacidad Múltiple graduada de la Universidad Politécnica Salesiana, (Ecuador).
5
Profesor de Educación Básica nivel Tecnológico graduada del Instituto Superior Pedagógico Belisario Quevedo, (Ecuador). Licenciada
en Ciencias de la Educación mención Educación Básica graduada de la Universidad Técnica de Cotopaxi, (Ecuador).
Resumen
Este estudio trata sobre la relevancia de la
inteligencia emocional (IE) como un factor
fundamental en el desarrollo holístico de un
niño, así como en su rendimiento escolar,
especialmente en el caso de los alumnos de
educación básica. Mediante un enfoque mixto,
en su mayoría cualitativo, se abordan las
percepciones de 35 alumnos de sexto grado, así
como de los docentes de inglés y matemáticas
de la Unidad Educativa “Velazco Ibarra”. Esta
investigación se sitúa dentro del paradigma
sociocrítico, el cual busca transformar la
educación mediante la utilización de
estrategias pedagógicas tales como el
aprendizaje colaborativo, la dramatización, la
tutoría entre pares, el mindfulness y el uso de
recursos pedagógicos digitales. Los hallazgos
indican que los estudiantes exhiben niveles
medios-altos de IE, un rango en el que la
motivación y la autorregulación se destacan
como las dimensiones más fuertes, mientras
que la empatía demostró mayor variabilidad.
Además, las estrategias fueron valoradas en
términos positivos en relación al aprendizaje
cooperativo y el uso de TIC, aunque se observa
baja frecuencia de aplicación de tutoría entre
pares y mindfulness. En relación a las variables
académicas, el promedio académico actual
(13.8/20) superó levemente al anterior
(13.2/20), evidenciando la IE. La evidenciación
y discusión de los hallazgos se abre en relación
con la literatura internacional más reciente, que
valida la efectividad de las intervenciones
socioemocionales integradas al currículo. A
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modo de conclusión, la investigación subraya
la importancia de fortalecer el currículo
socioemocional en la educación básica, en
virtud de su contribución a la formación
integral de los estudiantes, en particular, para
ser más empáticos, resilientes, y afrontar los
retos del siglo XXI.
Palabras clave: Inteligencia emocional,
Estrategias pedagógicas innovadoras,
Educación primaria, Rendimiento
académico, Aprendizaje socioemocional.
Abstract
This study examines the relevance of emotional
intelligence (EI) as a fundamental factor in a
child's holistic development and academic
performance, especially in the case of
elementary school students. Using a mixed-
method, mostly qualitative approach, the
perceptions of 35 sixth-grade students, as well
as English and mathematics teachers at the
Velazco Ibarra Educational Unit, are
addressed. This research is situated within the
sociocritical paradigm, which seeks to
transform education through the use of
pedagogical strategies such as collaborative
learning, role-playing, peer tutoring,
mindfulness, and the use of digital teaching
resources. The findings indicate that students
exhibit medium-high levels of EI, a range in
which motivation and self-regulation stand out
as the strongest dimensions, while empathy
showed greater variability. Furthermore, the
strategies were positively valued in relation to
cooperative learning and the use of ICTs,
although a low frequency of peer tutoring and
mindfulness was observed. Regarding
academic variables, the current GPA (13.8/20)
was slightly higher than the previous GPA
(13.2/20), demonstrating EI. The evidence and
discussion of the findings is presented in
conjunction with the most recent international
literature, which validates the effectiveness of
socio-emotional interventions integrated into
the curriculum. In conclusion, the research
underscores the importance of strengthening
the socio-emotional curriculum in basic
education, given its contribution to the
comprehensive development of students,
particularly in helping them become more
empathetic and resilient, and better able to face
the challenges of the 21st century.
Keywords: Emotional Intelligence,
Innovative pedagogical strategies, Primary
education, Academic performance, Socio-
emotional learning.
Sumário
O conceito de morte cruzada no Equador é uma
Este estudo examina a relevância da
inteligência emocional (IE) como fator
fundamental no desenvolvimento integral e no
desempenho acadêmico da criança,
especialmente no caso de alunos do ensino
fundamental. Utilizando uma abordagem
mista, predominantemente qualitativa, são
abordadas as percepções de 35 alunos do sexto
ano, bem como de professores de inglês e
matemática da Unidade Educacional Velazco
Ibarra. Esta pesquisa se situa no paradigma
sociocrítico, que busca transformar a educação
por meio do uso de estratégias pedagógicas
como aprendizagem colaborativa,
dramatização, tutoria entre pares, atenção plena
e o uso de recursos didáticos digitais. Os
resultados indicam que os alunos apresentam
níveis médio-altos de IE, uma faixa na qual a
motivação e a autorregulação se destacam
como as dimensões mais fortes, enquanto a
empatia apresentou maior variabilidade. Além
disso, as estratégias foram avaliadas
positivamente em relação à aprendizagem
cooperativa e ao uso das TICs, embora tenha
sido observada uma baixa frequência de tutoria
entre pares e atenção plena. Em relação às
variáveis acadêmicas, o GPA atual (13,8/20)
foi ligeiramente superior ao GPA anterior
(13,2/20), demonstrando IE. As evidências e a
discussão dos resultados são apresentadas em
conjunto com a literatura internacional mais
recente, que valida a eficácia das intervenções
socioemocionais integradas ao currículo. Em
conclusão, a pesquisa ressalta a importância do
fortalecimento do currículo socioemocional na
educação básica, dada sua contribuição para o
desenvolvimento integral dos alunos,
particularmente para ajudá-los a se tornarem
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mais empáticos e resilientes, e mais aptos a
enfrentar os desafios do século XXI.
Palavras-chave: Inteligência Emocional,
Estratégias Pedagógicas Inovadoras,
Educação Básica, Desempenho Acadêmico,
Aprendizagem Socioemocional.
Introducción
La inteligencia emocional (IE) se constituye
como un factor clave dentro del desarrollo
integral del alumno de educación básica, dado
su impacto positivo en la concentración, la
memoria y el rendimiento académico (Achi et
al., 2024). IE se relaciona, en conjunto, con el
desarrollo de competencias socioemocionales
básicas como la empatía, la comunicación y la
resolución de conflictos, propiciando un
entorno más armónico y cooperativo en las
dinámicas de aprendizaje. Por esto, el desarrollo
de la inteligencia emocional en el estudiante no
solo promueve su bienestar emocional, sino que
también optimiza el rendimiento escolar.
Estudios recientes analizan que, se han
implementado estrategias pedagógicas
específicamente para promover la educación
emocional desde una edad temprana. Como
ilustración, se ha examinado el potencial de la
narración digital para fomentar la inteligencia
emocional en estudiantes de primaria, y aunque
la narrativa para ese estudio necesita ser
analizada con mayor profundidad, ha mostrado
participación y reflexión emocional. De la
misma manera, algunos académicos
latinoamericanos han documentado prácticas
instruccionales que involucran pensamiento
reflexivo, mentoría entre pares, dramatización
emocional y planificación emocional como
estrategias efectivas para mejorar la IE y, en
consecuencia, el rendimiento académico
(Escudero, 2025).
Además, algunos trabajos han intentado
desarrollar modelos teóricos relacionados con el
impacto de la Inteligencia Emocional en el
ámbito educativo. Un estudio conceptual
realizado en 2025 propone un marco
estructurado donde la IE es un factor clave del
rendimiento educativo y el compromiso
académico, y así, estrategias de intervención
docente innovadoras. Por lo tanto, la evidencia
disponible refuerza el punto de que mejorar las
habilidades de inteligencia emocional en
estudiantes de educación básica, a través de
métodos pedagógicos innovadores como la
narración digital, la dramatización, la mentoría
entre pares, la reflexión estructurada y la
planificación emocional, tiene el potencial de
mejorar el rendimiento académico. Sin
embargo, hay una necesidad de estudios
empíricos robustos con marcos diseñados
rigurosamente y metodológicamente sólidos
(preferiblemente intervenciones) para sustentar
estas afirmaciones.
En primer lugar, la reciente evidencia
metaanalítica refuerza la relación positiva entre
la inteligencia emocional y el rendimiento
escolar. MacCann et al. (2020) señalan en un
metaanálisis publicado en Psychoological
Bulletin que la inteligencia emocional de los
estudiantes es un predictor significativo del
rendimiento académico. Además, fue
consistente en todos los niveles y dominios y se
prefirió cuando la inteligencia emocional se
midió como una habilidad (por ejemplo, a
través de pruebas de rendimiento) en lugar de a
través de autoinformes. En líneas similares, una
revisión sistemática con metaanálisis publicado
en Thinking Skills and Creativity actualizó el
mapa de resultados y encontró que la IE es una
variable valiosa para explicar el rendimiento,
sugiriendo efectos de pequeños a moderados y
enfatizando la heterogeneidad del contexto y la
medida (Quílez et al., 2023). En conjunto, estos
hallazgos apoyan la premisa de que la
intervención pedagógica a través de la
inteligencia emocional merece la mejora del
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rendimiento académico (MacCann et al., 2020;
Quílez et al., 2023).
En segundo lugar, la nea de investigación
sobre el aprendizaje socioemocional (SEL), un
marco más amplio que incluye competencias de
inteligencia emocional, proporciona evidencia
acumulativa del impacto académico. Un
reciente metaanálisis de intervenciones SEL
universales para estudiantes de K-12 ha
mostrado mejoras significativas en el logro
académico, el funcionamiento escolar y la
adaptación psicosocial, con resultados fuertes
en varios países y diseños (Cipriano et al.,
2023/2024). Además, un metaanálisis en el
Journal of Youth and Adolescent destacó
algunos de los componentes efectivos de los
programas (por ejemplo, formación explícita de
docentes en SEL e integración adecuada del
currículo), que estaban asociados con los
resultados de las habilidades socioemocionales
objetivo y la orientación sobre escalado de
desempeño y calidad (Shi y Cheung, 2024). En
otras palabras, no solo hay evidencia de
impacto, sino también de “cómo” es más
probable que se implemente con éxito.
Ahora, moviéndonos de asociaciones generales
a intervenciones en educación primaria, los
ensayos controlados recientes agudizan la
imagen y ayudan a delinear estrategias de
enseñanza más innovadoras. En un ensayo
aleatorio por conglomerados con profesores de
primaria, una intervención breve, diaria y
dirigida por docentes mejoró la frecuencia de
enseñanza de SEL, la autoeficacia docente y el
clima del aula, además de mostrar signos
tempranos de efectos dependientes de la dosis
sobre el compromiso de los estudiantes (Al-
Jbouri et al., 2023). A nivel del programa
estructurado, la evidencia europea con 1, 2, 3,
¡emoció! en educación infantil muestra mejoras
significativas en competencias emocionales con
un diseño cuasi/randómico por escuelas,
estableciendo un vínculo proximal que la
literatura asocia con trayectorias académicas
posteriores (Pericàs et al., 2022; San Pío et al.,
2023). Estos resultados refuerzan la tesis de que
la inserción curricular, así como su dosis y
mediación docente, son condiciones de
efectividad. (Al-Jbouri et al., 2023; Pericàs et
al., 2022; San Pío et al., 2023). Las propuestas
basadas en la atención plena también están
surgiendo como estrategias innovadoras con
potencial para impactar procesos cognitivos
relevantes para el aprendizaje, incluyendo la
atención sostenida y la autorregulación. Un
ensayo aleatorio por conglomerados realizado
en educación primaria demostró mejoras en la
atención plena interpersonal y el enfoque
atencional que se mantuvieron en parte hasta
ocho semanas después de la intervención (Lin
et al., 2025). Otra intervención escolar con
diseño aleatorio reportó una mejora en el
bienestar mental y general en estudiantes de
primaria, lo cual, como se ha señalado, tiende a
mediar los efectos sobre el compromiso y el
rendimiento (Malboeuf et al., 2024). La
evidencia sugiere que el rendimiento mejora
cuando las competencias emocionales y
atencionales están integradas en las rutinas
diarias del aula en lugar de tareas aisladas.
Sería beneficio incluir evaluaciones a gran
escala de modelos de mejora escolar con un
componente SEL. Un estudio reciente sobre
Leader in Me (AERA Open) reportó efectos
positivos en el tiempo de compromiso y logro
en matemáticas en los entornos naturales de los
participantes, aunque algunas medidas de
autoinforme no mostraron efectos principales,
lo que sugiere cierta sensibilidad a la
implementación ya la medición del resultado
académico (Bergin et al., 2024). En resumen, la
traducción a sistemas reales requiere fidelidad
en la implementación, apoyo docente y
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alineación con los objetivos curriculares.
(Bergin et al., 2024). En cuanto a metodologías
activas y tecnología, la literatura reciente ofrece
señales mixtas. Por un lado, un meta-análisis
publicado en el British Journal of Educational
Technology concluyó que la gamificación
puede mejorar el rendimiento académico
general, particularmente cuando se basa en
marcos de retroalimentación motivacional. Por
otro lado, estudios en escuelas primarias
advierten que, sin una atención meticulosa a la
pedagogía, no ocurre cooperación o aprendizaje
medible (Zeng et al., 2024; Romero et al.,
2024). Mientras tanto, las narrativas digitales y
la narración interactiva muestran promesas para
los lectores de primaria en el desarrollo de
habilidades socio-emocionales y la
comprensión, pero el cuerpo de evidencia sigue
siendo escaso y compuesto por estudios cuasi-
experimentales cortos que requieren ensayos
controlados aleatorios multicéntricos (Zeng et
al., 2024; Romero et al., 2024; Anatolian
Journal of Education, 2024).
En la región latinoamericana, revisiones
recientes enfatizan la importancia de la
ingeniería instruccional para los resultados de
logro mientras instan a diseños experimentales
más sólidos en la educación primaria y
secundaria, prestando especial atención a
instrumentos validados y contextualización
cultural (Rodríguez y Pedraza, 2024). En la
misma línea, evaluaciones de la
implementación de programas como RULER en
escuelas públicas hispanas han documentado
mejoras en algunos indicadores socio-
emocionales y climáticos, añadiendo así
evidencia de relevancia cultural y
transferibilidad (Gualda et al., 2023). Como
resultado, surgen varias lagunas metodológicas
de estos documentos: a) persistente
heterogeneidad en las medidas de IE y en la
forma en que se califica el rendimiento
(compromiso, calificaciones, pruebas
estandarizadas), b) escasez relativa de ensayos
aleatorios con seguimiento a largo plazo y
reporte de resultados académicos duros en la
escuela primaria, c) la necesidad de evaluar el
"diseño pedagógico" de la innovación. Así, la
literatura más convincente sugiere que estas
estrategias se centran en tres elementos clave:
currículo integrado continuo, desarrollo
profesional continuo en competencias socio-
emocionales y monitoreo académico riguroso
utilizando indicadores válidos y sensibles al
cambio. (Shi y Cheung, 2024; Cipriano et al.,
2023/2024).
Materiales y Métodos
La investigación se centra en el paradigma
sociocrítico porque intenta cambiar la práctica
educativa a partir de la implementación de
nuevas estrategias pedagógicas que desarrollen
la inteligencia emocional y el rendimiento
académico de los estudiantes de educación
básica. Este paradigma entiende que los
procesos de enseñanza-aprendizaje son
multifacéticos y están atravesados por la
inteligencia emocional, el contexto social y la
cultura, por lo que resulta necesario un ir y venir
entre la teoría y la práctica que permita lograr
transformaciones reales en el ámbito educativo
(Creswell y Creswell, 2023; Hernández y
Mendoza, 2022). Con respecto al diseño, se
elige un enfoque mixto, predominantemente
cualitativo, agravado cuantitativo. Esta elección
facilita la inclusión de la narrativa de las
maestras y los estudiantes en su interpretación,
así como el análisis de los datos cuantitativos
sobre el rendimiento académico de los actores.
Este diseño se ubica en un estudio aplicado no
experimental de alcance descriptivo-
correlacional, porque se intenta establecer la
vinculación entre el rendimiento escolar y la
inteligencia emocional sin control sobre las
variables, pero con la implementación de
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estrategias pedagógicas que impulsaron la
inteligencia emocional (Creswell, 2023).
La población tomada en cuenta se centra en la
Unidad Educativa “Velazco Ibarra”, en el nivel
medio correspondiente a los años de quinto,
sexto y séptimo año de educación básica, por
ende, la población se considera a todos los
alumnos que se encuentran matriculados en este
nivel y que tienen en común los factores que se
relacionan con el desarrollo cognitivo, social y
emocional, lo cual es relevante en el caso de la
investigación sobre el desarrollo de la
inteligencia emocional en relación con el
desempeño escolar. La muestra, se opta por una
muestra no probabilística intencional o por
conveniencia, recolectando a los grupos de
estudiantes que se encuentran involucrados en
la implementación de las estrategias
pedagógicas creativas que se han elaborado, por
ende, se tomara un curso de 35 estudiantes del
sexto año de educación básica. La justificación
de este tipo de muestreo es que la investigación
busca ahondar en un contexto educativo
determinado, en el que los participantes resultan
relevantes para poder ofrecer información que
ayude a explicar en qué medida las prácticas
innovadoras inciden en el desarrollo de la
inteligencia emocional en relación con el
desempeño académico. Flick (2020) sostiene
que, en los estudios de diseño sociocrítico, el
muestreo intencional asegura, más que la
representatividad estadística, la riqueza de la
información recopilada.
La muestra estará conformada por un grupo de
35 estudiantes de uno o dos cursos, lo que
permite realizar un seguimiento minucioso de la
implementación de las estrategias y la
evaluación de los resultados en relación a la
intervención realizada. También se recogerán
los testimonios de los docentes responsables de
las asignaturas de Lengua y Matemáticas que
actuarán como informantes clave a través de
entrevistas y observaciones sistemáticas, lo
cual, como indican Creswell y Creswell (2023),
es relevante desde la investigación, dado que se
aborda la educación desde Múltiples
perspectivas. Resumiendo, la población se
define como la totalidad de los estudiantes de
educación básica en la institución designada y
la muestra se refiere a un subconjunto
intencional de estudiantes y docentes, los cuales
fueron seleccionados de manera intencional
para asegurar que la colección y el análisis de
los datos fuese relevante y suficientemente
exhaustivo. Esta estrategia ayuda a cumplir con
el propósito de la investigación al entrelazar el
desarrollo de la inteligencia emocional y el
desempeño académico en un contexto educativo
determinado y con un contexto concreto. La
información que se presenta se recopila usando
métodos complementarios.
Por un lado, se usarán cuestionarios
estandarizados y validados para medir los
niveles de inteligencia emocional y el
rendimiento académico, tal como la Trait Meta-
Mood Scale o sus equivalentes locales
(González et al., 2021). Por otra parte, se
realizarán entrevistas semiestructuradas con
docentes y estudiantes, además de
observaciones de aula con guías sistemáticas
que busquen registrar cambios en la pedagogía
y la participación en la clase. Este
procedimiento triangular las fuentes de
información y asegura mejor validez de los
resultados (Flick, 2020). Los procedimientos
estadísticos descriptivos e inferenciales
combinados con técnicas cualitativas de
codificación temática se utilizarán para realizar
el análisis de los datos. En el ámbito
cuantitativo, se aplicará estadística descriptiva
para caracterizar la muestra y se realizarán
correlacionales para determinar el grado de
asociación que existe entre la implementación
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de las estrategias pedagógicas innovadoras y el
rendimiento académico. En el aspecto
cualitativo, con el análisis de contenido se
podrán construir categorías que se relacionan
con el socioemocional de los estudiantes y la
visión que tiene el docente sobre los cambios
que se han dado en el salón (Saldaña, 2021). El
análisis de los resultados se realizará atendiendo
a la crítica y la dialéctica, cotejando los
resultados con la teoría y con trabajos
anteriores. Con ello, se podrá apreciar no solo si
hay una relación de causa entre la inteligencia
emocional y el desempeño académico, sino en
qué medida las prácticas pedagógicas
innovadoras pueden contribuir a transformar de
modo sostenible el aprendizaje en el aula. En
este sentido, la interpretación procura ir más
allá de la medición de la educación a partir de
números y buscar entender el fenómeno
educativo en su contexto, formulando
propuestas de intervención que fortalezcan la
intervención docente y la política educativa en
los niveles de educación básica (Escudero,
2025; Tabango et al., 2025).
Resultados y Discusión
Los resultados de la encuesta realizada a 35
estudiantes del año de EGB, los niveles de
inteligencia emocional (IE) se posicionan en un
nivel medio-alto, con un promedio general de
casi 3,9 en una escala de 5 puntos. Este nivel
sugiere que la mayoría de los estudiantes a
menudo demuestran la capacidad de reconocer,
regular emociones y establecer metas
académicas. Entre las dimensiones evaluadas, la
motivación y la autorregulación obtuvieron
puntuaciones relativamente más altas,
indicando que los estudiantes creen que pueden
perseverar y reenfocarse después de distraerse.
Sin embargo, la dimensión de empatía tuvo una
mayor variación, lo que indica que no todos los
estudiantes son capaces de identificar y
responder de manera consistente a las
emociones de sus compañeros. Con respecto a
la exposición a prácticas pedagógicas
innovadoras, las evaluaciones promedio
estuvieron alrededor de 3.5 puntos, indicando
que dichas prácticas se perciben como
“presentes” “a veces” o “casi siempre”. El
reconocimiento es mayor para estrategias de
aprendizaje como el aprendizaje cooperativo y
el uso de recursos digitales que para la atención
plena o la tutoría entre pares. La utilidad
percibida de las estrategias es evaluada
positivamente (promedio de 3.6), lo que indica
que los estudiantes piensan que estas estrategias
ayudan a mejorar el aprendizaje y el clima
escolar.
En cuanto a las conductas académicas, los
resultados indican la presencia de evaluación en
rango medio, con tendencias en mejora en el
compromiso con las tareas, la autoconfianza
para participar y el avance percibido en las
notas. El promedio académico actual (13.8/20)
es ligeramente superior al promedio registrado
anteriormente (13.2/20). Esto es consistente con
el uso creciente de estrategias innovadoras y
niveles adecuados de inteligencia emocional.
Esto apoya la hipótesis de que fortalecer la
inteligencia emocional, mediado por prácticas
pedagógicas innovadoras, está asociado con una
mejora en el rendimiento académico. En el
análisis del clima de aula se obtiene un
promedio de 3.8, lo que indica que, en términos
generales, los estudiantes consideran que el
ambiente es positivo y se respeta la tranquilidad
necesaria para el aprendizaje. Sin embargo, se
observa en algunos casos la permanencia de
dificultades en la gestión equitativa de las
normas y en la gestión de la emoción. Esto
señala la necesidad de diálogos emocionales y
trabajos de colaboración más estructurados.
Desde un enfoque psicométrico, los parámetros
de confiabilidad de Cronbach mayores a .70
en la mayoría de las escalas) permiten afirmar
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que el instrumento utilizado posee una
confiabilidad interna aceptable.
Figura 1. Presentación con gráficos
estadísticos de los resultados obtenidos en la
encuesta
Además, las correlaciones evidencian
relaciones positivas entre la inteligencia
emocional y el rendimiento académico en
relación con las estrategias pedagógicas, lo que
indica que, a un mayor dominio de las
competencias emocionales ya un mayor
enfoque en el uso de estrategias pedagógicas
innovadoras, el rendimiento académico y el
comportamiento de los estudiantes es más
positivo. Por último, la interpretación general
posibilita afirmar que los alumnos que han
respondido la encuesta muestran rango entre el
grado de fortaleza de la inteligencia emocional
y la implementación de determinadas
estrategias pedagógicas, con el rendimiento
académico y la creación de un clima de aula
positivo. Esto significa que el incremento de la
educación emocional a través de recursos
didácticos innovadores no solo mejora el
desempeño escolar, sino que también promueve
el bienestar y la convivencia estudiantil. El
primer gráfico, es posible analizar las
evaluaciones medias correspondientes a las
diferentes dimensiones de la inteligencia
emocional. Se puede observar que todas las
dimensiones alcanzan valores altos en la escala
de Likert (que oscilan entre 3.7 y 4.1 de 5). La
motivación y la autorregulación son las más
altas, lo que sugiere que los estudiantes tienden
a persistir en sus tareas y pueden recuperar el
enfoque después de distracciones. La empatía
registra un valor algo menor que los otros, lo
que indica que los estudiantes son relativamente
menos capaces de entender y apreciar las
emociones de sus compañeros. En general, la
inteligencia emocional en este grupo es notable
y ayuda en el desarrollo académico de los
estudiantes.
El segundo gráfico establece la relación entre la
frecuencia con la que los docentes utilizan
estrategias pedagógicas innovadoras y el
promedio académico de los estudiantes. El
diagrama de dispersión muestra una tendencia
positiva: el promedio académico alcanzado es
mayor con el uso frecuente de estrategias de
enseñanza como el aprendizaje cooperativo, la
dramatización, los proyectos y los recursos
digitales. La línea de regresión, marcada en
rojo, confirma la existencia de esa relación,
aunque hay cierto margen de variabilidad entre
los casos. Prácticamente, esto indica que la
implementación sistemática de estrategias
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pedagógicas innovadoras resulta en mejores
logros académicos, evidenciando una mayor
influencia de la educación emocional en el
aprendizaje. Los hallazgos resaltan que los
estudiantes de sexto año tienen niveles medios-
altos de inteligencia emocional, particularmente
en las dimensiones de motivación y
autorregulación, en donde la empatía presenta
mayor variabilidad. Esta tendencia se
concuerda con estudios internacionales y de la
región que indican que la motivación y la
autorregulación son las competencias
emocionales que se desarrollan primero en la
infancia intermedia y que, además, se
relacionan con el rendimiento escolar en dicha
etapa. (MacCann et al., 2020; Quílez et al.,
2023). El menor desarrollo de empatía, en
contrapartida, sugiere la urgencia de trabajar el
desarrollo de competencias sociales a través de
metodologías colaborativas y de resolución de
conflictos, tal cual se plantea en el aprendizaje
socioemocional (SEL) (Cipriano et al.,
2023/2024).
Además, la percepción positiva de estrategias
pedagógicas innovadoras, especialmente el
aprendizaje cooperativo y la aplicación de
recursos digitales, confirma el papel de la
didáctica innovadora en el fortalecimiento de
las habilidades emocionales y académicas de
los estudiantes. El hecho de que la tutoría entre
pares y las prácticas de mindfulness sean las
estrategias menos comunes utilizadas, señala la
necesidad de ampliar las estrategias
pedagógicas para abordar al ser completo, no
solo al intelecto. En este sentido, estudios
recientes enfatizan la importancia de
intervenciones sostenidas y sistemáticas de
mindfulness y reflexión metacognitiva,
destacando que tales intervenciones breves
diarias mejoran significativamente la
autorregulación y la concentración (Lin et al.,
2025; Malboeuf et al., 2024). Asimismo, la
estimulación positiva entre la inteligencia
emocional, las estrategias pedagógicas y el
rendimiento académico respaldan la hipótesis
de que el desarrollo socioemocional incide no
solo en el bienestar del estudiante, sino que
también impacta en el desempeño académico.
El aumento del promedio académico actual en
relación al anterior, si bien modesto, es un
indicador de que la fusión de la educación
emocional con prácticas pedagógicas
innovadoras en educación primaria y secundaria
va teniendo un efecto acumulativo en el
aprendizaje. Estos hallazgos se articulan con
relatos de clase documentados en programas
denominados Leader in Me o RULER, que han
alcanzado mejoras en la motivación y el
rendimiento en contextos de aula (Bergin et al.,
2024; Gualda et al., 2023).
Los hallazgos de esta son particularmente
significativos en el contexto actual de la
educación, que se enfrenta a la huella de la
digitalización, la interculturalidad, y la
dimensión del bienestar socioemocional debido
a los efectos de la pandemia. La evidencia se
alinea con la postulación de instituciones y
políticas educativas que abogan por la inclusión
del desarrollo socioemocional en los currículos,
no como un elemento aditivo y aislado, sino que
como parte estructural de la formación integral.
Asimismo, las metodologías activas, así como
el uso de tecnologías interactivas requieren un
telón de fondo de diseño pedagógico sólido, de
sentido cultural, para prevenir que la innovación
se quede en lo superficial (Romero et al., 2024;
Rodríguez y Pedraza, 2024). Los resultados
demuestran que el fortalecimiento de la
inteligencia emocional a través de estrategias
pedagógicas innovadoras, responde a las
necesidades de la educación básica
contemporánea. Este enfoque, en el contexto
del siglo XXI, enriquece el aprendizaje integral
al transformarlo, ya su vez, contribuye a la
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construcción de comunidades educativas más
empáticas y resilientes.
Propuesta Didáctica
La propuesta didáctica titulada “Aprender con
Emociones: Potenciando la Inteligencia
Emocional para Mejorar el Rendimiento
Académico” está dirigida a estudiantes de sexto
grado y se plantea con una duración sugerida de
seis semanas, organizadas en doce sesiones de
ochenta minutos cada una. Surge de la
necesidad de responder a los marcos educativos
actuales, los cuales promueven un aprendizaje
integral en el que la dimensión socioemocional
se articula con el desarrollo académico. A partir
de la evaluación diagnóstica realizada, se
identificó que los estudiantes poseen un nivel
moderado a alto de inteligencia emocional, con
fortalezas en aspectos como la motivación y la
autorregulación, pero con carencias en empatía
y habilidades sociales. Este diagnóstico justifica
la integración de estrategias innovadoras como
el aprendizaje cooperativo, la dramatización, la
tutoría entre pares, la atención plena y el uso de
recursos digitales, con el fin de fortalecer tanto
el rendimiento académico como las
competencias socioemocionales.
El objetivo general de la propuesta es potenciar
la inteligencia emocional de los estudiantes
mediante estrategias de enseñanza innovadoras
que contribuyan al mejoramiento del
rendimiento académico y al fortalecimiento del
clima en el aula. De manera específica, se busca
desarrollar la autoconciencia y la regulación
emocional a través de ejercicios reflexivos y
prácticas de mindfulness, fomentar la empatía y
la colaboración mediante dramatizaciones,
tutorías entre pares y proyectos cooperativos,
garantizar el uso de recursos digitales
interactivos que respalden el aprendizaje
significativo y contextualizado, y promover la
adopción de metas personales y académicas
mediante hábitos de estudio y motivación
intrínseca. Las competencias que se pretenden
desarrollar abarcan tanto el ámbito
socioemocional como el cognitivo y el
transversal. En lo socioemocional se pretende
fortalecer la autoconciencia, la autorregulación,
la empatía, las habilidades sociales y la
motivación hacia el aprendizaje. En lo cognitivo
se busca estimular la comprensión lectora, la
resolución de problemas matemáticos y el
pensamiento crítico, mientras que en lo
transversal se trabajará el desarrollo del trabajo
colaborativo, la comunicación asertiva, el uso
responsable de las TIC y la creatividad.
La metodología está basada en un enfoque
activo, participativo y sociocrítico, en el que el
docente actúa como mediador y facilitador.
Entre los métodos principales se incluyen el
aprendizaje cooperativo con equipos
organizados y roles asignados, la dramatización
y el role-playing como formas de expresar y
regular emociones, la práctica breve de
mindfulness a través de la respiración
consciente y la atención plena al inicio o cierre
de las clases, la tutoría entre pares como
estrategia de apoyo académico y emocional, y
el empleo de recursos digitales como
plataformas interactivas, videos y narrativas
digitales. En cuanto a la secuencia de
actividades, se proponen diferentes dinámicas
que ejemplifican la estructura de las sesiones.
En la primera, los estudiantes reconocen sus
emociones a través de un ejercicio de
respiración consciente, juegos de identificación
emocional y una breve producción reflexiva. En
la segunda, se recurre a la lectura de narraciones
digitales con dilemas emocionales que se
dramatizan en pequeños grupos, seguidas de un
debate guiado sobre la resolución empática de
conflictos. La tercera sesión promueve el
trabajo en equipo mediante un reto matemático
cooperativo, en el que se asignan roles de
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liderazgo, motivación, registro y vocería, y al
final se realiza una reflexión grupal. La cuarta
sesión está orientada a la construcción de metas
académicas, donde cada estudiante diseña un
plan personal utilizando recursos digitales como
Canva o Genially y posteriormente comparte
sus reflexiones en un círculo de palabra. Las
sesiones posteriores continúan alternando
actividades que vinculan contenidos
académicos con el fortalecimiento
socioemocional.
Para la implementación se prevé el uso de
recursos como narrativas digitales creadas en
Genially, Canva o Pixton, tarjetas de
emociones, papelógrafos, cartulinas,
dispositivos electrónicos con acceso a internet,
videos breves de mindfulness para niños y aulas
virtuales destinadas al registro y la reflexión. La
evaluación combina técnicas formativas y
sumativas. De forma continua, se aplican listas
de verificación para observar la participación y
la autogestión, rúbricas para valorar
dramatizaciones y proyectos grupales, y
autoevaluaciones emocionales al inicio y cierre
de las sesiones. De manera sumativa, se
comparan los promedios académicos antes y
después de la propuesta, se aplica un
cuestionario tipo Likert para valorar la utilidad
percibida de las estrategias y se promueve la
redacción de un diario reflexivo estudiantil. En
conclusión, la integración de lo académico y lo
emocional en el contexto educativo
contemporáneo se constituye en un verdadero
desafío que exige innovación metodológica. La
presente propuesta busca que el aula se
transforme en un espacio de aprendizaje y
bienestar, capaz de formar estudiantes
motivados, empáticos y resilientes que no solo
alcancen logros académicos, sino que también
fortalezcan sus competencias socioemocionales
para la vida.
Conclusiones
Para comenzar, un hallazgo notorio señala que
la inteligencia emocional es un componente
estructural y clave dentro del rendimiento
académico en la educación básica. Las
dimensiones de motivación y autorregulación
fueron las que más se destacaron, lo que
muestra que los estudiantes tienen ecos
sistémicos emocionales que potencian la
perseverancia y la capacidad de atención hacia
el reenfoque. Por otro lado, la empatía
comunicativa presentó variabilidad y atención
diferenciada, lo que requiere el rediseño de la
educación socio emocional que busca el
entendimiento y la importancia de las
emociones de los demás. Como segundo
hallazgo, la validez de la incorporación de
recursos pedagógicos contemporáneos se
manifiesta como un medio efectivo de
fortalecimiento en las competencias
emocionales y académicas. Dentro de las
prácticas más valoradas se encuentran los
recursos de aprendizaje en equipo y el
aprendizaje mediante el uso de herramientas
tecnológicas, mientras que la tutoría entre pares
y las dinámicas de mindfulness que promueven
la atención plena quedan en un uso poco
frecuente, que destaca la necesidad de mayor
atención hacia la enseñanza de la empatía y
autorregulación y en el fortalecimiento del
bienestar.
En tercer lugar, a partir de los resultados de la
encuesta, hay una valoración positiva entre el
aumento de la inteligencia emocional y la
mejora del rendimiento académico. El aumento,
aunque modesto, en el promedio académico
actual en comparación con el promedio anterior,
sugiere que la combinación de la educación
emocional y las estrategias de enseñanza
innovadoras está ayudando hacia un aprendizaje
más profundo y sostenido. Además, se ha
verificado que el clima del aula, desde la
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perspectiva de los estudiantes, es generalmente
positivo, lo que nos permite concluir que la
inclusión de estrategias socioemocionales en la
práctica docente se relaciona no solo con el
logro académico, sino también con el clima
escolar y el sentido de pertenencia de los
estudiantes al grupo. Finalmente, los hallazgos
subrayan la necesidad de ver la inteligencia
emocional, en el contexto actual de la educación
primaria que se define por la presencia de
tecnología, la diversidad cultural y la necesidad
de centrarse en la salud socioemocional a raíz
de la pandemia, no como un complemento
periférico, sino más bien, como un elemento
fundamental y estructural del currículo escolar.
Su incorporación a través de marcos de
enseñanza activa, relevantes para el contexto y
culturalmente relevantes, ayuda a cultivar
estudiantes más resilientes, motivados y
empáticos, capaces de enfrentar los desafíos del
siglo XXI.
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