Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 153
EFECTOS DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL DESARROLLO DE LA EMPATÍA
EN ESTUDIANTES DE PRIMARIA DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL
EFFECTS OF EMOTIONAL EDUCATION ON THE DEVELOPMENT OF EMPATHY IN
PRIMARY SCHOOL STUDENTS IN THE CITY OF GUAYAQUIL
Autores: ¹Margarita Silvana Guerra Viana, ²Omayra Lisbet Intriago Arévalo, ³Ana Cristina
Jiménez Zapata y
4
Ana Elizabeth Vargas Vera.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0007-5770-370X
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0009-8409-6065
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0000-9671-6959
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0009-0004-4436-3724
¹E-mail de contacto: mguerrav4@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: ointriagoa@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: ajimenezz2@unemi.edu.ec
4
E-mail de contacto:
avargasv@unemi.edu.ec
Afiliación: ¹*²*³*
4
*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 25 de Octubre del 2025
Artículo revisado: 27 de Octubre del 2025
Artículo aprobado: 1 de Noviembre del 2025
¹Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4
Licenciada en Ciencias de la Educación, mención Educación Básica; graduada en la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador). Magíster
en Educación, mención Orientación Educativa; graduada en la Universidad Nacional de Educación (Ecuador). Doctorante en Educación,
mención Pedagogía en la Universidad de Panamá, (Panamá).
Resumen
El presente estudio tiene como objetivo
identificar los efectos de la educación
emocional en el desarrollo de la empatía en
estudiantes de primaria de la ciudad de
Guayaquil durante el año lectivo 2025-2026.
Se abordaron tres objetivos específicos:
evaluar el impacto de la comprensión cognitiva
en la empatía personal, analizar el efecto de la
conciencia espiritual en la empatía emocional
social y determinar la influencia de la
regulación afectiva en la empatía altruista. La
investigación se basa en un enfoque
cuantitativo, con una muestra aleatoria de 20
estudiantes, y se utilizó un cuestionario
estructurado para medir las competencias
socioemocionales en tres dimensiones:
cognitiva, emocional y social. Los resultados
indican que la educación emocional tiene un
impacto positivo en el desarrollo de la empatía,
con un 41.2% de los estudiantes observando un
alto nivel de impacto. A través de la
comprensión cognitiva, los estudiantes
mostraron una mayor capacidad para reconocer
y comprender las emociones ajenas. En cuanto
a la conciencia espiritual, se evidenció un
efecto moderado en la empatía emocional
social, mientras que la regulación afectiva
demostró una moderada influencia en la
empatía altruista. Los hallazgos sugieren que,
aunque los programas de educación emocional
son efectivos, es necesario adaptar las
intervenciones para maximizar los beneficios
para todos los estudiantes. Este estudio destaca
la importancia de fortalecer la educación
emocional en el currículo escolar,
especialmente en contextos como el de
Guayaquil, donde las competencias
socioemocionales aún requieren atención y
desarrollo.
Palabras clave: Educación emocional,
Empatía, Comprensión cognitiva,
Conciencia espiritual, Regulación afectiva.
Abstract
The present study aims to identify the effects of
emotional education on the development of
empathy in primary school students in the city
of Guayaquil during the 2025-2026 school
year. Three specific objectives were addressed:
to evaluate the impact of cognitive
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understanding on personal empathy, to analyze
the effect of spiritual awareness on social
emotional empathy, and to determine the
influence of affective regulation on altruistic
empathy. The research is based on a
quantitative approach, with a random sample of
20 students, and a structured questionnaire was
used to measure socio-emotional competencies
across three dimensions: cognitive, emotional,
and social. The results indicate that emotional
education has a positive impact on the
development of empathy, with 41.2% of
students observing a high level of impact.
Through cognitive understanding, students
showed a greater ability to recognize and
understand others' emotions. Regarding
spiritual awareness, a moderate effect on social
emotional empathy was evidenced, while
affective regulation showed a moderate
influence on altruistic empathy. The findings
suggest that while emotional education
programs are effective, it is necessary to adapt
interventions to maximize benefits for all
students. This study highlights the importance
of strengthening emotional education in the
school curriculum, especially in contexts like
Guayaquil, where socio-emotional
competencies still require attention and
development.
Keywords: Emotional education, Empathy,
Cognitive understanding, Spiritual
awareness, Affective regulation.
Sumário
O presente estudo tem como objetivo identificar
os efeitos da educação emocional no
desenvolvimento da empatia em alunos do
ensino fundamental da cidade de Guayaquil
durante o ano letivo de 2025-2026. Foram
abordados três objetivos específicos: avaliar o
impacto da compreensão cognitiva na empatia
pessoal, analisar o efeito da consciência
espiritual na empatia emocional social e
determinar a influência da regulação afetiva na
empatia altruísta. A pesquisa é baseada em uma
abordagem quantitativa, com uma amostra
aleatória de 20 alunos, e foi utilizado um
questionário estruturado para medir as
competências socioemocionais em três
dimensões: cognitiva, emocional e social. Os
resultados indicam que a educação emocional
tem um impacto positivo no desenvolvimento
da empatia, com 41,2% dos alunos observando
um alto nível de impacto. Por meio da
compreensão cognitiva, os alunos
demonstraram maior capacidade de reconhecer
e compreender as emoções dos outros. Em
relação à consciência espiritual, foi evidenciado
um efeito moderado na empatia emocional
social, enquanto a regulação afetiva demonstrou
uma influência moderada na empatia altruísta.
Os achados sugerem que, embora os programas
de educação emocional sejam eficazes, é
necessário adaptar as intervenções para
maximizar os benefícios para todos os alunos.
Este estudo destaca a importância de fortalecer
a educação emocional no currículo escolar,
especialmente em contextos como o de
Guayaquil, onde as competências
socioemocionais ainda requerem atenção e
desenvolvimento.
Palavras-chave: Educação emocional,
Empatia, Compreensão cognitiva,
Consciência espiritual, Regulação afetiva.
Introducción
En España, un estudio realizado en 2021 por la
Universidad de Salamanca reveló que el 60% de
los estudiantes de secundaria tienen dificultades
para identificar y gestionar sus emociones. Esta
deficiencia emocional se atribuye a la falta de
programas de educación emocional
estructurados en las escuelas. A su vez, un 40%
de los estudiantes afirmaron sentirse
emocionalmente desconectados de sus
compañeros, lo que incrementa los conflictos en
el aula (Rodríguez et al., 2021). En Italia, un
artículo publicado en 2023 en Frontiers in
Psicología destaca que el 70% de los niños en
edad escolar primaria experimentan dificultades
en la expresión y comprensión de sus
emociones, lo que afecta sus interacciones
sociales y convivencia escolar. Las
investigaciones mostraron que la
implementación de programas emocionales en
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las escuelas resultó en una mejora significativa
en la empatía y la regulación emocional de los
estudiantes (Luzzi et al., 2023). En Rusia, la
OECD (2021) reportó que más del 50% de los
estudiantes de educación básica presentan
deficiencias en habilidades socioemocionales
como la empatía el estudio señaló que solo el
40% de las escuelas rusas implementan de
manera consistente programas de aprendizaje
socioemocional (OECD, 2021).
En Argentina, un estudio en el 2025 evidenció
que el 65% de los estudiantes de primaria tienen
problemas para manejar conflictos debido a una
falta de habilidades socioemocionales. Los
investigadores concluyeron que los programas
de educación emocional implementados en
algunas escuelas han mejorado la capacidad de
los estudiantes para gestionar sus emociones y
mejorar las relaciones interpersonales
(González y Pérez, 2025). En Perú, un estudio
realizado en 2022 por la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos mostró que el 72% de los
estudiantes de primaria presentan problemas de
regulación emocional, lo que provoca altos
niveles de estrés en el aula. El estudio concluyó
que la formación docente en habilidades
socioemocionales es fundamental para reducir
estos problemas. En Colombia, un artículo de
2023 indicó que el 60% de los estudiantes de
primaria tienen dificultades para identificar las
emociones ajenas, lo que afecta sus habilidades
empáticas. El mismo estudio destacó que las
escuelas que implementan programas de
educación emocional han experimentado una
mejora en la empatía y resolución de conflictos
entre los estudiantes (Gómez et al., 2023).
En Guayaquil, en varias instituciones
educativas de primaria, se ha observado que los
estudiantes enfrentan dificultades significativas
en el manejo y expresión de sus emociones. Los
docentes han notado que los estudiantes tienen
problemas para identificar y comprender tanto
sus propias emociones como las de sus
compañeros. Este déficit en el desarrollo
emocional se manifiesta en situaciones de
conflicto constante dentro del aula, donde los
estudiantes recurren a respuestas impulsivas o
agresivas al enfrentar situaciones que requieren
de regulación emocional. Además, la falta de
programas estructurados de educación
emocional en las escuelas contribuye a una
escasa empatía entre los estudiantes, quienes a
menudo no logran ponerse en el lugar del otro
ni gestionar las emociones que surgen en sus
interacciones diarias. Esto crea un ambiente
escolar cargado de malentendidos y dificultades
en las relaciones interpersonales, afectando
tanto el ambiente de convivencia como el
rendimiento académico. La carencia de
herramientas adecuadas para la resolución
pacífica de conflictos dentro del aula también ha
sido una observación recurrente.
Bisquerra (2021) la educación socioemocional
se define como un proceso de aprendizaje que
permite a los individuos desarrollar habilidades
para reconocer, comprender, manejar y expresar
sus emociones de manera adecuada, tanto en
contextos personales como sociales. Este tipo
de educación promueve el bienestar y la
convivencia, ayudando a los estudiantes a
afrontar de manera efectiva los retos
emocionales y sociales de la vida cotidiana.
Jiménez y Gómez (2021) la educación
socioemocional es un enfoque integral que
busca el desarrollo de competencias
emocionales, cognitivas y sociales en los
estudiantes. Esta formación permite a los
individuos no solo gestionar sus emociones,
sino también desarrollar la empatía, la
resiliencia y habilidades interpersonales
esenciales para su bienestar social y académico.
Ríos y Paredes (2022) la educación
socioemocional se refiere a la enseñanza y
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aprendizaje de competencias emocionales que
facilitan la interacción positiva con los demás,
promoviendo el autoconocimiento y la
autorregulación emocional. Este tipo de
educación fomenta la empatía, mejora la
resolución de conflictos y contribuye a la
creación de un ambiente de aprendizaje más
armónico y respetuoso. El modelo teórico de
Calisto et al. (2022) resalta tres dimensiones
fundamentales en la educación socioemocional:
cognitiva, espiritual y afectiva. Estas
dimensiones se entrelazan para fomentar el
desarrollo integral de los estudiantes, no solo en
el ámbito académico, sino también en su
capacidad para gestionar emociones, establecer
valores y conectar con los demás. A través de
este enfoque, los estudiantes pueden mejorar su
toma de decisiones, fortalecer su bienestar
emocional, y ser más empáticos y resilientes
frente a los retos de la vida diaria.
Álvarez et al. (2022) definen la dimensión
cognitiva de la educación socioemocional como
la capacidad de los estudiantes para procesar
información, tomar decisiones y resolver
problemas de manera efectiva. Esta dimensión
implica utilizar habilidades cognitivas para
analizar situaciones, evaluar opciones y
anticipar consecuencias, lo que impacta
directamente en la toma de decisiones y la
resolución de conflictos. Aranguren (2023)
señala que la dimensión espiritual en la
educación socioemocional está relacionada con
la búsqueda de significado y propósito en la
vida, así como con la conexión con valores
trascendentales. Fomenta el autoconocimiento
y la reflexión ética, promoviendo competencias
emocionales y éticas que son fundamentales
para el bienestar integral de los estudiantes.
Macías (2022) explica que la dimensión
afectiva en la educación socioemocional se
centra en el desarrollo de la autorregulación
emocional, la empatía y la capacidad para
establecer relaciones interpersonales
saludables. Implica la percepción del control
emocional, la persistencia y la atribución de
sentido al aprendizaje, aspectos esenciales para
el bienestar emocional y el éxito académico de
los estudiantes.
Según Embse y Jiménez (2021) la organización
Collaborative for Academic, Social, and
Emotional Learning (CASEL) desarrolló en
1994 un modelo integral que destaca cinco
competencias esenciales en la educación
socioemocional: autoconocimiento,
autorregulación, conciencia social, habilidades
interpersonales y toma de decisiones
responsables. Este enfoque se centra en la
enseñanza y práctica intencionada de estas
competencias, con el fin de mejorar tanto el
bienestar emocional como el rendimiento
académico de los estudiantes. Esta teoría se
conecta estrechamente con el tema de
investigación, ya que la implementación de
programas que fortalezcan las competencias
socioemocionales en los estudiantes de primaria
en Guayaquil puede facilitar el desarrollo de la
empatía. Al promover habilidades como el
autoconocimiento y la conciencia social, los
estudiantes no solo mejoran su bienestar
emocional, sino que también desarrollan una
mayor capacidad para comprender y
relacionarse con las emociones ajenas. Este
proceso refuerza la empatía, un componente
clave en la educación socioemocional,
favoreciendo la creación de un entorno escolar
más colaborativo y afectivo. Según Herrada
(2023) la Teoría de la Autodeterminación
(TAD) de Deci y Ryan, formulada en 1985,
sostiene que la motivación y el bienestar
humanos dependen de la satisfacción de tres
necesidades psicológicas esenciales:
autonomía, competencia y relación. En el
ámbito educativo, esta teoría plantea que los
estudiantes experimentan un aumento en su
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motivación intrínseca y bienestar general
cuando sienten que tienen control sobre sus
acciones (autonomía), perciben que son capaces
y eficaces en lo que hacen (competencia), y
establecen vínculos significativos con los
demás (relación). Esto sugiere que los entornos
educativos que favorecen estas necesidades
contribuyen al desarrollo emocional y social
óptimo de los estudiantes.
Esta teoría está estrechamente vinculada con el
tema de investigación, ya que la
implementación de programas de educación
emocional que promuevan la autonomía,
competencia y relación en los estudiantes de
primaria de Guayaquil podría facilitar el
desarrollo de la empatía. Al satisfacer estas
necesidades psicológicas, los estudiantes no
solo mejoran su bienestar emocional, sino que
también desarrollan una mayor capacidad para
comprender y conectarse con las emociones de
los demás, lo que favorece una mayor empatía
y crea un entorno escolar más armónico y
colaborativo. De acuerdo a Rahman (2025), la
Teoría Ecológica de Bronfenbrenner (1979)
resalta la influencia de los diversos entornos en
los que un individuo se desarrolla, como la
familia, la escuela y la comunidad. Esta teoría
subraya que el desarrollo de los individuos no
ocurre en un vacío, sino que está profundamente
influenciado por las interacciones dentro de
estos entornos sociales. Cada uno de estos
sistemas, desde los más cercanos como el
familiar, hasta los más amplios como la
comunidad, juega un papel crucial en el
desarrollo emocional y social de los individuos.
En el contexto de la educación socioemocional
(ESE), esta teoría destaca la importancia de
considerar los contextos sociales y culturales en
los que los estudiantes están inmersos. Estos
factores tienen un impacto directo en su
desarrollo socioemocional, por lo que, al crear
un entorno educativo que reconozca y adapte
estas influencias, se puede facilitar de manera
más efectiva el desarrollo de habilidades clave
como la empatía. En este sentido, la educación
emocional debe ser flexible y responder a las
necesidades y realidades de los estudiantes,
especialmente en contextos específicos como el
de Guayaquil. Decety y Holvoet (2021), definen
la empatía como la capacidad de comprender la
perspectiva de otras personas y conectar con sus
emociones para interactuar con ellas desde la
sensibilidad, el respeto y la compasión. Se
destaca que, aunque los seres humanos tienen la
capacidad innata de experimentar empatía, su
desarrollo está modulado por factores como la
genética, el temperamento, el contexto y el
entorno. Su pleno ejercicio requiere
experiencia, práctica e interacciones sociales en
las que esta habilidad se modele.
Gutiérrez (2022) propone que la empatía
desempeña un papel crucial en la
autorregulación cognitiva y emocional,
facilitando la previsión de conductas
prosociales en los individuos. Esta perspectiva
resalta la importancia de la empatía en la
formación de comportamientos positivos y en la
adaptación emocional de los estudiantes.
Vásquez (2024) enfatiza que la empatía implica
la habilidad para percibir y ajustar las propias
acciones de acuerdo con las emociones de los
demás. Esta capacidad es esencial para la
inclusión efectiva de alumnos con aptitudes
sobresalientes en el ámbito escolar, ya que
permite una interacción respetuosa y
comprensiva, promoviendo un ambiente
educativo inclusivo y equitativo. De acuerdo
con el modelo teórico de Sánchez (2021) las
dimensiones de la variable empatía incluyen la
empatía personal, la empatía emocional social y
la empatía altruista. Cada una de estas
dimensiones juega un papel esencial en la forma
en que los individuos se relacionan con los
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demás y responden a sus emociones y
necesidades. En su conjunto, estas dimensiones
permiten comprender cómo los seres humanos
interactúan entre sí, respondiendo no solo a sus
propios sentimientos, sino también a los de
quienes los rodean, creando una red de
interacciones que favorecen la colaboración, la
comprensión y el apoyo mutuo.
Landaeta (2021) define la empatía personal
como la capacidad de reconocer y comprender
tanto las propias emociones como las de los
demás. Este proceso permite a los individuos
ajustar su comportamiento a las circunstancias
emocionales de sus interacciones. La empatía
personal facilita una mejor autorregulación
emocional y aumenta la capacidad para
establecer vínculos afectivos saludables. Es
fundamental para el desarrollo de la inteligencia
emocional, especialmente en ambientes
educativos. Esta dimensión mejora el bienestar
individual y la convivencia en grupo. Garrido
(2025), describe la empatía emocional social
como la habilidad de identificar y entender las
emociones de los demás, lo que permite
responder de manera adecuada y compasiva.
Esta capacidad es esencial para construir
relaciones interpersonales positivas y resolver
conflictos de forma pacífica. La empatía
emocional social promueve la cooperación y la
solidaridad dentro de los grupos, favoreciendo
un ambiente de apoyo mutuo. Además,
contribuye a la inclusión social y al desarrollo
de una mayor cohesión grupal. Es crucial en el
contexto escolar para mejorar el clima en el
aula.
Vásquez (2024) conceptualiza la empatía
altruista como la capacidad de comprender
profundamente las emociones de los demás y
actuar para ayudarles sin esperar nada a cambio.
Esta dimensión de la empatía impulsa
conductas prosociales, donde el bienestar ajeno
se coloca como prioridad. El desarrollo de la
empatía altruista está vinculado a la capacidad
de las personas para establecer relaciones
cooperativas y solidarias. Fomenta una actitud
de ayuda desinteresada, especialmente en
situaciones de sufrimiento o necesidad. Es
fundamental en el desarrollo de valores éticos y
responsables en la sociedad. De acuerdo con
Rivera (2020) la teoría de la empatía cognitiva
propuesta por Davis en 1983 sostiene que la
empatía está compuesta por dos procesos
fundamentales. El primero es el proceso
cognitivo, donde una persona comprende
intelectualmente las emociones de otra,
permitiéndole reconocer y percibir las
experiencias emocionales ajenas. El segundo
proceso es la respuesta emocional, en la que el
individuo experimenta sentimientos similares a
los de la otra persona, en la cual se subraya la
importancia de la perspectiva cognitiva en la
empatía, ya que facilita una comprensión
racional y consciente de las emociones de los
demás. Esta teoría es crucial para la educación
socioemocional, ya que promueve el desarrollo
de la empatía cognitiva en los estudiantes,
favoreciendo interacciones sociales más
empáticas y comprensivas.
De acuerdo con Rivera (2020) la teoría de la
empatía afectiva, desarrollada por Martin
Hoffman en el año 2000, sostiene que la
empatía se compone principalmente de la
respuesta emocional que una persona
experimenta ante el sufrimiento de los demás.
Esta respuesta emocional se activa de manera
automática e instintiva, lo que permite que las
personas se conecten emocionalmente con las
experiencias dolorosas o difíciles de los otros,
sin necesidad de un proceso cognitivo
complejo, en la que se destaca que diversos
factores, como la edad, el temperamento y las
experiencias previas, pueden influir en la
intensidad y la forma en que se activa esta
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respuesta emocional. Además, señala que, a
medida que las personas maduran, su capacidad
para experimentar empatía afectiva se vuelve
más matizada, ya que aprenden a regular sus
reacciones emocionales y a empatizar de
manera más profunda con los demás. De
acuerdo con Fernández (2019) la teoría de la
empatía altruista, propuesta por C. Daniel
Batson en 1991, sostiene que la empatía no solo
consiste en comprender y compartir las
emociones de los demás, sino que también
puede llevar a las personas a actuar de manera
altruista para ayudar a otros sin esperar
beneficios personales. Según Batson, cuando
una persona experimenta empatía por el
sufrimiento de otra, puede sentirse motivada a
actuar para aliviar ese sufrimiento, lo que es
esencial para el comportamiento prosocial. Esta
teoría es fundamental en el contexto de la
educación socioemocional, ya que promueve el
desarrollo de la empatía altruista, especialmente
en el ámbito escolar, donde los estudiantes
aprenden a ayudarse mutuamente. La capacidad
de actuar de manera altruista favorece el
fortalecimiento de relaciones interpersonales
positivas y un ambiente de cooperación en las
escuelas.
Además, fomentar la empatía altruista en los
estudiantes puede tener un impacto significativo
en la creación de un entorno escolar más
inclusivo y solidario. Al aprender a ponerse en
el lugar del otro y actuar desinteresadamente,
los estudiantes desarrollan habilidades clave
para la convivencia, como la tolerancia, el
respeto y la cooperación. Esto no solo mejora el
clima escolar, sino que también contribuye al
bienestar general de los estudiantes, ya que se
sienten apoyados por sus compañeros y
aprenden a valorar la importancia de ayudar a
los demás sin esperar algo a cambio. Este
enfoque promueve una cultura de cuidado y
colaboración, elementos fundamentales para
una educación socioemocional completa y
efectiva. La falta de empatía y habilidades
socioemocionales en los estudiantes es una
problemática creciente que afecta la
convivencia escolar y las relaciones
interpersonales. En un contexto social, el
desarrollo de la empatía permite a los niños
comprender mejor las emociones de los demás,
lo que fomenta una cultura de respeto y
colaboración. Según un estudio de la UNESCO
(2021) la educación socioemocional no solo
mejora el bienestar individual, sino que también
promueve la cohesión social y la resolución
pacífica de conflictos en las comunidades
educativas.
Desde una perspectiva pedagógica, la
educación emocional es clave para el desarrollo
integral de los estudiantes, ya que fortalece su
capacidad para regular sus emociones y afrontar
situaciones difíciles. Además, los estudios
indican que un entorno emocionalmente
saludable mejora el rendimiento académico, ya
que los estudiantes son más capaces de
concentrarse y participar activamente en el
aprendizaje. Según Durlak et al. (2021), los
programas de educación socioemocional
contribuyen significativamente a la mejora del
rendimiento académico y al desarrollo de
habilidades cognitivas, como la resolución de
problemas. En el ámbito práctico, la
implementación de programas de educación
emocional tiene efectos directos en la dinámica
de aula, al proporcionar herramientas que
permiten a los estudiantes gestionar sus
emociones y conflictos de manera más eficaz.
Los docentes que incorporan estas estrategias
reportan una mejora en la convivencia escolar y
en la disminución de conductas disruptivas.
Según un informe de la Organización Mundial
de la Salud (2022) los programas de educación
emocional en las escuelas han demostrado ser
eficaces para reducir la violencia escolar y
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fomentar un ambiente de aprendizaje más
inclusivo y positivo.
Este estudio es pertinente en el contexto de
Guayaquil, ya que aborda una necesidad
creciente en el sistema educativo ecuatoriano de
fortalecer las competencias socioemocionales
en los estudiantes. A pesar de que el país ha
implementado algunos programas relacionados,
aún existe una brecha significativa en la
capacitación de docentes y la integración de
estos programas en el currículo escolar. Según
un informe del Ministerio de Educación de
Ecuador (2023), la inclusión de la educación
emocional en las escuelas es esencial para
garantizar que los estudiantes desarrollen las
habilidades necesarias para afrontar los retos
personales, académicos y sociales del siglo
XXI. La pregunta de investigación de este
estudio es: ¿Cuáles son los efectos de la
educación emocional en el desarrollo de la
empatía en los estudiantes de primaria de la
ciudad de Guayaquil durante el año lectivo
2025-2026? En referencia a los objetivos se han
encaminado a: General; los efectos de la
educación emocional en el desarrollo de la
empatía en los estudiantes de primaria de la
ciudad de Guayaquil durante el año lectivo
2025-2026. Específicos; evaluar el impacto de
la comprensión cognitiva en el desarrollo de la
empatía personal; analizar el efecto de la
conciencia espiritual en el desarrollo de la
empatía emocional social; Y, determinar la
influencia de la regulación afectiva en el
desarrollo de la empatía altruista.
Materiales y Métodos
La metodología de este estudio se basa en un
enfoque cuantitativo, con el objetivo de analizar
las variables relacionadas con el desarrollo de la
empatía a través de la educación emocional en
estudiantes de primaria. El tipo de investigación
es básica, ya que busca generar conocimiento
fundamental sobre el impacto de la educación
emocional en los estudiantes, sin la intención
inmediata de una aplicación práctica. El nivel
de la investigación es transaccional descriptivo,
ya que se busca describir y observar las
relaciones entre las variables en su contexto
natural sin intervenir en las condiciones de los
participantes. El diseño de la investigación es
no experimental, debido a que no se
manipularán las variables ni se realizará un
control de las condiciones, y es transversal, ya
que se realizará un análisis de los datos en un
único momento temporal. El método empleado
será analítico, lo que permite descomponer y
examinar las distintas variables e indicadores de
la empatía y las competencias socioemocionales
en los estudiantes, para comprender cómo se
desarrollan e influyen entre sí. A través de este
enfoque, se podrán obtener datos numéricos
detallados que contribuyan a una mejor
comprensión del impacto de la educación
emocional en los estudiantes de primaria de
Guayaquil.
La población de este estudio está constituida por
200 estudiantes de primaria de la institución
educativa seleccionada. Para este estudio, se
tomará una muestra de 20 estudiantes mediante
un muestreo aleatorio simple, lo que asegura
que todos los estudiantes tengan la misma
probabilidad de ser incluidos en la muestra y
garantiza la representatividad de los resultados.
Se utilizarán indicadores clave para medir las
competencias socioemocionales de los
estudiantes, los cuales se agrupan en tres
dimensiones fundamentales: la dimensión
cognitiva, la dimensión emocional y la
dimensión social. En la dimensión cognitiva, se
evaluarán indicadores como el razonamiento
lógico, memoria de trabajo, pensamiento crítico
y resolución de problemas. En la dimensión
emocional, se medirán aspectos como
conciencia de uno mismo, sentido de
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trascendencia, propósito de vida, gestión
emocional, empatía, resiliencia emocional y
autoaceptación. Por último, la dimensión social
incluirá indicadores como el reconocimiento de
perspectivas ajenas, comprensión de
pensamientos y sentimientos de otros, escucha
activa, capacidad de adaptación emocional,
respuesta emocional a las emociones de otros,
conexión emocional con las experiencias de los
demás, apoyo emocional en grupo, adaptación
emocional en situaciones sociales, motivación
para ayudar a aliviar el sufrimiento ajeno,
generosidad emocional y actitud proactiva en
situaciones sociales.
El instrumento principal para la recolección de
datos será un cuestionario de 30 preguntas,
diseñado específicamente para evaluar los
indicadores mencionados. Además, se empleará
una lista de cotejo para validar las respuestas y
garantizar que se cumplan los objetivos de la
investigación. El cuestionario estará
estructurado en secciones que corresponden a
cada una de las dimensiones de la empatía y las
competencias socioemocionales, lo que
permitirá un análisis detallado de cada área de
desarrollo. En cuanto a los aspectos éticos, se
garantizará que todos los participantes reciban
información clara y comprensible sobre los
objetivos del estudio y se le asegure su derecho
a la confidencialidad. La participación será
completamente voluntaria, y se les informará
que pueden retirarse del estudio en cualquier
momento sin que esto afecte su desempeño
académico. La información recolectada será
manejada de manera confidencial, respetando la
privacidad de los participantes. Además, se
explicará que su participación no tendrá
repercusiones en su rendimiento escolar y que
los datos serán utilizados exclusivamente con
fines de investigación. A continuación, se
presentan los principales resultados obtenidos
en el estudio:
Resultados y Discusión
Objetivo específico 1: Evaluar el impacto de
la comprensión cognitiva en el desarrollo de
la empatía personal
Tabla 1. Objetivo específico 1
Ítem
N.
n.
Siempre (alto)
A veces (medio)
n.
Nunca (bajo)
1
20
5
20
9
56
6
24
2
20
9
36
9
56
2
8
3
20
9
48
6
32
5
20
4
20
10
60
8
32
2
8
5
20
5
20
8
52
7
28
16
20
5
40
7
28
8
32
17
20
9
52
7
28
4
20
18
20
7
36
6
36
7
28
19
20
6
24
7
28
7
48
20
20
5
32
8
40
7
28
Total
36.8
Total
38.8
Total
24.4
Fuente: elaboración propia
El análisis de los datos obtenidos revela que un
36.8% de los estudiantes considera que la
comprensión cognitiva tiene un impacto
constante y alto en el desarrollo de su empatía
personal. Este porcentaje indica que, para una
porción significativa de los estudiantes, la
comprensión cognitiva juega un papel crucial y
continuo en su habilidad para conectar
emocionalmente con los demás. Este hallazgo
respalda lo que González et al. (2022)
mencionan, en el sentido de que una mayor
comprensión de las emociones y situaciones de
los otros puede facilitar la empatía, al permitir
que los estudiantes comprendan mejor los
puntos de vista ajenos y respondan de manera
emocionalmente adecuada. Por otro lado, un
38.8% de los estudiantes seleccionó la opción
"A veces (medio)", lo que sugiere que la
comprensión cognitiva tiene un impacto
ocasional en la empatía personal. Esto implica
que la relación entre cognición y empatía no es
constante para todos los estudiantes, y que
puede depender de factores contextuales o
emocionales. Según Martínez (2021), las
emociones y el contexto social juegan un papel
fundamental en la empatía, ya que los
estudiantes no solo necesitan comprender
intelectualmente las situaciones emocionales de
los demás, sino también conectar
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emocionalmente en el momento adecuado. Esto
podría explicar por qué algunos estudiantes solo
perciben la influencia cognitiva en momentos
específicos. Finalmente, un 24.4% de los
estudiantes respondió que la comprensión
cognitiva no tiene impacto en su empatía,
seleccionando la opción "Nunca (bajo)". Este
porcentaje destaca que, para una porción
significativa de los estudiantes, la cognición no
está relacionada con el desarrollo de la empatía.
Ruiz et al. (2023) argumentan que, si bien la
comprensión cognitiva puede ser importante,
factores emocionales y contextuales, como las
experiencias previas o el ambiente social,
también influyen en la empatía. En este caso, es
posible que algunos estudiantes necesiten una
mayor conexión emocional o un entorno social
adecuado para desarrollar su capacidad
empática, independientemente de su
comprensión cognitiva. Además, Sánchez et al.
(2022) destacan que la empatía también se ve
influenciada por la capacidad de los estudiantes
para gestionar sus propias emociones y por el
apoyo social que reciben, lo que refuerza la idea
de que la cognición no es el único factor
determinante en el desarrollo de la empatía.
Objetivo específico 2: Analizar el efecto de la
conciencia espiritual en el desarrollo de la
empatía emocional social.
Tabla 2. Objetivo específico 2
Ítem
n.
Siempre (alto)
n.
A veces (medio)
n.
Nunca (bajo)
6
9
28
7
52
4
20
7
9
40
6
36
5
24
8
9
48
6
40
5
12
9
5
48
11
36
4
16
10
9
48
7
40
4
12
21
7
48
6
40
7
12
22
6
44
11
48
3
16
23
8
36
8
36
4
28
24
8
44
5
32
7
24
25
8
48
7
36
5
16
Total
43.2
Total
39.6
Total
18
Fuente: elaboración propia
El análisis de los datos obtenidos revela que un
43.2% de los estudiantes considera que la
conciencia espiritual tiene un alto impacto
constante en su desarrollo de la empatía
emocional social. Este resultado sugiere que
una porción significativa de los estudiantes
percibe la espiritualidad como un factor
esencial para conectar emocionalmente con los
demás, favoreciendo su capacidad para
comprender las emociones ajenas de manera
profunda. Según Rojas y Salazar (2021), la
conciencia espiritual fomenta una mayor
apertura emocional y una conexión más
profunda con las experiencias de los demás, lo
que facilita el desarrollo de la empatía en los
individuos. Por otro lado, un 39.6% de los
estudiantes indicó que la conciencia espiritual
tiene un impacto moderado o intermitente en su
empatía, lo que sugiere que la influencia de la
espiritualidad no es constante y depende del
contexto o de las circunstancias específicas.
Este dato refuerza la idea de que la
espiritualidad, aunque importante, no siempre
se manifiesta de manera uniforme en todas las
situaciones. Sánchez et al. (2022) sostienen que
la espiritualidad puede tener un impacto
variable en las personas, dependiendo de su
nivel de involucramiento emocional y de los
contextos sociales en los que se encuentren. Es
posible que algunos estudiantes experimenten
una mayor influencia espiritual en momentos de
introspección o en situaciones que requieren
una conexión emocional más profunda.
Finalmente, un 18% de los estudiantes
seleccionó la opción "Nunca (bajo)", lo que
refleja que una minoría significativa de los
estudiantes no percibe que la conciencia
espiritual tenga impacto en su empatía
emocional social. Este resultado sugiere que,
para algunos, otros factores, como el entorno
social o las experiencias previas, pueden ser
más relevantes que la espiritualidad en el
desarrollo de la empatía. Según Gutiérrez y
González (2023), aunque la espiritualidad
puede ser beneficiosa para algunos, el contexto
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emocional y las experiencias vividas en el día a
día tienen una influencia mucho más directa
sobre las capacidades empáticas, especialmente
en un entorno educativo. A pesar de que la
mayoría de los estudiantes (82.8%)
experimentan algún nivel de impacto de la
conciencia espiritual en su empatía, es evidente
que esta relación no es homogénea. Como
indican López y Martínez (2021), el desarrollo
de la empatía es un proceso multifactorial, y la
espiritualidad es solo uno de los elementos que
puede contribuir a una mayor conexión
emocional con los demás, junto con otros
factores como la educación emocional, la
interacción social y las vivencias personales.
Objetivo específico 3: Determinar la
influencia de la regulación afectiva en el
desarrollo de la empatía altruista
Tabla 3. Objetivo específico 3.
Ítem
N.
n.
Siempr
e (alto)
n.
A veces
(medio
)
n.
Nunca
(bajo)
11
20
7
40
6
35
7
15
12
20
7
36
5
28
8
36
13
20
10
60
8
32
2
8
14
20
7
44
1
3
12
53
15
20
8
32
13
52
4
16
26
20
6
40
8
36
6
24
27
20
5
44
10
40
5
16
28
20
7
36
10
52
3
12
29
20
10
60
7
28
3
12
30
20
9
44
8
36
3
20
Total
43.6
Tota
l
34.2
Tota
l
21.2
Fuente: elaboración propia
El análisis de los datos muestra que un 43.6%
de los estudiantes muestran que la regulación
afectiva tiene un impacto alto y constante en su
desarrollo de la empatía altruista. Este resultado
indica que una proporción significativa de los
estudiantes percibe la capacidad de regular sus
emociones como un factor clave en su habilidad
para ser empáticos y altruistas. Para estos
estudiantes, la regulación emocional parece ser
fundamental para poder conectar con las
emociones de los demás y responder de manera
adecuada. Vargas et al. (2021), afirman que las
personas con una alta capacidad para regular sus
emociones son más propensas a tener
interacciones empáticas y altruistas, ya que
pueden manejar mejor sus propias reacciones
emocionales, lo que les permite enfocarse en las
necesidades de los demás. Martínez y Sánchez
(2022), también destacan que la regulación
afectiva no solo facilita la comprensión de las
emociones ajenas, sino que también permite una
respuesta adecuada en situaciones sociales,
fortaleciendo así los vínculos de empatía y
altruismo. Un 34.2% de los estudiantes
muestran que la regulación afectiva tiene un
impacto moderado en su empatía altruista,
dependiendo del contexto y la situación. Este
porcentaje refleja que la regulación emocional
no siempre es un factor constante para todos los
estudiantes; su impacto puede variar según el
momento o las circunstancias. La regulación
emocional parece tener un impacto más
relevante en situaciones en las que los
estudiantes se enfrentan a emociones intensas o
desafiantes. López y Rodríguez (2022) destacan
que la influencia de la regulación emocional
sobre la empatía no es automática ni uniforme,
y que factores contextuales y sociales juegan un
papel crucial en la activación de las habilidades
empáticas en diferentes situaciones.
Finalmente, un 21.2% de los estudiantes
muestran que la regulación afectiva no tiene
impacto en su empatía altruista, lo que indica
que una porción significativa no observa una
conexión entre estas dos variables. Este
porcentaje sugiere que, para estos estudiantes,
otros factores podrían ser más determinantes en
el desarrollo de la empatía altruista, como el
contexto social, la educación emocional
recibida o incluso la influencia de modelos de
comportamiento en su entorno cercano.
González y Pérez (2023), afirman que, aunque
la regulación afectiva es importante, factores
como el apoyo social y el aprendizaje de valores
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altruistas en la familia o la comunidad también
son fundamentales para el desarrollo de la
empatía.
Objetivo general: Identificar los efectos de la
educación emocional en el desarrollo de la
empatía en los estudiantes de primaria de la
ciudad de Guayaquil durante el o lectivo
2025-2026
Tabla 4. Objetivo general
Íte
m
N.
n.
Siempre
(alto)
n.
A veces
(medio)
n.
Nunca
(bajo)
1
20
5
20
9
56
6
24
2
20
9
36
9
56
2
8
3
20
9
48
6
32
5
20
4
20
10
60
8
32
2
8
5
20
5
20
8
52
7
28
6
20
9
28
7
52
4
20
7
20
9
40
6
36
5
24
8
20
9
48
6
40
5
12
9
20
5
48
11
36
4
16
10
20
9
48
7
40
4
12
11
20
7
40
6
35
7
15
12
20
7
36
5
28
8
36
13
20
10
60
8
32
2
8
14
20
7
44
1
3
12
53
15
20
8
32
13
52
4
16
16
20
5
40
7
28
8
32
17
20
9
52
7
28
4
20
18
20
7
36
6
36
7
28
19
20
6
24
7
28
7
48
20
20
5
32
8
40
7
28
21
20
7
48
6
40
7
12
22
20
6
44
11
48
3
16
23
20
8
36
8
36
4
28
24
20
8
44
5
32
7
24
25
20
8
48
7
36
5
16
26
20
6
40
8
36
6
24
27
20
5
44
10
40
5
16
28
20
7
36
10
52
3
12
29
20
10
60
7
28
3
12
30
20
9
44
8
36
3
20
Fuente: elaboración propia
El análisis de los datos obtenidos revela que un
41.2% de los estudiantes muestran que la
educación emocional tiene un alto impacto
constante en su desarrollo de la empatía. Este
resultado sugiere que una proporción
significativa de los estudiantes percibe la
educación emocional como un factor clave para
su capacidad de conectar emocionalmente con
los demás. La educación emocional parece ser
esencial para fomentar la empatía en el contexto
educativo. González y Herrera (2023),
sostienen que los programas de educación
emocional son fundamentales para fortalecer las
relaciones interpersonales empáticas, ya que
brindan herramientas para gestionar las
emociones y comprender las de los demás,
elementos cruciales en el desarrollo de la
empatía. Salazar et al. (2022) también refuerzan
esta idea, señalando que los programas de
educación emocional ayudan a los estudiantes a
regular sus emociones, lo cual es clave para
responder de manera empática a las
experiencias emocionales de otros. Un 37.5%
de los estudiantes muestran que la educación
emocional tiene un impacto moderado en su
desarrollo de la empatía, dependiendo del
contexto o de las situaciones en las que se
encuentren. Este dato sugiere que, para muchos
estudiantes, la influencia de la educación
emocional no es constante y puede variar según
las circunstancias. López et al. (2021), destacan
que la efectividad de la educación emocional
puede estar mediada por factores individuales y
sociales, como la disposición de los estudiantes
para involucrarse y aplicar habilidades
emocionales en su vida cotidiana. Finalmente,
un 21.2% de los estudiantes muestran que la
educación emocional no tiene impacto en su
empatía. Este porcentaje sugiere que, para una
porción significativa de los estudiantes, otros
factores como el contexto social, el apoyo
familiar o la predisposición personal pueden ser
más relevantes en el desarrollo de la empatía
altruista. Rodríguez y Martínez (2021), afirman
que, aunque la educación emocional es
beneficiosa, su impacto puede ser limitado si no
se acompaña de un entorno adecuado de apoyo
social y familiar, que también influye
fuertemente en el desarrollo de la empatía.
Conclusiones
Los resultados obtenidos muestran que la
educación emocional tiene un impacto positivo
en el desarrollo de la empatía de los estudiantes
de primaria de la ciudad de Guayaquil. La
mayoría de los estudiantes percibieron que la
educación emocional les ayudó a comprender
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mejor las emociones ajenas y a desarrollar
habilidades empáticas, lo que resalta la
efectividad de los programas implementados en
el aula. Sin embargo, también se observó una
variabilidad en la respuesta de los estudiantes,
lo que sugiere la necesidad de personalizar y
ajustar las intervenciones emocionales para
maximizar su impacto en todos los estudiantes,
tal como se reflejó en los objetivos específicos
relacionados con la comprensión cognitiva, la
conciencia espiritual y la regulación afectiva.
En relación con el objetivo específico de
evaluar el impacto de la comprensión cognitiva
en el desarrollo de la empatía personal, los
resultados indicaron que una parte significativa
de los estudiantes tiene una comprensión
cognitiva sólida de las emociones ajenas. Esto
sugiere que, al promover la reflexión sobre las
emociones de los demás, los programas
educativos están fomentando una mayor
empatía personal. Sin embargo, también se
observó que un porcentaje considerable de
estudiantes tiene una comprensión cognitiva
moderada, lo que resalta la necesidad de
reforzar las estrategias pedagógicas para
asegurar que todos los estudiantes logren
desarrollar esta habilidad de manera más
profunda.
En cuanto al efecto de la conciencia espiritual
en la empatía emocional social, los datos
mostraron que una parte de los estudiantes
experimenta un efecto moderado, lo que sugiere
que la integración de la espiritualidad en el
currículo escolar puede influir en la capacidad
de los estudiantes para conectar
emocionalmente con los demás. Sin embargo,
también se observó que algunos estudiantes no
percibieron un impacto significativo en su
desarrollo de la empatía emocional, lo que
podría estar relacionado con factores
contextuales o con la falta de un enfoque más
explícito en el desarrollo de la conciencia
espiritual. Esto sugiere la importancia de
promover prácticas más enfocadas en la
conexión emocional y espiritual para fortalecer
este aspecto en el aula. Finalmente, al evaluar la
influencia de la regulación afectiva en el
desarrollo de la empatía altruista, los resultados
mostraron que una proporción considerable de
los estudiantes tiene una regulación emocional
moderada, lo que les permite actuar de manera
altruista en situaciones sociales. Sin embargo,
también se observó que algunos estudiantes
tienen dificultades para regular sus emociones
de manera efectiva, lo que limita su capacidad
de actuar con empatía altruista. Esto subraya la
importancia de continuar implementando
estrategias que promuevan la autorregulación
emocional, ya que esta habilidad es clave para
la empatía altruista y el comportamiento
prosocial entre los estudiantes.
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Guerra Viana, Omayra Lisbet Intriago Arévalo, Ana
Cristina Jiménez Zapata y Ana Elizabeth Vargas
Vera.