Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 10.1
Edición Especial UNEMI 2025
Página 208
NEUROEDUCACIÓN EN EL APRENDIZAJE DE LA LECTOESCRITURA INFANTIL
NEUROEDUCATION IN CHILDREN'S LITERACY LEARNING
Autores: ¹Heydi Dayanna Cedeño Cerezo, ²Elizabeth Madelaine Azuero Encarnación, ³Carla
Isabel Landin Niebla y
4
Milton Alfonso Criollo Turusina.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0005-3624-2145
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0002-6324-294X
3
ORCID ID:
https://orcid.org/0009-0001-3232-6705
4
ORCID ID:
https://orcid.org/0000-0002-3394-1160
¹E-mail de contacto: hcedenoc@unemi.edu.ec
²E-mail de contacto: ceazueroe@unemi.edu.ec
³E-mail de contacto: clandinn@unemi.edu.ec
4
E-mail de contacto:
mcriollot2@unemi.edu.ec
Afiliación: ¹*²*³*
4
*Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
Artículo recibido: 25 de Octubre del 2025
Artículo revisado: 27 de Octubre del 2025
Artículo aprobado: 1 de Noviembre del 2025
¹Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
²Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
³Estudiante de Octavo semestre de la carrera de Educación Básica en línea de la Universidad Estatal de Milagro, (Ecuador).
4
Licenciado en Ciencias de la Educación especialización en Arte, Graduado de la Universidad de Guayaquil, (Ecuador). Magíster en
Docencia Universitaria graduado de la Universidad César Vallejo, (Perú). Doctorante en Educación en la Universidad César Vallejo,
(Perú).
Resumen
La presente investigación tuvo como objetivo
determinar el impacto de la neuroeducación en
el aprendizaje de la lectoescritura en los
estudiantes de quinto año de Educación
General Básica de la Unidad Educativa
“Camino de Vida”, en el cantón Naranjal.
Metodológicamente, se desarrolló bajo un
enfoque cuantitativo, de tipo básico y nivel
descriptivo transaccional, con un diseño no
experimental y la aplicación del método
analítico-deductivo. La población estuvo
conformada por los estudiantes de la
institución, seleccionándose una muestra de 20
alumnos mediante un muestreo no
probabilístico por conveniencia. Para la
recolección de datos se utilizó una encuesta con
un cuestionario estructurado de 35 preguntas
cerradas en escala ordinal (siempre, a veces,
nunca). Los datos fueron analizados mediante
estadística descriptiva, respetando los
principios éticos de confidencialidad. Los
resultados evidenciaron que el 65,42 % de los
estudiantes aplican de manera continua los
principios de la neuroeducación, reflejando un
impacto positivo en la comprensión y
expresión escrita.
Palabras clave: Neuroeducación,
Aprendizaje, Lectoescritura, Estudiantes.
Abstract
The present research aimed to determine the
impact of neuroeducation on literacy learning
among fifth-year students of Basic General
Education at “Camino de Vida” Educational
Unit, located in the Naranjal canton.
Methodologically, it was conducted under a
quantitative approach, of a basic type and a
descriptivetransactional level, with a non-
experimental design and the application of the
analyticaldeductive method. The population
consisted of students from the institution,
selecting a sample of 20 fifth-year students
through non-probabilistic convenience
sampling. Data were collected through a survey
using a structured questionnaire of 35 closed-
ended questions on an ordinal scale (always,
sometimes, never). The data were analyzed
using descriptive statistics, respecting ethical
principles of confidentiality. The results
showed that 65.42% of the students
continuously apply the principles of
neuroeducation, demonstrating a positive
impact on their reading comprehension and
written expression.
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Keywords: Neuroeducation, Learning,
Literacy, Students.
Sumário
A presente pesquisa teve como objetivo
determinar o impacto da neuroeducação na
aprendizagem da leitura e escrita dos alunos do
quinto ano do Ensino Fundamental da Unidade
Educacional “Camino de Vida”, localizada no
cantão Naranjal. Metodologicamente, foi
desenvolvida sob uma abordagem quantitativa,
de tipo básico e nível descritivo-transacional,
com um delineamento o experimental e a
aplicação do método analítico-dedutivo. A
população foi composta pelos estudantes da
instituição, sendo selecionada uma amostra de
20 alunos por meio de uma amostragem não
probabilística por conveniência. A coleta de
dados foi realizada por meio de um
questionário estruturado com 35 perguntas
fechadas em escala ordinal (sempre, às vezes,
nunca). Os dados foram analisados por meio de
estatística descritiva, respeitando os princípios
éticos de confidencialidade. Os resultados
mostraram que 65,42% dos estudantes aplicam
continuamente os princípios da neuroeducação,
evidenciando um impacto positivo na
compreensão e na expressão escrita.
Palavras-chave: Neuroeducação,
Aprendizagem, Leitura e Escrita,
Estudantes.
Introducción
El analfabetismo y las dificultades en
lectoescritura no son fenómenos recientes, sino
que históricamente han preocupado a distintos
países en contextos sociales y políticos
diversos. A nivel global, la alfabetización ha
sido considerada una prioridad educativa y
cultural, no solo un proceso escolar. Según el
Learning Poverty Report del Banco Mundial,
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
y la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (2022), en
países de ingresos bajos y medianos el 57% de
los niños de 10 años no logra comprender un
texto simple, cifra que se incrementa al 86% en
África Subsahariana. Este panorama demuestra
que la crisis de la lectoescritura continúa
vigente y que es necesario repensar estrategias
innovadoras como la neuroeducación para
responder a las demandas actuales de
aprendizaje. En el ámbito académico, la
producción de investigaciones sobre
lectoescritura muestra una concentración en
países desarrollados, especialmente Estados
Unidos (28,7%), Reino Unido (9,3%) y España
(8%), lo que refleja un desequilibrio en la
generación de conocimiento. Sin embargo, la
preocupación por la alfabetización en América
Latina no es nueva: durante la Segunda Guerra
Mundial en México se elaboraron cartillas de
alfabetización dirigidas a adultos para combatir
la exclusión educativa y fomentar la cohesión
social (Escalante, 2020).
Más recientemente, en Perú, el estudio
bibliométrico de Medina et al. (2025), con 133
publicaciones indexadas en Scopus entre 2004
y 2024, muestra un crecimiento notable de
investigaciones sobre lectoescritura en el nivel
inicial, especialmente entre 2020 y 2023 (47
trabajos, 35,3%). No obstante, persiste una
limitada producción desde contextos
latinoamericanos, lo que genera un vacío en la
comprensión de la lectoescritura infantil en
países en desarrollo, donde los problemas de
aprendizaje y las brechas educativas siguen
siendo críticos. Estas evidencias internacionales
y regionales obligan a repensar políticas y
estrategias locales que atiendan de manera
prioritaria los desafíos de la lectoescritura
infantil, a fin de reducir las desigualdades
educativas y responder a las demandas del siglo
XXI. En el contexto ecuatoriano, los estudios
también evidencian carencias significativas en
los hábitos y destrezas de lectoescritura. En la
ciudad de Cuenca, una investigación realizada
con 33 estudiantes de básica superior mostró
que el 49% lee rara vez o nunca fuera de las
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tareas escolares, apenas un 3% lo hace
diariamente. En cuanto a la escritura, un 43% se
calificó en un nivel promedio y un 21%
reconoció que necesita mejorar sus habilidades.
Respecto a las estrategias para fortalecer la
lectoescritura, el 37% mencionó leer
regularmente y el 33% practicar la escritura,
pero un 3% admitió no aplicar ninguna. Los
beneficios percibidos al mejorar estas
competencias se centraron en el rendimiento
académico (31%), la comprensión de textos
(24%) y la expresión efectiva de ideas (21%).
Estos hallazgos reflejan que, en el país, la
lectoescritura sigue siendo un desafío central,
afectada por la falta de hábitos, el escaso
acompañamiento familiar y la limitada
implementación de estrategias innovadoras en
el aula.
Desde otra perspectiva, en el cantón Tosagua
perteneciente a la provincia de Manabí et al.
(2023), constataron la importancia de la
lectoescritura en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. La muestra incluyó 10 docentes y
30 estudiantes. Los docentes coincidieron en
que la lectoescritura es esencial y que los
problemas en lectura y escritura afectan al resto
de asignaturas, además, el 70% indiemplear
TIC en sus clases. Sin embargo, los resultados
estudiantiles reflejan serias limitaciones,
aunque el 47% manifestó que siempre le gusta
leer, el 50% solo lo hace a veces y un 57%
nunca lee en casa; asimismo, el 70% no aplica
reglas ortográficas y el 51% reconoció que no
redacta párrafos con facilidad. Pese a ello, un
74% seña que siempre puede expresar sus
ideas. En conclusión, la investigación evidenció
que la comprensión lectora y la producción
escrita constituyen los principales retos,
requiriéndose estrategias pedagógicas
innovadoras y apoyo familiar para fortalecer la
lectoescritura. De igual manera, en la provincia
del Cañar et al. (2022), en su estudio con 102
docentes de primaria se evidenció que el 87,3%
considera que sus estudiantes raramente leen
textos, lo que limita la comprensión lectora: el
74,5% seña que solo algunas veces logran
entender lo leído. Además, el 92,2% indicó que
los materiales utilizados en clase solo
ocasionalmente resultan llamativos e
innovadores, mientras que el 99% reconoció
que la motivación previa a las actividades de
lectura se aplica de manera irregular. Estos
resultados confirman que las dificultades en
lectoescritura están estrechamente vinculadas a
la falta de hábitos lectores y a metodologías
tradicionales, por lo que se concluye que es
necesario implementar estrategias didácticas
innovadoras y motivacionales, capaces de
despertar el interés por la lectura y fortalecer el
proceso de enseñanza-aprendizaje. En el
contexto del cantón Naranjal, en la provincia
del Guayas, en la Unidad Educativa Camino de
vida, se observa que los estudiantes de quinto
año de Educación General Básica presentan
dificultades en el aprendizaje de la
lectoescritura. Entre los principales problemas
detectados se encuentran: la escasa conciencia
fonológica, bajo dominio de reglas ortográficas,
dificultades en la redacción de párrafos
coherentes y limitaciones en la comprensión de
textos sencillos.
A nivel de aula, se evidencia que muchos niños
leen únicamente cuando el docente lo solicita, y
en casa no existe un hábito lector consolidado,
lo cual restringe el progreso escolar y la
expresión oral. Además, se percibe que las
metodologías aplicadas aún responden a
enfoques tradicionales que no consideran la
plasticidad cerebral, las emociones ni la
motivación como factores determinantes en el
aprendizaje. Esta situación genera desinterés y
bajos niveles de rendimiento académico, lo que
justifica la necesidad de implementar
estrategias basadas en la neuroeducación que
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potencien la creatividad, la memoria y la
atención, contribuyendo a superar las
limitaciones actuales y a garantizar aprendizajes
más significativos. La neuroeducación, según
Solórzano et al. (2024), es un campo emergente
que crea puentes entre la neurociencia y la
educación, con el propósito de que los docentes
comprendan mejor el funcionamiento del
cerebro y lo apliquen en sus prácticas
pedagógicas. Esta disciplina parte de la premisa
de que los procesos de aprendizaje y las
respuestas emocionales no son uniformes, y que
gracias a la plasticidad cerebral es posible
personalizar la enseñanza, potenciar la
motivación y mejorar la retención de la
información. Además, se la concibe como una
herramienta innovadora que proporciona
conocimientos sobre el desarrollo y
funcionamiento del cerebro, capacitando al
docente para optimizar la enseñanza y generar
ambientes de aprendizaje más favorables.
Mientras que, para Nieves (2024), la
neuroeducación es un concepto reciente en la
investigación educativa que busca mejorar la
práctica pedagógica mediante la comprensión
de cómo actúa el cerebro en el aprendizaje. Se
define como la unión entre neurociencia y
educación, con el propósito de estimular el
cerebro y adaptar la enseñanza a los diferentes
ritmos y estilos de aprendizaje, generando así
estrategias innovadoras para potenciar los
procesos de enseñanza-aprendizaje. Esta
disciplina concibe al docente como un
neuroeducador, capaz de modificar el cerebro
del estudiante a través de experiencias y
metodologías que promueven nuevas
conexiones neuronales, destacando además el
papel central de las emociones, la música, las
artes y la motivación visual en la consolidación
del aprendizaje. Según Delgado y Ponce (2024),
la neuroeducación es una disciplina joven que
surge de la conexión entre la neurociencia y la
educación, enfocándose en el análisis del
desarrollo, la maduración y el funcionamiento
del cerebro en vínculo con los procesos de
aprendizaje. Su propósito es estimular el
cerebro para mejorar los aprendizajes,
utilizando las emociones, la motivación y la
curiosidad como herramientas fundamentales.
De este modo, la neuroeducación busca generar
entornos pedagógicos innovadores que faciliten
la adquisición significativa de conocimientos y
potencien el pensamiento crítico y creativo,
superando los límites de la enseñanza
tradicional.
En cuanto al modelo teórico de la variable
independiente, se tiene a Aguilar (2022), quien
propone que la neuroeducación es la enseñanza
basada en el cerebro que integra neurociencia,
psicología, sociología y medicina,
aprovechando conocimientos sobre el
funcionamiento cerebral para optimizar y
potenciar los procesos de aprendizaje y
enseñanza de forma efectiva y significativa, sus
dimensiones son el cerebro lógico, intuitivo
emocional, y el cerebro Motor operacional. El
cerebro lógico-analítico, según Huanca et al.
(2021), corresponde al hemisferio izquierdo,
este procesa deduce, clasifica, generaliza y
razona de manera crítica, permitiendo
aprendizajes más significativos. Su adecuada
estimulación contribuye al desarrollo cognitivo,
potenciando la lectura comprensiva y el
pensamiento analítico, esenciales para mejorar
el rendimiento académico y la formación
integral. El cerebro intuitivo emocional, según
Mamani et al. (2021), corresponde al hemisferio
derecho, vinculado con la creatividad, la
intuición y la sensibilidad. este hemisferio,
aunque puede desviarse hacia supersticiones, es
clave para el arte y la visión espiritual, su
importancia radica en la realización de tareas
artísticas y creativas. Su modo de expresión es
no verbal, mediante imágenes, metáforas,
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sueños y mitos. Además, se relaciona
estrechamente con la inteligencia emocional y
el bienestar psicológico.
Según Dorregaray (2020), el cerebro motor
operacional es la parte del cerebro que regula la
acción, el movimiento y la operatividad práctica
del ser humano. Desde la neuroeducación, se
reconoce su importancia en la ejecución de
tareas, la toma de decisiones y la vinculación
con la actividad física, la cual promueve salud,
aprendizaje integral y un mejor desarrollo
socioemocional. En este contexto la teoría de
las inteligencias múltiples se vincula
directamente con la neuroeducación porque
coincide con los avances de la neurociencia que
demuestran la plasticidad cerebral: el cerebro
puede adaptarse y generar nuevas conexiones
neuronales cuando se expone a diferentes
estímulos. En esta teoría Gardner (1983 citado
en Flores y González, 2024), plantea que la
inteligencia no es un atributo único, sino un
sistema plural conformado por inteligencias
como la lingüística, lógico-matemática,
espacial, musical, kinestésica, interpersonal,
intrapersonal y naturalista. Cada una responde a
diferentes formas de procesar información y
resolver problemas, y todas pueden ser
estimuladas mediante experiencias de
aprendizaje significativas.
En el marco de la neuroeducación, la Teoría del
Aprendizaje Significativo propuesta por
Ausubel (1963 citado en González et al., 2025),
sostiene que el aprendizaje ocurre cuando la
nueva información se conecta con los
conocimientos previos del estudiante,
generando significados estables y duraderos en
la memoria. En este sentido, el aprendizaje
significativo se potencia mediante estrategias
pedagógicas que despierten la curiosidad,
involucren emociones positivas y utilicen
actividades multisensoriales, lo que favorece la
plasticidad cerebral y la consolidación de la
memoria a largo plazo integrándose con los
principios de la neuroeducación, orientando a
los docentes a diseñar experiencias educativas
que no se limiten a la memorización, sino que
generen aprendizajes relevantes y transferibles.
La Teoría Sociocultural de Lev Vygotsky (1931
citado en Guerrero et al., 2025), enfatiza que el
aprendizaje se construye en interacción con el
entorno social, el lenguaje y la mediación de
otros, siendo la zona de desarrollo próximo un
concepto clave que explica cómo los
estudiantes avanzan con el apoyo de un guía
más experimentado. Desde la perspectiva de la
neuroeducación, esta teoría se vincula con la
importancia de la estimulación adecuada para
favorecer el desarrollo cerebral y cognitivo, ya
que la interacción social activa procesos
neurobiológicos que fortalecen la plasticidad
cerebral. En este sentido, la convergencia entre
neuroeducación y constructivismo ofrece un
marco sólido para optimizar las prácticas
pedagógicas, al demostrar que los aprendizajes
significativos se consolidan cuando se integran
principios neurocientíficos con la mediación
docente y la construcción colectiva del
conocimiento. De este modo, la teoría
sociocultural no solo resalta el papel del
contexto en el aprendizaje, sino que también se
alinea con los avances de la neurociencia,
orientando hacia estrategias inclusivas y
personalizadas que atienden la diversidad
estudiantil.
La lectoescritura infantil, según Barba et al.
(2024), se entiende como un proceso complejo
que involucra factores cognitivos, lingüísticos,
sensoriomotores, emocionales y ambientales.
Su desarrollo se relaciona estrechamente con el
lenguaje oral, pues este sienta las bases para las
habilidades receptivas, expresivas y de
vocabulario. La adquisición de la lectoescritura
no se limita a descifrar palabras, sino que
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también comprende la comprensión, análisis y
construcción del texto escrito, apoyándose en
competencias como la conciencia fonológica, el
conocimiento de la palabra impresa, la memoria
de trabajo, la fluidez verbal y la capacidad de
relacionar los sonidos del habla con los
símbolos escritos. Por otro lado, la
lectoescritura es entendida por Roca et al.
(2025), como un proceso complejo que va más
allá del simple aprendizaje de leer y escribir,
pues implica el desarrollo integrado de diversas
habilidades lingüísticas y cognitivas. Entre
estas se encuentran la conciencia fonológica, el
dominio del código alfabético, los procesos
léxicos y ortográficos, así como la fluidez y la
comprensión lectora y oral. Los autores
destacan que el dominio de estas habilidades en
las primeras etapas escolares constituye un
factor decisivo para el éxito educativo y la
prevención del abandono escolar, al tiempo que
ponen de relieve la influencia que el contexto
socioeconómico y escolar ejerce sobre el
rendimiento en lectoescritura, generando
desigualdades que deben ser abordadas
mediante políticas educativas equitativas.
En esta línea, según Franco y Chávez (2024), la
lectoescritura es definida como el conjunto de
habilidades comunicativas que permiten al
individuo interpretar y producir textos, lo que
facilita la construcción de significados y la
capacidad de desenvolverse de manera eficaz en
su entorno social. Esta concepción resalta que la
lectoescritura trasciende lo académico, pues
incide directamente en el desarrollo cognitivo y
social del estudiante, y representa un pilar
esencial para el aprendizaje en todas las áreas
del conocimiento. En cuanto al modelo teórico
de la variable dependiente, se ubican Arteaga y
Carrión (2022), postulando que la lectoescritura
infantil implica habilidades comunicativas para
construir significados y desenvolverse
socialmente; su enseñanza y aprendizaje
representan un reto constante en todos los
niveles educativos por las dificultades que
suelen presentarse y posee 4 dimensiones:
conciencia fonológica y léxica, procesos
sintácticos, procesos semánticos, escritura y
composición escrita. La conciencia fonológica
y léxica, según Vélez y Macías (2022), es la
habilidad de reconocer y manipular los sonidos
del habla, como identificar, segmentar o
combinar fonemas en las palabras, permite
comprender que las oraciones están formadas
por palabras con un orden lógico, facilitando la
construcción de significados en el proceso de
lectoescritura.
Los procesos sintácticos, según Pérez y Olalla
(2024), forman parte de los procesos lectores y
se refieren a la capacidad de identificar y
organizar las partes de una oración para
estructurar párrafos y textos, permitiendo
acceder al significado del mensaje. Las
dificultades en este proceso incluyen problemas
para reconocer la estructura gramatical, el uso
inadecuado de signos de puntuación y la falta de
comprensión en la lectura de oraciones o textos
cuando no están bien construidos. Los Procesos
semánticos, según Larroca (2023),
corresponden al componente del lenguaje
encargado de otorgar significado a las palabras
y oraciones, permitiendo comprender, clasificar
y expresar ideas. Implican el manejo de
vocabulario tanto comprensivo como
expresivo, la organización de categorías, la
interpretación de frases y la capacidad de
relacionar información para favorecer la
comunicación y el aprendizaje. La escritura,
según Andrade (2022), es una práctica social y
cultural que permite representar gráficamente la
lengua y expresar ideas de manera ordenada. La
composición escrita implica un proceso más
complejo: planear, organizar y estructurar
textos con adecuación, coherencia y cohesión,
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integrando argumentos y significados propios
del contexto académico.
La teoría de la conciencia fonológica, propuesta
por Goswami y Bryant (1990 citado en Díaz et
al., 2024), sostiene que la capacidad de
identificar, segmentar y manipular los sonidos
del habla constituye una habilidad
metacognitiva esencial para el desarrollo de la
lectura y la escritura. En este sentido, se subraya
que estimular la conciencia fonológica desde
edades tempranas no solo fortalece las
habilidades cognitivas y lingüísticas, sino que
también previene dificultades posteriores en el
aprendizaje de la lectoescritura. los programas
educativos que incluyen actividades lúdicas,
segmentación fonémica, juegos de rimas y
evaluaciones específicas logran un impacto
directo en la mejora de la competencia lectora,
facilitando intervenciones personalizadas y
equitativas. Por ello, la teoría de Goswami y
Bryant sigue siendo una referencia fundamental
en el campo educativo, ya que conecta la
reflexión consciente sobre el lenguaje con la
adquisición de la lectura y la escritura,
posicionando a la conciencia fonológica como
una piedra angular de la alfabetización inicial.
La teoría del Procesamiento de la Información
de Atkinson y Shiffrin (1968 citado en
Izquierdo et al., 2024), resulta clave para
comprender cómo los estudiantes adquieren y
consolidan la lectoescritura, pues explica que el
aprendizaje se desarrolla en tres etapas:
memoria sensorial, memoria a corto plazo y
memoria a largo plazo. Este proceso es
especialmente relevante en la infancia, cuando
los rangos de atención son cortos y la retención
de información depende en gran medida de
recursos pedagógicos atractivos y
significativos. De esta manera, la
neuroeducación se apoya en dicha teoría para
diseñar estrategias que optimicen el flujo de
información entre las distintas memorias,
reduciendo la carga cognitiva y mejorando la
comprensión lectora. La combinación de
elementos textuales y visuales activa diversos
canales de procesamiento que estimulan la
memoria visual y verbal, contribuyendo no solo
a la decodificación, sino también al desarrollo
de habilidades de pensamiento crítico y síntesis.
En este sentido, esta teoría explica cómo los
niños adquieren la lectoescritura, sustenta la
necesidad de aplicar metodologías innovadoras
que potencien la atención, la retención y el
aprendizaje significativo en la educación
básica.
La Teoría del Desarrollo Cognitivo de Piaget,
sostiene que los niños atraviesan etapas de
maduración intelectual que influyen en su
capacidad para leer y escribir. En la etapa
preoperacional, los niños comienzan a
desarrollar la representación simbólica del
lenguaje, pero aún presentan dificultades para
comprender reglas lógicas y estructuras
complejas. Posteriormente, en la etapa de
operaciones concretas, logran razonar de
manera más organizada y aplicar reglas
gramaticales, lo cual resulta fundamental para la
lectoescritura. Esto implica que la enseñanza
debe respetar el ritmo evolutivo del niño y
ofrecer actividades acordes a su nivel cognitivo.
Esta visión señala que el aprendizaje de la
lectura y escritura debe considerar tanto el
grado de maduración como las etapas
evolutivas de los niños, ya que forzar procesos
antes de tiempo puede generar obstáculos
permanentes. En este sentido, Piaget (1952
citado en López et al., 2024), aporta el
fundamento de que la adquisición de la
lectoescritura no puede desligarse del desarrollo
cognitivo, destacando que un aprendizaje
efectivo se logra cuando el niño interactúa con
materiales y experiencias significativas que se
ajustan a su etapa de desarrollo.
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Desde la perspectiva social, esta investigación
responde a la necesidad de mejorar los procesos
de enseñanza de la lectoescritura en contextos
como Naranjal, donde los estudiantes enfrentan
dificultades que repercuten en su desarrollo
académico y personal, en este sentido, dotar a
los docentes de estrategias neuroeducativas
contribuye a cerrar las brechas educativas y
sociales, ya que permite atender a la diversidad
de los estudiantes, potenciar sus capacidades y
generar condiciones de equidad. Por ello, la
presente investigación tiene una relevancia
social al buscar impactar en la formación
integral de los niños y en la cohesión de la
comunidad educativa. Tal como señala
González (2022), la enseñanza de la lectura y
escritura es un proceso complejo que exige
planificación, adaptación y la aplicación de
metodologías dinámicas basadas en la
neuroeducación. La lectura no solo constituye
una herramienta académica, sino también un
medio de desarrollo cultural, social y cognitivo,
que fortalece la identidad y la participación
ciudadana.
La presente investigación se justifica
pedagógicamente en la necesidad de incorporar
enfoques innovadores que optimicen el proceso
de enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura en
estudiantes de quinto grado en el contexto
mencionado. La neuroeducación, al integrar los
aportes de la neurociencia con las prácticas
pedagógicas, permite comprender cómo
aprende el cerebro y diseñar estrategias
didácticas más eficaces, motivadoras y
adaptadas a la diversidad de estilos de
aprendizaje. Este enfoque favorece la
plasticidad cerebral, la motivación y la
personalización de la enseñanza, lo que resulta
crucial para el desarrollo de la competencia
lectora y escritora en la educación básica. En
este sentido, la investigación busca analizar el
impacto de la neuroeducación en el aprendizaje
de la lectoescritura en la Unidad Educativa
“Camino de vida”, Naranjal, con el propósito de
fortalecer las prácticas pedagógicas de los
docentes, potenciar el rendimiento académico
de los estudiantes y promover un aprendizaje
significativo. Pues tal como señalan Guamán y
Báez (2025), los hallazgos indican que la
personalización del aprendizaje mediante TICs,
alineada con estrategias basadas en la
neurociencia, facilita una enseñanza más
efectiva y motivadora,
Desde la perspectiva práctica, esta
investigación es pertinente porque busca aplicar
los aportes de la neuroeducación en la
enseñanza de la lectoescritura, una habilidad
esencial y a la vez compleja en la educación
infantil, implementar en el aula estrategias que
fortalezcan estas áreas permite no solo superar
dificultades como la falta de fluidez o
comprensión, sino también atender a la
diversidad, incluyendo a estudiantes con
dislexia u otros trastornos del aprendizaje.
Como señala Fernández (2021), la neurociencia
ha demostrado que la lectura involucra
múltiples procesos cognitivos y redes
neuronales, y que su adquisición depende de
factores perceptivos, fonológicos y semánticos
que requieren estrategias pedagógicas
específicas. En este sentido, la neuroeducación
ofrece herramientas para diseñar metodologías
ajustadas a las necesidades individuales de los
estudiantes, favoreciendo la motivación, la
comprensión y la autorregulación en el
aprendizaje lector. De este modo, el estudio
aporta soluciones prácticas que fortalecen el
trabajo docente y optimizan el proceso de
enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura en el
contexto de Naranjal.
La pertinencia de esta investigación radica en su
contribución social, pedagógica y práctica al
proceso de enseñanza de la lectoescritura.
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Desde el ámbito social, busca cerrar brechas
educativas mediante estrategias
neuroeducativas que promuevan equidad y
formación integral. En lo pedagógico, ofrece un
enfoque innovador basado en la neurociencia
que facilita la comprensión de los procesos de
aprendizaje y favorece la personalización de la
enseñanza. En lo práctico, propone aplicar
metodologías concretas que atiendan la
diversidad estudiantil y optimicen el
rendimiento académico. En este sentido,
estudios recientes evidencian que la
neurodidáctica constituye una herramienta
eficaz para fortalecer la enseñanza de la
lectoescritura, ya que se vincula directamente
con la funcionalidad cerebral y promueve
actividades que estimulan la motivación, la
comprensión y la consolidación de aprendizajes
significativos. De acuerdo con Montes et al.
(2023), es imprescindible implementar
estrategias neurodidácticas porque favorecen la
asimilación del proceso lector-escritor y
reconocen al estudiante como un ser único, con
estilos y ritmos de aprendizaje particulares.
De este modo, la investigación plantea la
siguiente interrogante: ¿Cuál es el impacto de la
neuroeducación en el aprendizaje de la
lectoescritura en los estudiantes de quinto EGB
en la Unidad Educativa “Camino de Vida”,
Naranjal, 2025? Y para responder a esta
pregunta se planteó el objetivo determinar el
impacto de la neuroeducación en el aprendizaje
de la lectoescritura en los estudiantes de quinto
año de Educación General Básica en la Unidad
Educativa “Camino de Vida”, Naranjal, durante
el año 2025. Este objetivo se subdivide en
analizar la incidencia del cerebro lógico
analítico en la escritura y composición escrita
de los sujetos de estudio; examinar la
percepción del cerebro intuitivo emocional en
los procesos sintácticos y semánticos de los
estudiantes; y definir el impacto del cerebro
motor operacional en la conciencia fonológica y
léxica de la unidad de análisis.
Materiales y Métodos
La presente investigación es de tipo básica,
puesto que su propósito fundamental es la
generación de conocimiento teórico más que la
aplicación inmediata de resultados. Se
desarrolla bajo el método analítico-deductivo,
en tanto parte de conceptos generales que se
aplican posteriormente al caso específico de los
estudiantes. El diseño adoptado es no
experimental, lo que implica que no existe
manipulación de variables, sino una
observación de la realidad tal y como ocurre.
Asimismo, el estudio se sustenta en un enfoque
cuantitativo, centrado en la recolección y
análisis de datos numéricos para describir y
comprender el fenómeno de interés. El alcance
es descriptivo-transaccional, ya que se busca
caracterizar la situación en un único momento
determinado sin intervenir en los procesos que
en ella ocurren. Para la recolección de
información se utilizó la técnica de la encuesta,
aplicada mediante un cuestionario estructurado
compuesto por treinta y cinco preguntas
cerradas, redactadas en forma positiva. Las
respuestas se organizaron en una escala ordinal
con tres opciones: “siempre”, “a veces” y
“nunca”. Cada alternativa se vinculó a un nivel
de logro específico, determinado de acuerdo
con rangos porcentuales: de 70 a 100
corresponde a un nivel alto (siempre); de 50 a
69, a un nivel medio (a veces); y de 0 a 49, a un
nivel bajo (nunca). Esta categorización permitió
establecer una interpretación precisa de los
resultados obtenidos en función del grado de
logro evidenciado por los participantes. Dicho
instrumento permitirá analizar de manera
adecuada las dimensiones de las variables de
estudio. La variable independiente corresponde
a la neuroeducación y se fundamenta en el
modelo teórico de Aguilar (2022), quien la
Ciencia y Educación
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divide en tres dimensiones. La primera es el
cerebro lógico-analítico, que considera como
indicadores el desarrollo cognitivo, la lectura
comprensiva y el pensamiento analítico. La
segunda es el cerebro intuitivo-emocional, que
abarca la inteligencia emocional, el bienestar
psicológico y la creatividad. La tercera
dimensión corresponde al cerebro motor-
operacional, orientado a la ejecución de tareas,
la toma de decisiones y el desarrollo
socioemocional.
Por su parte, la variable dependiente se apoya
en el modelo teórico de Arteaga y Carrión
(2022), quienes la estructuran en cuatro
dimensiones. La primera es la conciencia
fonológica y léxica, que incluye los indicadores
de comprensión de oraciones, manipulación de
sonidos y construcción de significados. La
segunda corresponde a los procesos sintácticos,
en los cuales se consideran la identificación y
organización, el reconocimiento de estructuras
gramaticales y la comprensión del mensaje. La
tercera dimensión se relaciona con los procesos
semánticos, los cuales abarcan el vocabulario,
la interpretación y la capacidad de establecer
relaciones. La cuarta dimensión se refiere a la
escritura y composición escrita, que incluye la
expresión, la planificación y la organización de
ideas. La población de la investigación está
conformada por todos los estudiantes de la
Unidad Educativa Camino de Vida; sin
embargo, la muestra se limita a 20 alumnos de
quinto año, seleccionados mediante un
muestreo no probabilístico por conveniencia.
Este procedimiento permitió incluir a todos los
estudiantes disponibles de dicho nivel, quienes
cumplían con las características necesarias para
el estudio, priorizando la facilidad de acceso.
En cuanto a los procedimientos, el desarrollo de
la investigación se llevó a cabo mediante pasos
organizados que permitieron cumplir los
objetivos planteados. En primer lugar, se realizó
el planteamiento del problema, acompañado de
la formulación de objetivos generales y
específicos vinculados con las variables de
estudio. Posteriormente, se identificaron y
sustentaron la variable independiente y la
dependiente a partir de sus modelos teóricos,
describiendo sus dimensiones e indicadores, lo
que facilitó su operacionalización y el diseño
del instrumento. A continuación, se elaboró la
justificación y el marco conceptual de las
variables, seguido del diseño del cuestionario
estructurado de treinta y cinco preguntas
cerradas, aplicado a veinte estudiantes de quinto
año seleccionados mediante un muestreo no
probabilístico por conveniencia. Los datos
obtenidos fueron analizados con estadística
descriptiva, utilizando frecuencias, porcentajes
y gráficos. Para ello, se utilizó herramientas
digitales como Google forms y Excel. Se
garantizó en todo momento el respeto a los
principios éticos, los cuales, según Sánchez et
al. (2023), se entienden como la promoción de
los aspectos éticos y legales orientados a
salvaguardar la integridad científica de la
investigación. Asimismo, se aseguró la
confidencialidad y privacidad de la
información, con el propósito de proteger el
bienestar de los participantes y garantizar la
transparencia en la comunicación de los
resultados obtenidos.
Resultados y Discusión
Los promedios finales de acuerdo con la tabla 1
indican que el 61,88 % de los sujetos “siempre”
activan procesos lógico-analíticos y de
composición escrita, el 35,63 % lo hace “a
veces”, y solo el 2,5 % “nunca”. Estos
resultados evidencian una alta incidencia
positiva del pensamiento lógico-analítico en la
escritura y composición escrita, lo cual implica
que los procesos mentales del hemisferio
izquierdo asociados a la lógica, la
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Página 218
secuencialidad y el razonamiento crítico
favorecen la estructuración y coherencia
textual. Los resultados evidencian que la
mayoría de los estudiantes activan
constantemente procesos del cerebro lógico-
analítico, vinculado con el hemisferio izquierdo
que permite razonar, clasificar y deducir
(Huanca et al., 2021), lo que favorece la
escritura y composición escrita, entendida como
la capacidad de organizar y expresar ideas
coherentes (Andrade, 2022). Estos hallazgos se
sustentan en la Teoría de las Inteligencias
Múltiples de Gardner (1983, citado en Flores y
González, 2024), que reconoce la inteligencia
lógico-lingüística como clave, y en la Teoría de
la Conciencia Fonológica (Goswami y Bryant,
1990, citado en Díaz et al., 2024), que resalta la
importancia cognitiva del lenguaje en la
lectoescritura.
Tabla 1. Incidencia del cerebro lógico analítico
en la escritura y composición escrita
Ítem
N
n.
Siempre
n.
A veces
n.
Nunca
1
20
13
65
7
35
0
0
2
20
13
65
7
35
0
0
3
20
11
55
8
40
1
5
4
20
11
55
9
45
0
0
5
20
10
50
8
40
2
10
33
20
12
60
7
35
1
5
34
20
15
75
5
25
0
0
35
20
14
70
6
30
0
0
61,88
T.
35,63
T.
2,5
Fuente: elaboración propia
Los resultados de la segunda tabla reflejan que
el 66,33 % de los estudiantes “siempre” activan
procesos vinculados al cerebro intuitivo-
emocional, mientras que el 32 % lo hace “a
veces” y solo el 1,67 % “nunca”. Esto evidencia
una fuerte implicación emocional e intuitiva en
la comprensión lectora y la construcción del
significado. Los estudiantes muestran
sensibilidad y creatividad al interactuar con el
lenguaje, lo que favorece la organización
sintáctica y la interpretación semántica,
elementos fundamentales para el desarrollo
integral de la lectoescritura. El cerebro
intuitivo-emocional, asociado al hemisferio
derecho, promueve la creatividad y la expresión
simbólica (Mamani et al., 2021), mientras que
los procesos sintácticos permiten estructurar
oraciones coherentes (Pérez y Olalla, 2024).
Estos resultados se sustentan en la Teoría del
Aprendizaje Significativo de Ausubel (1963,
citado en González et al., 2025), que resalta la
conexión emocional y cognitiva en la
construcción del conocimiento, y en la Teoría
del Procesamiento de la Información (Atkinson
y Shiffrin, 1968, citado en Izquierdo et al.,
2024), que explica cómo las emociones
fortalecen la atención, retención y comprensión
lectora.
Tabla 2. Percepción del cerebro intuitivo
emocional en los procesos sintácticos y
semánticos
Ítem
N
n.
Siempre
n.
A veces
n.
Nunca
6
20
13
65
6
30
1
5
7
20
17
85
3
15
0
0
8
20
18
90
2
10
0
0
9
20
14
70
6
30
0
0
10
20
11
55
9
45
0
0
11
20
10
50
9
45
1
5
24
20
16
80
4
20
0
0
25
20
17
85
3
15
0
0
26
20
11
55
8
40
1
5
27
20
13
65
7
35
0
0
28
20
12
60
8
40
0
0
29
20
12
60
7
35
1
5
30
20
10
50
10
50
0
0
31
20
12
60
7
35
1
5
32
20
13
65
7
35
0
0
Total
66,33
T.
32
T.
1,67
Fuente: elaboración propia
Los resultados de la tabla 3 muestran que el 65
% de los estudiantes “siempre” activan procesos
asociados al cerebro motor operacional,
mientras que el 34,58 % lo hace “a veces” y solo
el 0,41 % “nunca”. Esto evidencia un vínculo
entre la acción motora y la conciencia
fonológica y léxica, pues los movimientos
coordinados y la actividad práctica favorecen la
discriminación de sonidos, la articulación
verbal y el reconocimiento de palabras,
habilidades fundamentales para consolidar la
lectura, la escritura y la comprensión lingüística
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en los estudiantes. El cerebro motor
operacional, encargado de la acción y ejecución
(Dorregaray, 2020), se vincula directamente
con la conciencia fonológica y léxica, entendida
como la capacidad de identificar y manipular
sonidos del habla (Vélez y Macías, 2022). Estos
resultados se sustentan en la Teoría
Sociocultural de Vygotsky (1931, citado en
Guerrero et al., 2025), que destaca la
interacción y mediación social en el desarrollo
cognitivo, y en la Teoría del Desarrollo
Cognitivo de Piaget (1952, citado en López et
al., 2024), que subraya la maduración
progresiva del pensamiento y la importancia del
aprendizaje activo en la lectoescritura.
Tabla 3. Impacto del cerebro Motor
operacional en la conciencia fonológica y
léxica
Ítem
N
n.
Siempre
n.
A veces
n.
Nunca
12
20
15
75
5
25
0
0
13
20
15
75
5
25
0
0
14
20
10
50
10
50
0
0
15
20
8
40
12
60
0
0
16
20
13
65
7
35
0
0
17
20
16
80
4
20
0
0
18
20
9
45
11
55
0
0
19
20
16
80
4
20
0
0
20
20
18
90
2
10
0
0
21
20
13
65
6
30
1
5
22
20
9
45
11
55
0
0
23
20
14
70
6
30
0
0
Total
65
T.
34,58
T.
0,41
Fuente: elaboración propia
Los resultados de la tabla 4 evidencian que el
65,42 % de los estudiantes “siempre” aplican
los procesos vinculados con la neuroeducación
en el aprendizaje de la lectoescritura, mientras
que el 32,92 % lo hace “a veces” y solo el 1,67
% “nunca”. Esto demuestra un impacto
altamente positivo de la estimulación cerebral
integral lógica, emocional y motora en las
habilidades fonológicas, sintácticas, semánticas
y de composición escrita, consolidando
aprendizajes más significativos y coherentes en
los estudiantes de quinto año de Educación
General Básica. En base a los resultados
expuestos, la neuroeducación, entendida como
la integración entre neurociencia y pedagogía
(Aguilar, 2022), potencia el desarrollo de la
lectoescritura, proceso que requiere habilidades
cognitivas y lingüísticas complejas (Arteaga y
Carrión, 2022). Los resultados se sustentan en
la Teoría de las Inteligencias Múltiples de
Gardner (1983, citado en Flores y González,
2024), que reconoce la diversidad de
capacidades cerebrales, y en la Teoría de la
Conciencia Fonológica de Goswami y Bryant
(1990, citado en Díaz et al., 2024), la cual
enfatiza la importancia de la estimulación
auditiva y cognitiva temprana para fortalecer la
comprensión lectora y la producción escrita.
Tabla 4. Impacto de la Neuroeducación en el
aprendizaje de la lectoescritura
Ítem
N
n.
Siempre
n.
A veces
n.
Nunca
1
20
13
65
7
35
0
0
2
20
13
65
7
35
0
0
3
20
11
55
8
40
1
5
4
20
11
55
9
45
0
0
5
20
10
50
8
40
2
10
6
20
13
65
6
30
1
5
7
20
17
85
3
15
0
0
8
20
18
90
2
10
0
0
9
20
14
70
6
30
0
0
10
20
11
55
9
45
0
0
11
20
10
50
9
45
1
5
12
20
15
75
5
25
0
0
13
20
15
75
5
25
0
0
14
20
10
50
10
50
0
0
15
20
8
40
12
60
0
0
16
20
13
65
7
35
0
0
17
20
16
80
4
20
0
0
18
20
9
45
11
55
0
0
19
20
16
80
4
20
0
0
20
20
18
90
2
10
0
0
21
20
13
65
6
30
1
5
22
20
9
45
11
55
0
0
23
20
14
70
6
30
0
0
24
20
16
80
4
20
0
0
25
20
17
85
3
15
0
0
26
20
11
55
8
40
1
5
27
20
13
65
7
35
0
0
28
20
12
60
8
40
0
0
29
20
12
60
7
35
1
5
30
20
10
50
10
50
0
0
31
20
12
60
7
35
1
5
32
20
13
65
7
35
0
0
33
20
12
60
7
35
1
5
34
20
15
75
5
25
0
0
35
20
14
70
6
30
0
0
TOTAL.
65,42
T.
32,92
T.
1,67
Fuente: elaboración propia
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Conclusiones
A partir de los resultados obtenidos, donde el
61,88 % de los estudiantes activan de manera
constante procesos lógico-analíticos, se
concluye que esta dimensión incide
significativamente en la calidad de la escritura
y la composición escrita. El uso del
razonamiento lógico permite organizar las ideas
con coherencia y claridad, lo que se refleja en
textos mejor estructurados y con sentido. De
esta forma, el pensamiento analítico se
consolida como una herramienta esencial para
fortalecer la planificación, redacción y revisión
en el proceso de lectoescritura. Asimismo, los
datos que muestran que el 66,33 % de los
estudiantes activa con frecuencia el cerebro
intuitivo-emocional revelan la relevancia de la
dimensión afectiva en la comprensión y
producción del lenguaje. La implicación
emocional y la intuición estimulan la
creatividad, la empatía y la interpretación de
significados, permitiendo una mayor fluidez y
expresividad en la comunicación escrita y oral.
En este sentido, se evidencia que el equilibrio
entre emoción y cognición favorece
aprendizajes más profundos y duraderos. Por
otro lado, los resultados que reflejan un 65 % de
activación constante del cerebro motor
operacional confirman la relación entre el
movimiento, la coordinación y el desarrollo de
la conciencia fonológica y léxica. Las
actividades que integran la acción corporal con
el aprendizaje del lenguaje fortalecen la
pronunciación, la discriminación de sonidos y
la fluidez lectora. Esto demuestra que la
dimensión motora no solo contribuye al
desarrollo físico, sino también al
fortalecimiento cognitivo y lingüístico de los
estudiantes. En los resultados generales, un
65,42 % de estudiantes aplican de manera
continua los principios de la neuroeducación, lo
cual evidencia su impacto positivo en el
aprendizaje de la lectoescritura. La interacción
armónica de las dimensiones lógica, emocional
y motora estimula el cerebro de forma integral,
potenciando las habilidades lingüísticas y
comunicativas. En consecuencia, la
neuroeducación se consolida como un enfoque
pedagógico que impulsa aprendizajes
significativos, fomenta la creatividad y mejora
la comprensión y expresión escrita de los
estudiantes de quinto año de Educación General
Básica.
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4.0 Internacional. Copyright © Heydi Dayanna
Cedeño Cerezo, Elizabeth Madelaine Azuero
Encarnación, Carla Isabel Landin Niebla y Milton
Alfonso Criollo Turusina