Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 10
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LA RESILIENCIA DE ACONTECIMIENTOS ESTRESANTES EN LA ADOLESCENCIA Y
SU INCIDENCIA EN LOS CONTEXTOS FAMILIAR Y ESCOLAR.
THE RESILIENCE OF STRESSING EVENTS IN ADOLESCENTS AND THEIR IMPACT
ON THE FAMILY AND SCHOOL CONTEXTS.
Autora: Sandra Marilú Mendoza Moreira
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-9717-8339
E-mail de contacto: sandra.mendoza@tecnologicoliceocristiano.edu.ec
Articulo recibido: 28 de Agosto del 2020
Articulo revisado: 3 de Septiembre del 2020
Articulo aprobado: 31 de Octubre del 2020
Licenciada Ciencias de la Religión y Teología con mención en Psicología Pastoral y Asesoría Familiar egresada de la
Universidad Cristiana Latinoamericana (Ecuador) con 11 años de experiencia laboral. Posee una maestría en la Universidad
Técnica Particular de Loja (Ecuador), mención Orientación y Educación Familiar.
Baccalaureate of the Unidad Educativa Liceo
Resumen
El presente analiza el proceso de resiliencia en
adolescentes que atraviesan acontecimientos
estresantes y su incidencia en los contextos
familiar y escolar, para esto se tomó una
muestra de 254 estudiantes correspondientes a
10mo, 1ero y 2do de Bachillerato de la Unidad
Educativa Liceo Cristiano de Guayaquil, tanto
de la jornada matutina como de la vespertina.
La investigación es de carácter
transaccional/transversal, no experimental,
exploratorio y descriptivo. Los métodos
utilizados son: descriptivo, analítico, inductivo,
deductivo y estadístico aplicando técnicas
como: observación directa, encuestas y
estadísticas. Es así que se aplicaron en la
muestra determinada los cuestionarios
previamente validados: Cuestionario de
acontecimientos vitales estresantes y la Escala
de Resiliencia CD-RISC. Se concluye que
cuando el adolescente realiza resiliencia para
atravesar las problemáticas propias de la edad,
la familia y el entorno escolar perciben un
adolescente más dispuesto a enfrentar el futuro
y que genera avances en la meta de ser adultos
capaces, sanos e integrados.
Palabras clave: Resiliencia, crisis, estrés,
adolescencia, escuela, familia.
Abstract
The present analyzes the process of resilience
in adolescents who go through stressful events
and its incidence in the family and school
contexts, for this a sample of 254 students
corresponding to 10th, 1st and 2nd of
Cristiano de Guayaquil was taken, both in the
morning and in the evening. The research is
transactional / transversal, non-experimental,
exploratory and descriptive. The methods used
are: descriptive, analytical, inductive, deductive
and statistical applying techniques such as:
direct observation, surveys and statistics. Thus,
the previously validated questionnaires were
applied to the determined sample: the Stressful
Life Events Questionnaire and the CD-RISC
Resilience Scale. It is concluded that when the
adolescent develops resilience to go through the
problems of age, the family and the school
environment perceive an adolescent more
willing to face the future and that generates
progress in the goal of being capable, healthy
and integrated adults.
Keywords: Resilience, crisis, stress,
adolescence, school, family.
Sumário
O presente trabalho analisa o processo de
resiliência em adolescentes que passam por
eventos estressantes e sua incidência no
contexto familiar e escolar, para isso foi
realizada uma amostra de 254 alunos
correspondentes aos 10º, e do
Bacharelado da Unidade Educacional Liceo
Cristiano de Guayaquil. tanto de manhã como
à noite. A pesquisa é transacional / transversal,
não experimental, exploratória e descritiva. Os
métodos utilizados são: descritivos, analíticos,
indutivos, dedutivos e aplicando técnicas
estatísticas como: observação direta, inquéritos
e estatísticas. Assim, os questionários
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previamente validados foram aplicados à
amostra determinada: o Stressful Life Events
Questionnaire e a Escala de Resiliência CD-
RISC. Conclui-se que quando o adolescente
constrói resiliência para passar pelos
problemas da idade, a família e o ambiente
escolar percebem um adolescente mais
disposto a enfrentar o futuro e isso gera
avanços na meta de ser adultos capazes,
saudáveis e integrados.
Palavras-chave: Resiliência, crise, estresse,
adolescência, escola, família.
Introducción
La resiliencia es un concepto del que todo ser
humano debe conocer y participar para
promover el desarrollo de su ser personal. En
sus inicios, las investigaciones sobre resiliencia
se centraban en personas que han sido
resilientes ante las adversidades y, al mismo
tiempo, se buscaba conocer aquellas
características individuales y ambientales que
tenían (Rutter, 1985). Pero, posteriormente,
profundizando en el tema, se determinó que la
resiliencia no son las cualidades del individuo
resiliente como de su ambiente, sino un proceso
sistémico y dinámico que logran las personas
por medio de interacción ellas y el medio.
De igual manera, González (2008) realizó una
investigación con el objetivo de identificar
características resilientes que servirían para
conocer los recursos de que disponen los
jóvenes para enfrentar las adversidades de la
vida desde un punto de vista positivo, así como
observo las diferencias y similitudes de acuerdo
a su género.
Entonces, es importante conocer acerca de la
resiliencia en los adolescentes y aplicada a todo
ámbito, pues la sociedad necesita recibir
jóvenes que hayan logrado procesar sus
conflictos internos y aportar de manera
saludable a la misma. Además, es importante
reconocer que por años se ha minimizado el
impacto que generan traumas de todo tipo en los
adolescentes y a pesar de que se consideran una
edad difícil, no es un tema de relevancia para
muchas instituciones el comprender cómo la
resiliencia en acontecimientos estresantes
puede aportar de manera sustancial a un clima
pacífico y de constante crecimiento en su
interacción con la edad adolescente.
Por medio de este estudio se pretende conocer
cómo aplicar la resiliencia en los adolescentes
que están atravesando eventos críticos en su
vida; situaciones que en algunos casos se
arrastran desde la niñez y que modifican su
adolescencia. Además, se explicará cómo es
que a través de la resiliencia se lograría un
mejor desarrollo en el contexto familiar y
educativo.
En esta investigación se plantea como objetivo
general: Analizar el proceso de resiliencia en
adolescentes que atraviesan acontecimientos
estresantes y su incidencia en los contextos
familiar y escolar, para promover dentro del
establecimiento de educación la resiliencia
entre los adolescentes y motivarles a incorporar
dentro de su proyecto de vida el proceso para
efectivizarla en medio de las diversas
circunstancias que pueden atravesar en un
momento preciso de su vida.
Los objetivos específicos por su parte:
Identificar las situaciones estresantes que se
desarrollan con mayor frecuencia en los
adolescentes
Distinguir los principales factores
protectores asociados que conllevan a una
buena resiliencia en los adolescentes.
Fundamentar teóricamente la resiliencia y
las situaciones estresantes en el contexto
familiar y escolar.
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Para dar respuesta a estos objetivos se realizará
el Cuestionario de Eventos Vitales que
permitirá determinar la cantidad de eventos
estresantes con los que se enfrentan los
adolescentes. Por medio de éste y en una
clasificación de diferentes dimensiones se
procederá a medir en que intensidad de eventos
se haya un adolescente promedio Y por medio
de la Escala de Resiliencia se permitirá conocer
el nivel de resiliencia que manejan los
adolescentes sometidos a este estudio,
enfocándolos en dos entornos específicos:
familiar y escolar.
El desarrollo de esta investigación contó con el
apoyo y respaldo de los estudiantes y
autoridades de la Unidad Educativa Liceo
Cristiano de Guayaquil, de manera que cada
procedimiento que se solicitó realizar fue con
total apertura y aprobación.
De esta manera, se pretende dar un impulso
dentro de la Unidad Educativa Liceo Cristiano
de Guayaquil, para que el Departamento de
Consejería Estudiantil (DECE) promueva
dentro de la comunidad estudiantil y académica
los procesos para realizar resiliencia dentro los
contextos y ámbitos que serán valorados en el
presente estudio.
Desarrollo
Resiliencia
La resiliencia no es un concepto nuevo; sin
embargo, son pocos o muy limitados los
ámbitos en los que se aplica su estudio. A través
de los años la sociedad ha enfrentado golpes y
contrastes que han marcado su trascendencia.
De cualquier manera, los seres humanos han
avanzado en el desarrollo de sus propósitos y
han logrado hacer resiliencia. Según la Real
Académica Española (2017) el término
resiliencia proviene del latín resilio que
significa volver atrás, volver de un salto,
rebotar, saltar hacia atrás, ser repelido o
resurgir; “ser resiliente significa ser rebotado,
reanimarse, avanzar después de haber padecido
una situación traumática” Forés y Grané (2008,
p.20).
Entendiéndose entonces, que, por etimología, la
palabra resiliencia es rebotarse hacia atrás,
volverse de un salto; da la idea que la persona
regresa a su estado previo al trauma, a pesar de
haberlo atravesado. La resiliencia utilizará
capacidades propias del ser humano para
enfrentar las crisis o momentos desfavorables;
superarlos y utilizar los mismos como
aprendizaje en el moldeamiento de su futuro.
Además, como proceso que cada persona o
comunidad debe desarrollar, la resiliencia se
genera de acuerdo con cada circunstancia de
formas diferentes, pues no se puede comparar la
perdida de una amistad, con un evento natural
que deje sin hogares y sin vida a cientos de
personas. Es decir, la magnitud del evento que
deba superarse va a incidir directamente en el
proceso que se estime para hacer resiliencia.
La Segunda Guerra Mundial una época que
marcó la vida de miles de personas y países
alrededor del mundo, la resiliencia tuvo su
efecto cuando hombres y mujeres debieron
dejar atrás el horror que significo para ellos el
desalojo, la opresión, la muerte y se
promovieron en el desarrollo de sus propias
comunidades. Ahora bien, recién en 1955 fue
realizada una primera investigación acerca de la
resiliencia y este estudio fue realizado por la
psicóloga Emmy Wermer, citado por Forés y
Grané (2008):
Wermer llevó a cabo un estudio longitudinal y
prospectivo: el seguimiento de 698 individuos
(nacidos en el año 1955) desde el período
prenatal hasta la edad de 32 años. Las niñas y
niños eran los patitos feos de familias pobres de
los bajos fondos de la isla hawaiana de Kauai.
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En su estudio, Emmy Wermer tuvo la intuición
de considerar aquellos casos en que se
adaptaron positivamente y llegaron a ser adultos
con una vida equilibrada y competente, a pesar
de vivir situaciones de gran riesgo o adversidad
durante su infancia. Los etiquetó como personas
resilientes. (p.20). Para Wermer, la resiliencia
ha sido considerada como un proceso que debe
empezar desde el inicio de la vida y se
transforma a medida que el sujeto también
experimenta sus cambios evolutivos y es
expuesto a por lo menos una persona con quien
desarrolla relación de apego; cuando se reúnen
estas variables los seres humanos son más
propensos a desarrollar resiliencia.
Características de la resiliencia
Se ha comprobado que la resiliencia será
influenciada por factores de riesgo y factores
protectores que todas las personas tienen desde
su nacimiento y en medio de los cuales deben
crecer. Pero tampoco se puede definir que estos
factores sean fijos toda la vida. Pueden ser
alterados o modificados dependiendo de las
circunstancias; los que determinará formas
diferentes de asumir la resiliencia en presencia
de unos u otros factores protectores y de riesgo.
Fernández (2010) expresa que la resiliencia no
es absoluta ni se adquiere de una vez para
siempre. Es una capacidad que resulta de un
proceso dinámico y evolutivo que varía según
las circunstancias, la naturaleza del trauma, el
contexto y la etapa de la vida y que puede
expresarse de muy diferentes maneras en
diferentes culturas (p.13) La resiliencia
entonces es un proceso dinámico en el que
interactúa el individuo y el medio. Y este
proceso puede depender de factores de riesgo y
factores protectores que se explican a
continuación:
a) Factores protectores y favorecedores de la
resiliencia
Para Munist (1998) “Factores protectores: son
las condiciones o los entornos capaces de
favorecer el desarrollo de individuos o grupos
y, en muchos casos, de reducir los efectos de
circunstancias desfavorables” (p.13). Por
ejemplo, si en una familia se practica alguna
profesión religiosa que dirige sus pasos con
compromiso y devoción.
Estos factores protectores pueden ser externos o
internos; en lo que concierne a los externos, el
autor antes citado menciona que son aquellos
que se refieren a situaciones del medio que
actúan reduciendo daños probables: familia
extendida, apoyo de alguna persona, creencias
religiosas, satisfacción y/o estabilidad laboral.
Es decir, son situaciones que de alguna manera
no están en control del sujeto, sino que surgen o
se manifiestan a su alrededor. Asimismo, los
factores internos son aquellos que tienen que
ver con las personas y sus cualidades: empatía,
sentido del humor, autoconfianza, buena
comunidad, autoestima, etc. Estos, por su parte,
si dependen de lo que la misma persona se
permite generar en mismo. Estos factores
protectores son lo que promoverán un mejor
ambiente para que la persona sea resiliente.
Por su parte Forés y Grané (2008) consideran
que “los factores protectores o resilientes
manan de tres fuentes diferentes: la fuerza
interior, los factores de apoyo externo y los
factores interpersonales” (p.87). Estos tres
factores los desdoblan en cuatro ejes, así como
muestra en el gráfico 1.
Yo TENGO
Apoyo social
YO SOY
Fortaleza interna
YO ESTOY
Dispuesto a hacer
YO PUEDO
Habilidades
Gráfico 1: Fuentes de la resiliencia
Fuente: La resiliencia: Crecer desde la adversidad
de Forés y Grane. (p.87
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En el gráfico se concretan los tres factores
protectores de la siguiente manera: Yo tengo
apoyo externo, es decir personas en el entorno
familiar en quienes se puede confiar, que ponen
límites e incentivan a ser independientes. Yo
soy (fuerza interior) y estoy dispuesta a hacer:
una persona tranquila, que empatiza con los
demás y está dispuesta. Yo puedo (capacidades
interpersonales y de resolución de conflictos):
empezar lo que termino, comunicarme, resolver
conflictos, tener buen humor. Forés y Grané
(2018) Cada uno de estos aspectos, son factores
protectores que refuerzan positivamente el
desarrollo de la resiliencia.
En conclusión, los factores protectores deben
ser fomentados dentro de las posibilidades que
surjan. De manera que, una autoestima positiva
derivará en el cumplimiento de objetivos que
incrementen el valor propio del ser humano y su
capacidad para tomar decisiones, corregirse y
proyectarse al futuro. El desarrollar destrezas y
competencias, motivan a mayores alcances y
lograr el control sobre mismo. Todo esto
junto se vincula con el desarrollo de la
resiliencia.
Factores de riesgo de la resiliencia
Según Munist (2008) “es cualquier
característica o cualidad de una persona o
comunidad que se sabe va unida a una elevada
probabilidad de dañar la salud” (p.12),
características que se evidencian en los
siguientes ejemplos: Una adolescente
analfabeta tiene mayores probabilidades de
tener complicaciones en su parto que una mujer
adulta y alfabetizada.
Además, también se pueden sufrir daños
colaterales y directos de sujetos que concentran
en si los factores de riesgo. Estos se denominan
individuos de alto riesgo. Ejemplo:
Adolescentes que están en dependencia de
sustancias sujetas a fiscalización pueden influir
a otros a cometer actos delictivos. Entonces,
estas características o cualidades pueden
elevarse o aumentar dependiendo de la
condición social, racial o sexual del sujeto.
De manera general para Pasqualini (2010) “los
factores de riesgo pueden o no desencadenar o
asociarse a un determinado suceso indeseado” y
considera los siguientes:
Las alteraciones en los vínculos familiares
Parejas parentales disfuncionales con o sin
violencia.
Madre sola en la crianza y/o adolescente.
Pérdida del trabajo del progenitor que ejerce
el sostén económico.
Maltrato y/o abuso, negligencia o abandono.
Alcoholismo u otra drogadicción de algún
progenitor.
Enfermedad grave de uno de los progenitores
o muerte.
Prisión de alguno de los progenitores.
Las situaciones del contexto
La pobreza.
Falta de respeto a la cultura familiar de ese
adolescente.
Migraciones traumáticas.
La imposibilidad de acceder a la educación
y/o dificultades para integrarse en el sistema
educativo formal.
Ausencia de oportunidades para trabajar en
forma adecuada a su educación y potencial.
Desocupación o el trabajo ilegal o insalubre.
La imposibilidad de acceder a un servicio de
salud y/o educación para la salud.
Medio social de alto riesgo (pares o adultos
significativos que viven en la promiscuidad,
usan drogas, delinquen).
Habitar en la calle o institución por carencia
de continencia familiar.
Ser víctima de maltrato, abuso y/o abandono.
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Enfermedades o problemas del adolescente
Enfermedades que afectan seriamente o
crónicamente aspectos físicos/corporales.
Problemas psicológicos/psiquiátricos que
requieren tratamiento o apoyo especial
Problemas sociales que comprometen sus
necesidades básicas: afecto, vivienda,
alimentación, abrigo, educación, acceso a un
servicio de salud y derechos. (p.112-113)
La persona resiliente
Para Fernández (2010) “La persona resiliente
ideal sería aquella que enfrentada a un suceso
traumático no experimenta síntomas
disfuncionales ni ven interrumpido su
funcionamiento normal, sino que consiguen
mantener un equilibrio estable sin que afecte a
su rendimiento y a su vida cotidiana” (p.15). Sin
embargo, lejos de pensar que existan personas
así; cualquier ser humano sometido a una
situación de crisis inmediata, atravesará un
período de disfuncionalidad que se superará
poco a poco.
Forés y Grane (2008, p.32) plantean doce
características de la resiliencia a continuación:
Es un proceso.
Hace referencia a la interacción dinámica
entre factores.
Puede ser promovida a lo largo del ciclo de
la vida.
No se trata de un atributo estrictamente
personal.
Está vinculada al desarrollo y crecimiento
humano.
No constituye un estado definitivo.
Nunca es absoluta ni total.
Tiene que ver con los procesos de
reconstrucción.
Tiene como componente básico la dimensión
comunitaria.
Considera la persona como única.
Reconoce el valor de la imperfección.
Está relacionada con ver el vaso medio lleno.
La resiliencia en Adolescentes
Las crisis o desajustes en la adolescencia
mayormente tienen que ver con la apreciación
que se tiene de la situación, que con la situación
misma. Es importante mirar de forma objetiva y
valorar los temas que son motivo de la crisis uno
a uno a fin de emprender en el camino de la
resiliencia. El adolescente tiene la tendencia a
dramatizar o exagerar los eventos por mínimos
que parezcan, para él son como un mar abierto
y picado donde no se haya asidero a ninguna
barca y solamente cambiando este panorama de
adversidad hacia un paradigma objetivo se
podrá dar una solución a la crisis enfrentada.
Florenzano (1997, p.70), explica cinco ámbitos
interrelacionados que permiten promover la
resiliencia para los adolescentes. Son los
siguientes: Redes de apoyo social que acepten
incondicionalmente al adolescente, capacidad
para averiguar el significado de la vida en
estrecha relación con la vida espiritual y la fe
religiosa; aptitudes y sentimientos de tener
algún tipo de control sobre la propia vida;
autoestima y sentido del humor.
Por su parte Pasqualini y Llorens (2010, p.170)
afirman que, el adolescente tiene que construir
conscientemente su propia resiliencia.
Potencializar las posibilidades y recursos
existentes para encaminar las alternativas de
resolución de las diferentes situaciones. El
adolescente debe lograr desarrollar factores
resilientes para superar las situaciones adversas
en su devenir cotidiano. Debe trabajar desde la
perspectiva de la resiliencia, adoptando como
estrategia el desarrollo de factores resilientes.
Es más, un protagonista que un receptor.
Es decir que, además del apoyo que pueda o no
recibir el adolescente desde el seno de su hogar,
deberá participar activamente del proceso que
se quiere lograr. Debe ser el constructor de su
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propia resiliencia y potenciar el desarrollo de las
competencias y habilidades que lo encaminen
hacia el bienestar personal. No hay excusas, ni
condicionamientos; el adolescente tiene en sus
manos el poder de realizar resiliencia incluso
aún si las condiciones no son las mejores.
El estrés
Desde el punto de vista de Sierra, Ortega y
Zubeidat (2003) el origen del término estrés se
encuentra en el vocablo distres, que significa en
inglés antiguo pena o aflicción; con el uso
frecuente se ha perdido la primera sílaba. El
estrés es una respuesta inespecífica del
organismo ante una diversidad de exigencias.
Se trata de un proceso adaptativo y de
emergencia, siendo imprescindible para la
supervivencia de la persona; éste no se
considera una emoción en mismo, sino que es
el agente generador de las emociones. (p.36)
El estrés entonces es la forma de reaccionar del
organismo ante situaciones exigentes que
enfrenta la persona; pero no es una emoción,
sino quien las genera. Hay personas que
pudieran pasar largos períodos de sus vidas en
este proceso y buscarán sobrevivir por medio de
él; sin embargo, es muy común encontrarse con
personas que somatizan el estrés a tal punto que
generan en su cuerpo enfermadas crónicas que
son derivadas del mal mano de esta condición.
De manera que, para el público adolescente, el
estrés generará condiciones desfavorables en su
siquis, que llevará al chico o a la chica a
reaccionar con emociones destructivas que
repercutirán en su entorno y su ejecución
personal. Entonces, las condiciones que se
perciben como potencializadoras del estrés,
normalmente provienen de factores de riesgo
que el adolescente no puede manejar, sin
embargo, debe enfrentarse a estos y hacer
resiliencia.
Familia y escuela
Tanto la familia como la escuela, que son los
entornos más inmediatos del adolescente,
juegan un papel definitivo en el momento de
lograr que se consiga ser resiliente. Además,
cuando el adolescente practica la resiliencia,
afectará de manera positiva a estos ámbitos y se
consigue un mejor crecimiento.
Según la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948) “la familia es el elemento
natural y fundamental de la sociedad y tiene
derecho a la protección de la sociedad y del
Estado”. Por su parte, la Organización de
Naciones Unidas (ONU) (1988), propone la
siguiente definición: “la constituyen los
miembros de un hogar privado o institucional,
cuyos vínculos son los de marido y mujer (de
derecho o de hecho) o de padre e hijo que no se
haya casado nunca, pudiendo ser adoptivo”.
Para Forés y Grané (2008) la familia resiliente
es aquella que posibilita a cada uno de sus
miembros la capacidad de seguir creciendo ante
las adversidades y, aun así, mantienen una
coherencia en su pervivencia como unidad. La
familia resiliente es aquella que consigue
entender los acontecimientos de la vida como
parte de un proceso continuo y constructivo de
perturbaciones y consolidaciones (p.94).
Según este postulado, la resiliencia familiar se
logra a través de una continua retroalimentación
entre padres e hijos como uno sólo ante la
adversidad. Esta familia logra ver cada
acontecimiento como parte del crecimiento y
como prueba de su amor. Se ayudan
mutuamente y diseñan modelos a seguir en
medio de las crisis. Desarrollan el
entendimiento de los acontecimientos que han
vivido; no sólo los racionalizan, sino que los
incorporan a sus vivencias como parte de un
proceso de maduración y de crecimiento.
Después de la familia, es la escuela quien
influirá en la formación integral de los niños y
adolescentes. Aunque normalmente no puede
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escoger a cada miembro que formará parte de
este ámbito, cada uno de ellos aporta de manera
significativa en el camino hacia la superación y
deben ir en consonancia con sus ideologías
morales y religiosas.
Los estudios de resiliencia relativos a la
educación han demostrado que el buen clima
emocional y las relaciones interpersonales son
conductas protectoras que favorecen la
resiliencia, aunque no necesariamente logran
desarrollo de aprendizajes académicos.
Según Forés y Grané (2008) en torno a las
escuelas resilientes expresan que son aquellas
que promueven un sentimiento de comunidad y
proporcionan al alumnado y al profesorado la
sensación de pertenecer a un lugar donde
normalmente no existe la intimidación, la
delincuencia, la violencia o la alienación.
Además, las escuelas resilientes aportan a todos
sus estamentos las herramientas necesarias para
afrontar, superar, fortalecer e, incluso, adaptarse
a partir de acontecimientos adversos. (p.96)
La escuela resiliente logrará motivar a sus
estudiantes de manera proactiva a superar
situaciones adversas del entorno. Además,
logrará un claro vínculo entre la familia y toda
clase de apoyo externo que pueda favorecer al
adolescente. En este contexto Forés y Grané
(2008) explican “los seis pasos necesarios para
promover la resiliencia en las comunidades
escolares según La Rueda de la Resiliencia de
la terapeuta clínica Nan Henderson” (p.96).
Los pasos 1 a 3 mitigan los factores de riesgo:
1. Enriquecer los vínculos. Eso supone
fortalecer las conexiones entre las personas
presentes en la vida cotidiana de la escuela.
2. Fijar límites claros y firmes.
3. Enseñar las habilidades para la vida. Entre
otros, incluye la resolución de conflictos, la
cooperación y las habilidades
comunicacionales.
Los pasos 4 a 6 tienen que ver con la
construcción de la resiliencia:
4. Aportar afecto y apoyo. Implica
proporcionar apoyo incondicional. En la
rueda está sombreado porque se considera
el elemento fundamental.
5. Establecer y transmitir expectativas
elevadas. Se trata de proporcionar una
esperanza de futuro factible.
6. Dar oportunidades de participación
significativa. Eso supone otorgar a todas las
personas una alta cuota de responsabilidad en lo
que sucede en el centro escolar, y dar la
posibilidad de participar en las decisiones, la
planificación, la resolución de conflictos.
Finalmente, “el papel que tiene la relación entre
la familia y los centros educativos es primordial
para que el estudiante sienta interés por
aprender, se entusiasme ante un saber y se
esfuerce antes el estudio” Bernal (2012, p.273).
Los centros educativos deben realizar todos los
esfuerzos posibles por mantener una relación
fluida con las familias, pues de esa manera se
generan los vínculos de comunicación
apropiados que establecen la confianza que se
requiere entre los adolescentes y el centro
educativo. Es muy normal que cuando los niños
se vuelven los adolescentes, la relación puede
disminuir, pero es necesario crear espacios que
potencialicen la misma para manejar una
correcta verificación, pues se puede crear un
vacío en la comunicación entre la familia y
escuela. Los centros educativos siempre tendrán
la misión de empoderar al adolescente,
incrementar su autoestima y desarrollar sus
potencialidades, de manera que la actuación del
adolescente siempre dependiente de estos fines.
.
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Gráfico 2: Rueda de la resiliencia
Fuente: La resiliencia. Forés y Grané (2008 p.98)
METODOLOGÍA
La Unidad Educativa Liceo Cristiano de
Guayaquil fue fundada en 1987 por el
Misionero Rev. John Jerry Smith, perteneciente
al concilio evangélico de las Asambleas de Dios
de EEUU con acuerdo ministerial No. 07 del 20
de enero de 1987. Se incorporó el nivel medio
el 20 de noviembre de 1987 con acuerdo
ministerial 385. El propósito de la creación del
liceo siempre ha sido generar educación
particular con altos estándares para niños y
adolescentes que no pudiesen acceder a ella por
sus limitaciones económicas; por lo que maneja
adicionalmente un sistema de becas que permite
la subvención en la jornada vespertina. Además,
en su deseo de dar una educación de carácter
integral, el liceo fundamento sus principios y
valores en la educación cristiana, involucrando
así dentro su currículo prácticas de formación
bíblica y cristiana, además de servicio de
capellanía y consejería. La Unidad Educativa
Liceo Cristiano se ubica en la zona norte de la
ciudad de Guayaquil y está distribuido en dos
campus: Campus 1, que corresponde a
Educación Inicial y Escuela de Educación
Básica en Av. Juan Tanca Marengo km 3.5 y
Benjamín Carrión; y campus 2, que corresponde
a Educación Básico Superior y Bachillerato
Unificada que queda en Av. Juan Tanca
Marengo km 4 y Calle Pública s/n; es en este
último donde se realizará el presente estudio.
Población
La población objeto de estudio son los niveles
de Decimo Año de Educación Básico, Primer
Año de Bachillerato Unificado y Segundo Año
de Bachillerato Unificado, que reúnen una
cantidad de 1200 estudiantes; tanto en la
jornada matutina como en la jornada vespertina.
Son adolescentes con edades oscilantes entre 14
y 16 años.
Diseño de la investigación.
El presente trabajo tiene la característica de ser
investigación-acción, lo que según Real (2016)
“pretende intervenir en una realidad o problema
que involucra a un colectivo, una tarea o un
procedimiento para, a través del testimonio de
los sujetos implicados, investigar con la
finalidad de producir un cambio”. De manera
que se realizaran aplicaciones pertinentes al
contexto educativo y familiar adolescente para
producir cambios en los mismos.
Hernández (2006) expresa que un “diseño de
investigación se constituye en el plan o
estrategia que se desarrolla para obtener
información requerida en una investigación”,
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mediante un diseño bien definido se podrá
recoger resultados reales y creíbles obtenido de
los instrumentos a utilizar.
La investigación es no experimental, de carácter
transaccional/trasversal, exploratorio y
descriptivo. El estudio será realizado para
obtener en la práctica elementos que conduzcas
a la acción y cambios de interacción para los
adolescentes de la Unidad Educativa Liceo
Cristiano de Guayaquil.
Si estamos realizando una investigación donde
se busca conocer niveles de resiliencia, vamos a
emplear un tipo de investigación con enfoque
mixto ya que nos ayuda a medir resultados de
las variables que vamos a utilizar de manera
cuantitativa, y un enfoque cualitativo ya que los
resultados se prestarán para elaborar las
observaciones precisas de la interacción de los
sujetos.
El levantamiento de la información se realizó
por medio de instrumentos ya validados. Una
vez obtenidos los datos, se procedió a tabularlos
para luego presentar los resultados en tablas
estadísticas y de forma gráfica para contribuir al
impacto visual. Luego se procedió al análisis de
esta información con el fin de determinar,
conocer, interpretar y explicar la posición de los
sujetos de investigación.
Métodos y Técnicas de la investigación
Los métodos serán: Método descriptivo,
método analítico, método inductivo, método
deductivo, método estadístico
Las técnicas de recolección de información para
este caso serán: Observación directa, encuesta,
estadística.
Los instrumentos escogidos son la encuesta que
se realizará a través del sistema moodle de la
institución y los cuestionarios a utilizarse son
los siguientes:
El inventario de Eventos y Cambio Vitales (IF-
ECV)
En este cuestionario se pretende medir el stress
percibido por los adolescentes en el último año.
Se realizará la medición de las dimensiones
considerando la mayoría de los eventos que
sean elegidos. Aunque cada escala proporciona
un índice de estrés familiar, se puede obtener
también un índice general a partir del total de
situaciones estresantes experimentadas. El
instrumento proporcionará una un índice de la
vulnerabilidad familiar, pues la acumulación de
estos eventos podría superar el límite de la
familia para poder adaptarse a los factores
detallados.
Escala de resiliencia. CD-RISC
El constructo se compone de cinco factores:
persistencia-tenacidad-autoeficacia (ítems: 10-
12, 16, 17, 23-25); control bajo presión (6, 7, 14,
15, 18, 19, 20); adaptabilidad y redes de apoyo
(1, 2, 4, 5, 8); control y propósito (13, 21, 22) y
espiritualidad (3, 9). Las puntuaciones de cada
ítem se suman y se interpreta que, a mayor
puntuación en cada dimensión, más indicadores
de resiliencia muestra el individuo. Rodríguez
(2012 p.4). La medición de la capacidad de
resiliencia que arroje cada dimensión permitirá
fundamentar las premisas de la investigación en
relación con los entornos familiares y escolares.
Análisis en interpretación de resultados
Una vez aplicados los instrumentos de medición
se procedió a realizar la clasificación y
agrupación de las variables que son objeto de
estudio de la presente investigación. Tomando
en consideración los informes emitidos a través
del sistema Moodle se procedió a ingresar los
datos en las diferentes tablas y a realizar los
gráficos que arrojarán los porcentajes que
ayudarán a la tabulación de la información.
Además, se utilizó el SPSS, para determinar
estadísticamente la media de relación entre las
variables.
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Inventario Familiar de Eventos y Cambios
Vitales IF-ECV
En el primer instrumento se ha realizado una
categorización de los eventos vitales conforme
indica la ficha cnica de aplicación,
interpretación y codificación del Inventario
Familiar de Eventos y Cambios Vitales IF-
ECV. El cuestionario evalúa seis dimensiones
que pueden igualmente evaluarse
independientemente:
Los análisis que muestra el gráfico 3 es el
siguiente: para los adolescentes de la jornada
matutina los eventos entre el 25 y 40% que
resultan mayormente estresantes son: miembro
de mi familia comenzó un nuevo trabajo; padres
se separaron o divorciaron; miembro de mi
familia dio a luz o adoptó un niño; miembro de
mi familia tuvo dificultades en los estudios; un
miembro de mi familia comenzó estudios
superiores. Mientras que para los de la jornada
vespertina son: miembro de mi familia comenzó
un nuevo trabajo; padres se separaron o
divorciaron; un miembro de mi familia
comenzó estudios superiores. Para los
estudiantes de la matutina los eventos vitales de
transición han tenido mayor repercusión que
para los de la jornada vespertina. En el ítem de
mis padres se separaron o divorciaron, se
aprecia como los adolescentes de la matutina,
alcanzan el 36% versus el 28% de los
adolescentes de la jornada vespertina; esto entra
en relación con la mayor cantidad de familias
nucleares que se encuentran en la jornada
vespertina. Otro evento a notar es miembro de
la familia que comenzó un nuevo trabajo; los
adolescentes de la vespertina alcanzan 46,6%
versus los de la matutina con 38,2%; esto podría
ser por la situación económica de los mismos
que es media a baja; es decir, sus padres no
tienen trabajos estables y esto afecta en los
adolescentes. Los adolescentes asumirán las
transiciones con varias expectativas las mismas
que podrían ser positivas o negativos
dependiendo del aspecto que se sociabilice; lo
importante es que estará dispuesto a hacer
reajustes y a continuar. De igual manera, cada
cambio logra un sismo en el interior del ser
humano, por lo que se deben considerar las
réplicas que traen consigo un reajuste, pues,
aunque no son eternas, son evidentes y en
algunos casos difíciles de enfrentar para el
adolescente.
Gráfico 3. Dimensión: Transiciones
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do (jornada matutina) 1ero y 2do bachillerato
(jornada Vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano, Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
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En cuanto a la dimensión de sexualidad, el ítem
que llama la atención es que un hermano haya
empezado a tener relaciones sexuales; en la
matutina arroja un 25,7% mientras en la
vespertina 22%. Como indica Silva, “la
experiencia de la identidad sexual no descansa
exclusivamente en la observación y
comparación de los genitales propios y ajenos,
sino que se complementa con la curiosidad
acerca de las actividades sexuales propias y de
los demás” (p.19).
Para los adolescentes la dimensión de la
sexualidad radica en curiosidad,
descubrimiento y manipulación que conllevan
un evento vital significativo, ano sea propio.
Esto involucra una fuerte tensión por el
desconocimiento de la experiencia que puede o
no ser personal y que, a pesar de conocer de
manera teórica, en la práctica es un hecho
desconocido que trae para ellos ansiedad y
frustración cuando no se práctica bajo
parámetros de protección. Además, este tema
trae consigo mucha información desvirtuada
por las redes sociales, el internet, el cine y la
televisión; medios, que se han encargado de
saturar al adolescente con información, en
muchos casos apartada de la moral y la
sexualidad saludable. Entonces, cada vez que se
trate de profundizar en este aspecto, el
adolescente tiene un cúmulo de información
que es estresante asimilar y procesar
Gráfico 4. Dimensión: Sexualidad
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do (jornada matutina) 1ero y 2do bachillerato
(jornada Vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano
Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
Al observar la dimensión de perdidas, es
evidente que el evento con mayor fuerza es la
muerte de un pariente o amigo cercano de la
familia; en la jornada vespertina alcanza 51%
mientras que en la matutina 44,12%. Para un
adolescente el procesamiento de un hecho
profundo como una pérdida, es algo que puede
conllevar una serie de procesos que no sean tan
fáciles de atravesar, ya que además del enfrentar
los cambios propios de su edad, debería
enfrentar también una reorganización de su
sistema familiar o entorno social. La resiliencia
en un proceso de duelo requerirá
necesariamente como protagonista al ser que ha
logrado apego con el adolescente y de personas
claves como maestros, amigos, consejeros
espirituales; además, procurar el tránsito por el
camino hacia la resiliencia incluye: saber
comunicarse, contar con una buena autoestima,
autonomía, responsabilidad e inteligencia, que
serán características que desarrolle el
adolescente resiliente.
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Gráfico 5: Dimensión: Pérdidas
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do (jornada matutina) 1ero y 2do bachillerato
(jornada Vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano
Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
En el gráfico 6 se aprecian las diferencias para
cada jornada de manera específica, siendo los
de mayor porcentaje la hospitalización de un
miembro de la familia, para la jornada matutina
58,1% mientras para la vespertina 52,5%. Le
sigue muy de cerca que un miembro de la
familia enfermó o se lesionó de gravedad; para
la vespertina 48,3 % mientras que para la
matutina 42,6%. Finalmente, el aumento de
conflictos y discusiones entre padres e hijos,
para la matutina es 43,4% por su parte la
vespertina alcanza 36,4%. El asumir
responsabilidades es para el adolescente un
paso en su crecimiento y maduración, que le
dará una valoración distinta de las cosas a su
alrededor y sobre todo le afianzará su
independencia y toma de decisiones. Sin
embargo, estas responsabilidades generan
tensiones que conllevan a desarrollar estrés; así
como cuando un miembro de su familia está
enfermo u hospitalizado, el adolescente asume
el cuidado y aporte dentro del hogar para suplir
la necesidad que haya dejado el miembro
afectado, tomando responsabilidades que, en
algunos casos, no están capacitados para
realizar. Es por eso que no se puede dejar solo
al adolescente en el momento de asumir roles
para los que se considere muy prematuro; pero,
si es inevitable, la compañía de amigos o pares
debe ser fundamental a fin de que logre los
objetivos trazados.
Gráfico 6. Dimensión: Responsabilidad y tensiones
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do (jornada matutina) 1ero y 2do bachillerato
(jornada Vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
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Gráfico 7. Dimensión: Uso de sustancias y conflictos con la ley
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do (jornada matutina) 1ero y 2do bachillerato
(jornada Vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano
Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
En el gráfico 7 se observa que para los
adolescentes de la matutina el sufrir un episodio
de violencia o abuso sexual alcanza el 34,6%
mientras que en la vespertina llega al 26,3%. En
segundo lugar, se halla el consumo de drogas o
alcohol de un miembro de la familia, para la
jornada vespertina es mayor con un 23,7% en
relación con la matutina, que alcanza el 19,1%.
Cuando los eventos violentos vulneran la
seguridad del adolescente, se genera stress
sobre las condiciones que los rodean. No es
extraño escuchar actualmente casos de abuso
sexual a niños y adolescentes al interior de las
instituciones educativas; lo que genera un clima
de incertidumbre e inseguridad ante la
vulnerabilidad que se juega alrededor de
personas de confianza como pueden ser los
docentes. Es necesario, sin duda alguna,
fomentar conciencia a los adolescentes de que
nadie puede traspasar los límites de su
privacidad y que el hacerlo ocasiona un delito
que es penado por la justicia. Los hijos deben
estar atentos a cuándo denunciar actos que
atenten contra su pudor, pues al hacerlo estarán
generando ayuda colateral a otras víctimas que
tal vez no han sido capaces de abrir su boca.
Ante todo, esto, la violencia y el abuso pueden
dejar su huella mucho tiempo dependiendo de
quién viene; si la violencia es interna al hogar
del adolescente y su entorno constantemente se
ve invadido por ella, la resiliencia va a ser más
difícil. Sin embargo, aún si la violencia
proviene del mismo hogar, existen apoyos que
pueden brindarse para que el adolescente genere
resiliencia; por ejemplo, contar con redes de
respaldo a los hogares de violencia; soporte
legal y preventivo que los mismos organismos
civiles proveen, entre otros.
El Cuestionario de la Escala de Resiliencia
CD-RISC.
El cuestionario para medir la resiliencia
permitirá evaluar la respuesta del adolescente
frente a las situaciones que deba enfrentar y cuál
es su actitud al momento de hacer resiliencia. Se
evaluarán cinco factores en base a las siguientes
dimensiones:
En la tabla 1 que corresponden a la dimensión
persistencia-tenacidad-autoeficacia, se pueden
observar que el total sumatorio porcentual
mayor corresponde a la escala siempre con
307.9%, seguido por casi siempre con 268.9%.
El ítem que logró mayor porcentaje con 50.8%
fue estoy orgulloso de mis logros; seguido por
puedo lograr mis objetivos aun si hay
obstáculos con 48.4% De esta manera se puede
comprobar que en esta dimensión los
adolescentes se sitúan en un nivel alto de
resiliencia. El estímulo que puede recibir un
adolescente por el alcance de sus metas y sus
logros personales, indudablemente lo ponen a
favor de la resiliencia. Cuando se tiene al lado
personas echándote porras y aplaudiendo sus
mejoras, se logra generar un desafío mayor para
ese ser humano.
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Tabla 1. Dimensión persistencia, tenacidad y autoeficacia.
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do bachillerato (jornada matutina) y 1ero y 2do
bachillerato (jornada vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano
Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
En la tabla 2, que corresponden a la dimensión
control bajo presión, se pueden observar que el
total sumatorio porcentual mayor corresponde a
la escala casi siempre con 205.2%, seguido por
siempre con 202.6%. El ítem que logró mayor
porcentaje con 48% fue enfrentarme a las
dificultades puede hacerme más fuerte; seguido
por prefiero intentar solucionar las cosas por
mismo/a, a dejar que otros tomen todas las
decisiones con 41.7%. Esto muestra que el
grado de resiliencia desciende en esta
dimensión y se puede apreciar la fluctuación
que hay entre las distintas frecuencias. No se
puede afirmar que el grado de resiliencia es
absoluto, más bien variable según este
diagnóstico.
Cuando el adolescente considera que tiene el
control de las cosas, adquirirá mayor
independencia y desarrollo de costumbres
resilientes. La toma de decisiones y el enfrentar
conflictos lo vuelven más independiente.
Incluso, el hecho de sentirse capaz de enfrentar
situaciones particulares, lo pone por encima de
los conflictos que pudiesen darse en su entorno
familiar. Entonces, los adolescentes de este
estudio han afirmado mayormente ser
independientes, por lo tanto, han logrado ser
resilientes.
Tabla 2. Dimensión control bajo presión.
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do bachillerato (jornada matutina); 1ero y 2do
bachillerato (jornada vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano. Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
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En la tabla 3 que corresponden a la dimensión
adaptabilidad y redes de apoyo, se pueden
observar que el total sumatorio porcentual
mayor corresponde a la escala casi siempre con
151.2%, seguido por siempre con 147.6%. El
ítem que logró mayor porcentaje con 40.9% fue
los éxitos del pasado me dan confianza para
enfrentarme con nuevos retos y dificultades;
seguido por tengo tendencia a recuperarme
pronto tras las enfermedades, heridas u otras
privaciones en la escala de casi siempre con
35.8. La frecuencia casi siempre tiene
Tabla 3. Dimensión adaptabilidad y redes de apoyo.
predominio. En el grupo de estudio se puede
comprobar que los grupos de amigos forman
parte del desarrollo de la resiliencia, el apoyo de
los pares de acompañamiento es indispensable
para una mejor recuperación de eventos
estresantes; además que será en gran manera
solventada por la fuerza de voluntad propia de
cada adolescente, su deseo de lograrlo deber ser
apoyado por amigos y redes de apoyo que
puedan identificarse con su necesidad y darle la
oportunidad de crecer de manera personal,
espiritual, social y sobre todo de cumplir sus
proyectos trazados.
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do bachillerato (jornada matutina); 1ero y 2do
bachillerato (jornada vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
En la tabla 4, que corresponden a la dimensión
control y propósito, se pueden observar que el
total sumatorio porcentual mayor corresponde a
la escala siempre con 96.80%, seguido por casi
siempre con 85.90%. El ítem que logró mayor
porcentaje con 50.4% fue tengo muy claro lo
que quiero en la vida; seguido siento que
controlo mi vida en la escala de casi siempre
con 33.90%. Esto deja claro que la resiliencia
en esta dimensión puede considerarse en la
frecuencia de siempre, es un estado de
resiliencia apropiado.
Los adolescentes de este estudio muestran un
sentido de control y propósito elevado, lo que
ratifica su inclinación hacia la resiliencia. El
conocimiento del propósito en la vida es un
fuerte sostén cuando se atraviesan situaciones
difíciles; el tener un plan para su vida y
proyectos a futuro, le llevan a esperar que,
aunque el panorama resulte oscuro y poco
comprensible, habrá un mañana con propósitos
que cumplir. Saber que se quiere hacer en la
vida es un desafío tanto para los padres y para
el entorno escolar. Cuando los adolescentes
empiezan a abrirse paso entre las dificultades, el
apoyo de sus maestros, amigos y familia es
necesario; el tener un objetivo marcado le hará
entender que nada ocurre por casualidad, sino
que todo es parte del proceso de ser formado
para llegar a la meta de la perfección
.
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Tabla 4. Dimensión control y propósito.
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do bachillerato (jornada matutina); 1ero y 2do
bachillerato (jornada vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
hay una profunda inclinación hacia la
frecuencia siempre en la aplicación de la
En la tabla 5, que corresponden a la dimensión
espiritualidad, se pueden observar que el total
sumatorio porcentual mayor corresponde a la
escala siempre con 120.90%, seguido por casi
siempre con 41.03%; es una diferencia muy
marcada, lo que denota una actitud muy
aplicada hacia la espiritualidad en relación con
la resiliencia. El ítem que logró mayor
porcentaje con 61.80% fue creo que la mayoría
de las cosas ocurren por una razón; seguido por
cuando no hay soluciones claras a mis
problemas, a veces, la suerte o Dios puedan
ayudarme con 59.10%. El análisis explica que
espiritualidad para hacer resiliencia.
Cuando el ser humano percibe que sobre él
existe un ser superior que controla los hilos de
su destino, el descansar en la soberanía de éste
es un hecho que alude a la resiliencia. La toma
de control de Dios de todas las cosas y el
beneficio de paz que se obtiene a través de esta
cosmovisión es sin lugar a dudas la fuerza que
motiva a este grupo de adolescentes al
confirmar que son resilientes. Su espiritualidad
les motiva a seguir, confiando que Dios hará su
voluntad en ellos.
Tabla 5. Dimensión espiritualidad.
Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de 10mo, 1ero y 2do bachillerato (jornada matutina); 1ero y 2do
bachillerato (jornada vespertina) de la Unidad Educativa Liceo Cristiano Elaborado por: Mendoza, S. (2018)
Conclusiones
La investigación realizada en cuanto a la
resiliencia de acontecimientos estresantes en la
adolescencia y su incidencia en los contextos
familiar y escolar, estudio realizado a los
estudiantes de 10mo, 1 ero y 2 do de
Bachillerato (jornada matutina y vespertina) de
la Unidad Educativa Liceo Cristiano de
Guayaquil, ha permitido llegar a las siguientes
conclusiones:
Al analizar el proceso de resiliencia se
determinó que la espiritualidad es en su
mayoría la dimensión más escogida para
hacer resiliencia.
En relación al grado de manejo de estrés,
los adolescentes bastante a menudo superan
satisfactoriamente sus problemas.
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En cuanto a explicar la incidencia sobre el
entorno familiar, más de la mitad de los
encuestados desarrollan una mejor
resiliencia dentro del contexto de la familia
nuclear. Siendo importante el desarrollo de
una relación de apego con uno de los padres
o un miembro de la familiar para lograr la
resiliencia eficaz en su vida.
En cuanto a explicar la incidencia sobre el
entorno escolar, la mayoría de los
adolescentes que mantienen promedios
excelentes y buenos, se proyectan a
desarrollar un mejor clima escolar y
manifiestan un sentir positivo de la vida.
En cuanto a conocer los aspectos
relacionados al adolescente y sus
situaciones estresantes en el contexto
familiar y escolar, se determinaron las
siguientes dimensiones que pudiesen
repercutir:
Transiciones: Los acontecimientos
estresantes señalados con mayor
intensidad, tanto en la jornada matutina
como vespertina son: un miembro de la
familia comenzó un nuevo trabajo; los
padres se separaron o divorciaron; un
miembro de mi familia comenzó
estudios superiores.
Sexualidad: Para algunos de los
adolescentes indico el inicio de las
relaciones sexuales o las situaciones que
tienen que ver con eso provocan estrés.
Pérdidas: Para la mayoría, la pérdida de
un pariente o amigo cercano a la familia
es un acontecimiento estresante.
Responsabilidades y tensiones: Un buen
número considera agobiante, la
enfermedad o lesión grave de un
miembro de la familia, la
hospitalización de un miembro de la
familia y los conflictos entre padres y
adolescentes
Uso de sustancias y conflictos con la
ley: Algunos afirman que el abuso
sexual y violencia fuera del hogar son
actos de mucho estrés y tensión.
En cuanto a competencia personal, metas
altas y tenacidad, la mayoría de los
adolescentes están orgullosos de sus logros,
tienen seguridad en mismo y logran todo
lo que se proponen.
En cuanto al control bajo presión, un buen
número intenta ver el lado divertido de las
cosas y no deja que la presión lo abrume.
En cuanto a los efectos positivos del cambio
y la seguridad en las relaciones, los
adolescentes confían en sus éxitos del pasado
para proyectarse al presente. Además, saben
lo que quieren en la vida, pueden enfrentar
cualquier cosa y ni los retos, heridas o
privaciones los detienen.
Finalmente, la mayor parte de los
adolescentes resilientes buscan su soporte
emocional en lo espiritual. Dependen de
Dios para solucionar sus dificultades y
descansan en que su mano los guiafuera de
la tormenta.
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