Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 6 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
EL PROPÓSITO DEL DOLOR, DESDE UNA PERSPECTIVA TEOLÓGICA FILOSÓFICA.
THE PURPOSE OF PAIN, FROM A PHILOSOPHICAL THEOLOGICAL PERSPECTIVE.
Autores: ¹Arturo Gonzalo Guato García y ²Francisco Agustín Robles Rosado.
²ORCID ID: https://orcid.org/0000-0001-8224-1366
²E-mail de contacto: francisco.robles@tecnologicoliceocristiano.edu.ec
Articulo recibido: 3 de Octubre del 2020
Articulo revisado:18 de Octubre del 2020
Articulo aprobado: 30 de Noviembre del 2020
¹Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social egresado de la Universidad de Guayaquil (Ecuador) con 17 años de
experiencia laboral. También es Licenciado en Ciencias de la Religión y Teología mención en Consejería Pastoral y Asesoría
Familiar en la Universidad Cristiana Latinoamericana (Ecuador).
²Licenciado en Ciencias de la Religión y Teología mención en Consejería Pastoral y Asesoría Familiar en la Universidad
Cristiana Latinoamericana (Ecuador). Posee una maestría en la Universidad Internacional de la Rioja (España), mención
Orientación Educativa Familiar.
Resumen
El dolor ha sido intensamente estudiado por el
hombre desde diferentes campos como: la
medicina, psicología, sociología, religión etc.
con el fin de dar respuestas razonables a esta
ineludible sensación, sin embargo, no existe
nada tan recóndito como la realidad misteriosa
que se esconde detrás del dolor. El dolor es
parte de la realidad de vivir en un cuerpo mortal
y vulnerable. Él no hace acepción de personas
y en un momento todos lo experimentan, es por
ello el deseo afanoso de la humanidad por
descifrar el enigma del dolor. El ser humano en
su lucha constante contra el dolor ha intentado
superarlo mediante la búsqueda de algún
milagro divino, otros prefieren ignorarlo e
incluso desconocerlo, pero un grupo
significativo de personas han “acertado”
encontrando propósitos en el dolor, y mediante
esta actitud han hecho de su experiencia un
aprendizaje que les permite ayudar a otros en
similar situación. La estructura de este texto
inicia con un breve recorrido por las
definiciones que hacen varios autores acerca
del dolor, se analizan las reacciones que han
presentado las personas ante la vivencia de tal
experiencia, con el objetivo de comprender el
propósito que se esconde detrás de tan
inexplicable e inevitable situación.
Palabras claves: Dolor, sufrimiento,
propósito.
Abstract
Pain has been intensively studied by man from
different fields such as: medicine, psychology,
sociology, religion, etc. In order to give
reasonable answers to this inescapable
sensation, however, there is nothing as remote
as the mysterious reality that hides behind the
pain. Pain is part of the reality of living in a
mortal and vulnerable body. He is no respecter
of persons and in a moment everyone
experiences it, that is why humanity's eager
desire to decipher the enigma of pain. The
human being in his constant fight against pain
has tried to overcome it by searching for some
divine miracle, others prefer to ignore it and
even ignore it, but a significant group of people
have "hit the mark" finding purposes in pain,
and through this attitude they have done from
their experience a learning that allows them to
help others in a similar situation. The structure
of this text begins with a brief tour of the
definitions that various authors make about
pain, the reactions that people have presented
to the experience of such an experience are
analyzed, with the aim of understanding the
purpose behind such an experience.
inexplicable and unavoidable situation.
Keywords: Pain, suffering, purpose.
Sumário
A dor tem sido intensamente estudada pelo
homem em diferentes áreas como: medicina,
psicologia, sociologia, religião, etc. Para dar
respostas razoáveis a essa sensação inevitável,
no entanto, não nada tão remoto quanto a
realidade misteriosa que se esconde por trás da
dor. A dor faz parte da realidade de viver em
um corpo mortal e vulnerável. Ele não faz
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 7 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
acepção de pessoas e num momento todos o
experimentam, por isso o desejo ávido da
humanidade de decifrar o enigma da dor. O ser
humano em sua luta constante contra a dor tem
tentado superá-la buscando algum milagre
divino, outros preferem ignorá-lo e até ignorá-
lo, mas um grupo significativo de pessoas
"acertou o alvo" encontrando propósitos na dor,
e com essa atitude o fizeram a partir de sua
experiência um aprendizado que lhes permite
ajudar outras pessoas em situação semelhante.
A estrutura deste texto começa com um breve
percurso pelas definições que vários autores
fazem sobre a dor, são analisadas as reações
que as pessoas apresentaram à experiência de
tal experiência, com o objetivo de compreender
o propósito por trás de tal experiência. situação
inexplicável e inevitável.
Palavras-chave: Dor, sofrimento, propósito.
Introducción
Encontrar propósitos en el dolor parece
imposible debido a que los propósitos que
comúnmente el hombre está acostumbrado a
interpretar, son observados desde el lente de lo
positivo, es decir, que no le produzcan dolor ni
padecimiento alguno, pero no hay soluciones ni
caminos “fácilescuando se trata del dolor y del
sufrimiento. La humanidad coexiste en un
mundo caído, en donde el diseño de Dios se vio
alterado a causa del pecado del hombre y, el
dolor es una de las tantas consecuencias que
trajo consigo ese pecado. (Génesis 3:16-17) sin
embargo, se puede encontrar propósito en el
dolor.
El ser humano busca desesperadamente todas
las vías posibles para escabullirse del dolor y
evitar experimentarlo, pero esto es imposible.
La aflicción, el sufrimiento y el dolor forman
parte intrínseca de la vida terrenal, el mismo
Señor Jesús lo advirtió y hay registro de ello en
el evangelio de Juan “Aquí en el mundo tendrán
muchas pruebas y tristezas…” (Juan 16:33
NTV).
El problema no radica necesariamente en la
experiencia del dolor, sino en el desconocer el
propósito de este. El hombre puede arriesgarse
a experimentar cualquier tipo de dolor si tan
solo supiera el porqué de su existencia o
conociera algún fin beneficioso. Por ejemplo,
las mujeres embarazadas son conscientes que al
momento del parto sentirán uno de los dolores
más tormentosos de sus vidas, más esto no
limita su deseo de ser madres, prueba de ellos
son los numerosos partos que experimentan
algunas. El dolor se reduce a nada, cuando las
madres tienen a su bebé en brazos, en el
momento justo de haber nacido. Todas eran
conscientes de que había un propósito para
atravesar por esa dolorosa situación.
En la época Patrística hubo tanto sufrimiento y
dolor, pero ¿cómo reaccionaron los que
experimentaron aquello? Policarpo, el anciano
obispo de Esmirna, cuando le estaban atando al
patíbulo dijo: “Te doy gracias porque me has
juzgado digno de esta hora” Cuando el dolor es
producto del sufrimiento y éste es el resultado
de la aflicción por hacer la voluntad de Dios,
entonces existe un propósito.
El presente trabajo investigativo, versa
detalladamente una lista de los intentos del
hombre por explicar el dolor y cómo reaccionan
las personas frente a cada situación de
sufrimiento, siendo conscientes de que nadie
desea experimentarlo y mucho menos
desconociendo el propósito de este. Es por ello
por lo que se presentarán los resultados de dicha
investigación, aportando con una guía de cómo
se puede encontrar propósito en medio del dolor
y del sufrimiento.
Desarrollo
Definición de dolor
En la mayoría de los casos el ser humano se
encuentra en la búsqueda constante de plenitud,
felicidad y alegría; huyendo a costa de lo que
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 8 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
sea, del sufrimiento. No obstante, estudiar y
conocer más sobre este tema puede capacitar al
hombre para sufrir con propósito y sentido. El
dolor no es una experiencia que se pueda evitar
por mucho tiempo, y aunque nunca se está lo
suficientemente “preparado” para recibirlo, es
mejor estar prevenidos. (Peirone, 2017). La
Biblia insta al hombre a mantenerse firme en
medio de las aflicciones y tormentas y para
lograrlo es pertinente conocer sobre el tema.
(Salmo 27:14).
El hombre ha intentado definir en un solo
concepto el dolor, pero se ha encontrado con la
enorme complejidad en este esfuerzo; pues
todos hablan de dolor, pero el concepto es
distinto para cada uno. (Ibáñez et al, 1998) “El
dolor es una impresión subjetiva, una
percepción personal” (p. 379-386). Cada
persona experimenta, vive y responde ante el
dolor de maneras distintas, no obstante, es una
certeza que la sensación que provoca el dolor
siempre está relacionada con lo negativo. La
Real Academia Española lo afirma cuando
define el dolor “Sensación molesta y aflictiva de
una parte del cuerpo por causa interior o
exterior.” (Real Academia Española, s.f.,
definición 3)
Rodríguez y Cano, (2001) señalan la definición
del dolor dada por la Asociación internacional
para el estudio del dolor IASP El dolor
entendido inicialmente como una mera
sensación pasa a considerarse un proceso
mucho más complejo en el que se destaca su
subjetividad y complejidad incluyendo
procesos psicológicos como dimensiones
intrínsecas de este trastorno” (p. 58). Más que
una simple sensación, el dolor puede tornarse
complejo y producir trastornos graves. Dicho
por la IASP, el dolor no puede ser ignorado, la
salud mental, emocional y física requieren la
atención pertinente por igual.
El dolor físico es algo que se apodera del
humano, que lo invade, domina y éste se
esfuerza por eliminar de su cuerpo. Cundo el
dolor es físico, hace sentir que la salud está
amenazada y que el bienestar futuro está en
peligro, ya que se puede apreciar cuándo
comienza, pero se desconoce su momento final.
El dolor genera una sensación de anormalidad,
nostalgia y añoranza de tiempos pasados llenos
de plenitud. El dolor desmotiva a quien lo
padece y lo lleva a observar la realidad de otra
manera, ya que toda su atención está polarizada
a la conmoción que lo oprime.
En su artículo desde una perspectiva
epidemiológica, (Camargo et al, 2004) afirman
acerca del dolor “El dolor es una experiencia
personal desagradable que altera el rol de vida
normal de quien lo padece y de quienes le
rodean. (p. 40). Es innegable la realidad, el
dolor afecta no solo a quien lo experimenta sino
también a quienes lo rodean, el sufrimiento es
evidentemente algo negativo, que si no es
tratado y reflexionado puede causar muchos
daños a su alrededor, pero es factible analizarlo
desde una perspectiva positiva.
El dolor y el sufrimiento también han sido
estudiados y analizados como un elemento
formativo que forja la trasformación del hombre
y que busca cambiar su pasividad en actividad
y crecimiento. A lo largo de la historia ha sido
interpretado como un agente pedagógico
producto de lo cambiantes y evolutivos que son
los seres humanos, donde el crecimiento es
inevitable y el dolor necesario. El escritor
checo, Frank Kakfa, asegura que el
padecimiento resulta positivo para la
construcción de una mejor humanidad:
Los sufrimientos que nos rodean también
tenemos que sufrirlos nosotros. Cristo
sufrió por la Humanidad, pero la
Humanidad tiene que sufrir por Cristo.
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 9 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
Todos nosotros tenemos, no un cuerpo,
sino un crecimiento, y éste nos conduce a
través de todos los dolores, sea en esta
forma o en esta otra. Lo mismo que el niño
que se va desarrollando a través de todos
los estadios de la vida hasta la vejez y la
muerte (y, en el fondo, cada estadio le
parece al anterior, en el deseo o en el temor,
inalcanzable), así también evolucionamos
nosotros (vinculados a la Humanidad no
menos profundamente que a nosotros
mismos) a través de todos los sufrimientos
de este mundo (Kafka, 1990, 80).
Por otra parte, están también las declaraciones
religiosas, las cuales influyen decisivamente en
la definición que tiene el hombre acerca del
dolor. Para el apóstol Pablo llevar las marcas de
Cristo no era motivo de tristeza ni dolor, sino
una forma de identificarse como mensajero de
Jesús “(…) porque yo traigo en mi cuerpo las
marcas del Señor Jesús” (Gálatas 6.16 RVR
1960). ¿Se debe calificar como positiva la
actitud de Pablo? Partiendo de las definiciones
anteriormente estudiadas, es difícil ver lo
positivo en el dolor, sin embargo los personajes
Bíblicos en contadas ocasiones se encargan de
demostrar lo contrario.
El libro de Job presenta una de las historias más
conocidas de la Biblia. Job, podría dar cátedras
sobre el dolor ya que fue un hombre que lo
sufrió todo, perdió su familia, sus propiedades,
sus amigos, incluso su salud se vio
resquebrajada, fue alguien que experimentó las
situaciones más calamitosas inimaginables, sin
embargo, su libro cita: “… y saltaría de gozo en
medio de mi dolor sin tregua (…)” (Job 6:10
RVR2015). Gozo y dolor son dos términos
humanamente irreconciliables ¿Quién salta de
gozo en medio de su dolor? Job lo hizo, se
regocijó en Dios en medio de un dolor
inquebrantable, esto es algo que sólo puede
darse cuando se es consciente de una realidad y
propósito más grande que el mismo dolor.
Job experimenta una alegría que no niega la
realidad, sino una alegría que es intencional en
buscar el propósito detrás de ese dolor. El
apóstol Pablo lo llamaría “contentamiento” (1
Timoteo 6: 7-8) una actitud del alma de
aprender a vivir con gozo en medio de las
carencias de la vida. Ciertamente los días son
peligrosos, abrumadores e inciertos, pero por
medio de la Biblia ya la humanidad estaba
advertida y, esa advertencia venia acompañada
de la promesa de que Dios todo lo ha vencido y
otorga la confianza de que todo pasará. “Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo
he vencido al mundo.” (Juan 16:33 RVR1960).
Dios no promete que dará fin a todos los
sufrimientos aquí en la tierra, Él promete estar
junto a sus hijos cuando atraviesen por el
sufrimiento. Timothy Keller (2018) describe:
Es posible que la imagen bíblica más
vívida del sufrimiento sea la que
encontramos en el tercer capítulo del libro
de Daniel, donde tres hombres fieles fueron
lanzados en un horno que se suponía los
mataría. Pero una figura misteriosa
apareció entre ellos. Los que estaban fuera
quedaron atónitos al ver no a tres, sino a
cuatro personas en el horno, uno de los
cuales tenía la apariencia de “un dios” (p.
16)
La presencia de un cuarto personaje da luz de la
presencia del mismo Dios en medio de la
aflicción; el sufrimiento es inevitable, y no
siempre se podrá salir librado de él, pero la
esperanza recibida por Dios y registrada en las
escrituras, es Su Presencia mientras se atraviesa
el “(…) valle de sombra y de muerte…”
(Salmos 23:4 RVR 1960).
La Iglesia primitiva da testimonio palpable de
lo que es el sufrimiento, ellos no solo sufrían el
exilio, la persecución, el miedo, sino que habían
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 10 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
dejado sus tierras, sus pertenencias y sus
familias. El libro sufriendo con sentido (2017)
los describe: “Los llama “esparcidos”,
hermanos viviendo tiempos difíciles, gente
sufriente, no exitosa, sino fracasada
aparentemente a los ojos de los otros. Pero con
ideas, con conductas, con ideales que Jesús les
había transmitido. Seguir a Jesucristo traía
problemas.” (p. 28). Es indiscutible el
sufrimiento que este grupo de hermanos en la fe
atravesaba cuando estaban viviendo la
persecución de Nerón, y el apóstol Pedro dedica
su primera carta para fortalecerlos e infundirles
aliento, haciéndolos participes de la inminente
y esperanzadora segunda venida del Señor. La
meta que los mantenía firmes era la de un día
encontrarse cara a cara con su Salvador. No hay
duda, había un propósito para su dolor.
El sociólogo Peter Berger (1974) subrayó que
cada cultura ha proporcionado una “explicación
de los eventos humanos que le dan sentido a las
experiencias del sufrimiento y de la maldad”
(p.185) El sociólogo no dice que las culturas
buscan hacer una apologética del dolor
haciéndolo ver como algo benevolente y
agradable, sino que las culturas aseguran que el
dolor no tiene por qué ser un maleficio, sino
más bien defienden su utilidad, y aunque es
realmente tormentoso se puede encontrar la
oportunidad para obtener un bien de él. Timothy
Keller en su libro Caminando con Dios atreves
del dolor y del sufrimiento aconseja: “¡No
desperdicies tu sufrimiento!” (p.197).
Caso contrario se corre el riesgo de
experimentar el sufrimiento por tiempo
extensivo y que esto no tenga sentido. El ser
humano va a sufrir irremediablemente, pero
debe hacer que ese sufrimiento valga la pena, de
no ser el caso se podrían crear raíces de
amargura y resentimientos en aquel que padece
el dolor (Max Weber). La iglesia como tal está
llamada a ayudar a sus fieles a atravesar por el
dolor, proveyéndolos de herramientas bíblicas
para encontrar propósito en el mismo.
Reacciones frente al dolor
“No existe ser humano que le la bienvenida
al dolor”, así afirma Pilar Sordo (2012) en su
libro Bienvenido dolor. Definitivamente la
autora tiene razón, comúnmente no se encuentra
al hombre recibiendo con alegría el sufrimiento,
todo lo contrario, es más común ver a las
personas elevando oraciones pidiéndole a Dios
que los libre de todo lo que conlleve malestar y
padecimiento.
La reacción del hombre tiene un trasfondo. Se
le ha enseñado al creyente a no hablar de
muerte, de sufrimiento o de dolor, ya que esto
lo coloca en una posición negativa y fatalista,
vulnerable y en peligro de ser víctima de
condenación por sus propias palabras, bajo la
teoría de que las palabras tienen poder. El portal
Todas las voces hace un análisis sobre esto:
La sociedad moderna silencia la pregunta
sobre el sufrimiento, la suprime. Concentra
sus esfuerzos en la evitación y en la
disminución del sufrimiento, de manera
directa o indirectamente. Existe una actitud
que incapacita para soportar el padecer y
aumenta con ello el sufrimiento. No se
enseña a sufrir, como tampoco se enseña a
morir. (Lucero I, 2020).
Partiendo de la afirmación de Lucero, la
reacción frente al dolor por parte del ser
humano tiende a ser de negación. Se le enseña
al cristiano a reprender constantemente el
espíritu de muerte e incluso de negar el dolor
como señal de fe. Pero, como dice Alfonso
Ropero en su libro Filosofía y Cristianismo
(2009):
No hay engaño en el dolor. Toda
racionalización se estrella ante el muro
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 11 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
impenetrable de su misterio; pero es un
muro, una roca que se desprende a
nuestro paso y nos aplasta, una espada
sobre nuestra cabeza pendiente de un hilo,
un extraño juego que amarga nuestros
días más felices; no es una ilusión, es una
realidad que se burla de nuestras
defensas. (p.199)
El dolor es real, y negarlo no cambiará las
cosas, al contrario, vuelve al hombre esclavo
de su sufrimiento, limita y retrasa su sanación.
Lewis (1994) testifica:
El frecuente empeño en disimularlo
contribuye a aumentarlo; es más fácil decir
«me duele una muel que «tengo el
corazón roto» Sin embargo, si se acepta y
se afrontan las causas, el conflicto fortalece
y purifica el carácter. (p. 468).
Ocultar, negar, reprender y disimular el dolor lo
único que causará es un sufrimiento silencioso,
donde el hombre que sufre padece desolado y
en el fondo de su ser hay gritos de desesperanza
que piden ayuda. Reprender el dolor manifiesta
el desconocimiento del proceder de este, Dios
no está obligado a quitar el dolor del hombre,
no lo hizo con Jesús cuando se lo pidió en el
Getsemaní, (Lucas 22:42). No lo hizo con
Pablo, ni con Timoteo, ¿por qué? porque había
un propósito mayor que el mismo dolor.
No obstante, la reacción ante el dolor no es la
misma de forma general, cada persona
reacciona de diferentes maneras ante una
misma situación. Hay quienes se desmoronan
ante su sufrimiento, y hay quienes deciden
afrontarlo de una manera distinta, haciendo de
su experiencia una lección que la ayuda a salir
fortalecida. El predicador Dante Gebel en una
de sus enseñanzas afirma lo siguiente: “Algunas
personas responden con ira y desaliento ante el
dolor; otros fortalecen su carácter y comienzan
a extender las estacas de su tienda, para recibir
las bendiciones venideras.
La biblia responde al dolor humano. Desde
Génesis hasta apocalipsis se evidencia el dolor
y el padecimiento por el que atravesaron sus
protagonistas, sin embargo, en ningún pasaje se
encuentra certeza de Dios evitando el dolor o
restringiéndolo, al contrario, en contadas
ocasiones se manifiestan versos en donde Dios
demanda el acompañamiento para los que
lloran.
Jesús lloró, (Juan 11:35) y esto es motivo
suficiente para creer que Dios está
estrechamente identificado con el dolor
humano y no le es indiferente; es través del
dolor en donde el carácter de Dios se revela de
forma más tangible para la humanidad.
Las Escrituras también mencionan al apóstol
Pablo, quien resistió todo tipo de tribulación y
dolor. Su padecimiento fue permanente y no
daba tregua alguna, empero, su reacción ante el
dolor convence del enfoque y la dirección en
que iba su corazón, él no estaba atento a su vida
terrenal y sus necesidades personales, sino más
bien se despojó de todo y puso su mirada en
Cristo y en su Gloria venidera.
El Espíritu Santo de Dios que moraba en él lo
llevo a escribir estas declaraciones: “Pues tengo
por cierto que las aflicciones del tiempo
presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
(Romanos 8:18 RVR 1960) El apóstol Pablo
halló en la Gracia del Señor Jesús, el propósito
para su sufrimiento y fue la certeza de este
propósito que lo mantuvo firme y le permitió
terminar y cumplir con su carrera.
El hombre conforme al corazón de Dios, el rey
David, también atravesó por el sufrimiento,
pero su reacción fue de adoración: “Ten
compasión de mí, Señor, porque soy débil;
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 12 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
sáname, Señor, porque mis huesos agonizan.
Mi corazón está angustiado; ¿cuánto falta, oh,
Señor, para que me restaures?(Salmos 6:2-3
NTV). El profeta Elías, se encontraba sufriendo
hasta el punto de desear la muerte “Luego
siguió solo todo el día hasta llegar al desierto.
Se sentó bajo un solitario árbol de retama y
pidió morirse: «Basta ya, Señor; quítame la
vida, porque no soy mejor que mis antepasados
que ya murieron». (1 Samuel 19:4 NTV).
Todos con reacciones distintas.
También están aquellos que perciben el dolor
como producto de una maldición, dejando de
lado la idea de que el dolor puede ser un agente
transformador. Quien entiende la verdad de que
el sufrimiento tiene la habilidad de incomodar
al hombre para volverlo activo en su caminar y
ayudar en su crecimiento personal, logrará
convertir sus desierto en un estanque de agua
“Vuelve el desierto en estanques de aguas,
(Salmos 107:35 RVR 1960). Es importante
entender también que la queja ante Dios por el
sufrimiento sólo afirma la pobreza del
conocimiento sobre su Soberanía y perfección
con relación a sus designios.
Lo que el hombre debe hacer ante la presencia
del nimo dolor es reconocerlo y aceptarlo, ser
consciente de que existe, que es real y que está
presente, solo siendo consciente de la
enfermedad, se buscará la sanidad. Lewis en su
libro El problema del dolor afirma: “la primera
y más humilde operación del dolor destroza la
ilusión de que todo marcha bien” (p.99). Se es
consciente de la necesidad de ayuda, cuando se
conoce la existencia del mal, por ende es
necesario encarar al dolor para encontrar
propósito y poder sobrellevarlo. Viéndolo
desde ese punto, entonces, el dolor no es tan
malo como se cree, su presencia despierta al
hombre y le da alertas de que hay algo que
transformar.
Un psicólogo judío, Viktor Frankl (1946), pasó
varios años en un campo de concentración Nazi
durante la segunda Guerra Mundial, y escribió
en su libro El Hombre en busca del Sentido
Último, su apreciación sobre la capacidad del
hombre para elegir: “Al hombre se le puede
quitar todo excepto una cosa: La elección de
una actitud personal ante ciertas circunstancias
para decidir su propio camino.” (p.75). La
reacción que el hombre tenga frente al
sufrimiento será producto de su elección, esa
capacidad de elegir es un regalo dado por Dios.
El hombre tiene dos opciones ante el dolor:
aceptarlo o ignorarlo; puede reaccionar
buscando intencionalmente su propósito o
puede hacer de su dolor un padecimiento
interminable.
Todo lo que Dios provee para el hombre
involucrará pequeños o grandes sufrimientos
que ayudaran a redimir su naturaleza caída,
porque el plan de Dios es transformar al
hombre, Él no quiere que el ser humano se
quede en su condición de pecado, sino que
desea regenerarlo. (Romanos 12:2 RVR 1960).
El propósito del dolor.
El doctor Tulio Pizzi, en su artículo Una visión
humanista del dolor y el sufrimiento, describe
lo siguiente: “El hombre es un gran misterio.
Surgido de la nada, lanzado a la vida sin
quererlo, está enfrentado a la existencia. Su
destino irrevocable es la nada” Si se parte de
este pensamiento para comprender el propósito
que yace en el dolor, sería realmente
complicado encontrarlo, debido a que al no
tener un sentido claro del por qué el hombre ha
llegado a este mundo, sería menos probable
conocer el sentido y propósito de sus
padecimientos. Al profundizar su línea de
pensamiento, Pizzi, cita varios autores en su
escrito que alimentan su argumento:
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 13 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
Hay un sentido trágico de la existencia
humana que desde un punto de vista
existencial ha hecho decir a Kierkegaard
que la vida es angustia, a Heidegger que el
hombre es un ser para la muerte y a Sartre,
que la vida es una pasión inútil. Y ante la
gran incógnita, el hombre se pregunta sin
obtener respuesta ¿por qué? ¿Para qué?
Definitivamente es inútil tratar de conseguir
propósito partiendo de estas declaraciones,
estos autores afirman que el hombre es “nada”
que su vida se reduce a una consecuencia de
actos angustiosos y aleatorios y que nació para
morir, si se carece de respuestas, resulta inútil
plantear interrogantes.
Entonces, para encontrar sentido en todo lo que
concierne al hombre, es necesario partir de una
pregunta existencial: ¿Por qué creó Dios al
hombre?, el Dr. Wayne Grudem en su libro
Teología sistemática (2007) da luz sobre este
tema:
Dios no nos creó porque se sintiera solo
ni porque necesitara compañerismo con
otras personas. Dios no nos necesitaba a
nosotros por ninguna razón. No obstante,
Dios nos creó para su propia gloria. Por
tanto, estamos llamados a hacer todo lo
que hagamos «para la gloria de Dios». (p.
260)
Al tener claro quién es el Creador, y por qué
creó al hombre y lo trajo a este mundo, será más
factible comprender que no hay evento alguno
que le ocurra al ser humano que no tenga
sentido ni propósito. Para lograr el gran
objetivo de vivir para la gloria de Dios,
entonces se debe responder otra pregunta con
similar relevancia: ¿Cuál es nuestro propósito
en la vida? Para esto, se citará nuevamente al
Dr. Wayne Grudem:
El hecho de que Dios nos creó para su
gloria determina la respuesta correcta a la
pregunta: «¿Cuál es nuestro propósito en
la vida?» Nuestro propósito debe ser
cumplir la razón por la que Dios no creó:
Glorificarle a él. Cuando hablamos con
respecto a Dios mismo, ese es un buen
resumen de nuestro propósito. Pero
cuando pensamos en nuestros propios
intereses, nos encontramos con el feliz
descubrimiento de que estamos para
gozar a Dios y deleitamos en él y en
nuestra relación con él”. (p 461).
Partiendo de las dos afirmaciones que hace
Grudem, el propósito del hombre está ligado
estrechamente al motivo de su existencia, si el
hombre fue creado para la propia Gloria de
Dios, entonces su propósito es vivir de tal forma
que la Gloria de Dios sea manifestada.
Lo más fácil para el hombre es vivir para su
propia gloria, trazar objetivos y planes que solo
consideren sus propios intereses, quizá
involucren a sus familiares en sus proyectos,
pero sigue siendo un acto egoísta. De esta forma
sería imposible encontrar propósitos en el
dolor, puesto que el hombre busca
únicamente su bienestar y su tranquilidad y
cuando atraviese por el sufrimiento, se
considerará una víctima más.
Si Dios creó al hombre con el propósito de ser
glorificado por él, y el hombre busca cumplir
con este objetivo, entonces todo lo que le
acontezca, inclusive la misma muerte no lo
sorprenderá. Esto es lo que reflejan las palabras
de Basilio, un padre del cristianismo en el siglo
IV d.C. a quien por mandato del emperador
romano, buscaban amedrentar su espíritu de
predicador en contra de las malas decisiones de
los líderes del imperio, González (1994) lo
describe:
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 14 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
En una entrevista acalorada, el prefecto
pretoriano, Modesto, perdió la paciencia,
y amenazó a Basilio con confiscación de
bienes, exilio, torturas y muerte. A esto
Basilio respondió: Lo único que poseo
que puedas confiscar son estos harapos y
algunos libros. Tampoco me puedes
exiliar, pues dondequiera que me mandes
seré huésped de Dios. En cuanto a las
torturas, ya mi cuerpo está muerto en
Cristo. Y la muerte me hará un gran favor,
pues me llevará más presto hasta Dios. (p.
93)
El apego a las cosas materiales y terrenales, el
temor a la muerte, el pánico al exilio y la
inseguridad, harán que los sucesos que ocurran
en la vida del hombre le produzcan dolor y éste
a su vez de a luz el sufrimiento. Warren R
(2002) en su libro Una vida con propósito
afirma:
Usted existe solamente porque Dios
desea que exista. Usted fue hecho por
Dios y para Dios. Y hasta que entienda
esto, la vida nunca tendrá sentido. Es
solamente en Dios que descubrimos
nuestro origen, nuestra identidad, nuestro
significado, nuestro propósito, nuestra
importancia, y nuestro destino. Cualquier
otro camino nos llevará a un callejón sin
salida. Muchas personas tratan de usar a
Dios para lograr su propia
autorrealización, pero eso es poner la
naturaleza al revés y está destinado al
fracaso. Usted fue hecho para Dios, no
viceversa, y la vida es acerca de permitir
que Dios lo use a usted para Sus
propósitos, no que usted lo use a Él para
sus propósitos. (p. 16).
El sentido de la vida es el resultado de tener
claro su procedencia, además de la conciencia
de ser liderado y guiado por Dios, si Dios tiene
el control del universo y el hombre que padece
está dentro de él, todo lo que le ocurra será
asimilado desde la perfecta voluntad de Dios.
La pregunta que se debe realizar ya no será ¿por
qué? sino ¿para qué?, ¿qué propósito tiene Dios
con permitir que experimente este dolor? Ésta
es la experiencia del apóstol Pablo relatada en
su segunda carta a los corintios:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, Padre de misericordias
y Dios de toda consolación, el cual nos
consuela en todas nuestras tribulaciones,
para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier
tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por
Dios. (2 Corintios 1:3-4 RVR1960).
El apóstol Pablo identifica claramente el “para
qué” del sufrimiento que experimenta durante
sus viajes misioneros entre los pueblo gentiles.
Kistemaker (2004)
Él puede dar testimonio de que la
aflicción produce perseverancia, carácter
y esperanza. Ha aprendido que permitir la
aflicción en la vida de los creyentes, es
parte del designio de Dios para salvar a
los pecadores. Pablo sabe que Dios no
sólo lo consuela y lo sostiene en la
desgracia, sino que también lo dota de la
capacidad y la tarea de consolar a otros
que padecen tribulación. (p. 41)
La humanidad requiere de gente capacitada por
medio del dolor para que sean empáticos con
aquellos que por designio divino deben
enfrentar al sufrimiento; el doliente no necesita
de lástima, sino de misericordia, comprensión y
ayuda. Esta bondad para con el prójimo no es
otra cosa que replicar la actitud de Jesús cuando
estaba en la tierra “Recorría Jesús todas las
ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas
de ellos, y predicando el evangelio del reino, y
sanando toda enfermedad y toda dolencia en el
pueblo” (Mateo 3.35 RVR 1960).
La actitud de Jesús fue la de acercarse al
necesitado, no con intenciones de condenarle o
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 15 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
juzgarla, ni preguntarle qué clase de pecado ha
cometido, sino para consolarle. Esto es lo que
busca Dios con la experiencia del dolor. Visto
desde este punto, el ser humano debe entender
que el dolor no debe ser visto como un castigo
inmerecido, sino más bien como una
oportunidad, como un regalo por medio del cual
Dios lo capacita para extender gracia y
misericordia a otros dolientes, para ayudarle a
encontrar sentido como él lo encontró en su
experiencia con el dolor.
Pero, hay más propósitos en el dolor, como dice
la famosa cita de C. S. Lewis: “Dios nos susurra
en nuestros placeres, le habla a nuestra
conciencia, pero nos grita en nuestro dolor”. “A
veces Dios viene a voltear nuestras casas de
cabeza para poner nuestras raíces en los cielos”
afirma Aixa de López en su libro Lagrimas
Valientes. Dios llama la atención de sus hijos a
través de sus padecimientos, debido a que solo
a través del sufrimiento se abre las puertas del
conocimiento profundo de la vida.
Para los griegos el dolor era también
aprendizaje. Dice Ratzinger: “Aprender a vivir
significa también aprender a sufrir”. Otros de
los tantos beneficios y propósitos que se
esconden en el sufrimiento, es la capacidad que
tiene para enseñar, mejorar y transformar al
hombre. Timothy Keller (2018) señala:
Esta es una hermosa perspectiva del
sufrimiento: si se enfrenta y soporta con
fe, solo puede mejorarnos, hacernos más
fuertes y llenarnos de grandeza y gozo. El
sufrimiento, entonces, puede utilizar el
mal contra mismo. Puede frustrar los
propósitos destructivos del maligno, y
producir luz y vida de la oscuridad y la
muerte. (p. 198).
El auténtico resultado del dolor es la madurez;
cambio de apreciación de la vida y la
purificación del alma. Si el objetivo del maligno
es destruir a la humanidad por medio del dolor
y sufrimiento, Dios, en su Gracia infinita
capacita al hombre para trasformar ese mal en
bien. El dolor mejora al hombre, lo hace más
fuerte y lo ayuda a crecer. El dolor no toma
desprevenido a Dios, Él no está logrando sus
propósitos a pesar del sufrimiento, sino por
medio de él; es por medio del sufrimiento de
Jesús en la cruz que el sufrimiento de la
humanidad será finalmente destruido.
C. S Lewis (1994) señala “El dolor proporciona
una oportunidad para el heroísmo que es
aprovechada con asombrosa frecuencia.” (p.
469) Esa oportunidad de convertir su dolor en
bienaventuranza, personas que logran obtener
una obra excelente del caos, donde fortifican,
apaciguan y afilan su carácter “hasta volverse
como el acero templado” (Lewis, 1994, p. 469).
El apóstol Pedro les explica a sus lectores, el
motivo de sus padecimientos:
En lo cual vosotros os alegráis, aunque
ahora por un poco de tiempo, si es
necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas, para que sometida a
prueba vuestra fe, mucho más preciosa
que el oro, el cual aunque perecedero se
prueba con fuego, sea hallado en
alabanza, gloria y honra cuando sea
manifestado Jesucristo, (1Pedro 1:6-7
RVR 1960
Zacharías (2017) señala “(…) el asunto del
dolor y del sufrimiento plantea el mayor desafío
a la fe en Dios” (p.13). Hay propósito en el
sufrimiento cuando el hombre es consciente de
su pertenecía a Cristo, fortalece su fe y lo lleva
a conocer el carácter es Dios. El apóstol Pedro
también anima a sus hermanos a gozarse en
medio de sus tormentos, el contentamiento
antes mencionado “sino gozaos por cuanto sois
participantes de los padecimientos de Cristo,
para que también en la revelación de su gloria
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 16 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
os gocéis con gran alegría. (1Pedro 4:13 RVR
1960).
Pablo, inspirado por el Espíritu Santo asegura
que hay una Gloria eterna que espera por
aquellos que sufren por causa de Cristo:
“Porque esta leve tribulación momentánea
produce en nosotros un cada vez más excelente
y eterno peso de gloria;” (2 Corintios 4:17 RVR
1960) “por lo cual pido que no desmayéis a
causa de mis tribulaciones por vosotros, las
cuales son vuestra gloria.” (Efesios 3:13 RVR
1960).
La Biblia también da luz de la inmensidad del
dolor por el que atravesó el Señor Jesús:
“Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy
triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad
conmigo.” (Mateo 26:38 RVR 1960). La
humanidad tiene un Dios que lloró, que le
permite llorar y que le acompaña en su dolor, y
por ello se llama a mismo, el consolador,
porque sabe cuán necesitada de consuelo está su
creación.
El hombre, a causa de su pecado vivió la
separación del Padre en el Edén, pero Jesús en
su amor infinito, viendo el dolor de la
humanidad, vino a esta tierra a experimentar en
cuerpo, alma y espíritu el sufrimiento más
grande en la cruz, para por medio de él vencer
la muerte, y proporcionarle al hombre la vida
eterna, donde no habrá más llanto, ni dolor, ni
muerte ni sufrimiento.
La salvación es ofrecida al hombre como su
mayor esperanza, una esperanza confiable, la
misma que al ser contrastada con el presente,
por más fatigoso que éste sea, puede llevar al
hombre a la búsqueda anhelante de alcanzarla.
Si el hombre comprende que su meta es la
eternidad, donde no habrá más llanto ni dolor,
justificará el esfuerzo y encontrará el sentido de
los sufrimientos que le toque vivir en el camino.
Conclusiones
Una vida sin dolor es una utopía. Estudiar el
tema del dolor y sufrimiento, es un fin que busca
proveer al hombre de herramientas para cuando
lleguen los días malos, aquellos valles de
muerte y de sombra que advierte la Biblia.
Aunque el hombre ha calificado constantemente
al dolor como una maldición, no se puede negar,
que Jesús, los apóstoles y los padres de la
iglesia, sufrieron convencidos de que lo hacían
porque era parte de la voluntad de Dios. El dolor
no es siempre un plan estratégico provocado por
Dios, en ciertos casos es un medio que el Padre
usa para llamar la atención de sus hijos, pero en
otros, es la consecuencia de las decisiones de la
humanidad, en fin, es el resultado del mundo
caído en el que el hombre vive.
Cual fuere su raíz, éste, siempre tendrá un
propósito. “Quien nos consuela en todas
nuestras tribulaciones para que, con el mismo
consuelo que de Dios hemos recibido, también
nosotros podamos consolar a todos los que
sufren.” (2 Corintios 1:4 NVI). Este es el
testimonio de Pablo cuyo aprendizaje del dolor
lo resume diciendo que es, para que podamos
consolar a otros, implicando que solo el
sufrimiento causado por el dolor capacita al
hombre para desarrollar el ministerio de la
consolación, compartiendo dolores y cargas
mutuamente.
Keller (2018) “Caminar con Dios a través del
sufrimiento significa reconocer que Dios es
Dios y que está presente.”. Cuando el hombre
toma una postura humanamente incomprensible
de gozarse en medio del dolor, sin evadir su
realidad, sino buscando aprender en el proceso,
experimenta el crecimiento que lo lleva a
madurar en la fe, esperanza y amor. Jesucristo,
con su obra en la cruz y su resurrección, llena
de esperanza a la humanidad en medio de los
infortunios que conforman la vida, con la
confianza de que el Dios de toda gracia ha
Ciencia y Educación (ISSN 2707-3378)
Vol. 1 No. 11
Noviembre del 2020
Página 17 https://doi.org/10.48169/Ecuatesis/0111202058
provisto del Consolador. “dichosos los que
sufren porque ellos serán consolados” (Mateo 5:
4 RVR 1960).
Referencias Bibliográficas
Andrés Ibáñez J, Calle Riviego JL, González
Machado J, Robaina Padrón F, Ruiz López
R. Normas de la Sociedad Española del
Dolor para el tratamiento del dolor agudo.
Rev Soc Esp Dolor 19985(5):379-386.
Camargo, D. M., Jiménez, J. B., Archila, E., &
Villamizar, M. S. (2004). El dolor: una
perspectiva epidemiológica. Salud UIS,
36(1).
Contreras Máximo. Una visión humanista del
dolor y el sufrimiento. 2020, de
Monogrfpias.com Sitio web:
https://www.monografias.com/docs115/visi
on-humanista-del-dolor-y-
sufrimiento/vision-humanista-del-dolor-y-
sufrimiento2.shtml
Gebel, D. [Dante Gebel] (2017, Agosto 20).
Alegría en el dolor.
https://www.youtube.com/watch?v=UwD8
VWVR6nQ
Justo L. González, (1994) Historia del
Cristianismo Tomo 1, Publicado por
Editorial Unilit Miami, Fl. U.S.A. Derechos
reservados, Edición revisada en 2 tomos.
Kafka, F. (1999) Cuadernos en octavo. Madrid:
Alianza.
Keller, Timothy. (2018). Caminando con Dios a
través del dolor y el sufrimiento. Publicado
por Dutton, en Penguin Group, una empresa
de Penguin Random House.: Poiema
Publicaciones.
Kistemaker, Simon J. (2004) Comentario al
Nuevo Testamento Exposición de la
Segunda Epístola a los Corintios Editorial
Libros Desafío.
Lewis, C.S, (1994). El problema del dolor,
Rialp, Madrid.
Lucero, Ignacio T., El dolor y el sufrimiento
humano, en García, José Juan (director):
Enciclopedia de Bioética.:
https://enciclopediadebioetica.com/mod/pag
e/view.php?id=3326
Peirone, Carlos. (2017). Sufriendo con sentido.
Sufriendo con sentido: Villa Nueva:
Crecimiento Cristiano.
Peter Berger, Brigitte Berger, y Hansfried
Kellner, (1974). The Homeless Mind:
Modernization and Consciousness [La mente
sin hogar: Modernización y conciencia]
(Vintage, 1974), 185.
Real Academia Española. (2001). Diccionario
de la lengua española (22.a ed.). Consultado
en http://www.rae.es/rae.html
Ropero, A. (1979) Filosofía y Cristianismo.
Editorial CLIE. Viladecavalls, Barcelona
España.
Rodríguez Franco, L., & Cano García, F. J.
(2001). Papel del psicólogo en el abordaje
del dolor. Actualizaciones en el Dolor, 2 (4),
279-288.
Sordo, Pilar (2012). Bienvenido Dolor. Chile:
Grupo Planeta.
Teología Sistemática 2007 Editorial Vida
Miami, Florida Publicado en inglés con el
título: Systematic Theology por Inter-
Varsity Press, Gran Bretaña, y The
Zondervan Corporation, USA © 1994
Wayne Grudem)
Viktor E. Frankl, Man’s Search for Meaning
(1946; reprinted, Boston: Beacon Press,
2006), 75.
Warren, R. (2002). Vida con Propósito.
Zondervan grand rapids. Michigan 49530
usa www.zondervan.com
Zacharias Ravi y Dr. Vince Vitale. (2017). ¿Por
qué existe el sufrimiento? Miami, FL. 33169:
Publicado por Editorial Patmos.
Esta obra está bajo una licencia de
Creative Commons Reconocimiento-No Comercial
4.0 Internacional. Copyright (c) Arturo Gonzalo
Guato García y Francisco Agustín Robles Rosado