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cumple una función específica. Es a través de
ellos que nos vinculamos con el mundo y
descubrimos todo lo que nos rodea: el oído,
gusto, tacto, vista y olfato, nos ayudan tanto
para la supervivencia, al poder descubrir cuando
existe una amenaza o cuando vivimos frente a
estímulos agradables que queremos mantener
cerca (Pires, 2021).
La vista, o sistema visual permite ver el mundo
y distinguir los colores y las formas de los
objetos. Es uno de los sentidos más importantes
del ser humano, ya que permite percibir y
comprender el mundo que nos rodea a través de
la información visual que recibimos. Favorece
la percepción, la atención, la memoria, el
razonamiento y la resolución de problemas. Por
ejemplo, la capacidad de distinguir entre
diferentes formas, tamaños y colores es esencial
para el desarrollo de la percepción y la atención
visual (Estrada y otros, 2021).
La memoria visual, por otro lado, permite
recordar imágenes y detalles visuales que nos
ayudan a comprender y procesar la información.
La capacidad de razonamiento y resolución de
problemas también se basa en gran medida en la
información visual que recibimos a través de la
vista, por esta razón, es importante cuidarla y
protegerla (Álvarez y otros, 2019).
El oído o sistema auditivo permite escuchar
sonidos y distinguir diferentes tonos y
frecuencias. Es uno de los sentidos más
importantes del cuerpo humano, ya que permite
percibir y responder al mundo que nos rodea. El
sistema auditivo, compuesto por el oído y el
cerebro, es responsable de la detección y el
procesamiento de los sonidos que nos rodean, lo
que nos permite escuchar, comunicarnos y
relacionarnos con el mundo. Gracias al oído,
podemos entender el habla y la música, y
detectar los sonidos que nos alertan de peligros
o situaciones importantes (Mera Segovia y
otros, 2020).
El olfato o sistema olfativo permite oler
diferentes olores y distinguir entre ellos, lo que
tiene una gran influencia en la vida cotidiana,
incluyendo la alimentación, relaciones sociales
y seguridad. Funciona gracias a los receptores
olfatorios que se encuentran en la parte superior
de la cavidad nasal, donde las moléculas de olor
se disuelven en la mucosa y activan las células
olfatorias. Estas células envían señales al
cerebro, que interpreta y procesa la información
para identificar los diferentes olores y aromas.
Es importante por varias razones, en primer
lugar, ayuda a detectar peligros potenciales,
como el gas natural, el humo y los productos
químicos tóxicos. También permite identificar
los alimentos, influyendo en la elección de
alimentos y la nutrición. Además, es un
componente importante de la comunicación
social, ya que los olores pueden afectar el estado
de ánimo, memoria y emociones (Vila
Casanovas, 2019).
El gusto o sistema gustativo permite saborear
diferentes sabores y distinguir entre ellos, es un
componente importante de la percepción
humana que nos permite detectar y distinguir
los diferentes alimentos y bebidas, lo que
influye en las elecciones alimentarias, la
experiencia gastronómica y la salud. Es
importante cuidar y proteger este sentido, y
buscar atención médica si se experimentan
cambios en la capacidad de detectar sabores.
Tiene relación con el cerebro debido a que las
células receptoras envían señales a este, que
interpreta y procesa la información para
identificar los diferentes sabores (Chugá
Fuentes & Sierra Sampedro, 2019).
Por último, el tacto o sistema táctil permite
sentir la textura, la temperatura y la presión de