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Los resultados obtenidos en esta investigación
evidencian que el programa de mini atletismo
tuvo un impacto positivo en la mejora de la
capacidad de la velocidad máxima de carrera de
los estudiantes varones del subnivel de
Educación General Básica Superior de la Unidad
Educativa “La Dolorosa”. ya que tuvo un
impacto significativo en la mejora de la
velocidad en los participantes, evidenciado por la
reducción estadísticamente significativa del
tiempo en la prueba de 30 metros. En el pretest,
el tiempo promedio fue de 0:05.59 (±0:00.59),
mientras que en el postest disminuyó a 0:05.28
(±0:00.44), lo que representa una mejora del
5,5% (p = 0,000). Este resultado confirma la
efectividad del programa de entrenamiento en el
desarrollo de la capacidad de velocidad en
adolescentes. En cuanto a las diferencias por
grupos etarios, el análisis ANOVA reveló que la
estatura presentó variaciones significativas entre
los estudiantes de 11, 12 y 13 años (p = 0,031).
Los participantes de 13 años registraron una
estatura promedio de 156,3 cm (±2.63), superior
a los de 12 años (151,3 cm ±4,71) y 11 años
(146,0 cm ±5,20). Sin embargo, no se
encontraron diferencias significativas en el peso
ni en los tiempos de carrera en 30 metros durante
el pretest y postest.
Cabe destacar que, aunque los estudiantes de 13
años obtuvieron los mejores registros en ambas
pruebas de velocidad (pretest: 0:05.18 ±0:00.45;
postest: 0:04.90 ±0:00.33), la mejora relativa fue
consistente en todos los grupos etarios. Esto
refuerza la hipótesis de que el mini atletismo es
una herramienta efectiva para el desarrollo de la
velocidad, independientemente de la edad dentro
del rango estudiado. En conclusión, los
resultados respaldan la hipótesis de que el mini
atletismo incide positivamente en el rendimiento
de velocidad en adolescentes de 11 a 13 años,
con una mejora estadísticamente validada. De
acuerdo con Crespo et al. (2019) y López et al.
(2020), la velocidad es un indicador esencial del
estado de salud, especialmente en niños y
adolescentes, y su mejora contribuye a la
prevención de enfermedades como la obesidad y
trastornos cardiovasculares. Los resultados
obtenidos en este estudio demuestran cómo una
intervención pedagógica estructurada, como el
mini atletismo, no solo mejora el rendimiento
físico inmediato de los estudiantes, sino que
también incide positivamente en su salud a largo
plazo. Estos hallazgos se alinean con las
conclusiones de Tomalá Pozo y Paula Chica
(2024) quienes destacan la importancia de
desarrollar hábitos saludables desde temprana
edad, ya que las mejoras observadas en la
capacidad aeróbica pueden tener un impacto
duradero en la calidad de vida de los estudiantes.
Además, el grupo de participantes,
predominantemente de 12 años, representó una
ventaja significativa en términos pedagógicos, ya
que esta etapa, como mencionan Mero Ávila y
Zambrano Acosta (2023), es particularmente
sensible para el desarrollo de cualidades físicas
como la velocidad. La homogeneidad en el rango
etario permitió ajustar el programa de manera
adecuada a sus necesidades fisiológicas y
minimizar variables de confusión. Por otro lado,
los datos antropométricos de los estudiantes, con
una media de peso de 46 kg y una estatura de 151
cm, se mantuvieron dentro de los parámetros
normales para su grupo etario, lo que también
ayudó a reducir sesgos derivados de diferencias
biológicas, permitiendo una evaluación más
precisa de los efectos del programa (Velázquez
et al., 2020; Burgos, 2023). Asimismo, los
resultados confirman la implementación de mini
atletismo como estrategia pedagógica, como
señalan Troya et al. (2023), es un enfoque
innovador que potencia el desarrollo físico,
técnico y personal de los estudiantes,
consolidando una base sólida para su crecimiento
en contextos educativos y deportivos. La