
Ciencia y Educación
(L-ISSN: 2790-8402 E-ISSN: 2707-3378)
Vol. 6 No. 12.1
Edición Especial V 2025
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su bienestar emocional y rendimiento
académico. Por tanto, se concluye que el
estudiante presenta un nivel medio de TDAH
con manifestaciones de ansiedad asociadas,
especialmente en situaciones de presión o
evaluación escolar. Esto confirma la relación
teórica entre el déficit de atención, la
impulsividad y la ansiedad descrita por los
autores citados. En consecuencia, se
recomienda implementar estrategias
pedagógicas basadas en la autorregulación
emocional, el refuerzo positivo y la atención
diferenciada, con el fin de mejorar su bienestar
emocional y rendimiento académico.
Conclusiones
Los resultados muestran que el 21,3 % de los
ítems se ubican en el nivel siempre, el 56 % en
a veces y el 22,7 % en nunca, lo que evidencia
que los comportamientos asociados al Trastorno
por Déficit de Atención e Hiperactividad
(TDAH) se presentan con una frecuencia
moderada, especialmente en las dimensiones de
impulsividad y síntomas somáticos; esto indica
que el estudiante manifiesta falta de control
emocional, inquietud física y dificultad para
mantener la atención, factores que influyen
directamente en la aparición de síntomas de
ansiedad escolar y afectan su rendimiento
académico. Los datos muestran que el 20 % de
los ítems se ubican en el nivel siempre, el 54,5
% en a veces y el 25,4 % en nunca, lo que
evidencia que los comportamientos asociados a
la impulsividad y los síntomas somáticos se
presentan con una frecuencia intermedia; es
decir, el estudiante manifiesta episodios
impulsivos y reacciones físicas o emocionales
ocasionales, reflejando un nivel de
autorregulación en proceso de desarrollo que
requiere acompañamiento y estrategias
pedagógicas para fortalecer el control
conductual, la gestión emocional y reducir las
manifestaciones de estrés o ansiedad ante las
exigencias académicas. Los análisis permiten
demostrar que el TDAH incide directamente en
los niveles de ansiedad de los estudiantes
evaluados. Las dimensiones más
comprometidas son la impulsividad y la
sintomatología somática, que actúan como
indicadores clave de la interacción entre el
componente conductual y el emocional. Se
recomienda aplicar estrategias de intervención
basadas en la autorregulación emocional y la
atención plena, junto con un acompañamiento
psicopedagógico que permita fortalecer la
concentración, disminuir la ansiedad y mejorar
el rendimiento académico.
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